domingo, 26 de febrero de 2012

Mantras: La Liberación de la Mente


Etimológicamente, la palabra mantra proviene de los vocablos sánscritos "Man" (mente) y "Tra" (liberar). En otras palabras, un mantra es una vibración sonora que ayuda a liberar nuestra mente de las influencias externas que se acumulan en ella, como por ejemplo la ansiedad.

Es una sílaba, palabra o frase en uno de los lenguajes sagrados (como el Sánscrito o el Gurmukhi) y algunas veces en castellano o inglés, el cual eleva o modifica la consciencia a través de su significado, ritmo, tono e incluso la reflexología de la lengua en el paladar. Suele ser una palabra o grupo de palabras, aunque también puede ser eficaz una salmodia de tonos musicales abstractos. Aunque existen algunos que vienen utilizándose desde hace siglos para lograr determinados efectos, nadie nos impide crear nuestros propios mantras, como en el caso de las afirmaciones.

La primera función que cumplen los mantras es la de purificarnos del velo de la negatividad, de la ignorancia, y por otra parte desarrollar en nosotros cualidades positivas. Acrecentar el mérito y acercarnos al "Despertar". Son recursos para proteger la mente contra los ciclos improductivos de pensamiento y acción. Aparte de sus aspectos vibracionales benéficos, los mantras sirven para enfocar y sosegar la mente. Al concentrarse en la repetición del sonido, todos los demás pensamientos se desvanecen poco a poco hasta que la mente queda clara y tranquila.

La palabra "Mantra", se utiliza ante todo para designar las formulas en verso y en prosa que se pronuncian durante las ceremonias litúrgicas, esto no debe sorprendernos, si consideramos que precisamente en los rituales es donde los gestos, palabras y pensamientos adquieren su máxima eficacia. Pertenecen pues al domino de los sagrado, constituyen el lenguaje divino y su eficacia es perfecta siempre y cuando sean pronunciados correctamente.

Están formados por largas frases con estrofas, mientras que dentro del hinduismo clásico los himnos a los dioses son concebidos como "cadenas de mantras", donde cada uno es una estrofa o un verso. Este principio existe también en las letanías budistas.


Existen muchos mantras de los Vedas. Se denomina "Vedas" (literalmente "conocimiento" en sánscrito) a los cuatro textos más antiguos de la literatura india, base de la desaparecida religión védica (previa a la hinduista). Los textos védicos se desarrollaron dentro de lo que se denomina la cultura védica, basada en castas (varna o ‘color’) y ásramas (etapas de vida religiosa). La palabra sánscrita "vedá" proviene de un término del idioma indoeuropeo (*weid), relacionado con la visión, del que surgieron el latín vedere (ver) y veritás (verdad) y las palabras españolas "ver" y "verdad".

La meditación con mantras es anterior al surgimiento del budismo, probablemente le antecede por varios cientos de años. Por eso es que puede calcularse que el  origen de los mantras se remonta al menos a la tradición védica que precedió a Buda, en la cual se empleaban los mantras de distintas maneras en múltiples ceremonias, para hacer pedidos, a sí mismo o invocar dioses.

A través de la historia, las culturas han creído en el poder sagrado de las palabras y han imaginado que al pronunciar determinados vocablos o nombres podrían controlar el mundo externo o a los poderes invisibles, como los dioses o los espíritus, los cuales se creía que actuaban sobre el mundo, y decidían el destino de cada uno.

Aunque, en sus inicios, el budismo utilizó los cantos como un modo de práctica y empleó la recitación de versos como una forma de cultivar la atención consciente en las cualidades del Buda (Buddhanusati), parece que el uso de mantras no apareció en el budismo hasta que surgieron las tradiciones del Mahâyâna, las cuales incorporaron elementos de una práctica espiritual no budista, conocida como "Tantra".

El Tantra utilizaba profusamente los mantras para comunicarse con los dioses e influir en ellos y el budismo adoptó esa metodología como un medio para entrar en contacto con las cualidades de la iluminación, practica que fue evolucionando hasta llegar a la actualidad.

El "Mahâyâna" había desarrollado ya un "panteón" de figuras simbólicas con forma humana, que representaban la diversidad del estado iluminado. Dado su estrecho contacto con las tradiciones tántricas, era natural que estos Budas y Bodhisattvas arquetípicos llegaran a relacionarse con ciertas sílabas y mantras en particular.

Los mantras emplean los mismos canales subliminales que la música y los anuncios publicitarios, aunque con intenciones mucho más benéficas. No es necesario intelectualizar el "significado" o la simbología del mantra para que su sonido ejerza sus efectos sobre nosotros. El ritmo sonoro funcionará en el plano inconsciente y acabará por saturar los pensamientos conscientes, lo cual a su vez, afectará a los ritmos. De hecho, parte de la magia del mantra consiste en que no se debe reflexionar sobre su sentido, pues sólo así trascenderemos los aspectos fragmentarios de la mente consciente y percibiremos la unidad subyacente.

La meditación con mantras consiste en antiguas vibraciones creadas a partir de los sonidos internos que los grandes yoguis percibieron dentro de sus mentes y cuerpos, basados en las corrientes internas sutiles de los Chakras, los Nadis y la Kundalini. Tiene la gran ventaja de que se puede practicar en cualquier parte y a cualquier hora del día: en el autobus, en un avión, cuando se disponga de cinco minutos, etc.

