Ya sea por miedo, como método de control social o por simple
rechazo visceral, a lo largo de la historia han sido censurados o prohibidos
toda clase de libros. También ha habido mucha censura.
Por ejemplo, Huckleberry Finn fue y ha sido objeto de
repetidas prohibiciones en las escuelas debido al uso de la palabra "nigger"
(uso peyorativo para referirse a las personas de raza negra), vocablo que en
Estados Unidos ha adquirido un peso específico tan alto que incluso en los
medios de comunicación se refieren a él como la palabra "N".
En 1921, un tribunal estadounidense también declaró obsceno un pasaje de El
Ulises, de Joyce, y el libro estuvo prohibido hasta 1933. También sufrieron
cortes y recortes Trópico de Cáncer, de Henry Miller, o Fanny Hill,
de John Cleland.
En Australia se ha prohibido la pornografía donde aparezcan
pechos pequeños. La autoridad que clasifica el material audiovisual en el país
ha dictado esta norma porque considera que esta característica “fomenta la
pedofilia en los consumidores de sus películas”. Por causas parecidas fue
censurada Lolita, de Nabokov.
En China se prohíben los viajes en el tiempo. Los
gobernantes de este país decidieron vetar el uso de este tema en televisión por
ser “irrespetuosos con la historia” y “carecer de pensamientos
positivos”.
Bajo esa premisa, hay que preguntarse si ¿la ficción recrea
alguna faceta de la realidad o debe obligatoriamente, so pena de excomunión o
denuncia, deformar la ficción para que influya en la realidad para que ésta
última se acabe pareciendo a la ficción? Si así fuera, ¿no deberíamos denunciar
a los creadores de contenidos de ficción por tratar de cambiar la realidad a su
antojo bajo los parámetros ideológicos de la mayoría? ¿La ficción debe
evangelizar?
El tema es más peculiar cuando se habla de libros de no
ficción. ¿Hasta qué punto es útil para la sociedad que se prohíba un libro que
fomente el racismo o la homofobia? ¿Si se puede prohibir esos libros, no
debería prohibirse los que fomentan la ignorancia, en general, por ser ésta más
perniciosa a nivel social? Y si un libro fomenta el suicidio. O el consumo de
estupefacientes. ¿Dónde se debe poner el límite? O peor aún ¿quién toma la
decisión? ¿Los efectos secundarios de la libertad no deberían ser asumidos sin
más en vez de procurar que el mundo sea perfecto (y perfectamente censurado)?
¿Acaso conocemos el perjuicio que supone prohibir algo porque lo consideramos
malo cuando, transcurrido el tiempo, resulta que se considera positivo? ¿No es
más eficaz ignorar esa clase de publicaciones o refutarlas para evitar que
adquieran un halo de mártir?
Mientras elucubramos acerca de todas estas preguntas
difíciles, echemos un vistazo al "top10" de la prohibición y
la censura: quizá viendo las razones que subyace en nuestras propias razones:
1. El origen de las especies, de Charles Darwin:
motivos religiosos hicieron que este libro fuera censurado en muchos países.
2. El Diario de Ana Frank, de Anne Frank,
hasta el día de hoy existen personas que se oponen a que este libro sea
permitido en las escuelas. Otros dudan de la credibilidad del texto.
3. Las mil y una noches: censurado en Egipto,
se le acusó de contener pasajes obscenos, que ponían en riesgo la integridad
moral de los ciudadanos.
4. Alicia en el País de las Maravillas, de
Lewis Carroll. Prohibido en China porque les otorga cualidades a los animales
para que actúen en el mismo nivel que los humanos.
5. El Código Da Vinci, de Dan Brown. En
Líbano, los líderes de la comunidad católica consiguieron que el libro fuese
prohibido ya que resultaba ofensivo para su religión.
6. El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha,
de Miguel de Cervantes fue censurado en algún momento por “aspectos morales”.
7. Harry Potter y la piedra filosofal, de J.
K. Rowling. En los Emiratos Árabes Unidos, este libro fue censurado por,
supuestamente, incentivar la brujería.
8. La odisea, de Homero. Las ideas griegas de
libertad no fueron bien recibidas en los tiempos del emperador Calígula, por
ello, él intentó vetarlo.
9. La Biblia, traducción de William Tyndale.
Por su traducción de La Biblia, en 1536 Tyndale fue ejecutado y luego
quemado en público.
10. El Decamerón, de Giovanni Boccaccio fue
incluido en la “Index librorum prohibitorum”, la lista de libros
prohibidos de la Iglesia Católica.