Antes de comenzar, creo conveniente aclarar que ninguna de las plantas que constituyen la ayahuasca están específicamente controladas en la mayoría de los países y en concreto en Estados Unidos. Como preparado que contiene DMT (N-dimetiltriptamina, alcaloide que se encuentra de forma normal en la naturaleza y el alucinógeno más potente que existe), se considera ilegal de forma general. Los alcaloides harmalina y harmina, componentes de la ayahuasca, sí se encuentran controlados en Canadá.
Con esto quiero manifestar que esta publicación no trata de fomentar su consumo, como tampoco de hacer apología de la ayahuasca y, mucho menos, manifestar que yo, personalmente, la haya consumido, dado que soy contraria el consumo de sustancias alucinógenas y estupefacientes.
Este artículo, simplemente pretende, con el mero fin divulgativo, dar a conocer una medicina natural alternativa de gran difusión en las tribus indígenas de la Amazonía (concretamente en Perú, Brasil, Colombia, Bolivia y Ecuador) y los supuestos efectos curativos y beneficiosos que supone para el cuerpo y el espíritu de aquel que se somete a un tratamiento con ella.
Con esto quiero manifestar que esta publicación no trata de fomentar su consumo, como tampoco de hacer apología de la ayahuasca y, mucho menos, manifestar que yo, personalmente, la haya consumido, dado que soy contraria el consumo de sustancias alucinógenas y estupefacientes.
Este artículo, simplemente pretende, con el mero fin divulgativo, dar a conocer una medicina natural alternativa de gran difusión en las tribus indígenas de la Amazonía (concretamente en Perú, Brasil, Colombia, Bolivia y Ecuador) y los supuestos efectos curativos y beneficiosos que supone para el cuerpo y el espíritu de aquel que se somete a un tratamiento con ella.
La ayahuasa es un vegetal, "Banisteriopsis Caapi" (lianas, enredaderas o sogas que se producen en la selva amazónica) y que, preparada con otros elementos, entre los que se encuentra la Chacruna (Psychotria Viridis), se compone una bebida que provoca estados de carácter curativo, místico y visionario.
Tiene un origen milenario entre las culturas de la Amazonía, como exponía anteriormente, siendo el grupo étnico de los Shipibo Conibo de Perú uno de los más importantes representantes de su uso y práctica en ceremonias y ritos de curación por los chamanes o médicos shipibos (Junes, Onayas, Murayas y Mutsarawas por su rango), herederos del conocimiento ancestral de las diferentes mezclas y preparados que guardan en secreto, con fines curativos, de carácter espiritual o de revelación personal.
Para los indígenas, la práctica de beber ayahuasca les conduce hacia el cultivo de la sabiduría integra que conlleva el conocimiento de la naturaleza en su totalidad. La naturaleza es "Pacha Mama", la "Madre Tierra" y la ayahuasca es parte esencial de la tierra, es su planta maestra, su proveedora de sabiduría y el poder de alcanzar la felicidad plena en esta vida.
La palabra "Ayahuasca", pertenece al quechua (idioma de los incas, la antigua cultura peruana), y significa “soga del alma” o "liana que nos lleva al mundo de los espíritus", como un viaje a un mundo paralelo despegados de nuestro propio cuerro.
Mitológica y tradicionalmente, se entiende que la ayahuasca es la máxima deidad de toda la realidad natural. Es la madre (espíritu o alma) de todas las madres. Se concibe tradicionalmente que la naturaleza, el agua, las piedras, la tierra, los animales y cada una de las plantas, tienen un alma que las sustenta. De todas estas ánimas, la de mayor dimensión, es la “Madre Ayahuasca”, espíritu de todos los espíritus. Hablar de ella es hablar de la mayor vibración (conciencia cósmica) contenida en la naturaleza. En el sentido más amplio, profundo y panteísta del concepto, Ayahuasca equivale a Dios.
La palabra "Ayahuasca", pertenece al quechua (idioma de los incas, la antigua cultura peruana), y significa “soga del alma” o "liana que nos lleva al mundo de los espíritus", como un viaje a un mundo paralelo despegados de nuestro propio cuerro.
