¿QUÉ
ES INTERNET?
Definir a
estas alturas qué es Internet puede parecer absurdo, dada su gran difusión,
sin embargo, parece conveniente, darle una definición más precisa, así como
aclarar algunos términos relacionados con él.
Internet
puede definirse como una red de redes de ordenadores que comparten datos y
recursos. Existe una conexión de redes a nivel mundial que permite a los
ordenadores (y a las personas) comunicarse entre sí en cualquier parte del
mundo. Esto nos permite tener acceso a información y personas que de otra forma
no sería posible.
El
abaratamiento de los costes de conexión, las mejoras tecnológicas y la llegada
masiva de los ordenadores personales a los hogares, ha producido un crecimiento
exponencial de los usuarios y que Internet haya pasado de ser sólo una
herramienta de investigación en las Universidades y servicios de defensa, a
convertirse en un instrumento imprescindible para ocio y negocio.
Pero
Internet es mucho más que un divertimento, para algunas personas se convierte
en el medio alrededor del cual gira buena parte de sus vidas. Desde el punto de
vista de la comunicación permite crear grupos, asociaciones y comunidades
virtuales con un objetivo o interés en común que sólo es posible en este medio
que elimina las distancias geográficas. A esto es a lo que se llama
globalización.
Para
ello, Internet cuenta con multitud de herramientas y aplicaciones que permiten
al usuario interaccionar con la máquina y con los otros. Éstas son las más
utilizadas.
Cuando
se accede a una página de la World Wide Web (WWW, la telaraña mundial) mediante
algún navegador tenemos acceso a un documento de hipertexto. El hipertexto es
lo que nos permite saltar de una página a otra de nuestro interés simplemente
pulsando en un vínculo resaltado. Esto facilita la navegación.
El
contenido de una página web puede ser de cualquier tipo, incluyendo imágenes,
sonidos, videos y texto escrito. Para localizar una información existen los
llamados motores de búsqueda que examinan millones de direcciones en pocos
segundos. Esto hace posible que podamos encontrar lo que buscamos con sólo
introducir la palabra clave relacionada.
Los
canales IRC permiten mantener conversaciones con otros usuarios. Las salas de
chat se estructuran habitualmente según el tema que están tratando, el usuario
sólo tiene que pulsar en el tema de su interés para unirse a la conversación. A
las salas de chat se puede acceder desde un programa cliente o desde alguna
página web que tenga este servicio. En las salas de chat aparecen los apodos
("nicks") de los usuarios que están conectados, permitiéndose
enviar mensajes o mantener conversaciones privadas con sólo pulsar sobre su
nombre.
El
correo electrónico era la herramienta de comunicación más utilizada hasta la
fuerte introducción que han tenido las redes sociales. Sirve para enviar
mensajes con varias ventajas: rapidez, economía, fiabilidad y comodidad. Las
listas de correo o grupos de noticias son grupos de gente interesadas en un
mismo tema que comparte artículos, noticias e ideas por esta vía. Los foros de
debate mundiales acogen grupos de discusión en los que cualquiera puede
expresar sus opiniones.
Mediante
el protocolo FTP se permite acceder a ficheros en ordenadores conectados de
todo el mundo, lo que permite conseguir imágenes, programas informáticos
gratuitos o artículos científicos y grabarlos en nuestro ordenador.
Otra
aplicación que usa Internet son los canales MUD (Multi Users Dungeons), una
evolución del clásico juego de rol "Dragones y Mazmorras" en
los que los jugadores crean un personaje virtual que va evolucionando en
función de lo sus decisiones en el trascurso de una historia.
El
diseño de estas aplicaciones e Internet en sí permiten el anonimato en las
interacciones, lo cual hace que la comunicación por vía electrónica tenga una
características que la diferencian de la que se puede dar en la vida real: la
desinhibición consistente en una pérdida del pudor y del miedo a expresarse
libremente, lo cual provee a la persona de un sentimiento de protección y libertad
al mismo tiempo.
Internet
es una herramienta a la que se le atribuyen innumerables ventajas para la
educación, el comercio el entretenimiento y en ultima instancia para el
desarrollo del individuo. La participación en grupos virtuales nos permite interaccionar
con gente con nuestros propios intereses donde sea que estén ubicados
físicamente. En un estudios con estos grupos de discusión se encontró que este
medio permitía a aquellos con personalidades estigmatizadas (por razones de
sexo o ideología) llegar a una gran autoaceptación que en última instancia
conducía a revelar a sus familiares y amigos su identidad oculta. Esto hace que
la pertenencia al grupo virtual se convierta en una parte importante de su
identidad.
Sin
embargo a Internet también se le atribuyen propiedades negativas. Un estudio
llegó a la conclusión de que Internet contribuía a reducir el círculo social y
afectaba al bienestar psicológico, desplazando la actividad social y
reemplazando los lazos de unión fuertes por otros más débiles a la conclusión
de que Internet contribuía a reducir el círculo social y afectaba al bienestar
psicológico, desplazando la actividad social y reemplazando los lazos de unión
fuertes por otros más débiles. Las amistades creadas en la red parecen ser más
limitadas que las respaldadas por una proximidad física.
