Las redes sociales, aunque llevan ya tiempo funcionando en Internet, son un fenómeno que podríamos considerar de reciente aparición y que se están introduciendo en la sociedad a gran velocidad y de manera importante.
Como su propio nombre indica, son estructuras
sociales compuestas por grupos de personas, las cuales están conectadas por uno
o varios tipos de relación, tales como parentesco, amistad, intereses comunes o
por compartir gustos o aficiones, con el objeto de estar relacionados entre sí,
compartir conocimiento, novedades, notas de interés personal, etc. favoreciendo
la oportunidad de ampliar la información, el conocimiento y los vínculos
personales. Del mismo modo, los individuos pueden ejercer influencia o actuar
sobre las opiniones y criterios de sus relaciones, haciendo de puente entre
ellos e incluso pueden favorecer la propagación de rumores (ya sean ciertos o
falsos) dentro de la red y con ello dentro de la sociedad.
Los fines que han motivado la creación de las
llamadas redes sociales son variados, principalmente, el diseño de un lugar de
interacción virtual en el que millones de personas alrededor del mundo pueden
concentrarse por diversos intereses comunes.
La investigación ha demostrado que las redes sociales
operan a muchos niveles, desde las relaciones de parentesco, como se mencionaba
anteriormente, hasta organizaciones a nivel estatal, desempeñando un papel
crítico en la determinación de la agenda política y el grado en el cual los
individuos o las organizaciones alcanzan su objetivos o reciben influencias.
Una opción para identificar una red que envuelve a las personas en los
diferentes contextos sociales en los que interactúa facilitando la comunicación
social entre ellas.
El análisis de las redes sociales se ha relacionado
con la "Teoría de Redes" y ha emergido como un nuevo tema de
estudio de amplio espectro para las modernas Ciencias Sociales (Sociología,
Antropología, Psicología Social, Economía, Geografía, Ciencias Políticas,
Cienciometría, Sociolingüisitica) y más concretamente en el ámbito de los
estudios de comunicación y de organizaciones sociales. Igualmente, también ha
recibido un gran apoyo por parte de la Física e incluso de la Biología y, por
supuesto, de las nuevas tecnologías de la información e Informática.
Los analistas estudian la influencia del todo en las
partes y viceversa, el efecto producido por la acción selectiva de los
individuos de la red; desde la estructura hasta la relación y el individuo,
desde el comportamiento hasta la actitud, donde se estudian "comunidades
personales". La distinción entre unas redes y otras depende de la
capacidad del analista para recopilar los datos y la información. Es decir,
para grupos tales como empresas, escuelas o sociedades, el analista espera
tener información completa sobre quién está en la red. Estos estudios permiten
aportar información sobre la identidad de la gente, sin necesidad de
vinculación entre unos y otros con el objeto de recabar información sobre ellos
y ver el posible "público objetivo" para determinados fines.
Así, el análisis de las redes sociales también puede ser una poderosa y eficaz
herramienta para la vigilancia masiva de sus miembros; por ejemplo, el Total
Información Awareness realizó una investigación exhaustiva sobre las
estrategias para analizar las redes sociales con el fin de determinar si los
ciudadanos de EE.UU. podían o no representar una amenaza política.
Se ha visto la importancia de los atributos de los
individuos que componen una red, de modo que, por ejemplo, los inteligentes se relacionan
con otras personas inteligentes; los tontos, con otros tontos, etc. así crean
sus vínculos y relaciones, en base a opiniones más homogéneas y el compartir
rasgos comunes, ya que, por ejemplo, poco tendrá que ver una persona interesada
en el arte y que detesta el fútbol, con un "futbolero", con
los seguidores acérrimos de un determinado culebrón televisivo o con aquellos
cuyo único interés en formar parte de una red es crear supuestos amigos con el
único fin de participar en uno de los abundantes juegos de rol que ofrecen
algunas de estas redes, pero que no se comunican a otros efectos que la
participación en dicho juego para el intercambio de objetos que les faciliten
la rápida finalización de la construcción de un determinado edificio, que le permitirá
subir de nivel y adquirir mayor puntuación, es decir, a algo que les facilite
tener más éxito que sus competidores en el juego, donde poco importan los lazos
sociales o personales que les vinculan o con quienes no comparten valores o
creencias, convirtiéndose así en "polizones" de un grupo.