Los mantras se pronuncian de forma rápida, acompañados muchas veces de la visualización de sus sílabas o de sus significados un total de 7, 21 o 108 veces. Para no desviar la concentración de la visualización, se emplean los "malas" o rosarios de mantras, de 108 cuentas, más una adicional que no se cuenta. La recitación de mantras es una vía hábil y fructífera para que los efectos de la meditación sean duraderos y para incrementar la espiritualidad, acercando al hombre hacia el estado de "Samaddi" o meditación continua. Algunas tradiciones hindúes utilizan un "mapa la" o "mala", para recitar cada mantra en ciclos exactos al alba y a la puesta del sol.

Algunos maestros espirituales aconsejan recitarlos también cada vez que nuestra mente no esté concentrada en un trabajo que requiera toda nuestra atención, para mantener nuestra mente limpia y purificar nuestro entorno evitando los pensamientos impuros, las divagaciones y la falta de concentración. Dicen que pronunciado en voz alta durante algunos minutos a primera hora de la mañana, un mantra eficaz queda reverberando en silencio, mentalmente, durante toda la jornada, y deja en nosotros la impronta de la vibración, la imagen y el significado. Se cree que con cada eco, el mantra acentúa la magia sobre la textura de lo corporal así como de lo mental, en el sentido de promover la armonía y el orden. La actividad adopta un nuevo ritmo; todo baila a la cadencia del mantra. Si lo elegimos rápido, nos servirá para generar energía y vencer la desidia. Si recurrimos a un mantra lento, nos ayudará a obtener durante todo el día un estado de relajación y de calma.

Existen dos tipos de mantras:

Mantras que pueden ser creados por seres que poseen inteligencia y sabiduría trascendente. Se los llama mantra-nombre  pues la parte central de los mismos está constituida por el nombre de la divinidad o un santo al cual se implora y sobre el que se medita. Por ejemplo, el mantra de Milarepa es:

OM AH GURU HASA BENDSA HUNG

Las sílabas "OM" y "AH" están colocadas al principio, y la sílaba "HUNG" al final. Respectivamente, representan el cuerpo, la palabra y la mente, y son comunes a todos los mantras. La sílaba "OM" está asociada al cuerpo "vajra" o cuerpo inmutable, la sílaba "AH" a la palabra "vajra", y la sílaba "HUNG" a la mente "vajra". "GURU" significa "lama" o maestro espiritual. "HASA BENDSA" o "HASA VAJRA" es un término sánscrito traducido en tibetano por Shepa Dordye. "HASA" significa alegría y "VAJRA" es inmutable, este era el nombre tántrico de Milarepa. De esta manera, por la sola repetición de este mantra se está invocando a Milarepa. un Maestro espiritual puede crear este tipo de mantras que serán completamente válidos pues están compuestos únicamente a partir de sílabas existentes y del nombre de la divinidad o del santo al cual se invoca.

Mantras que pueden ser creados solamente por Bodhisatvas de la octava, novena o décima tierra, o completamente iluminados. Esta categoría de mantras proviene solamente de este alto nivel de experiencia. Sería imposible que un ser de realización inferior pueda crear este tipo de mantras y si esto ocurriera, cosa que sería muy rara, el mantra directamente no funcionaría. En efecto, un individuo que no tiene la realización ni la comprensión de la naturaleza de los fenómenos, de la naturaleza de la realidad, es simplemente incapaz de crear un mantra específico, con un fin específico y que sea eficaz. Por el contrario, para un Bodhisatva de excelentes cualidades es posible generar este tipo de mantras que serán eficaces en relación a la finalidad planeada. Este ser posee en efecto, una comprensión total y precisa de todos los elementos de la situación.

Bija Mantra - Sonido Raíz
Según la metafísica hindú todo está hecho de sonido, y cada cosa contiene una representación simbólica de las pautas de energía que la componen; eso es el sonido "semilla" o raíz, "bija mantra". La intención de estos mantras es la de poner a la persona que lo pronuncia en resonancia con el objeto cuyo sonido raíz ha invocado. De esta forma, mediante el conocimiento de los bija mantras se obtiene un dominio sobre la esencia de las cosas, permitiendo crear, destruir o alterar de diversas maneras. Por ejemplo, cada chakra tiene su sonido raíz asociado, que según se dice, contiene toda su esencia y, por consiguiente, todos los secretos del chakra. Teniendo en cuenta que cada chakra guarda correspondencia con su elemento, resulta que los sonidos raíz proporcionan acceso a las cualidades de tal elemento:




Tierra: Mulhadara: LAM
Agua: Swadhisthana: VAM
Fuego: Manipura: RAM
Aire: Anahata: YAM
Éter: Vishuda: HAM
Ajna: OM
Sahasrara: N (nasal)







Mantras tradicionales
Existen miles de invocaciones y mantras de las diversas culturas y religiones de todo el mundo. En algunos se observa una semejanza de ritmo y entonación que nos hacen pensar en un origen común y por lo mismo, en largos ciclos de utilización que le otorgan el poder propio de la repetición inmemorial, aunque el valor más profundo de un mantra tiene que ver con lo que nosotros invertimos en él.

AOM. El gran sonido primordial, el sonido originario a partir del cual se creó el universo, el sonido de todos los sonidos juntos.

OM AH HUM. Tres sílabas de gran poder, que se utilizan para purificar la atmósfera antes de emprender un ritual o una meditación y para trasmutar una ofrenda material en su contrapartida espiritual.

OM MANI PADME HUM. Significa "la joya del loto que reside dentro". "Mani Padme" representa la joya del loto, la sabiduría esencial que incardina las enseñanzas budistas, la esencia divina, mientras que "Hum" representa la realidad sin límites encarnada dentro de los límites del ser individual. Así, "Hum" une lo individual con lo universal.