En
los últimos años, la evidencia sobre consecuencias negativas relacionadas con
el uso de Internet ha llevado a varios autores a proponer la existencia de un
desorden de adicción a Internet similar a los problemas que aparecen con otras
conductas adictivas (juego, sexo, trabajo, etc.). Una adicción psicológica, no química.
ADICCIONES PSICOLÓGICAS (NO QUÍMICAS)
Para
la gente, el concepto de adicción incluye tomar drogas, la mayoría de las
definiciones sobre lo que es una adicción se centran en el abuso de sustancias.
Sin embargo hay un movimiento creciente de autores que encuentran una serie de
conductas potencialmente adictivas, incluyendo muchos comportamientos que no
implican el consumo de drogas. Estas adicciones no químicas incluirían
conductas como el juego, el sexo, el trabajo o las compras.
Durante
siglos la gente se ha encontrado dependiente psicológica o físicamente a muchos
comportamientos y sustancias. Esto no se debe a un mero interés, sino que
consiste en un patrón de uso que puede llevar a un eventual impacto negativo en
el funcionamiento, afectando al matrimonio, relaciones, trabajo, economía e
incluso al estatus legal.
Sin
embargo, las adicciones psicológicas o no químicas no se encuentran incluidas
como tales en el DSM – IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de
los Trastornos Mentales) en las que el término adicción se reserva para
los trastornos producidos por el abuso de sustancias psicoactivas. En el DSM –
IV las adicciones psicológicas vendrían incluidas en los trastornos del control
de impulsos, tal como aparece el juego patológico.
Según
estudiosos del tema, cualquier conducta normal placentera es susceptible de
convertirse en un comportamiento adictivo. Se podrían hacer usos anormales de
una conducta en función de la intensidad, de la frecuencia o de la cantidad de
dinero invertida y, en último termino, en función del grado de interferencia en
las relaciones familiares, sociales y laborales de las personas implicadas. Los
componentes fundamentales de los trastornos adictivos serían la pérdida de
control y la dependencia. Cualquier comportamiento que cumpla estos seis
criterios será definido operacionalmente como adicción:
Saliencia. Se refiere a cuando una actividad particular se
convierte en la más importante en la vida del individuo y domina sus
pensamientos, sentimientos y conducta.
Modificación
del humor. Experiencias subjetivas
que la gente experimenta como consecuencia de implicarse en la actividad.
Tolerancia. Proceso por el cual se requiere incrementar la
cantidad de una actividad particular para lograr los efectos anteriores.
Síndrome
de abstinencia. Estados emocionales
desagradables y/o efectos físicos que ocurren cuando una actividad particular
es interrumpida o repentinamente reducida.
Conflicto. Se refiere a los conflictos que se desarrollan entre
el adicto y aquellos que le rodean (conflicto interpersonal), conflictos con
otras actividades (trabajo, vida social, intereses, aficiones), o dentro de los
propios individuos ( conflicto intrapsíquico) que están involucrados con la
actividad particular.
Recaída. Es la tendencia a volver los patrones tempranos de
la actividad que vuelven a repetirse, restaurando los patrones más extremos de
la adicción trando los patrones más extremos de la adicción tras muchos años de
abstinencia o control.
Por
lo tanto lo importante en la adicción no es la actividad concreta que genera la
dependencia, sino la relación que se establece con ella. Es una relación
negativa, incluso destructiva que el sujeto se muestra incapaz de controlar.
LA ADICCIÓN A INTERNET
Definición
Con
el desarrollo de Internet y su crecimiento exponencial han aparecido también
los primeros casos de psicopatología relacionados con la red, que se puede
definir como "Adicción a Internet". El trastorno de
dependencia de la red se ha conocido con muchos nombres: "Desorden de
adicción a Internet", "Uso
compulsivo de Internet", o "Uso patológico de Internet".
La
tarea de definir lo que es la adicción a Internet es algo que ya de partida nos
supone un problema. Con lo ya expuesto en el apartado anterior podemos decir
que el uso de Internet (como cualquier otro comportamiento) es susceptible de
crear una adicción en función de la relación que el sujeto establezca con el
uso que el sujeto establezca con él.
Uno
de los aspectos problemáticos es: ¿a qué se hacen adictos los adictos a
Internet? ¿Es al contenido al que acceden o es a Internet en sí mismo? Respecto
a esto se utiliza el término de "Adicción al ordenador/ Internet",
y se define como un fenómeno o desorden putativo que depende tanto del medio
como del mensaje, sin inclinarse a favor de ninguno.
Un
ejemplo de la problemática lo encontramos en la relación entre adicción al sexo
y adicción a Internet. Un individuo que fuese adicto a las páginas de contenido
sexual, ¿sería un adicto al sexo, a Internet, o a ambos? Existen casos clínicos
de adicción a las líneas telefónicas eróticas y "party line",
señalando que se trata de una variante de adicción al sexo. En este caso nos
sería difícil de entender que existiera una adicción al teléfono en sí.
