ENFOQUE CIENTÍFICO Y FILOSÓFICO
A medida que la ciencia avanza en relación al conocimiento y funcionamiento de nuestro cuerpo físico, más necesario se hace replantearse y estudiar al hombre como un todo. La cultura occidental está basada en una concepción newtoniana-cartesiana, que apuesta por el estudio de las partes para llegar al todo. Esta concepción se encuentra hoy muy cuestionada; la propia Física Cuántica, a través de investigaciones sobre el átomo, demuestra que, en el nivel más ínfimo, la materia es al mismo tiempo energía, únicamente varía su nivel de vibración. En el ser humano, la “dis-armonía” de las vibraciones energéticas provoca un estado de desequilibrio que se traduce en enfermedad ya sea física, mental o emocional.
Esa visión del mundo, nueva en Occidente, pero antiquísima en Oriente, propone que todo lo que existe es energía. La energía es la realidad básica que se condensa, se equilibra y forma la materia. Sin embargo, existen técnicas milenarias que parten de los orígenes de la medicina tradicional china, tibetana e india, e incluso de alquimistas medievales, que nos enseñan que la materia, efectivamente, se transforma y puede ser moldeada con la intervención de una energía mayor.
Los científicos modernos han analizado el mundo con un grado increíble de sofisticación. El mundo material está dividido en partículas cada vez más pequeñas, encontrando, al final, ondas de energía o “cuantos”. Así se llega a la conclusión de que la energía precede a la materia, al igual que las emociones y pensamientos preceden a la acción.
Con la Teoría de la Relatividad (E = mc2), Albert Einstein demostró científicamente que materia y energía son intercambiables, de modo que se puede transformar la energía en materia y viceversa (principio empleado en el desarrollo de la bomba atómica), ya que son dimensiones de una misma realidad y esto incluye al ser humano.
La energía es tan sólo eso, energía, lo cual quiere decir que no está polarizada y, por tanto, no existe energía positiva o negativa; únicamente hay energía que puede estar bien o mal dirigida. En una persona sana, la energía atraviesa libremente nuestro cuerpo físico, fluyendo por caminos energéticos, a la vez que rodea el cuerpo material en lo que se denomina “aura”, o campo energético observable en imágenes tomadas con la, científicamente controvertida, cámara Kirlian.
HISTORIA Y ORÍGENES
El conocimiento de esta energía es una técnica milenaria tratada de manera semejante en diferentes culturas: el “ruach” hebreo, el “prana” hindú, el “mana” kauna, la “bioplasmática” rusa o el “chi” de los chinos, también es conocida como “orenda” por los indios iroqueses americanos y como “baraca” por los países islámicos. Sin embargo, el “redescubridor” del Reiki fue el japonés Mikao Usui, cuando, hacia 1914 y tras muchos años de investigación buscando un modo de conectar con la energía sin pasarse años de ejercicios y entrenamiento, se sentó a meditar en el monte Kurama de Kioto, allí, en el curso de una meditación, encontró la capacidad para canalizar la energía vital universal que postula la tradición oriental. Usui denominó “Reiki” al sistema de sanación natural que comenzó a divulgar basado en utilizar esa energía para armonizar y favorecer la salud de sí mismo y de otros.
DESCRIPCIÓN Y CARACTERÍSTICAS
“Reiki” es una palabra japonesa que significa energía vital universal; en la actualidad, esa palabra se está utilizando para identificar el Sistema Usui de Curación Natural (Usui Shiki Ryoho), nombre dado en homenaje a su “redescubridor”.
“Rei” significa universal y se refiere a la parte espiritual, a la esencia energética cósmica, que penetra todas las cosas y circunda todos los lugares.
“Ki” es la energía vital individual que rodea nuestros cuerpos, manteniéndolos vivos, y está presente, fluyendo, en todos los organismos vivos; cuando la energía Ki sale de un cuerpo, ese cuerpo deja de tener vida.
El Reiki es un proceso de encuentro de esas dos energías: la universal (“Rei”) con nuestra porción física (“Ki”), y ocurre después de que la persona es sometida a un proceso de sintonización en el método.
Cuando se bloquea esa energía por excesos físicos, emocionales, mentales y/ o espirituales, se producen liberaciones de energía anormales que alteran su flujo vital natural, interrumpiendo su libre circulación mediante la generación de “nudos o bloqueos energéticos” que provocan una disfunción en el organismo causante de la enfermedad y el malestar psicológico.