YO SOY EL QUE SOY. Esta versión en nuestro idioma tiende también a unir lo individual con lo universal.

OM KLIM CRISTAVE NAMA HA. Significa "en el nombre del todo que mi presencia crística venga a mí".

OM NAMAH SHIVAYA. Significa "en el nombre de Shiva". Es uno de los muchos mantras que invocan nombres de divinidades.

NAMY HO REN GE KYO. Este mantra japonés tiene un significado similar al anterior.

Afirmaciones
Una afirmación expresada en forma de mantra, surte poderosos efectos, ya que en cualquier idioma, las palabras son una forma de estructuración interna del objeto aludido. Por ejemplo: "Estoy seguro, estoy aquí"; "Soy fuerte, soy capaz"; "Soy feliz", "La vida es amor y armonía"...

Para que un mantra surta efecto, no es necesario entender el idioma del mantra. El sólo sonido del mantra, trae el efecto deseado.

El mantra debe ser pronunciado muy cuidadosamente y tal como se escribe (a excepción de la letra "H", la cual se pronuncia aspirada, es decir, como una "J" en "Hare"). Después de los ejercicios, hay que sentarse durante cinco minutos y repetir el mantra en voz suficientemente alta para que nosotros mismos lo podamos escuchar. Se debe repetir el mismo mantra una y otra vez, dejar que la mente se bañe en la vibración purificadora que emana del mantra, olvidándose de todas las demás cosas. Hay que relajarse y respirar  la atmósfera milenaria de los yoguis autorrealizados.

Hay que pronunciados en voz alta o interiormente de forma rítmica y repetitiva. Comenzar repitiendo el mantra en voz alta o mentalmente, si es necesario e inmediatamente después hay que alejarse del ruido y los pensamientos se harán más claros.

Al recitar los mantras se utiliza alguno de los tres lenguajes de la consciencia:

Humano: Las cosas, el mundo. Se recitan en voz normal o alta.
Amantes: El deseo de pertenecer. Se recitan con un susurro fuerte.
Divino: El infinito. Se recitan mental o silenciosamente.

La práctica se hace principalmente de dos maneras:


Japa Mantra. Se utiliza para un collar de meditación de 108 cuentas hechas de sándalo, tulsi o semillas de rudraksha, las cuales tienen propiedades curativas y relajantes. "Japa" quiere decir “repetición”, y "Mala" quiere decir “collar”. "Japamala" significa "collar de repetición". Este collar no debe ser nunca confundido con un "rosario" católico, ortodoxo, árabe, ya  que el "rosario" tiene una antigüedad de 1.500 años en cambio el "Japamala" tiene una antigüedad de 6.000 años. El "Om" sólo debe usarse para empezar o terminar la meditación, pronunciándolo tres veces. Y en diferentes situaciones que se desee tener un buen augurio. Pero no es conveniente hacer "Japa mantra" 108 veces, ya que su poder es muy grande y se puede tener una depuración energética muy abrupta.

En yoga es importante hacer las cosas de manera gradual y sistemática, para que resulten naturales y no agresivas, según el principio de "Ahimsa" de la "no-violencia".

La práctica de "Japa mantra" debe hacerse -en lo posible- con una frecuencia diaria: en la mañana temprano al levantarse y en la noche antes de dormir: sentarse en una posición con las piernas cruzadas y la espalda derecha. Si es necesario se puede apoyar la espalda. Si duelen las piernas, se puede  hacer sentado sobre una silla con los pies apoyados firmes en el suelo. El collar de meditación se toma con la mano derecha y se pone sobre la rodilla derecha (aunque sea zurdo). La mano izquierda se apoya relajada o con un "mudra" sobre la rodilla derecha. Los ojos cerrados.

Cada una de las 108 cuentas del collar se van pasando hacia delante con los dedos: pulgar, mayor y anular de la mano derecha. Nunca se deben usar los dedos índice ni meñique ya que estos están conectados con las energías del ego y la inercia. El collar de 108 cuentas tiene un "Penacho" que representa "la cabeza", por lo tanto, al llegar con los dedos a ese punto, no se debe atravesar ni pasar por encima, sino que, hay que volver hacia atrás, en el caso de que se quiera, dar más de una vuelta.


Ajapa-japa. Consiste en la repetición constante y espontánea, en todo momento y en cualquier lugar. También, en este caso, el mantra ideal es "So-Jam".

Cuando no se está trabajando o estudiando, la mente se queda ociosa divagando y pensando en problemas y cosas que preocupan y tensionan. En ese momento es, cuando resulta indispensable y útil, practicar con "Ajapa-japa" y así evitar el vagar de la mente, creando un estado de concentración y atención más estable.

Los mantras pueden emplearse solos o como parte de una práctica de visualización. En una visualización típica se da una comunicación que va de la "deidad" al practicante (como bendiciones, como rayos de luz o, incluso, como palabras) y también hay una comunicación desde el meditador hacia la deidad, en forma de mantra.

También pueden usarse como "protectores de la mente" mientras se camina, se está sentado meditando o se hace cualquier actividad.

Con frecuencia, los budistas cuentan los mantras que cantan pasando las cuentas de una "mala". El acto físico de contar girando una mala ayuda a la mente a mantenerse enfocada. Normalmente, una mala tiene 108 cuentas. Este número tenía un significado místico en la antigua India. Puede traerse la mala colgada en el cuello, de modo que se tenga a la mano cuando sea necesario. También hay malas que tienen 21 cuentas y se utilizan como pulseras, aunque no es esencial usar una mala.