La
existencia de lo que se ha denominado "Adicciones Tecnológicas",
que se definen como adicciones no químicas que involucran la interacción
hombre-máquina, pueden ser pasivas (como la televisión) o activas (como los
juegos de ordenador o Internet). Esta sería una modalidad de las adicciones
psicológicas o conductuales, que a su vez incluiría a la adicción a Internet.
Varios
autores han señalado que Internet podría ser, en al mayoría se los casos, sólo
un medio o "lugar" donde alimentar otras adicciones o
trastornos (P. Ej. adicción al sexo, ludopatía o parafilias), aunque también
señalan que existen casos de adicción a Internet por sí mismo.
Criterios diagnósticos
Al
ser el propio Internet una herramienta cuya implantación masiva es posterior a
la edición del DSM – IV, no es de extrañar que no aparezca referencia alguna a
la Adicción a Internet en dicho manual. Este vacío es el que ha empujado a los
investigadores a desarrollar sus propios instrumentos de diagnóstico.
La
primera persona que estableció criterios diagnósticos para la adicción a
Internet (algunos dicen que a modo de broma; Grohol, 1997) fue el psiquiatra
Ivan Goldberg. quien propuso un conjunto de criterios para el diagnóstico del
desorden de adicción a Internet (IAD) basados en los criterios diagnósticos del
abuso de sustancias:
Un
patrón desadaptativo de uso de Internet, que conlleva un deterioro o malestar
clínicamente significativo, expresado por tres o más de los items siguientes en
algún momento de un periodo continuado de 12 meses:
Tolerancia, o abstinencia manifestando cualquiera de los
siguietntes síntomas que causan malestar o deterioro en las áreas social,
laboral u otro área importante de funcionamiento:
•
Una necesidad de incrementar notablemente la cantidad de tiempo en Internet
para lograr satisfacción.
•Notable
disminución de los efectos con el uso continuado de la misma cantidad de tiempo
en Internet.
•
El característico síndrome de abstinencia.
•
Cesación o reducción de un uso de Internet que ha sido grande y prolongado.
•
Dos o más de los siguientes, desarrollados algunos días durante un mes antes.
•
Agitación psicomotora y ansiedad.
•
Pensamientos obsesivos acerca de lo que estará sucediendo en Internet.
•
Fantasías o sueños a cerca de Internet.
•
Movimientos de tecleo voluntarios o involuntarios.
•
El uso de Internet o un servicio similar está dirigido a aliviar o evitar los
síntomas de la abstinencia.
•
Se accede a Internet con más frecuencia o por periodos más largos de lo que
inicialmente se pretendía.
•
Deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el uso de
Internet.
•
Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas al uso de Internet (P.Ej.,
comprando libros sobre Internet, probando nuevos navegadores, indagando
proveedores de Internet, organizando fichero o descargando materiales).
•
Actividades sociales, ocupacionales o recreativas se dejan o reducen a causa
del uso de Internet.
•
Internet se continúa usando a pesar de saber que se tiene un persistente o
recurrente problema físico, social, ocupacional o psicológico que parece ser
causado o exacerbado por el uso de Internet (privación de sueño, dificultades
maritales, llegar tarde a las citas por las mañanas, abandono de los deberes
profesionales, o sentimientos de abandono de personas significativas). dono de
personas significativas).
Young
también ha utilizado una serie de criterios diagnósticos parecidos a estos en
sus estudios preliminares, basándose en los del abuso de sustancias del DSM –
IV. Sin embargo, posteriormente, propuso una serie de criterios adaptados de
los criterios para Juego Patológico, por parecerle éstos más semejantes a la
naturaleza patológica del uso de Internet. Dichos criterios se estructuran en
un breve cuestionario de ocho items:
1.¿Te
sientes preocupado con Internet (pensamientos acerca de la última conexión o
anticipas la próxima sesión)?
2.¿Sientes
la necesidad de incrementar la cantidad de tiempo de uso de Internet para
lograr la satisfacción?
3.¿Has
hecho repetidamente esfuerzos infructuosos para controlar, reducir. O detener
el uso de Internet?
4.¿Te
has sentido inquieto, malhumorado, deprimido o irritable cuando has intentado
reducir o detener el uso de Internet?
5.¿Te
quedas más tiempo conectado de lo que inicialmente habías pensado?
6.¿Has
perdido o puesto en peligro alguna relación significativa, trabajo, oportunidad
educativa o profesional debido al uso de Internet?
7.¿Has
mentido a los miembros de tu familia, terapeuta u otros para ocultar tu grado
de implicación con Internet?
8.¿Usas
Internet como un medio para evadirte de los problemas o de aliviar un estado de
ánimo disfórico?
De
acuerdo con estos criterios, se considera adicto si responde afirmativamente a
5 o más de los items anteriores y los síntomas no pueden ser mejor explicados
por un episodio maniaco.
Young
señala que si bien esta escala da una medida de la adicción a Internet con la
que se puede trabajar, es necesario un mayor estudio de su validez y utilidad
clínica.
Uno
de estos intentos de validar cuestionarios para el diagnóstico de la adicción a
Internet se debe a David N. Greenfield. Greenfield (1999b) administró un
cuestionario a cerca de 18000 sujetos que visitaban la página de ABCNEWS.com.