De acuerdo al sistema de pensamiento oriental, este tratamiento utiliza la energía de la cual está constituido el Universo, o lo que es lo mismo, la totalidad, y considera a la persona de forma holística, en todos en sus posibles planos. Al hacer uso de la energía Reiki estamos aplicando “energía-luz”, tratamos de recuperar y mantener la salud (física, mental, emocional y espiritual); ayudamos al cuerpo en su capacidad natural de sanarse, aportándole vitalidad para reestablecer su equilibrio integral. Por tanto, podría definirse como un método natural para equilibrar, restaurar, perfeccionar y curar los cuerpos, creando un estado de armonía del ser.
Esa energía original, de todo y de todos los seres, la captamos y canalizamos tras la sintonización y activación de los centros energéticos, denominados “chakras”, localizados entre la base de la columna y la parte superior de la cabeza. Después de la sintonización, pasamos a ser canales de esta energía cósmica, pudiendo dirigirla a, través de nuestro componente físico, a todos los meridianos de la acupuntura y a los centros energéticos, distribuyéndola por todo el cuerpo, nutriendo nuestros órganos y células y regulando las funciones vitales, con el objeto de poder devolver a la totalidad de la persona a un estado natural y deseable de bienestar, plenitud, armonía y equilibrio, sin considerar tan sólo la supresión de patologías físicas. Luego, es una técnica de transferencia de fuerza vital por imposición de las manos donde éstas emiten vibraciones que disuelven los nudos perjudiciales.
CREDIBILIDAD, LEGITIMIDAD Y FIABILIDAD
Aunque pueda parecerlo a simple vista, no se trata de un procedimiento mágico, sobrenatural, paranormal, esotérico, ni nada que se le asemeje, como tampoco se relaciona con métodos de simple curanderismo ancestral, sino que se sustenta en los principios de la Física Cuántica. No se basa en poli o monoteísmos, ya que no es un sistema religioso o filosófico que proponga restricciones, tabúes o condicionamientos de ninguna clase. Del mismo modo, no utiliza rituales, talismanes, rezos, mentalizaciones, visualizaciones, fe u objeto alguno para su aplicación práctica, toda vez que es independiente y compatible con cualquier creencia o ideología.
El arte de colocar las manos sobre un cuerpo humano o animal, para reconfortar y disminuir los dolores es un antiguo instinto humano; cuando sentimos dolor, lo primero que hacemos es colocarlas automática e intuitivamente sobre la zona afectada. El contacto distribuye calor, serenidad y curación, algo semejante a lo que sucede cuando un animal lame una herida ya que está actuando bajo los mismos instintos que el ser humano: limpieza, protección, alivio del dolor y recuperación de un punto dañado.
En Tíbet existen registros que hablan de técnicas de curación por medio de las manos desde hace más de ocho mil años que se extendieron, entre otros países, por Grecia, Egipto e India, a pesar de que la técnica permaneció perdida durante los últimos dos milenios. Igualmente, hay hechos que indican que Jesús practicó el Reiki en Egipto con mucho éxito y de cómo les decía a sus apóstoles “curad a los que estén enfermos”. En las escrituras de los Sutras también se le atribuyen a Buda curaciones de ciegos y de enfermedades como la tuberculosis y la lepra haciendo uso de una energía sumamente poderosa capaz de conducir a la sanación. Hasta hoy día, algunos sacerdotes católicos conservan técnicas de imposición de manos.
RECONOCIMIENTO DE LA COMUNIDAD MÉDICA OCCIDENTAL
El Reiki empieza a contar con el reconocimiento positivo de la medicina convencional, entre los que ya se encuentran un número importante de profesionales médicos que lo practican y recomiendan a sus pacientes con el fin de canalizar la energía curativa para complementar los tratamientos habituales. De hecho, su práctica ya está incorporada al contexto de las prácticas terapéuticas alternativas reconocidas y recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), hasta el punto que ya existen multitud de hospitales donde se aplica, incluso que cuentan con terapeutas en sus plantillas, entre los que se pueden mencionar:
- Hospital 12 de Octubre (Madrid, España).
- Hospital Ramón y Cajal (Madrid, España).
- Clínica Anderson (Houston, EE.UU.).
- Middlesex Hospital (Reino Unido).