Si se quiere usar mantras en una meditación formal, ya sean cantados  en voz alta o de manera interna, primero hay que situarse cómodamente, con una postura erguida. Durante algunos minutos, observar la respiración y dejar que la mente se asiente. Quizá se prefiera dejar que tu respiración sea más lenta, llevándola hasta el abdomen y haciéndola más profunda. Esto ayudará a aquietar la mente, aunque no es necesario que la mente esté absolutamente serena antes de comenzar a decir el mantra.

Si se está diciendo el mantra en voz alta, debe dejarse resonar en el pecho.

Puede servir inhalar profundamente, llevando el aire al vientre, antes de pronunciar cada mantra. Por lo general, un mantra sonará mejor si emite en una sola exhalación. Si eso  resulta difícil, tampoco es imprescindible.

Dejar que dure la última nota de cada mantra antes de comenzar con el siguiente. SE podrá observar cómo los mantras entran en un ritmo natural con la respiración. Hay que asegurarse que el mantra vaya con la respiración y no al revés, porque podría acabar faltando aliento.

No hay que pensar activamente en el significado del mantra. Si se conoce el significado de alguna de las palabras, es posible que remita a ciertas ideas. Esas asociaciones tendrán un efecto en la mente y su sentido se irá haciendo más profundo cada vez, conforme se explore fuera de la meditación.

Si surge alguna preocupación en cuanto a estar trabajando adecuadamente con el mantra, hay que dejar que esa inquietud se disipe. Poco importa si la pronunciación no es la correcta, lo que cuenta es el espíritu.

Para terminar, hay que permitir que el canto vaya bajando de volumen poco a poco, hasta que deje de ser un sonido externo y sólo se escuches en el interior. Luego, dejar que ese sonido interno se vaya volviendo silencio.

Al concluir la práctica, hay que permanecer sentado en la resonancia de ese silencio, dejando que la vibrante quietud tenga un efecto refrescante en la mente y las emociones.

Hay dos cosas que se pueden hacer para que el uso de un mantra sea más potente, independientemente de cómo se recite. Una es ver el mantra, como si se fuese escribiendo a medida que se recita y la otra es escuchar activamente a medida que se entona, a lo mejor, en este caso, cuando se esté usando uno de los dos primeros lenguajes de la consciencia.

Algunos mantras están particularmente asociados a aspectos de nuestra existencia. Ya sea la prolongación de la vida, la purificación de enfermedades, impedir que la mente caiga en estados inferiores, o eliminar el miedo y la ansiedad, etc. Pero en general, podemos decir que todos los mantras tienen el mismo objetivo: eliminar el sufrimiento y la confusión, y conducir al practicante hacia el "Despertar".


Algunos de los mantras más usados son las siguientes:

AD GURAY NAMEH, JUGAD GURAY NAMO
SAT GURAY NAME, SIRI GURU DEVAY NAMO

Es el "Mangala Charn Mantra" que es entonado para la protección. Rodea el campo electromagnético de luz protectora, y significa "Yo saludo al Guru primordial (consciencia que nos guía a la Realización Divina), yo saludo la sabiduría de todos los tiempos, yo saludo la Verdadera Sabiduría, yo saludo a la gran e invisible sabiduría."

ADI SHAKTI, ADI SHAKTI, ADI SHAKTI NAMO NAMO
SARAB SHAKTI, SARAB SHAKTI, SARAB SHAKTI NAMO NAMO
PRITHUM BHAGAWATI, PRITUM BHAGAWATI, PRITUM BHAGAWATI NAMO NAMO
KUNDALINI, MATA SHAKTI, MATA SHAKTI, NAMO, NAMO

El Primer Shakti Mantra nos sintoniza con la frecuencia de la Madre Divina y con la energía primordial protectora y generativa. El entonar este mantra elimina miedos y satisface deseos. "Adi Shakti" significa el "Poder Primordial", "Sarab Shakti" significa "Todo el Poder", y "Pritum Bhagawati" significa "que genera a través de Dios".

AKAL, MAHA KAL

Significa "Sin Muerte, Gran Muerte", es un potente mantra revitalizador que remueve miedos y relaja la mente.

AP SAHAEE HOA SACHE DA SACHE DHOA, HAR, HAR, HAR

Significa "El Señor Mismo se ha convertido en nuestro protector, el más Verdadero de lo Veraz se ha ocupado de nosotros, Dios, Dios, Dios" o "El Señor Mismo es mi refugio, verdadero es el apoyo del Verdadero Señor". Es un mantra entonado para la prosperidad.

ARDAS PAYE, AMAR DAS GURU, AMAR DAS GURU,
ARDAS PAYE, RAM DAS GURU, RAM DAS GURU, RAM DAS GURU,
SUCHE SAHE

Garantiza por la gracia de Guru Amar Das, quién da esperanza a los desesperanzados, y Guru Ram Das, que es el Rey de los Yoguis y el Concesionario de Bendiciones, del pasado, presente y futuro, que la plegaria será  respondida, y que todas nuestras necesidades se verán provistas, ¡firmado, sellado y entregado!

DHARTI HAI, AKASH HAI, GURU RAM DAS HAI

"Dharti" significa tierra y "Akash" es "Ether", y "Guru Ram Das" es el venerado cuarto Guru Sikh. Este es el primer "Sodhung Mantra".

EK ONG KAR, SAT GUR PRASAD, SAT GUR PRASAD, EK ONG KAR

Es el mantra mágico llamado así por su poder y sacritud. Normalmente se recita viceversa (Ek Ong Kar, Sat Gur Prasad, Sat Gur Prasad, Ek Ong Kar). Muchas páginas están dedicadas a la explicación de este mantra y se nos avisa de entonarlo con reverencia. Significa "Hay un Creador - Verdad revelada a través de la gracia del Guru".