Dicho cuestionario, el VAS (Virtual Addiction Survey) examinaba el uso general
y abuso de Internet. Como resultado de este estudio. Greenfield señaló un
conjunto preliminar de siete criterios para la identificación y predicción de
la adicción a Internet:
•Nº
Total de horas que pasas conectado.
•Otras
personas piensan que tienes un problema con Internet.
•Experimentar
serias consecuencias relacionadas con el uso de Internet.
•Experimentar
una intensa intimidad en la red.
•Mantener
la cantidad de tiempo que se pasa conectado como un secreto.
•Edad
(los más jóvenes incrementan el riesgo de adicción).
•No
poder esperar para llegar al ordenador y conectarte.
Aunque
ha habido varios esfuerzos centrados en detectar la Adicción a Internet tomando
como criterio el excesivo uso de la red, parece haber quedado claro que éste no
es un criterio válido para el diagnóstico. Muchos individuos, por razones de
trabajo o estudios, deben pasar muchas horas conectados, delante del ordenador,
pero eso no les convierte automáticamente en adictos.
Thompson
señaló que, para la mayoría de las personas que pasan mucho tiempo conectados,
lo que podría parecer una adicción no es sino el proceso de aprender lo máximo
posible en poco tiempo. Griffiths analizó varios estudios referidos al uso
excesivo de la red y concluyó que en la mayoría de los casos esto es puramente
sintomático.
Debemos
por lo tanto centrarnos en la consecuencias negativas que tiene la dependencia
de la red, en definitiva ¿qué es lo que lleva a una persona a buscar ayuda para
terminar con su adicción a la red? ¿qué síntomas negativos experimenta? ¿qué
disfunciones encuentra el adicto en su vida a causa de su uso de Internet?
Uno
de los aspectos que diferencian a una adicción psicológica de una adicción
química es que la primera no tiene las terribles consecuencias físicas
negativas que puede tener esta última. Aun así, en el caso de la adicción a
Internet también se han señalado algunas consecuencias y efectos negativos,
sobre todo las derivadas de la privación de sueño. La privación de sueño se
produce por la inhabilidad del adicto a cortar la conexión, permaneciendo
despierto hasta altas horas de la madrugada, lo cual podría dar lugar a fatiga,
debilitación del sistema inmunitario y un deterioro de la salud.
Es
evidente que Internet ha producido un rápido cambio en las costumbres y modos
de vida de las personas, ya que en cierto sentido está modificando la forma en
que nos relacionamos unos con otros.
Un
estudio examinó el impacto de Internet sobre 169 personas en 73 hogares,
encontrando que un gran uso de Internet estaba asociado con un decremento en la
comunicación con los miembros de la familia en el hogar, un decremento en el
tamaño de su círculo social y un incremento en su depresión y soledad.
La
relación entre un alto uso de Internet y el incremento en los niveles de
depresión ha aparecido en varios estudios. Sin embargo, existe aún mucha
controversia sobre si la depresión es la causa o el efecto de la adicción a
Internet. Según parece, se produce un ciclo en el que la soledad y la depresión
alimentan el uso del ordenador/ Internet, lo cual lleva a una mayor soledad y
depresión. Esto se explicaría por una conducta compensatoria según la cual la
actividad de los usuarios se incrementa a medida que aumentan sus sentimiento
de incomunicación.
El
medio en el que se desenvuelve la adicción acarrea también una serie de cambios
psicológicos negativos, consistentes en alteraciones del humor, ansiedad o
impaciencia por la lentitud de las conexiones o por no encontrar lo que se
busca o a quien se busca, estado de conciencia alterado (total focalización
atencional), irritabilidad en caso de interrupción, incapacidad para salirse de
la pantalla, etc.
Los
problemas surgidos de la dependencia trascienden el ámbito de lo intrapersonal.
Desde un punto de vista sistémico, los efectos negativos de la adicción se
expresan en los ámbitos familiar, académico y profesional. El adicto se aísla
del entorno y no presta atención a otros aspectos de las obligaciones sociales.
Es
un hecho que Internet está produciendo grandes cambios, pero también hay que
señalar que, para la mayoría de las personas, Internet es una herramienta que
trae grandes beneficios. La pregunta que debemos hacernos es: ¿cómo es posible
que una tecnología que para la mayoría es beneficiosa se convierta en adictiva
para algunos?
Mecanismos explicativos
El
mecanismo que explica este proceso de adicción es siempre una interacción de
factores relativos al objeto de la adicción, a las características de la
persona que la hacen vulnerable y al entorno social. Los intentos de determinar
las causas de la adicción a Internet deben de tener en cuenta que la conducta
problema se desarrolla en un contexto virtual que no tiene por que seguir las
leyes del mundo real.
Las
cualidades de Internet que parecen contribuir al potencial de la adicción están
relacionadas con la velocidad, accesibilidad e intensidad de la información a
la que se tiene acceso, del mismo modo que la rapidez de absorción de una droga
es directamente proporcional al potencial adictivo de la droga.
