Un discípulo acudió al maestro para preguntarle:
- Señor, ¿cuánto vale un ser humano?
El maestro no respondió a la pregunta. Se limitó a sacar de uno de los cajones de su casa un diamante y decirle a su discípulo:
- Ve al bazar y pregunta a varios comerciantes cuánto vale este diamante. No lo vendas. Luego vienes y me cuentas cuánto te han ofrecido por el mismo ¿de acuerdo?
- De cuerdo, maestro.
El discípulo se dirigió al bazar. Presentó el diamante a un vendedor de verduras y le preguntó cuánto le daría por la joya.
- Te podría ofrecer hasta cuatro kilos de patatas.
El discípulo acudió a una cacharrería y el propietario le dijo:
- Por este diamante te podría entregar unos potes de bronce y dos cubos de latón.
Después, el discípulo acudió a la bisutería. El dueño, tras examinar el diamante, dijo:
- Por este diamante te puedo ofrecer un collar y unos pendientes de acero.
A continuación, el discípulo acudió a un joyero, que cogiendo el diamante entre sus manos dijo:
- Por esta joya podría ofrecerte una buena suma de dinero.
Decidió finalmente ir a la mejor joyería del bazar. El dueño era un formidable joyero y, tras examinar con detenimiento el diamante, dijo:
- Amigo mío, este diamante no tiene precio. Su valor es realmente incalculable. No hay suma de dinero que pueda adquirirlo.
Cuando el discípulo le contó al maestro todas sus gestiones, éste dijo:
-¿Lo ves, querido amigo?
El valor de un hombre depende de quién lo cifre.
(pero el hombre no tiene precio)
"Las Fábulas de Amor del Viejo Marinero", Ramiro Calle (Maestro de yoga y escritor).
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