EK ONG KAR, SAT NAM, SIRI WHA(HE) GURU

Es el "Adi Shakti Mantra", y es muy potente para despertar la energía Kundalini y suspender la mente en dicha. "Ek" significa "Uno, la esencia de todo", "Ong" es la vibración primordial de la cual fluye toda la creatividad, "Kar" es "creación", "Sat" "verdad", "Nam" es "nombre", "Siri" es "gran", "Wha" "éxtasis" y "Guru" es "sabiduría". Cuando se juntan las palabras significa "Hay un Creador cuyo nombre es Verdad. ¡Grande es el éxtasis de esa Sabiduría Suprema!".

GOBINDE, MUKANDE, UDARE, APARE, HARIANG, KARIANG, NIRNAME, AKAME

Es el Guru Gaitri Mantra, cuyo significado es "Sustentador, liberador, iluminador, infinito, destructor, creador, sin nombre, sin deseo". Trae estabilidad a los hemisferios del cerebro y trabaja el centro del corazón para desarrollar compasión, paciencia y tolerancia, uniéndonos con lo Infinito.

GURU GURU WAHE GURU, GURU RAM DAS GURU

Hace un llamado a Guru Ram Das encomiándonos a la luz de su guía espiritual y su gracia protectiva.

"HAR" significa "Creatividad Infinita, un nombre de Dios".
"HARA" es otra forma.
"HARI" es la forma activa de la Creación.

HARI NAM, SAT NAM, HARI NAM, HARI
HARI NAM, SAT NAM, SAT NAM, HARI

El nombre de Dios es el Verdadero Nombre.

HUM DUM HAR HAR

Este mantra abre el chakra del corazón y significa "Somos el Universo, Dios, Dios".

"ONG" significa "Creador", la vibración Primordial de la cual fluye toda creatividad.

ONG NAMO, GURU DEV NAMO

Es el "Adi Mantra" que precede la práctica del Kundalini Yoga, sintonizándonos con nuestro ser superior. "Ong" es la "Infinita energía Creativa en manifestación y actividad". ("Om" o "Aum" es "Dios absoluto y sin manifestar"), "Namo" es "saludar con reverencia" implicando humildad, "Guru" significa "maestro o sabiduría", "Dev" significa "Divino o de Dios" y "Namo" reafirma humildad y reverencia. En su total significa, "Hago un llamado a la Sabiduría Divina".

ONG SO HUNG

Es "Creador, ¡yo soy Vos!", un mantra que produce vigorización y la apertura del corazón.

PRANA, APANA, SUSHUMNA, HARI
HARI HAR, HARI HAR, HARI HAR, HAR

"Prana" es la fuerza vital, "Apana" la fuerza eliminativa, y "Sushumna" es el canal central para esa fuerza. Esto ayuda a elevar la energía por la columna para la curación. "Hari" y "Har" son nombres de Dios.

PRITVI HAI, AKASH HAI, GURU RAM DAS HAI

"Pritvi" significa "tierra", hacer un llamado al venerado Guru Ram Das es algo muy poderoso.

RA MA DA SA, SA SAY SO HUNG

Es el "Siri Gaitri Mantra" y se entona para curar. "Ra" es el Sol, "Ma" es la Luna, "Da" es la Tierra, y "Sa" es Infinidad. "Say" es la totalidad de la Infinidad, y "So Hung" es "Yo soy Vos". "Ra Ma Da Sa" es el mantra de la Tierra, y "Sa Say So Hung" es el mantra del éter.

SA TA NA MA

Es el Panj Shabad expresando los cinco sonidos primordiales del universo. "S" es infinidad, "T" es vida, "N" significa muerte y "M" es renacimiento. (El quinto sonido es "A"). Este es uno de los mantras más frecuentemente usados en el Kundalini Yoga.

SAT NAM

Es el mantra semilla o "Bij Mantra" y es el más usado en la práctica del Kundalini Yoga. "Sat" significa "Verdad"; "Nam" significa "hacer un llamado a, nombrar o identificarse con". "Sat Nam" significa "Verdad es mi identidad y Yo hago un llamado a la Verdad eterna que reside en cada uno de nosotros". Entonar este mantra despierta el Alma, y con más sencillez significa "realmente".

SAT NARAYAN, WHA HE GURU, HARI NARAYAN, SAT NAM

"Narayan" es el aspecto del Infinito que se relaciona al agua, y "Hari Narayan" es el Sustento creativo, que hace que el que entone este mantra intuitivamente nítido o curativo. "Sat Narayan" es "Verdadero Sustentador", "Wahe Guru", "indescriptible Sabiduría", y "Sat Nam", "Verdadera Identidad". Este es el antiguo "Chotay Pad Mantra".

WAHE GURU

Es el Guru Mantra, el mantra del éxtasis. No tiene traducción, pero entonarlo eleva el espíritu.

WAHE GURU, WAHE GURU, WAHE GURU, WAHE JEEO

"El éxtasis de la consciencia es mi amado".

EK ONG KAR, SAT NAM, KARTA PURKH, NIRBHAO, NIRVAIR AKAL MOORT, AJUNI, SAI BHANG, GUR PRASAD, JAP AD SUCH, JUGAD SUCHIHE SUCH, NANAK HOSI BEE SUCH

Es el "Mul Mantra", la raíz de todos los mantras. Significa, "El creador de todo es Uno. Verdad es su nombre. Él lo hace todo, sin miedo, sin ira, inmortal, sin nacer, auto-realizado, realizado a través de la gracia del Guru, Medita: Él era verdadero al principio, verdadero en todas las épocas, verdadero incluso ahora. Nanak será verdadero para siempre".