- Continuum Group (y hospitales en New York, EE.UU.).
- Hartford Hospital (New England, EE.UU.).
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PRÁCTICA DE LA TÉCNICA
Todos tenemos la energía Reiki a nuestra disposición y podemos utilizarla para ayudarnos a nosotros mismos y a los demás. No se requiere ninguna condición física, mental o espiritual para usarla; cualquiera puede ser un canal de Reiki sin exclusión de ningún tipo, como por ejemplo por condición de edad o estado de salud, puesto que también lo pueden practicar niños, ancianos o enfermos. Simplemente basta con “activarla” mediante sintonizaciones. Sin embargo, no puede aplicarse automáticamente por medio del auto-aprendizaje, dado que requiere de la capacitación por parte de un maestro debidamente acreditado, de lo contrario no se estará utilizando debidamente y sí comprometiendo la propia energía con resultados perjudiciales para la salud. Tras la conveniente preparación, se está en condiciones de aplicarla inmediatamente en el tratamiento con uno mismo, con otras personas, animales y plantas de forma indefinida, aunque se deje de practicar durante un largo período de tiempo, ya que esta energía es universal y por tanto no queda obsoleta, como tampoco queda la preparación.
La energía no puede ser manipulada, el practicante, simplemente, coloca sus manos y comienza a fluir en la intensidad y en la calidad determinada inconscientemente por quien la recibe, sin necesidad de que la persona receptora se desnude, pues la energía penetra a través de cualquier cosa. No desgasta, ni cansa en ningún sentido, porque no utiliza la energía vital propia de los participantes (“sanador” y “paciente”), sino la energía ilimitada del Universo que entra por la cabeza (séptimo chakra), pasa por los centros energéticos superiores, descendiendo por los brazos y las manos, hasta llegar al receptor. Parte de esta energía queda en el cuerpo del practicante, contribuyendo a su propio bienestar. El “reikista”, mero canal de transmisión, se limita a dirigir la energía y el proveedor (el Cosmos) la entrega de forma ilimitada. Con la práctica habitual, el nivel energético aumenta considerablemente y hace que la energía entre con mayor fuerza y fluidez.
EFECTIVIDAD
Es una energía semejante a las ondas radiofónicas, por lo que puede ser aplicada con eficacia, tanto localmente como a distancia; a diferencia de la electricidad, que puede producir cortocircuitos, el Reiki no destruye los nervios ni los tejidos más frágiles. Nunca es perjudicial, ni puede hacer daño; es segura, eficiente e inofensiva, sin efectos secundarios negativos y, como ya se ha dicho, es compatible con cualquier otro tipo de terapia o tratamiento médico. Aun así es posible que no seamos conscientes del plano en que está trabajando y los resultados no coincidan con nuestras expectativas iniciales.
La confirmación de la efectividad del tratamiento y del fluir energético, se puede percibir con diferentes sensaciones físicas, normalmente en las manos y en la cabeza. Ejemplo de las más habituales en el practicante son calor o frío, picor u hormigueo, que algo fluye por estas zonas. Simultáneamente, el receptor, puede tener sensaciones parecidas y puede darse el caso inverso, es decir, si, por ejemplo, el practicante percibe calor, el receptor percibe frío.
Otro indicador de que la energía está trabajando son las llamadas “crisis curativas” equivalentes a un proceso de “desintoxicación” previa o empeoramientos momentáneos y temporales de los síntomas, pero esto no debe asustar o preocupar, ya que cederán rápidamente dando paso a los efectos curativos.
COMPETENCIAS RESPECTO A LA MEDICINA CONVENCIONAL OCCIDENTAL
El Reiki convive en armonía con la Medicina convencional, a la que nunca puede sustituir, ni a la inversa, ya que cada una actúa en campos diferentes de la misma persona. Ambas coexisten y se complementan con el objeto de mejorar la calidad de vida del ser humano.
La Medicina es la ciencia indicada para emitir diagnósticos, en consecuencia, aunque se utilice Reiki como método de curación, siempre hay que consultar al pertinente doctor en Medicina convencional occidental y seguir sus indicaciones, así como el tratamiento que éste considere adecuado, complementándolo con los beneficios del Reiki para agilizar la recuperación, o, al menos, aliviar los síntomas de la enfermedad.