Existen diferentes tipos de redes, con diferentes
objetivos, como también estudios analíticos y técnicas de medición de éstas.
Sin embargo, a pesar de lo mucho que se podría hablar de las redes sociales,
una vez explicado a grandes rasgos qué son y en qué consiste una red social, el
objetivo de este artículo no es hacer un análisis pormenorizado de las redes,
ya que es un tema que da para un amplio y profundo estudio; mi objetivo aquí no
es otro que poner de manifiesto ciertas actitudes o comportamientos frecuentes
entre los miembros de redes sociales de gran difusión como pueden ser Facebook,
Twitter o Tuenti, entre los más jóvenes.
Como miembro de una de estas redes, concretamente de Facebook,
desde hace bastante tiempo vengo observando determinados comportamientos que me
dejan cuanto menos perpleja y es, precisamente, de quienes quiero hacer un
pequeño esbozo de los variopintos y casi infinitos perfiles que muestran y que,
indiscutiblemente, nada tienen que ver con su realidad personal.
¿Cuántos de nosotros, miembros de estas redes no
tenemos "tropecientos mil" amigos de quienes no conocemos
absolutamente nada?
Muchos se ocultan tras un "nick" o
nombre falso como "Yo Mismo" que nada nos aporta sobre su
persona. Otros ocultan su rostro tras una imagen que nada tiene que ver con su
verdadero aspecto, a menos que en lugar de tener rasgos caucásicos o africanos,
muestren las características de un maravilloso y bucólico paisaje, de un
divertido y sonriente hombrecillo dibujado, o en lugar de estar tratando con
Pepita Pérez, resulta que estás codeándote con una despanpanante e inaccesible
"topmodel" de fama mundial. Y no deja de sorprenderme que una
red denominada "Facebook", que, traducido al castellano o
español, como prefiera denominársele, significa "libro de caras"...
muestre fotografías de perfil de personas con cara de carnero que representa al
signo del zodiaco de Capricornio y no a la persona en sí salvo que se deje
llevar como un miembro más de un rebaño de corderos.
Personas que viven en las antípodas de las que
ignoramos hasta su fecha de nacimiento, salvo que hayan nacido justo con la era
de Cristo, es decir, el 1 de enero del año 1. Personajes cuyas aficiones
escritas son, por ejemplo, "vivir la vida", cuando hasta la
fecha desconozco a nadie cuyo principal objetivo en la vida no sea otro que el
vivir.
Junto a éstos, aparecen aquellos que jamás se
comunican contigo a pesar de haber sido ellos personalmente los que te han
solicitado amistad, para no volver a dar señales de vida nunca más, haciéndome
ignorar la razón por la cual me solicitaron ser mis amigos si no me conocen de
nada, si no comparten nada conmigo y no les interesa crear ningún tipo de
vínculo, aunque éste no pase de ser meramente cibernético.
Otros cuyo único interés por formar parte de la red
debe ser coleccionar fotos de personas con las que supuestamente mantienen
amistad, pero jamás se relacionan con ellas; nunca encuentras una publicación
de estas personas; en otras palabras, jamás dan señales de vida, pero cuando
entras a su muro y a ver su perfil, encuentras que tiene 4.871 amigos. ¿Qué
sentido tiene esto? Salvo que yo no tenga claro el sentido y significado de lo
que es una "red social", indudablemente, no se lo encuentro y,
tristemente, en ocasiones llego a hacerme la pregunta "¿se habrá
muerto?".
No hay que olvidar a quienes participando en los
incontables juegos de rol que ofrece esta red, sólo saben que existes para
solicitarte amistad para participar en "Farmville", "Castleville",
"Zoo World", "Gnome Town", "Ravenskye
City" y no sé cuántas ciudades más, porque por haber las hay hasta del
antiguo oeste americano, la antigua Roma o del antiguo Egipto. Bien está jugar,
bien está participar con tus amigos en juegos, pero solicitar amistad única y
exclusivamente para poder ampliar terrenos, subir de nivel hasta el infinito,
no tener espacio donde colocar una miserable vaca virtual, realmente no lo
puedo considerar relacionarse socialmente, sino simple "ciberludopatía"
cuando encuentras que estos desconocidos no sólo juegan por gusto a uno de
estos juegos, lo cual lo encuentro totalmente legítimo, sino que deben estar
conectados simultáneamente a 20 ordenadores para poder participar en tantos a
la vez, pero no decirte nunca "¡Hola! ¿Cómo te encuentras?".