La
razón por la que aparecen adicciones a comportamientos que no son posibles
fuera de la red (adicción a las líneas de chat o a los juegos MUD) tiene que
vez con esa velocidad, accesibilidad e intensidad de la información. Las
relaciones sociales son algo que resulta reforzante para la mayoría de las
personas, sin embargo la mayoría de las veces no tenemos libre acceso a ellas
por el límite que impone la sociedad o nosotros mismos. En las salas de chat,
juegos y redes sociales se rompen todas esas reglas: una persona puede
dirigirse a otra, decir lo que se le antoje, sentirse escuchada... y dejar de
hacerlo cuando le apetezca, sin represalias. Algo parecido ocurre en el caso
del cibersexo.
Un
ejemplo que ilustra esta evolución en la fuerza adictiva lo encontramos en el
caso de la adicción a las líneas eróticas y al "party line"
con características relativas al funcionamiento de estas líneas que facilitan
la dependencia: disponibilidad ambiental, refuerzo inmediato, percepción de
control y gran excitación emocional o sexual. Podemos ver que estas
características no sólo están presentes en el caso de Internet, sino que
aparecen multiplicadas.
Otra
característica que contribuye a la capacidad adictiva de la red es el anonimato
de las transacciones electrónicas. Este anonimato contribuye a animar los actos
desviados e incluso criminales como el visionado de imágenes obscenas o
ilegales (p. Ej. Pedofilia), proveer un contexto virtual que permite a los
tímidos interactuar en un contexto seguro, facilitar las infidelidades vía
Internet y permitir la creación de personalidades virtuales dependientes del
estado de ánimo de la persona.
Según
Young (1997) son varios los refuerzos y mecanismos psicológicos que llevan a la
formación del hábito:
Aplicaciones
adictivas. Se encuentra que las
aplicaciones que más poder adictivo tienen son las que permiten al usuario
interaccionar con otros, como los chats y los MUDs. Al parecer, si hay algo que
diferencia a los usuarios dependientes de los que no lo son es el tipo de
aplicaciones que utilizan. Los usuarios no dependientes usan Internet para
encontrar información y mantener relaciones preexistentes, mientras que los
dependientes la usan para socializarse y conocer nueva gente, para implicarse
en un grupo. De acuerdo con esto se determinan tres principales áreas de
reforzamiento: apoyo social, realización sexual y creación de un personaje.
Apoyo
social. Los grupos en el
ciberespacio se forman rápidamente. Las visitas continuadas a un determinado
chat o MUD hacen que se establezca una intimidad con los demás miembros,
alentada por la desinhibición que se muestra en la red. Esta desinhibición es
consecuencia directa del anonimato que es consecuencia directa del anonimato
que proporciona la comunicación mediante el ordenador. Estos grupos llenan la
necesidad de apoyo que tenga la persona en situaciones estresantes de
enfermedad, jubilación o divorcio.
Satisfacción
sexual. Hay multitud de chats que
han sido diseñados para la interacción erótica, desde los más basados en texto
a los que incorporan video en tiempo real. Estas aplicaciones permiten al
usuario elegir la fantasía sexual que le apetezca en el momento con sólo pulsar
un botón (desde la homosexualidad hasta las diversas parafilias). En estos
lugares se sienten libres de ataduras por el anonimato y el sentimiento de
practicar "sexo seguro". Por otro lado las personas que se
sienten poco atractivas físicamente se ven liberadas de este problema.
Creación
de personalidad ficticia. Internet
permite crear un personalidad virtual modificando las propias características
físicas que en el mundo real son inamovibles. Por ejemplo, un trabajador de la
construcción de 40 años, casado y con sobrepeso, puede aparecer en la red como
un joven millonario campeón de atletismo. Es una forma de reinventarse a sí
mismo, de cubrir necesidades psicológicas previamente no afrontadas,
enmascarando la inseguridad interpersonal. Dos de estas necesidades
psicológicas son la expresión de un rasgo de personalidad reprimido y los
sentimientos de reconocimiento y poder.
Personalidades
reveladas. Internet puede ayudar a
sacar a la luz aspectos de la personalidad que estaban ocultos o reprimidos,
como puede ser la agresividad. Una vez sacados a la luz, se debe de aprender a
incorporarlos a la propia personalidad y no limitar esos roles al ciberespacio.
Reconocimiento
y poder. Este es un elemento que se
deriva de los juegos MUD, en los que se crea un personaje que va aumentando su
poder a medida que consigue puntos, pudiendo llegar al liderato de otros
jugadores subordinados. Se encuentran varios sentimientos que experimentan los
usuarios dependientes de Internet y que pueden llevar a la adicción:
•
Los adictos informan de una intensa intimidad cuando está conectados.
•
Existe un sentimiento de desinhibición.
•
Muchos adictos informan también de una pérdida de ataduras.
•
Sentimientos de que el tiempo se detiene o que pasa muy rápido.
•
Sentirse fuera de control cuando se está conectado.
Puesto
que hemos analizado las características de Internet que pueden llevar a la
adicción, cabe preguntarse qué es lo que hace que algunas personas se
conviertan en adictos y otros no. Hasta ahora parece haber quedado claro que
Internet en la mayoría de los casos lo que hace es cubrir un déficit en la
personalidad del adicto. Ya que Internet es eminentemente un instrumento de
comunicación interpersonal, es en este ámbito donde el mundo virtual puede
convertirse en un sustituto de la vida real para las personas con déficits en
habilidades sociales, timidez o algún tipo de complejo.
