"Lo esencial es invisible a los ojos"
(Antoine de Saint-Exupéry)
"El Principito" es un relato corto del aviador francés Antoine de Saint-Exupéry. Fue publicado por primera vez el 6 de abril de 1943 y que se ha convertido en una de las obras más reconocidas de la literatura universal.
Inicialmente se considera un libro infantil, por su redacción, por la sencillez de su relato, por los personajes que en él aparecen. Sin embargo, esta obra es en realidad una metáfora en la que el autor trata temas tan profundos como el sentido de la vida, la amistad y el amor, a través de las vivencias de un joven príncipe que ha vivido toda su vida solo en un planeta sin reino sobre el que gobernar.
Habla de la inocencia de un niño y su inquietud por conocer el exterior. Una historia nos enseña que existen cosas buenas en este planeta en las que no reparamos y no sabemos apreciar como la naturaleza, como cuando al observar una flor apreciamos la belleza que podemos encontrar en casi todo aquello que nos rodea.
Un relato repleto de metáforas sobre un mundo repleto de personas materializadas, en busca del poder y llenas de soberbia, caprichosas y vanidosas, etc. en lugar de centrarse en la materialización de un mundo íntegro y honesto donde primen los valores morales.
A través de conversaciones que el propio autor tiene con el pequeño príncipe desvela su propia visión sobre la estupidez humana y la gran sabiduría de los niños. Esa maravillosa sabiduría que todos vamos perdiendo a medida que vamos creciendo y nos convertimos en adultos.
El reinado del pequeño se reduce a un pequeño planeta, el asteroide B 612 en el que tres volcanes, una rosa. unos baobabs que el niño trata de arrancar constantemente para que no echen sus grandes raíces, lo que destrozaría su planeta.
Cansado de los reclamo y reproches de su rosa, a la que siempre mima con esmero, el pequeño príncipe decide abandonar su pequeño mundo para descubrir el universo. En su recorrido viaja a seis planeta, cada uno de los cuales habitado por un personaje: un rey, un individuo vanidoso, un borracho, un ejecutivo de negocios, un farolero y un geógrafo, todos los cuales le demuestran lo vacías que se vuelven las personas cuando se transforman en adultos.
El reinado del pequeño se reduce a un pequeño planeta, el asteroide B 612 en el que tres volcanes, una rosa. unos baobabs que el niño trata de arrancar constantemente para que no echen sus grandes raíces, lo que destrozaría su planeta.
Cansado de los reclamo y reproches de su rosa, a la que siempre mima con esmero, el pequeño príncipe decide abandonar su pequeño mundo para descubrir el universo. En su recorrido viaja a seis planeta, cada uno de los cuales habitado por un personaje: un rey, un individuo vanidoso, un borracho, un ejecutivo de negocios, un farolero y un geógrafo, todos los cuales le demuestran lo vacías que se vuelven las personas cuando se transforman en adultos.
El geógrafo le recomienda viajar al planeta Tierra, donde conocerá a nuestro aviador perdido en el desierto del Sahara tras un accidente con su avión.
Cada lector puede interpretar las metáforas de diferentes maneras, porque cada opinión es una verdad, porque no se puede afirmar que exista una única y exclusiva verdad, sino que todas son válidas al ser meras interpretaciones de la realidad que percibimos cada uno de las circunstancias y de la vida en sí misma. Sin embargo, cada metáfora entraña un significado de la propia obra.
La obra es una crítica sarcástica a las cosas que para los adultos son importantes en su vida e inducen al niño hacia el camino de lo que denominamos "correcto". Así, podemos encontrar el libro salpicado citas que nos lo demuestran como "La geografía, en efecto, me ha servido de mucho; a primera vista podría distinguir perfectamente China de Arizona. Esto es muy útil, sobre todo si se pierde uno durante la noche".
La sinopsis del libro podría concretarse en que cuenta la aventura de un joven que no soporta a los adultos, decide hacer un viaje con su avioneta, cuando estaba sobrevolando el desierto la avioneta se le estropeó y al viajar en solitario tiene que arreglarla con el inconveniente de que sólo tenia agua para ocho días.