También los hay que supuestamente te solicitan
amistad porque, al menos en apariencia, tienen aficiones comunes contigo, pero
cuando publicas diariamente gran cantidad de canciones, videos, comentarios,
fotografías, etc. ves como pasa el tiempo y no tienes un miserable "Me
gusta" en ninguna. Entonces ¿Dónde radica el vínculo? Esto no quiere
decir que tengan la obligación de permanecer inmóviles ante la pantalla
esperando a ver una publicación mía y a partir de ella contar su "vida
y milagros" en fascículos coleccionables en todas y cada una de ellas,
pero sí, de vez en cuando, detenerse cinco minutos a ver qué es lo que se ha
publicado y si es de su agrado, perder un segundo de su tiempo en pinchar en el
botón "Me gusta" como mera demostración de su interés, como
manifestación de su presencia en nuestras vidas y de dar sentido a la relación
existente, al manifestar que efectivamente existen razones para formar parte de
la red de la que ha decidido libremente ser miembro integrante.
También están los "monotemáticos",
que se limitan a publicar siempre sobre los mismos temas y contenidos. Es a
estos a quienes más respeto, puesto que se mantienen fieles a sus gustos e
inquietudes y desean compartirlos facilitando la divulgación de noticias de
interés para un determinado colectivo que de otra forma, tal vez, las noticias
les pasaran desapercibidas.
Los tipo "ola" que van y vienen como
las olas del mar, que de pronto actúan como amigos del alma inseparables hasta
el día que se les "cruzan los cables" y te retiran el saludo
sin volver a dirigirte la palabra sin explicación alguna, para, al cabo del
tiempo, volver a hacer acto de presencia nuevamente como amigo íntimo, como si
nada hubiese ocurrido en el "tiempo de silencio" y sin dar
explicación sobre la razón que le indujo a alejarse de ti y cuál es el motivo
de su regreso.
Otro grupo podría ser el de los "persistentes"
que insisten hasta la saciedad en el "pobrecito yo que no me haces caso
y no cumples mis expectativas", los que no puedes conectarte sin que
te entren al chat de inmediato quejándose de cuánto les ignoras porque no pasas
horas hablando del tiempo con ellos sin dejarte opción a hacer otras
actividades que te gratifican más que decir si estamos a -5º C o si nos
achicharramos de calor.
Tampoco podemos olvidar a los "ligones"
que utilizan las redes sociales como páginas de contactos para encontrar "rollo"
o a su alma gemela con la que "vivir felices comiendo perdices"
el resto de sus vidas.
Así podría seguir rellenando páginas y páginas con
perfiles que paulatinamente voy determinando y que, a medida que pasa el tiempo
me hacen dudar más del verdadero sentido de algunas redes sociales.
Admito que podré ser muy drástica, pero de este modo,
no alcanzo a ver dónde se crean los lazos, dónde se mantienen los gustos y
afinidades, dónde o cómo se crea realmente el vínculo social, cuando veo que
aquí tiene cabida todo y mucho de lo que entra no le encuentro sentido,
obligándome a pensar que hay que ser extremadamente selectivo con las amistades
que se mantienen en nuestras redes sociales, salvo que se tome como una medida
más de mero divertimento intrascendente que, al menos a mí, acaba por aburrirme
y desmotivarme.
Tal vez esté equivocada, pero soy de la opinión que
más vale poco y bueno que mucho y malo y el hecho de tener 3.482 amigos en mi
red social implica tener mucho pero de poco fundamento y opto por quedarme sólo
con 4 personas con las que realmente tengo un contacto directo aunque se
encuentren en Groenlandia y yo en el Tibet, pero tengamos un nexo común que nos
aporte aquello que deseamos por ambas partes, que nos permita enriquecernos
mutuamente mediante el intercambio comunicativo de contenidos de nuestro
agrado, pero que si son realmente de nuestro común interés.
Y tú ¿qué prefieres? Yo, vuelvo a insistir:
¡Prefiero
calidad a cantidad!
Ó AnA
Molina
(Administrador del blog)