Del
mismo modo que un adicto a la heroína lo es a la sustancia y no a la
jeringuilla, es lógico pensar que en este caso lo importante es el contenido,
la necesidad que cubre en una persona. La red permite cubrir dos tipos de
necesidades básicas: la estimulación solitaria (búsqueda de información,
imágenes, sonido, juegos, etc.) y la búsqueda de interacción social.
Hay
ciertas características de personalidad o estados emocionales que aumentan la
vulnerabilidad psicológica a las adicciones. La vulnerabilidad psicológica
hacia la adicción a Internet se expresa en los siguientes factores de riesgo:
•Déficits
de personalidad: Introversión acusada, baja autoestima y nivel alto de búsqueda
de sensaciones.
•Déficits
en las relaciones interpersonales: Timidez y fobia social.
•Déficits
cognitivos: Fantasía descontrolada, atención dispersa y tendencia a la
distracción.
•Alteraciones
psicopatológicas: Adicciones químicas o psicológicas presentes o pasadas.
Depresión.
Young
y Rodgers estudiaron a un grupo de personas auto-seleccionadas, encontrando
puntuaciones altas en términos de confianza en sí mismos, pensamiento
abstracto, disconformidad con las convenciones sociales, reactividad emocional
hacia los otros y preferencia por las actividades solitarias. Las personas
dependientes de Internet suelen ser susceptibles, vigilantes y privadas.
EVALUACIÓN DE LA ADICCIÓN A INTERNET
El principal obstáculo que encontraremos para evaluar y detectar la existencia del problema es la negación. El paciente tiende a negar o minimizar su dependencia de la red, amparándose muchas veces en su utilidad. Por ello, no es fácil que el trastorno se haga evidente en una exploración inicial.
Del
mismo modo que en otras adicciones como el alcohol y drogas o la comida
compulsiva, se ha propuesto que existen una serie de disparadores y señales que
son las que lanzan la conducta de "atracón" o "borrachera"
en el adicto a Internet y que deben ser evaluados:
Aplicaciones. Lo normal es que el adicto use una aplicación
específica que es la que actúa como disparador. En evaluador debe examinar sus
pautas de uso en cada aplicación particular:
¿Qué
aplicaciones usa en Internet?
¿Cuántas
horas por semana dedica a cada aplicación?
¿Cómo
clasificaría las aplicaciones de la más a la menos importante?
¿Qué
le parece mejor de cada aplicación?
Si
es difícil de saberlo, se podría proporcionar un autorregistro para colocar al
lado del ordenador para registrar su uso.
Emociones. Los adictos experimentan sensaciones placenteras
cuando están conectados en contraste a cómo se sienten cuando están
desconectados. Se deben detectar los dos extremos:
¿Cómo
se siente cuando está desconectado?
Después
debe determinarse si las respuestas están en un continuo de sentimientos
negativos (solo, insatisfecho, inhibido, angustiado, frustrado o preocupado).
¿Cómo
se siente cuando está usando Internet?
Respuestas
como excitado, feliz, desinhibido, atractivo, apoyado o deseado indican que
Internet ha modificado el estado de ánimo del paciente.
Pensamientos. El pensamiento catastrófico provee de un mecanismo
de escape psicológico para evitar los problemas reales o percibidos. Los
adictos tienden más a menudo a anticipar los problemas.
Sucesos
vitales. Una persona que no esté
satisfecha con algún área de su vida puede usar Internet como medio para evitar
los problemas u olvidar el dolor, pero cuando se encuentre fuera de la red se
dará cuenta de que nada ha cambiado. Es necesario evaluar si el adicto está
usando Internet como medio para evitar una situación infeliz como una
enfermedad, insatisfacción marital o laboral, desempleo, etc.
Uno
de los primeros síntomas que son notados se refieren a la gran cantidad de
tiempo que se pasa en actividades relacionadas con Internet. En la evaluación
debe determinarse si el incremento del uso de Internet es algo normal por ser
ésta una herramienta nueva que causa una inicial fascinación, o por el
contrario se ha convertido en una adicción. En esto es importante el tiempo que
hace que se inició el problema.
Las
diversas modalidades en que puede presentarse la adicción a Internet deben ser
también objeto de análisis. Las diferentes clasificaciones que se han propuesto
se basan en dos características: la aplicación que se utiliza y el tipo de
contenidos al que se accede. Veremos más adelante que esto no clarifica mucho
las cosas, ya que algunas de estas modalidades se solapan entre sí y en otras
no queda claro cual es el objeto de la adicción.