Este mantra se encuentra en las bases de la teología Sikh, es la raíz de todos los demás y aparece ya en la composición “Granth”.

Se le atribuye como primer escrito al Gurú Nanak bajo iluminación, cuando tenía 30 años.

Dicen que contiene la maestría de todos los secretos interiores y que equilibra todos los chakras y cuerpos. La explicación filosófica necesitó unas 1.430 páginas por el Gurú Granth Sahib.

Su significado en castellano es:

El Creador de Todo es Uno, Verdad es su nombre, Hacedor de Todo, Sin miedo, sin ira, sin venganza, Inmortal, Nonato, Iluminado a sí mismo, Todo se conoce por la Gracia. Medita: Él era Verdad en el Principio, Él era Verdad a través del tiempo, Él es Verdad hoy, ¡Oh Nanak! Él siempre será verdad.

En Gurmukhi:
ੴ ਸਤਿ ਨਾਮੁ ਕਰਤਾ ਪੁਰਖੁ ਨਿਰਭਉ ਨਿਰਵੈਰੁ ਅਕਾਲ ਮੂਰਤਿ ਅਜੂਨੀ ਸੈਭੰ ਗੁਰ ਪ੍ਰਸਾਦਿ ਜਪੁ
ਆਦਿ ਸਚੁ ਜੁਗਾਦਿ ਸਚੁ ॥ ਹੈ ਭੀ ਸਚੁ ਨਾਨਕ ਹੋਸੀ ਭੀ ਸਚੁ ੧

El Mul Mantra o Mantra Raíz describe la personalidad y la conciencia de un ser elevado. Meditando en él se alcanza el dominio de todos los secretos interiores y el equilibrio de los cuerpos espirituales y los chakras.


Cada mantra tiene una determinada cualidad, pero es en el Mul Mantra donde todos los mantras se funden. Conecta al que lo invoca con el Infinito y al Infinito con quien lo invoca.

Meditando en él nada negativo podrá tocarte. Si estás viviendo un momento en el cual no encuentras la calma y nada parece funcionar, medita en él y te ayudará.

El Mul Mantra es un rompecabezas, donde las piezas encajan de manera perfecta. Cada pieza tiene razón de ser gracias al resto y uno solo es capaz de verlo al colocar las piezas juntas.

Cada mantra del Mul Mantra forma parte de un sentido mayor, que sólo tiene sentido si comprendemos cada parte y su relación con el resto. Esto es debido a que el Mul Mantra es un “mapa del Ser”.

Cada mantra tiene su propia facultad. Sin embargo, se dice que todos los mantras se sumergen en el Mul Mantra. Nada podrá afectarte con este mantra. Cuando nada funciona ni se arregla, el Mul Mantra lo hará por ti.El conocimiento total de Dios y del éxtasis está contenido en el Mul Mantra. El secreto es hacerlo en una respiración. La respiración no debe romperse. El sonido va cambiando, pero se sostiene el canto en una sola respiración.

La segunda parte del Mul Mantra es:

AAD SUCH, JUGAAD SUCH, HAI BHEE SUCH, NANAK HOSEE BHEE SUCH

Se le llama “Kundalini Mantra" o “Shakti Mantra". Esta parte armoniza y equilibra la psique individual y colectiva en la época actual de cambios intensos y profundos. Actúa en el flujo de energía de los hemisferios cerebrales. Permite prosperar, progresar e ir más allá, en medio de la adversidad. Actúa en el centro del corazón (4º chakra) para crear un aura de vibración para la proyección y protección. Así, todos los males desaparecen.

La postura consiste en sentarse con los pies cruzados en una posición fácil. Si esto resulta difícil o incómodo, podemos sentarnos en una silla con los pies bien firmes en el suelo. Se endereza la columna y se retrasa el mentón enderezando la cabeza y el cuerpo. Se colocan las manos en la zona inferior de la espalda, con los brazos relajados y los codos levemente doblados. Se entrelazan los dedos de ambas manos y se mantienen en forma de candado relajadamente con las palmas hacia arriba. El peso de las manos recaerá sobre los hombros para que se enderecen. Se recita el mantra completo en una respiración sin ofrecer resistencia.

Se debe meditar con este mantra durante 40 días o más si es necesario.



Fuentes:






El Peso del Alma



"Me llamas tú vida, llámame tú alma;
porque el alma es inmortal y la vida es un dia."
(Paul Charles Bourget)







Hablar del alma o de consciencia, siempre da lugar a argumentos metafísicos, que rayan en lo religioso o incluso esotérico, que suelen escapar a la Ciencia, la cual ha ahondado en el tema para darle una explicación plausible.

Si eres de los que cree que somos algo más que un cuerpo físico y  que nuestra consciencia es asimilable al alma quizá te hayas cuestionado alguna vez qué parte de nosotros ocupa, dónde reside, cómo funciona e incluso cuánto puede llegar a pesar. Tal vez conozcas la película "21 Gramos" escrita por Guillermo Arriaga, dirigida por Alejandro González Iñárritu e interpretada por Sean Penn, Naomi Watts y Benicio del Toro, entre otros. En apariencia no parece que exista ninguna relación entre nuestro alma con este film cinematográfico, sin embargo, existe una relación directa: es el peso que todos, absolutamente todos los seres humanos perdemos en el momento de nuestra muerte, al exhalar nuestro último aliento, de media, perdemos 21 gramos de nuestro peso corporal.