De igual forma, la persona capacitada para dar Reiki, salvo que esté reconocido oficialmente como profesional de la medicina convencional, nunca debe interferir en las indicaciones médicas, ni sugerir tratamientos farmacológicos, ni hacer cambio alguno en medicamentos prescritos por un especialista. Siempre debe abstenerse de hacer cualquier tipo de diagnóstico o comentarios que puedan conjeturar sobre las supuestas afecciones de quien recibe las sesiones para no condicionarle en ningún aspecto y puesto que el reikista no está capacitado para tal propósito, sino que es un mero conductor de la energía universal.
Reiki es un camino de expresión del amor incondicional, amor a través de la energía universal. Primero hacia nosotros mismos como manifestaciones que somos de esa energía, facilitando nuestro propio desarrollo personal. Y amor hacia nuestro prójimo, cuando actuamos como canales de esa energía en su beneficio y sin interés propio, por lo que, considero, que no debe ser utilizado como medio lucrativo más allá del mero mantenimiento de las instalaciones y servicios de los centros donde se imparta, puesto que entonces existiría la intención del provecho personal y no la pura generosidad desinteresada.
BENEFICIOS Y EFECTOS CURATIVOS
Al equilibrar los siete centros de energía corporal, muestra numerosos beneficios que están avalados y confirmados por investigaciones científicas. De hecho, experimentos con “sanadores”, llevados a cabo en laboratorios utilizando las últimas tecnologías de medición, han comprobado y demostrado que su energía puede afectar sensiblemente a la materia en el ámbito de las partículas. Estas pruebas se han desarrollado con enzimas, hongos, células, plantas, animales y niños, además de con personas adultas, para descartar totalmente la posibilidad de que los cambios producidos se debieran al efecto placebo o a la fe.
De sus beneficios físicos se pueden destacar:
- Desaparición o alivio de tensiones musculares, dolores y molestias de cualquier tipo.
- Recuperación o mejoría de enfermedades, hasta de algunas crónicas.
- Reducción de efectos secundarios en tramientos como la quimioterapia.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico haciéndonos más resistentes a las enfermedades.
- Equilibrio de las funciones metabólicas.
- Regulación de la presión arterial y del colesterol.
- Aceleración de la cicatrización de heridas y de tratamientos post-quirúrgicos.
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En el aspecto “psíquico-emocional”, también repercute positivamente debido a que:
- Induce a un estado de relajación profunda, incluso al sueño, sin que esto afecta al resultado, sino que, por el contrario, lo favorece al proporcionar un buen descanso.
- Reduce el estrés y la ansiedad de forma notable, gracias al estado de relajación que se alcanza en el transcurso de las sesiones.
- Ayuda a mejorar y armonizar nuestro entorno y nuestra psico-afectividad.
- Libera emociones reprimidas y sentimientos de dolor ayudando a superar procesos de duelo.
- Aumenta el nivel de confianza y autoestima.
- Incrementa la creatividad.
- Mejora la capacidad de atención y concentración, reduciendo la dispersión mental.
- Genera sensación de paz, equilibrio y armonía expandiendo la conciencia y mejorando el auto-conocimiento y el enriquecimiento espiritual.
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A pesar de los múltiples beneficios que puede ofrecer, hay que tener en cuenta que esta desaconsejado en determinados casos. Estas son las contraindicaciones más destacadas:
- En personas con marcapasos, porque puede desequilibrar el ritmo del aparato al estar trabajando con energía electromagnética.
-Durante el transcurso de una intervención quirúrgica, puesto que puede acortar el efecto de la anestesia. Sin embargo, está muy indicado con anterioridad y posterioridad al tiempo de operación y estancia en quirófano.
-En roturas de huesos o separación de extremidades, directamente sobre la rotura o herida, hasta que un médico especialista haya colocado el hueso o cosido la extremidad. ESto se debe a que puede sellar las venas y los nervios tan rápidamente que luego resulte difícil unirlos. Se puede dar tratamiento en otros lugares del cuerpo, como en las suprarrenales para combatir la conmoción, pero no directamente sobre la rotura.
© AnA Molina (Administrador del blog).
Fuentes:
- Manual de Reiki de la Asociación de Servicio Reiki.
- De’Carli, Johnny. (1999). “Reiki Universal: Usui, Tibetano, Kahuna y Osho”. Ed. Edaf de Bolsillo.
- Moraga, Antonio. (2009). "Reikido". Ed. Edaf.