Se
distinguen cuatro modalidades de adicción a Internet. Si bien Young añade a
esta clasificación una quinta modalidad relacionada con uso obsesivo del
ordenador para juegos, no la tendremos en cuenta por considerar que en ese caso
Internet no está presente. La clasificación se exponen en la siguiente tabla:
MODALIDAD
|
APLICACIÓN
|
CONTENIDOS
|
|
1
|
Adicción
cibersexual
|
Páginas
web para adultos
|
Pornográficos
o sexuales
|
2
|
Adicción
a las ciber - relaciones
|
Grupos
de discusión, mailS, chats, redes sociales, etc.
|
Comunicación
interactiva con otros usuarios
|
3
|
Compulsiones
de la red
|
Páginas
web, en la mayoría de los casos comerciales
|
Juegos
de azar, comercio electrónico, subastas
|
4
|
Buscadores
de información y "vagabundos electrónicos"
|
Robots
de búsqueda, FTP, TELNET
|
Simplemente
navegar por la red sin una meta específica y buscar información sobre un tema
de interés
|
Como
ya hemos dicho, posiblemente ésta no es una clasificación que ayude a la
evaluación de la adicción a Internet. Sería fácil encontrar gente que
utilizasen los chat para lograr satisfacción sexual, o ludópatas que usan
Internet para implicarse en juegos de azar, el límite de las modalidades entre
sí y con otros trastornos no está claramente definido.
En
al mayoría de estas modalidades lo que existe es un trastorno psicológico o
carencia que se expresa a través de Internet. Con el avance de la investigación
se debe hacer evidente que la mayoría de las veces la adicción a Internet no es
sino un trastorno secundario a otros como la fobia social, depresión, adicción
al sexo o las diversas parafilias. Si en la evaluación se detecta alguno de
estos trastornos el terapeuta debe decidir cual es el trastorno que merece una
atención prioritaria.
Internet
puede fácilmente ser el objetivo de comportamientos obsesivo/ compulsivos,
reforzado por la gran cantidad de recursos que se pueden encontrar en la red
para alimentar otras adicciones o compulsiones.
TRATAMIENTO
Dejando
a un lado la controversia sobre si existe un trastorno de adicción a Internet
en sí mismo, lo que parece quedar claro es que existe un incremento en las
demandas de ayuda por problemas relacionados con el uso de la red. Según un
estudio con sujetos de habla inglesa, principalmente norteamericanos y
canadienses, habría cerca de un 6 % de los usuarios adictos a Internet.
Debido
a esta demanda se han desarrollado programas de tratamiento, sobre todo en los
EE.UU., que tratan de recuperar al adictos en forma muy parecida a como ya lo
hacen otros programas como Alcohólicos Anónimos o los Jugadores en
Rehabilitación. Una de las primeras propuestas fue la creación de un grupo de
que permite que los adictos se apoyen entre sí, se conozcan y empiecen a
reconocer su problema. Sin embargo, también ha sido criticado, ya que en cierta
forma tener un grupo de apoyo en la red es como una reunión de Alcohólicos
Anónimos en un bar.
En
España se ha elaborado un programa de tratamiento para adicciones psicológicas
que también es aplicable en el caso de Internet. Este programa consta de los
siguientes elementos:
Control
de los estímulos vinculados a la adicción. En una primera fase de la terapia se ha de evitar la conexión, pero
tras un periodo de abstinencia total se ha de tratar de limitar el tiempo de
conexión (al margen de las obligaciones laborales) a no más de 120 minutos/
día, atender el correo 1 vez al día y a una hora concreta, de conectarse en
compañía, sin quitar horas al sueño y de eliminar los pensamientos referidos a
la red cuando no se está conectado.
Exposición
prolongada a los elementos suscitadores del ansia por la conducta adictiva. La evitación de los estímulos en la mayoría de los
casos es insuficiente, pues ésta no se puede mantener indefinidamente, ya que
aumenta el riesgo de recaídas. La recuperación total se consigue cuando se
expone a los indicios de riesgo de forma regular y progresiva y es capaz de
resistirse a ellos sin escape.
Solución
de problemas específicos. Deben
controlarse varios aspectos relacionados con la abstinencia:
•
Control del ansia por implicarse de nuevo en la conducta.
•
Control de la ansiedad.
•
Control de la depresión.
•
Control de los conflictos interpersonales.
Creación
de un nuevo estilo de vida. Lo
esencial es promover un equilibrio adecuado entre deberes y deseos.
Prevención de recaídas. El mantenimiento de los logros terapéuticos es más sencillo cuando hay abstinencia total, pero si esto no es posible el objetivo será enseñar a la persona a usar Internet de forma controlada. Algunas de las estrategias que podrían usarse son:
•
Identificación de situaciones de alto riesgo.
•
Respuestas de enfrentamiento a situaciones problema.
•
Cambio de expectativas sobre las consecuencias de la implicación en la conducta
adictiva.
•
Revisión del estilo de vida del paciente.
Puesto
que en la mayoría de los casos la abstinencia en este tipo de adicción no es
posible, Young revisó los modelos de bebida controlada y entrenamiento en
moderación para trastornos alimenticios, ya que Internet parece tener la misma
habilidad para proveer alivio emocional, escape mental y maneras de eludir los
problemas que tiene el alcohol, las drogas, la comida o el juego, y propone el
siguiente conjunto de estrategias de tratamiento:
Practicar
lo contrario en el tiempo de uso de Internet. Es necesario previamente evaluar lo hábitos de uso de Internet:
cuándo, cuántas veces, dónde y durante cuánto tiempo se produce la conexión. La
técnica consiste en romper la rutina para adaptarse a un nuevo horario. Por
ejemplo, si lo primero que hace el paciente al levantarse es chequear el
correo, podemos sugerir que lo haga después de desayunar, si se conecta al
llegar a casa, hacerle conectarse sólo después de cenar. El objetivo es romper
con los hábitos de conexión.