Es aquí cuando conoce a El Principito, quien le pide que dibuje un cordero y es en este momento cuando entablan amistad. Entonces el joven empieza a preguntarle de dónde viene y El Principito le empezó a contar que venia de un planeta muy pequeño que en la Tierra es considerado un asteroide y le cuenta sus circunstancias en su planeta: el problema con los “baobabs”, que son unos árboles de crecimiento muy rápido que deben ser arrancados de raíz rápidamente para evitar que hagan explotar su pequeño planeta; la historia de la rosa más preciosa que jamás había visto, pero que le exigía constantemente hasta que cansado de sus reclamos decidió abandonar su pequeño planeta, reconociendo echarla de menos; le cuenta sus sucesos con diversas personas con que se encontró en su visita a varios planetas hasta su llegada a la Tierra, donde se posó en el desierto, como siguió caminando hasta encontrar al zorro que le rogaba que le domesticara para que tener un motivo para vivir; cómo llegó a un jardín en el que encontró cientos de rosas, descubriendo lo afortunado que es por tener una rosa igual por el exterior pero diferente interiormente.
El Principito explica a su amigo aviador que debe regresar, despidiéndose con tristeza por el cariño y amistad que habían trabado.
Buscaba un planeta donde vivir su ideal, como en un paraíso platónico. Y en este planeta encontrará realmente lo que busca, la inocencia, la amistad y la pureza, esto lo hace tener gratitud y respeto cuando se relaciona con los demás, ya que aprecia lo que en su planeta no tiene y que otros si pueden tener a manos llenas. Busca una flor como la de su planeta que representa sus ideales y sus valores, cuidándolos y desarrollándolos poco a poco como una flor.
Cada personaje representa un ideal, un sueño perdido, un ejemplo a no seguir... todos incluyen su propia "moralina" digna de ser analizada en profundidad.
El Principito. Es un niño que se pasea de planeta en plantea haciendo preguntas que resultan obvias para los adultos que los habitan y que son importantes para que el niño protagonista del libro comprenda el significado de aquello que interesa lo más mínimo a los adultos, cuando en realidad sí tendría que interesarnos, porque en su simplicidad se haya la respuesta a tantas cuestiones que nos resultan triviales, pero que, en el fondo, son esenciales para dar un sentido a todo cuanto nos rodea, a nuestras propias existencias.
Los planetas simbolizan las vidas de sus habitantes, así, el asteroide B 612, planeta del pequeño príncipe representa su propia vida y debe abandonarlo para encontrarse con su nueva vida, con aquella que le hace ir convirtiéndose en adulto y abandonar la inocencia de su rica infancia. Su marcha viene a decir que, como es un niño lo ignora todo y debe comenzar su recorrido por el mundo (los otros planetas) para crecer y aprender todo aquello que un niño ignora cuando se adentra en la fría realidad de los adultos.
El piloto. Es el narrador de la historia, el adulto coprotagonista que intenta razonar y actuar como un niño, cuando sabe que en realidad no lo es y con su nuevo razonamiento intenta recuperar a su niño perdido y olvidado. Con este comportamiento pone de manifiesto la necesidad que tenemos de entender con mayor claridad nuestras circunstancias a través de la confianza y complicidad que se crea entre el adulto y el niño.
Representa la imagen de los adultos el reflejo de nuestra propia historia, del cómo veíamos las cosas en nuestra infancia y cómo en realidad las percibimos en la realidad habiéndolas desprovisto de su esencia natural y critica esta actitud por nuestra parte en frases como "Si les decimos a las personas mayores "Hemos visto una casa preciosa de ladrillo rosa, con geranios en la ventana y palomas en el tejado", jamás llegarán a imaginarse cómo es esa casa, sino que será preciso decirles "he visto una casa que vale mil francos" y entonces exclaman entusiasmados: ¡Oh!, que preciosa es!". Con ejemplos como este nos hace ver cómo nos hemos vuelto ciegos ante lo esencial, como dice en otro fragmento de la novela, y nos hemos quedado en lo superficial, en lo material que realmente es carente de valor alguno.
El cordero. Aparentemente es irrelevante y poco significativo en el libro, cuando en realidad posee un gran valor y significado. Es un amigo que ayuda al pequeño príncipe a librarse de los problemas que puedan surgirle, pero que, como todo amigo, en alguna ocasión puede fallar y sin pretenderlo se vuelve en su contra y le hace daño. El cordero viene a demostrar que todos somos falibles y podemos cometer errores involuntarios hiriendo a nuestros seres queridos, lo cual no significa que esas personas hayan perdido su valor para nosotros, sino que nos devuelve a nuestro estado de falibilidad y nos hace comprender el valor del afecto, la comprensión y el respeto por la individualidad de cada cual, sin guardar rencor.
