"La fuerza del vampiro
reside en que nadie cree en él".
Gracias, doctor Van Helsing,
pensó Neville dejando
a un lado su ejemplar de Drácula.
(Richard Matheson)
Todos sabemos cómo son, cómo se visten, cómo actúan y sus propósitos: succionar la sangre de sus víctimas, pues sólo así sobreviven.
Pero existe un tipo de vampiros con el que convivimos diariamente; pueden ser: nuestro hermano, un amigo, un vecino, incluso nuestra pareja, o sea, puede ser cualquier persona con la que nos codeamos cotidianamente, cualquier persona con la que interactuamos. Ellos roban la energía vital, común en el Universo, pero que ellos no consiguen recibir.