"Y al partir serán éstas mis últimas palabras:
me voy, dejo mi amor atrás".
(Rabindranath Tagore)
Para vivir en bienestar y constante crecimiento, deberíamos aprender a dejar ir situaciones o personas que no nos aportan calidad de vida. Nos suele costar no aferrarnos a cosas, ya que el ser humano se siente más seguro ante lo conocido y ante la pérdida de algo a lo que estábamos acostumbrados, aparece el temor e incertidumbre.
Parejas que
no son felices y siguen juntas, trabajos que amargan la existencia, amistades
tóxicas, familia que coarta la libertad, etc… Hay tantísimas situaciones y
personas que nos rodean y empeoran nuestro bienestar, y aun así, a veces nos
empeñamos en seguir aferrados a ello…
¿Por Qué es tan Importante Aprender a Dejar Ir?
Porque la vida es tan cambiante y ofrece tantas cosas nuevas, que
aferrarse a algo que no funciona, es conformarse con una calidad de vida que
podría mejorar si supiéramos dejar que la vida fluyera de forma natural.
¿Cuántos
hemos visto situaciones cotidianas donde las personas se enganchan a algo que
no les hace felices?, esa amiga que nos cuenta que el chico de turno no
contestó a sus mensajes, y aun así sigue insistiendo con frustración, siguiendo
sus pasos, tratando de convencer, de gustar, etc… hacer ese tipo de cosas es
caer en el estancamiento, porque mientras se sigue en el apego de luchar por algo que no da sus
frutos, se pierde la oportunidad de que entren cosas nuevas mejores que sí
aporten felicidad.
Dejar ir significa aceptar cada situación como es. Significa no forzar
las cosas y dejar que todo fluya naturalmente. Si por ejemplo escribimos a alguien que nos importa
y no recibimos respuesta, es mejor aceptarlo y pasar página, abrirse a nuevas
experiencias y conocer gente nueva.
No digo que
no haya que luchar por las cosas, pero el mundo de las relaciones funciona como
un juego de mesa en el que ambos deben tirar los dados y jugar. Si tiramos una vez los dados y el otro no
tira, no tiene sentido seguir jugando solo, porque no hay interés por la
otra parte, lo racional es dejar el juego y buscar a otra persona que quiera
jugar.
En la vida
real pasa igual, jugar es mostrar interés, si escribimos a alguien y no
contesta es que algo pasa, mejor aceptarlo y cambiar de persona. Si analizamos el comportamiento de nuestro
entorno, podría ser que encontráramos a varias que están jugando solas y
estancadas en relaciones que no les aportan bienestar.
La Trampa de las Preguntas
Habitualmente
dejar ir no se convierte en tarea fácil. La mayoría cuando percibe que algo que
le importa se escapa entre sus manos, no aceptan y buscan respuestas. ¿por qué
ya no quieres que hablemos como antes?; ¿por qué has dejado de quererme?, ¿por
qué estás tan esquivo conmigo?, etc… necesitamos
explicaciones, argumentos, solemos presionar para obtener lo que deseamos y
todo ello se produce por la falta de aceptación.
Normalmente las personas que nos valoran y quieren seguirán a nuestro
lado sin tener que hacer esfuerzo, porque pondrán de su parte en mantenernos. Por lo tanto, la creencia de que
para tener algo hay que sacrificarse es errónea, porque el sacrificio sin
correspondencia trae frustración y estancamiento. Notarás que algo vale la pena cuando de forma natural todo fluya y sea un
dar y recibir recíproco.
Dejar Ir También las Ideas
Dejar ir no
sólo es aplicable a situaciones y personas, también a menudo tenemos ciertas
ideas que deberíamos dejar que se esfumaran para aumentar la felicidad. Muchas veces en vez de dejar que todo fluya
nos empeñamos en que las cosas sucedan a nuestra manera.
Planes de
fin de semana que no se concretan, creer que sin pareja no se puede ser feliz,
trasladarnos al pasado para lamentarnos, creer que no somos válidos, evitar
hacer cosas por miedos, etc… Toda idea
que provoca un sentimiento negativo, deberíamos dejar que se esfumara de
nuestra mente.
Si no tuviéramos pensamiento, probablemente disfrutaríamos más de la vida
porque nos dedicaríamos a vivir el momento tal y como está, sin intentar
modificarlo, aceptando
todo tal y como es, solo estaríamos centrados en pasarlo bien en ese momento,
nos adaptaríamos a lo que hay y no trataríamos de adaptar la realidad a
nosotros.
Desprendámonos de los Apegos
La
naturaleza es sabia, hasta los árboles dejan caer sus hojas en otoño para que
crezcan nuevas y vigorosas hojas. Toda situación puede verse desde la
perspectiva de lo positivo o negativo.
Que un árbol
pierda las hojas en otoño unos pueden verlo como negativo porque ensucian todas
las calles, las ramas se ven poco agraciadas peladas, pero otros pueden ver lo
mismo desde la perspectiva de lo positivo, las calles se llenan de belleza de
hojas que adornan, las ramas se preparan para recibir nuevas hojas y las calles
se llenan de magia…
Entrenemos nuestra mente para ver lo bueno en cada momento y cuando
sintamos que es necesario, renovemos nuestra vida, soltemos lo que nos hace
infelices, dejemos los apegos atrás para poder seguir fluyendo.
Entre las orillas del dolor y el placer fluye el río de la vida. Sólo
cuando la mente se niega a fluir con la vida y se estanca en las orillas se
convierte en problema. Fluir quiere decir aceptación, dejar llegar lo que
viene, dejar ir lo que se va. (Sri Nisargadatta Majarj).