La caja. Simboliza nuestra imaginación. No tenemos por qué ver con los ojos de la realidad las cosas, sino que podemos utilizar nuestra intuición, nuestra creatividad y, por tanto, nuestra imaginación para ver más allá de lo que podemos percibir en realidad. Es la imaginación desbordante en los niños y absolutamente carente en los adultos. Viene a decirnos que no podemos ver con los ojos un cordero dentro de una caja, pero sí podemos imaginar que dentro de esa caja hay un cordero si creemos en ello.
Los baobabs. Son los problemas que el niño intenta solucionar para evitar la destrucción de su planeta y él sabe que tiene que arrancarlos antes de que sus raíces sean demasiado profundas y, por tanto, no pueda abordar los problemas a tiempo y adecuadamente.
"El principito dijo: si no reciben el mantenimiento necesario los baobabs diario como por ejemplo arrancarlos y limpiarlos para que no puedan crecer, los baobabs se convierten demasiados grandes y al planeta lo hacen estallar."
Esta es la moraleja del autor sobre los baobabs "'¡Niños, atención a los baobabs!", con la que pretende alertar sobre la disciplina y la atención, con el cuidado que hay que tener para diferenciar lo "bueno" de lo "malo", actuar a tiempo y en consecuencia para evitar males mayores cuando ya no exista tiempo para resolverlo, para evitar que el asteroide quede destruido por las profundas raíces de los baobabs.
Los volcanes. Representan las tareas cotidianas, cuanto forma parte de nuestro día a día, aunque no tengan que representar un problema como lo son los baobabs. Son simplemente las cosas que hay que hacer para que todo marche bien, aunque nos desagrade hacerlo, pero con ello nos creamos la disciplina que crea el orden de nuestras vidas y con ello la sensación de serenidad y no de descontrol que aporta la rutina cotidiana que nos marca el compás de nuestra vida.
La rosa. ¡Ay la rosa! Desde mi punto de vista es un personaje fundamental en la novela, ya que tiene diferentes simbolismos. Por un lado, es el amor del niño, quien cuida delicadamente y con esmero para preservarla y protegerla de todo mal. Es magnífica, es la mejor y la más perfecta flor que jamás haya existido, es la única rosa de todo su planeta, es la única en su mundo y no hay otra para él. Es la mujer amada que queda clavada (como la espina de una rosa) en el corazón de un hombre: preciosa, de grato olor, frágil y mimosa...
No obstante, no es sólo su amor. El Principito buscaba una flor como la de su planeta, algo que pudiera representar sus valores e ideales, como el respeto, la disciplina y el orden, cuidándolos con esmero como a una pequeña y delicada flor. Su flor es única, aunque se parezca a cualquier otra rosa, pero es su rosa, es única para él, es su responsabilidad, es su amor.. El la cuida, la alimenta, la habla, la protege del frío.
Es una más de las obligaciones del pequeño que da a entender que el ser humano en su vida siempre tiene obligaciones que cumplir, porque de no hacerlo, el mundo que le rodea, puede ocasionarle problemas, como así sucedió con su rosa, su única rosa.
Por otro lado, la rosa representa el orgullo, la vanidad, al creerse única y perfecta; es el reproche y la exigencia que encadena al príncipe (a otros) a satisfacer sus caprichos y deseos por disparatados que sean para hacerla feliz, pero nunca aprecia los esfuerzos ajenos por hacerla feliz, por demostrarle su amor incondicional, pues ella sólo percibe en los gestos de afecto, muestras de más y más necesidad por satisfacer, sólo reproche por tener que estar siempre pidiendo sin recibir cuanto desea sin necesidad de expresarlo previamente. Representa la sumisión del príncipe a sus antojos y con ello, la necesidad de autoafirmación del príncipe al tener que tomar la decisión de abandonarla para no perderse a sí mismo ante sus inagotables reclamos y exigencias. Luego, también viene a poner de manifiesto su necesidad tomar decisiones para mantener la dignidad y el orgullo personal sin perderse, sin ceder ante los demás, a pesar de la duda el temor y la confusión que puede sentir en un momento concreto, pero al final, prevalece el orgullo y el amor propio antes que el amor a alguien que manipula en pro de sus propios deseos sin tener en cuenta los esfuerzos y necesidades ajenas.
Personaliza la mentira, cuando es capaz de toser para llamar la atención del niño sometiéndole al "chantaje emocional"; "La rosa tosió varias veces con el fin de asustar al Principito y que le cumpliera todos sus caprichos".