Interruptores
externos. Se trata de usar cosas que
el paciente tenga que hacer o sitios donde ir como señales que le indiquen que
debe desconectar. Como ayuda a estas alarmas naturales se pueden usar relojes o
alarmas de tiempo.
Fijar metas. Para evitar las recaídas se puede elaborar un horario realista que permita al paciente manejar su tiempo. Se puede elaborar un esquema de conexiones breves pero frecuentes. El tener un horario tangible puede permitir tener sensación de control.
Abstinencia de una aplicación particular. Una vez se ha identificado la aplicación que resulta más problemática para el paciente, éste debe dejar de utilizarla. Esto no significa que no pueda usar otras aplicaciones relacionadas con la red. Si el paciente encuentra problemas con las salas de chat, entonces no debe usarlas más, pero si puede usar el correo electrónico o los navegadores Web.
Usar tarjetas recordatoras. Para mantener al paciente centrado en la meta de la abstinencia o la reducción de uso podemos pedirle al paciente que haga una lista de los cinco principales problemas causados por la adicción a Internet y otra con los cinco principales beneficios de estar desconectado de Internet o abstenerse de usar una aplicación. La lista puede ser transcrita en una tarjeta que pueda llevar consigo. Le podemos sugerir que saque la tarjeta cada vez que piense en usar Internet, y que apunte todos los beneficios que le cause la abstinencia o reducción de uso así como lo efectos negativos que le cause su uso.
Desarrollar
un inventario personal. Al mismo
tiempo que el paciente intenta cortar el uso de Internet, podemos sugerir que
cultive una actividad alternativa. El paciente debe elaborar un inventario
personal de las cosas que ha dejado de hacer a causa de su adicción, para luego
clasificarlas en "muy importante", "importante"
o "no muy importante". Debemos hacer que el adicto examine
especialmente las actividades "muy importantes" para que se
haga consciente de lo que ha perdido y le gustaría recuperar.
Terapia familiar. La terapia familiar será necesaria en aquellos casos en los que las relaciones familiares se han interrumpido o han sido negativamente afectadas. La intervención debe estar centrada en:
•
Educar a la familia en lo adictivo que puede llegar a ser Internet.
•
Reducir la culpa en el adicto por su comportamiento.
•
Promover la comunicación abierta sobre los problemas que llevaron al adicto a
implicarse en el abuso de Internet.
• Animar a la familia a colaborar en la
recuperación del adicto ayudándole a encontrar nuevas ocupaciones, tomándose
unas vacaciones o escuchando sus sentimientos.
Como
muchos otros comportamientos problemáticos, la adicción a Internet puede
tratarse solamente de un síntoma o de un trastorno secundario. La depresión, la
fobia social o la adicción al sexo son alguno de los trastornos que pueden ser
los responsables de una sobreimplicación en la red. En estos casos el
tratamiento específico para estas disfunciones debe ser adaptado al medio en el
que se produce.
CONCLUSIONES
Hemos
analizado en este trabajo la mayoría de las investigaciones que se han
realizado hasta el momento sobre la adicción a Internet. Gran cantidad de estos
trabajos son sólo de naturaleza exploratoria o descriptiva, por lo que las
explicaciones causales son únicamente tentativas.
A
nivel clínico, puesto que ha surgido una demanda real de ayuda, se han
elaborado algunos instrumentos de evaluación y técnicas de tratamiento, la
mayoría adaptadas de otros trastornos. Debido a la reciente historia de
Internet, es un problema de aparición reciente que aún no se había estudiado en
profundidad.
La
controversia sobre si el término adicción es apropiado es un problema que
inquieta mucho a los investigadores, sin embargo es algo que a las personas que
relatan consecuencias negativas relacionadas con Internet no les preocupa
tanto.
Parece
ser que Internet no produce adicción, es sólo lo que provee a conductas
reforzantes (sexo, juegos, relaciones interpersonales, etc.) de la capacidad de
producir dependencia. Hemos visto que la gente se hace adicta a multitud de
cosas (juego, sexo, compras, etc.) algunas de ellas pueden aumentar su
capacidad adictiva usando Internet como medio, sin embargo otras son
posiblemente sólo en Internet (chat, búsqueda de información, WWW, etc). Otra
cuestión diferente es que se puedan desligar ambas cosas, ya que en Internet el
medio y el mensaje están muy unidos.
Internet
se he introducido rápidamente en nuestra vida y su presencia sea cada día
mayor. Es por tanto necesario que nos anticipemos y aprendamos lo máximo
posible sobre como Internet puede tener un impacto negativo en nuestro
bienestar psicológico, no sólo desde el punto de vista de la adicción, sino
también de los cambios personales y sociales que puede traernos la llegada del
mundo virtual.
Por:
Nacho Madrid López (Doctor en
Psicología por la Universidad de Granada)
FUENTE:
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