Mitológica y tradicionalmente, se entiende que la ayahuasca es la máxima deidad de toda la realidad natural. Es la madre (espíritu o alma) de todas las madres. Se concibe tradicionalmente que la naturaleza, el agua, las piedras, la tierra, los animales y cada una de las plantas, tienen un alma que las sustenta. De todas estas ánimas, la de mayor dimensión, es la “Madre Ayahuasca”, espíritu de todos los espíritus. Hablar de ella es hablar de la mayor vibración (conciencia cósmica) contenida en la naturaleza. En el sentido más amplio, profundo y panteísta del concepto, Ayahuasca equivale a Dios.
En la ceremonia de sanación o ritual a la vida de la ayahuasca, los chamanes la consagran, atraen a la gracia divina para que forme parte de esta medicina sagrada. En esta consagración se reconoce y se honra la presencia del ser de la ayahuasca y se le solicita su asistencia bondadosa para que la ceremonia sea un evento realmente sanador y reconciliador del hombre consigo mismo, con Dios y la madre naturaleza que se expresa a través de la ayahuasca, a quien se le puede pedir que ayude en el proceso de liberación interior y de regreso a la belleza y perfección del ser.
La experiencia de beber ayahuasca es como experimentar un sueño despiertos y con plena conciencia del contenido de las imágenes y de las emociones que conformar ese sueño. Esto es, acceder a la infinita información que contiene nuestro subconsciente o mundo espiritual, logrando con ello, la conquista del vasto conocimiento de uno mismo.
Psicológicamente, esta bebida mágica, aparentemente, ofrece la posibilidad de acceder a nuestro mundo inconsciente o subconsciente y conocernos plenamente. Estos vegetales nos abren una puerta para experimentar lo sagrado e integrarnos con todo lo maravilloso que existe en la naturaleza, permite desarrollar el arte del encantamiento y ensimismamiento, desvelando y descubriendo el misterio que son. Esta apertura, equivale a una nueva dimensión de consciencia.
La ayahuasca está mostrándose de gran utilidad terapéutica y de autoconocimiento y esta siendo estudiada desde hace tiempo por médicos especialistas, farmacólogos, psicólogos y psiquiatras de todo el mundo como método para resolver diversos problemas, especialmente a aquellos relacionados con adicciones, hábitos dañinos como la drogodependencia y como aliado para la desintoxicación. Está demostrando ser muy efectiva en el tratamiento de la depresión y de la ansiedad, así como en problemas de personalidad y de esquizofrenia. Otro sentido contemporáneo, entiende a la ayahuasca como una extraordinaria sustancia química, equivalente a un neurotransmisor u hormona cerebral, que activa el psiquismo y pone de manifiesto o revela las infinitas potencialidades humanas, porque el estado de trance que se logra alcanzar es una efectiva fuente de desarrollo personal.
Su complejidad farmacológica y la escasa toxicidad están en la base del creciente interés que despierta entre médicos, investigadores y terapeutas de todo del mundo y, paralelamente, en la base del progresivo reconocimiento jurídico de sus usos en contextos tradicionales.
Actualmente en Perú y en todo el mundo se encuentran instituciones con equipos mixtos de chamanes nativos y médicos, psiquiatras y psicólogos que trabajan en conjunto las terapias con ayahuasca. Investigadores de medicina moderna como el doctor Rick Strassman M.D. han estudiado a fondo la forma y mecanismos de acción de los alcaloides activos de la ayahuasca y sus conexiones con la cosmovisión y la religiosidad de los pueblos originarios de esta tradición y otras culturas del mundo como la egipcia, considerando imprescindible el nexo con la experiencia fisiológica y la experiencia espiritual que existe en los estados que provoca el ayahuasca y su alcaloide activo visionario (DMT). En su caso, es la primera investigación seria y oficial hecha en Estados Unidos con una metodología científica y profesional.
Su uso fue específicamente aprobado por la Corte Suprema de Brasil a finales de la década de los años '80, declarándola patrimonio cultural, al igual que en Perú, con el objeto de su protección y la preservación de los ritos de la cultura asociada a su uso, con el reconocimiento de sus tradiciones y religiones en el marco jurídico de los derechos tribales nativos, así como instituciones de sincretismos religioso como el Santo Daime en Brasil.