Luego, la rosa, nos habla de la soberbia, de la vanidad y de la hipocresía de las personas que en un momento pueden causar daño a otras con o sin premeditación. Un personaje que aun mostrando estos rasgos no percibe la necesidad y dependencia que tiene de aquel que la protege para poder vivir. Sólo es capaz de pensar en si misma, no le preocupa perjudicar a otros y jamás muestra ningún signo de gratitud.
La campana. La campana con la que el Principio cubre a su rosa simboliza la protección, los celos, los mimos y los cuidados que brinda a su rosa, para que siempre se sienta querida y protegida, aunque realmente no los necesita, del mismo modo que tampoco los agradece.
El zorro. Es un personaje trascendente en la novela, porque pone de manifiesto las dificultades y el costo de la amistad. El zorro busca ser domesticado para crear lazos de unión y amistad con el pequeño príncipe o como el propio zorro dice "domesticar significa crear lazos [...] para mí no eres todavía más que en muchachito semejante a 100.000 muchachitos. Y no te necesito, y tu tampoco me necesitas, no soy para ti más que un zorro semejante a 100.000 zorros, pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro, serás para mí único en el mundo, seré para ti único en el mundo”. Así, dejará de ser uno más entre tantos seres del "montón", se convertirá en un ser especial e importante para el príncipe, queriendo transmitir que todos tenemos la necesidad de crear lazos y vínculos con otros para sentirnos esenciales, importantes y necesarios para ellos, redundando en esta idea cuando dice " si me domesticas, mi vida se llenará de sol, conoceré un ruido de pasos que será diferente a todos los otros...tus ruidos me llamarán fuera de la madriguera, como una música ", al pensar que una vez creados estos lazos las cosas se ven desde otra perspectiva, se sienten y se aman las cosas y las personas de un modo diferente.
El zorro se sabe salvaje y sin embargo quiere ser domesticado por el príncipe quien no desea hacerlo, lo que viene a traducirse en que hay que respetar la identidad de cada uno, con todas sus características, positivas y negativas, al igual que significa que nadie puede sentirse superior o inferior por, en este caso "ser domesticado", porque todos tenemos el derecho a nuestra libertad y a ser y sentirnos tal y como somos. Al tiempo que habla del hecho de no crear vínculos inamovibles, en este caso de amistad, que llegado el caso, puedan limitar a cualquiera de las partes implicadas.
Finalmente el Principito accede a domesticar el zorro demostrando que no todos los zorros son feroces, sino que también existen zorros buenos y sin maldad, es decir, habla de los prejuicios de las personas hacia aquellos grupos que por definición manifiestan ciertos rasgos comunes, sin que necesariamente reflejen las características de todos los individuos que lo componen.
Con su domesticación transmite el valor de la amistad que se crea entre las personas y el regalo de la gratitud por el gesto desinteresado del otro.
El rey. Es la figura del mandato, del poder que alguien quiere representar sobre los demás para que obedezcan sus órdenes, su administración, sus leyes, aunque no tenga súbditos sobre quien ejercer su mandato, razón por la que el niño no entendía su cometido, puesto que el rey no tenía sobre quien imponer su poder, poniendo de manifiesto la importancia de las normar en una sociedad, siempre que esta exista y sus miembros acepten el mandato de su "rey", porque éste debe ordenar cosas que sean posibles de realizar: "hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer”, “la autoridad reposa en primer término, sobre la razón”, si ordenas a tu pueblo que vaya a arrojarse al mar, hará una revolución. Tengo derecho de exigir obediencia porque mis órdenes son razonables”.
"Bostezar en presencia de un rey va en contra la etiqueta - le dijo el monarca -. Te lo prohíbo.
No puedo remediarlo - respondió el principito, muy confuso -. He hecho un viaje muy largo y no he dormido...
Entonces - le dijo el rey -, te ordeno que bosteces. No he visto bostezar a nadie desde hace años. Siento curiosidad por los bostezos. ¡vamos , bosteza otra vez! Es una orden.”
Esto nos habla de que el rey era respetuoso con los demás, sin embargo pensaba que sus ordenes debían ser cumplidas. No mostró ninguna gratitud, sino una exigencia hacia el pequeño, ya que el rey le exigía quedarse en su plante con tal de poder ejercer sus mandato como rey y, por tanto, debía quedar expuesto al cumplimiento obligatorio de sus órdenes aunque éstas fueran irrealizables o ilógicas y fueran en contra de sus principios y necesidades.
El vanidoso. Expresa la idea que las personas que manifiestan actitudes de superioridad queriéndose mostrar más importantes que el resto de la gente para ser admirados por ella, impidiendo con ello el respeto hacia otras personas, como ocurrió con el Principito, al mostrar un comportamiento airado y lleno de "delirios de grandeza".