Este es el peso que los científicos estudiosos del tema conceden a nuestro alma, o si lo prefieres a nuestra consciencia, la cual, según el profesor Eduard Punset se sitúa en nuestro cerebro en una compleja estructura de neurotransmisores. Los neurotransmisores son biomoléculas que transmiten información de una neurona (un tipo de célula del sistema nervioso) a otra neurona consecutiva, dicho de una forma más llana, son los elementos que conforman la comunicación celular y que suelen asimilarse con las hormonas. Ejemplos de neurotransmisores conocidos son la adrenalina, la serotonina o el glutamato.

Sin embargo, la composición de esos 21 gramos continúan siendo un misterio para la Ciencia, aunque son abundantes los científicos que han dedicado sus estudios a encontrar una explicación. Ya en 1907 el doctor  en Medicina Duncan MacDougall de Haverhill, Massachussets, tras realizar experimentos con seis enfermos terminales, quienes le autorizaron a situar bajo sus camas una plataforma con una balanza cuya probabilidad de error era de 3 gramos, aventuró la hipótesis de que el alma podría pesar entre 18 y 21 gramos, pues esta fue la pérdida de peso que constató en el momento del fallecimiento de los enfermos que formaron parte del estudio. Igualmente, MacDougall midió la pérdida de peso en la muerte de 15 perros con la misma balanza, constatando que ninguno de los animales estudiados perdiera peso alguno.

El Nóbel de Física de 1962, Francis Crick, quien dedicó más de 50 años al asunto, junto con James Watson, a raíz del experimento de MacDougall, descubrieron en el año 52 que ciertas estructuras cerebrales desparecen justo en el momento de la muerte, cuyo peso oscila en torno a los 21 gramos.

Basándose en esta hipótesis, en 1996 científicos de la Universidad de Michigan realizaron otro experimento con 540 personas en estado terminal que se encontraban en camillas sobre las que situaron balanzas electrónicas de gran precisión, constatando que todos los cuerpos, al fallecer perdían alrededor del mencionado peso, pero, una vez más no pudieron confirmar la procedencia de esta pérdida.

Luego, hasta el momento, lo único que se puede presuponer es su peso y que se aloja en nuestro cerebro, de tal forma que todas nuestras emociones, identidad, voluntad, etc. son el resultado de la actividad eléctrica producida por el funcionamiento de un conjunto de neuronas, por ello, al fallecer y desaparecer esta actividad neuronal, también cesa la actividad cerebral y nuestro alma se detiene provocando el descenso de los 21 gramos que abandonan nuestro cuerpo, con la diferencia de que nuestro cuerpo ya sin vida, permanece, mientras que esos 21 gramos "etéreos" desaparecen sin dejar rastro alguno y sin saber qué ocurre con ellos o a dónde van a parar... Ese es el gran misterio que la Ciencia no logra desvelar.









Si se acepta como válida esta teoría científica, desde el punto de vista filosófico resulta sorprendente cómo algo que parece ocupar todo nuestro cuerpo y llenar nuestras vidas: personalidad, sentimientos, emociones, recuerdos, vivencias, etc., físicamente pueda tener un peso tan ínfimo como 21 gramos, toda vez que le concedemos un significado tan incorpóreo e intangible como liviano. Por otro lado, si aceptamos que somos energía y que ésta ni se crea ni se destruye, sino que sólo se transforma, ¿sería admisible pensar que esos gramos son el peso de nuestra energía que se transforma una vez nuestro cuerpo físico queda inservible y ya no puede permanecer en él?

Desde una perspectiva holística, en el momento de nuestra muerte perdemos nuestra parte física, pero, entonces ¿qué ocurre con nuestra parte mental/ emocional? ¿y con nuestra parte espiritual? ¿Podríamos pensar que junto al cuerpo se desvanecen también la mente y las emociones que integraron y conformaron la vida del cuerpo ya inerte y que, por tanto, esos misteriosos gramos son los que constituyen nuestra parte espiritual? Tal vez sean nuestro alma, tal vez simplemente el peso del último aliento, del aire que exhalan los pulmones al fallecer, la evaporación del agua mediante la última transpiración... sólo hipótesis que ni la Ciencia, ni la Metafísica hoy por hoy pueden confirmar. ¿Qué ocurre con esos 21 gramos? ¿A dónde van? ¿Qué son? ¿Acaso es nuestro espíritu que viaja a otro lugar? Realmente no sabemos nada, nadie tiene la respuesta; como Sean Penn, ya moribundo, en la mencionada película, sólo podemos preguntarnos:




"¿Cuántas vidas vivimos? ¿Cuántas veces morimos?
Dicen que todos perdemos 21 gramos
en el momento exacto de la muerte. Todos.
¿Cuánto cabe en 21 gramos? ¿Cuándo se pierde?
¿Cuándo perdemos 21 gramos?¿Cuánto se va con ellos? ¿Cuándo se gana? ¿Cuánto... se gana?
21 gramos, el peso de 5 monedas de 5 centavos,
el peso de un colibrí, de una chocolatina...
¿Cuánto pesan 21 gramos?"


Fuentes:
Duncan MacDougall: El Alma Pesa entre 18 y 21 Gramos
Neurotransmisor



sábado, 25 de febrero de 2012

Los "Te Quiero" Virtuales



Al leer en la pantalla un "¡Te quiero!" procedente de esa persona que, aun estando a cientos e incluso miles de kilómetros de distancia física, hace latir el corazón al compás de una romántica canción, es el despertar de una gran emoción que se materializa en un dulce escalofrío que recorre toda la espalda, como una gran descarga eléctrica que transporta al más allá y hace que en el estómago revoloteen mariposas a gran velocidad. Aun así, frecuentemente se diluyen como la sal en el agua, o como zumo de limón que deja un sabor ácido en la boca al comprender que todo ha sido ficticio, que ha sido una simple artimaña o una pasajera atracción virtual. Resulta difícil encontrar a esa persona que se lleva tiempo buscando infructuosamente para acabar hallándola al otro lado de un ordenador, comprender que el espacio y las circunstancias personales de cada cual impiden la deseada unión o averiguar que ese alguien especial a quien se creía haber encontrado, no era más que una idealización, una creación de la mente, alguien que se estaba limitando a interpretar un papel que no se correspondía con la realidad de los hechos.