La DMT es un neurotransmisor que se encuentra de manera natural en el cerebro humano, exactamente en la epífisis o glándula pineal, siendo el responsable de mantener la condición coherente e integrada de la mente, es decir, de traer la información y las memorias almacenadas en el sector inconsciente de nuestra mente a una consciencia clara y operativa en nosotros.
Al liberarse la DMT y ésta recuperar su nivel natural en el sistema gracias al efecto desactivador de los IMAO's (inhibidores de los procesos cerebrales y que se incluye entre el grupo de los antidepresivos), se reactiva el nivel operativo de la glándula pineal y los temas pendientes de la persona por ser conscientizados, tratados e integrados, que hasta ahora permanecían en nuestro subconsciente, o por así decirlo, dormidos, surgen a la superficie y al tomar ayahuasca se encuentra la posibilidad de ver y conciliar cuanto estaba pendiente de ser comprendido y sanado. Por esto es que a la ayahuasca los indígenas la llaman "medicina", porque provee de IMAO's al organismo, componentes equilibradores de la glándula pineal, restableciendo con ello sus funciones naturales.
Los supuestos beneficios que aporta se centran en nuestra neurofisiología. Como afecta al sistema endocrino regulando las funciones de las glándulas, aumenta el nivel de vitalidad y salud general del cuerpo. Permite tomar consciencia de nuestro yo interior y de cuanto está fuera del dominio tangible: pensamientos, emociones, sensaciones, sentimientos... reconciliándose con todos ellos y por tanto con nosotros mismos, equilibrándonos y aumentando nuestro nivel de consciencia. Cuando nos conciliamos con las cosas que nos ocurren, tanto mental, emocional o físicamente, nos mantenemos en nuestra consciencia de modo tranquilo y natural con todo aquello que nos sucede, sea grato y placentero o ingrato y doloroso, pero, sin evadir nada, esos elementos los integrados o aceptamos en nuestra consciencia pudiendo experimentarlos de un modo sano y natural; asuntos que, si no se resuelven por medio de la conciliación con ellos, bloquean el flujo libre de la energía vital en nosotros, que es lo que nos hace disfuncionar a todos los niveles y ser desdichados.
El camino de la ayahuasca se caracteriza por ser curativo en una línea sui generis de trabajo interior: es una purga del alma que sirve de espejo a quién la toma para ver su propio contenido inconsciente, para ver las memorias negadas de sí mismo por lo conflictivas que éstas puedan ser para cada quién, encontrando el modo de poder sanarse y comprenderse.
El efecto dura entre dos y cuatro horas aproximadamente, dependiendo de la persona, de la dosis y la fórmula del chamán y del ritual realizado. Al principio provoca una catarsis o "crisis curativa" que se manifiesta de manera diferente en cada persona: mareos, presión, vómitos, diarreas, bostezos, eructos, sudor frío... En algunos casos también se produce una catarsis emocional que se manifiesta a través de, por ejemplo el llanto.
Parece ser que los problemas y efectos secundarios que puede mostrar son limitados, ya que uno de sus componentes forma parte de los IMAO's, sin embargo, la combinación de ciertos IMAO's con otras sustancias e incluso alimentos y bebidas puede tener consecuencias fatales.
Aunque inicialmente su potencial adictivo no está lo suficientemente confirmado, se supone que no causa problemas de dependencia física, ni psicológica por su rápido proceso de metabolización, las reaccionas adversas que podría mostrar su consumo varían drásticamente de una persona a otra, de una experiencia a otra basándose en una variedad de factores como la química corporal, la edad, el sexo, la salud física, la dosis, el formato del material, etc. Sin embargo, lo que sí parece cierto es que si no se tiene la mente suficientemente preparada para su consumo, puede llegar a hacer estragos ya desde la primera vez y con consecuencias irreversibles. En líneas generales, podría llegar a producir cambios de personalidad a corto y largo plazo, catalizar episodios psicóticos o de neurosis, autolesiones durante su uso que podrían causar graves daños que incluso podrían llevar a la muerte. Por todo ello, antes de consumir ayahuasa y someterse a tratamientos con ella es imprescindible obtener abundante información fiable y contrastada médicamente y científicamente.
Ó Ana Molina (Administrador del blog)
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