El vanidoso no se muestra sincero, de lo contrario, no mostraría tal comportamiento y no alardearía de aquello que en realidad no es "admirar, significa reconocer que soy el hombre más brillante, inteligente, hermoso y rico que hay". El simple hecho de hacer manifestaciones como las de este personaje de la novela demuestra que carece de todas ellas, de lo contrario, no presumiría de ellas, pues no apreciaría en sí mismo, ni en su actitud ninguna supuesta cualidad o supuesta validez, es decir, con esto, el pequeño se mostraba, una vez más, más inteligente, más brillante y hermoso que él, ya que no hacía alarde de sus cualidades como hacía el vanidoso.
"¿Qué haces ahí? Bebo.
¿Por qué bebes? Para olvidar.
¿Para olvidar qué? Para olvidar que tengo vergüenza.
¿Vergüenza de qué? Vergüenza de beber".
Esto es un hecho de rabiosa actualidad, ya que el consumo de sustancias nocivas es importante y sus consumidores, no las emplean únicamente por el placer de consumirlas, sino como instrumento para olvidar sus problemas y evadirse de sus obligaciones y responsabilidades.
Una vez más, el Principito respetó la actitud de este personaje, ya que fue sincero con él y como siempre optó por permitir que cada cual hiciera uso de su libertad individual para actuar en consecuencia, pero abandonó rápidamente su planeta, ya que no era partidario de la actitud de su habitante.
El farolero. Representa la fidelidad a una labor, la realiza con afán y dedicación, aunque ésta no tenga sentido, se mantiene leal a su condición de farolero, la realiza sin plantearse la razón por la cual la lleva a cabo, simplemente sabe que tiene que hacerla y a ello se limita. Es un personaje que no se resiste a los cambios, cambiando según cambian las circunstancias, pero no por ello modifica su comportamiento.
El farolero. Representa la fidelidad a una labor, la realiza con afán y dedicación, aunque ésta no tenga sentido, se mantiene leal a su condición de farolero, la realiza sin plantearse la razón por la cual la lleva a cabo, simplemente sabe que tiene que hacerla y a ello se limita. Es un personaje que no se resiste a los cambios, cambiando según cambian las circunstancias, pero no por ello modifica su comportamiento.
El hombre de negocios. En él se puede apreciar a gran parte de la población actual, siempre ocupados, sin ningún tiempo libre para disfrutrar y contemplar las estrellas, porque su objetivo es contarlas para invertirlas en bancos, aunque nunca puedan poseerlas. El Principito no comprendía este comportamiento, porque para él, poseer significaba tener algo realmente, como una rosa, unos volcanes, un pañuelo o unos baobabs, sin embargo, el hombre de negocios no tenía nada, ni siquiera tiempo para conversar, para cuidar su salud cuando tuvo su ataque de reumatismo o poder distraerse mientras un abejorro revoloteaba sobre sus incontables números inservibles, de ahí que no resulte extraño que el Principito, al abandonar este planeta afirmase "Los adultos son decididamente muy extraordinarios".
En resumen, es un relato que va más allá de un mero cuento infantil que merece ser leído con una mentalidad abierta al pensamiento y a la reflexión de cuando El Principito experimentó, pensó y sintió en su pequeño periplo por el Universo y su aprendizaje sobre los diferentes personajes que lo habitan. Por tanto, a pesar de ser mundialmente conocido, si aún no lo has leído, te recomiendo que lo hagas, pues es de fácil y rápida lectura, pero de amplio crecimiento intelectual. Un libro de lectura imprescindible, tanto para los niños para fomentarles su imaginación y los valores éticos, como para los adultos, para reencontrarnos con nuestros "niños perdidos" tanto como para hacernos reflexionar sobre nuestro comportamiento y también sobre nuestros valores éticos. Una novela corta que habla de todo lo oscuro a la razón de los adultos, pero claro como la luz del día para la perspicacia y sensibilidad de los niños. Un relato que nos habla de "lo esencial que es invisible a los ojos", aunque sectura es perfectamente visible. Una novela de gran aportación para enriquecer nuestras relaciones interpersonales, que nos ayudará a comprender las diferencias entre los seres con respeto y valoración, porque "Sólo con el corazon se puede ver con claridad".
Ahora te dejo con una secuencia de la película, donde tienen su encuentro el zorro y el pequeño príncipe. Espero que disfrutes del video y más aún de la lectura de esta corta pero atractiva novela.
Ó AnA Molina (Administrador del blog)