Sin embargo, mientras unos expelen un cierto tufillo a contenedor de basura nada más recibirlos; cuando los hay que huelen a rosas, pero como ellas se marchitan y se pudren desprendiendo también un olor rancio y añejo que resulta desagradable, que rezuma podredumbre, paradójicamente, también los hay que son reales como la luz del día, aquellos que, como las buenas esencias, se guardan en frasquitos pequeños y al abrirlos inundan el ambiente de un fresco y natural aroma, de un dulzor que embriaga los sentidos.

¡Qué difícil resulta confirmar la verdad! ¡Qué difícil es verificar una certeza a través de un  frío monitor! Más cuando el deseo de encontrar a ese ser especial desborda y supera la capacidad racional.

No obstante, ¿por qué negarnos el derecho a descubrir la verdad? ¿Por qué dudar anticipadamente? ¿Es por la barrera que nos imponen nuestros miedos ocultos? ¿Por el temor al fracaso o al rechazo? ¿Por evitar sentirnos juguetes en manos de nadie? ¿Por dudar de la integridad de esa persona en la que, en teoría, creemos que nos llena? Al igual que el  miedo es libre,  la intuición suele ser certera. Entonces, ¿por qué no brindarle la oportunidad a nuestros sentidos de guiarnos por ellos, de fiarnos de las recomendaciones de nuestra intuición, sin que ello, lógicamente, nos haga perder la razón y el sentido común? ¿Por prudencia? Es coherente ser prudente, pero no por ello negarnos el derecho a vivir libres y disfrutar como merecemos y deseamos.

No hay que prejuzgar, no dejarse llevar por falsas apariencias, no hay que permitir que paguen justos por pecadores, impidiendo recibir un sincero “te quiero virtual” confundiéndolo condicionados por malas experiencias pasadas, con otros falsos que hayamos recibido con anterioridad, ya fueran reales o virtuales. Aunque de todo hay en la vida, prefiero ser inocente y bien pensada, presuponer que ninguno es simulado a priori, opto por creer en la bondad y la sinceridad de las personas, antes que en sus malos pensamientos y perversas intenciones, aunque siempre pueda existir alguien que nos lo pueda poner difícil. No hay que pensar tanto, ni buscarle los tres pies al gato -¿no deberían ser cinco...?-.

Yo he enviado y recibido "te quiero virtuales" pero sin escribirlos, ni leerlos, sino pronunciándolos y escuchándolos con y desde el corazón, con el convencimiento que al otro lado del cable se experimentaba la misma emoción y el mismo sentimiento. Pues lo importante es eso, querer y saberse querido, creer en la sinceridad de cuanto se recibe y transmite, a pesar de estar al otro lado del espejo, sin haber cruzado el umbral de El País de Las Maravillas.

Yo he sido como Alicia y he cruzado el espejo, encontrando maravillas que jamás hubiese imaginado de no haberlo atravesado. He escuchado miradas y he visto palabras, he vibrado con sentimientos propios y ajenos, mientras se producía una gran revolución en mi interior y podía percibirla en la otra persona. He conocido al príncipe azul que se convirtió en sapo, a corderos disfrazados de lobo, a la malvada Reina de Corazones... tal vez, algún día, se cruce conmigo el Sombrerero Loco.

Sé lo que se siente con un abrazo en un aeropuerto o en una estación de tren con un  encuentro y con una despedida, cuando queda la ilusión de volver a llenar el vacío del adiós físico que impone la distancia, no así el adiós emocional, porque ahí no hay hueco al quedar confirmada la veracidad de cuanto se sentía antes de adentrarse en lo desconocido que se ha materializado, cuando un impulso o el instinto dice “sí, ve, traspasa las barreras físicas y mentales, tantos y desmedidos temores sociales que nos confunden con lo ¿desconocido?”. Entonces te sientes más cerca de la felicidad, percibes que tienes el valor de enfrentarte a la verdad, de convertir el “te quiero virtual” en una realidad tangible que sobrepasa las fronteras cibernéticas y, a través de ellas, lo alcanzas en el mundo físico y real. Es, entonces, cuando te sientes libre por haber sido capaz de romper con tus miedos y lograr superarte a ti mismo; es, entonces, cuando sientes que tienes TODO, porque has desvelado el misterio que se oculta tras el monitor, cuando constatas si fue un espejismo o si el espejo te devolvió la imagen idealizada que tú mismo creaste en tu mente hecha realidad.

Si eres de los afortunados que, deseándolo, reciben un "Te quiero virtual" y una invitación al encuentro real, es un incentivo para aventurarte a descubrir si, más allá del mundo de ficción, puedes constatar que efectivamente son las pulsaciones del corazón y no las del teclado las que lo pronuncian y escuchan.


¿Pulsaciones en un teclado de plástico fáciles de escribir? Quizá, pero ¿por qué no pensar y sentir que son las pulsaciones de nuestro corazón? ... Yo tecleo con el corazón. Y tú ¿con qué tecleas?


Ó AnA Molina (Administrador del blog)