"Contra cada padecimiento crece una planta."
(Paracelso)
La terapia de las flores de Bach desarrollada hace más de 70 años por el médico e investigador inglés Edward Bach, es uno de los fenómenos más interesantes de la medicina alternativa contemporánea. Está basado en un concepto ausente en la medicina clásica: la relación entre el alma humana y la manifestación de la enfermedad, teniendo en cuenta el elemento psíquico de ésta. La medicina dominada por la química y la tecnología puede ser capaz de eliminar los síntomas de la enfermedad, pero no sus causas: aumenta el conflicto entre el alma y el cuerpo y la curación se hace imposible.
El método curativo del Dr. Bach se basa en el hecho de que la enfermedad no sólo es el resultado de trastornos corporales sino que tiene su origen en sentimientos y actitudes negativas que bloquean nuestra energía vital.
El punto fuerte de la terapia de las flores radica en la normalización de los trastornos psíquicos y en la resolución de los conflictos internos, así como en la mejoría del dolor físico con causas psíquicas reconciliables o síntomas concomitantes.
Las flores de Bach no sólo son adecuadas para el tratamiento armonizador psicofísico en enfermedades de todo tipo —en ocasiones de modo adicional al tratamiento médico— sino también para cuidar la salud y llevar una vida sana, puesto que estabilizan y eliminan lo puntos más débiles desde el punto de vista psicológico.
Edward Batch fue un médico inglés (1886 - 1936) que sobresalió en la investigación dentro del campo de la bacteriología y la homeopatía. Sentía un gran deseo de ayudar a los demás, pero no estaba convencido por completo de la medicina que practicaba, por lo que se dedicó a la búsqueda de algún método menos agresivo, más sutil, benigno y suave. Fue entonces que tuvo contacto con la Homeopatía, en la cual también se destacó como médico e investigador, recibiendo el reconocimiento de sus colegas.
Tras años de éxito de práctica de la medicina en Londres, se encontró con un hecho curioso: algunos pacientes con la misma enfermedad tenían también otras características similares, como su postura, su forma de hablar, sus gestos y sus expresiones. Empezó entonces a analizarlos a sus pacientes no sólo por sus enfermedades y síntomas, sino por sus personalidades y comprendió la necesidad de aplicar un remedio diferente para cada tipo de personalidad.
Esta investigación le llevó a probar con sus pacientes algunos remedios basados en flores que recogió durante unas vacaciones en Gales. Obtuvo tan buenos resultados al prepararlos de forma homeopática, que, en 1930, decidió trasladarse definitivamente a Gales para centrarse en el desarrollo de una nueva técnica médica. De forma intuitiva empezó a recoger flores que percibió adecuadas para resolver los problemas de cada una de las personalidades que había identificado. Así culminaría con el hallazgo y sistematización de las esencias florales que componen su sistema.
Su método consistía en preparar sus novedosas tinturas de flores originarias de Gales, en lugar de tomar los extractos de las flores y empezar a hacer diluciones, como ocurre en la homeopatía. Simplemente recogía el rocío depositado en las flores por la mañana tomándolo como tintura madre. Asombrosamente apreció que este rocío era lo suficientemente poderoso como para crear efectos curativos significativos en las personas. Después experimentó sumergiendo algunos de los brotes de las flores en frascos de cristal llenos de agua mineral, que al dejarlos al sol durante algunas horas éste transmitía la energía de las flores al agua mineral, que pasaba a convertirse en tintura.
Después de experimentar los efectos de algunas tinturas de flores originarias de Gales consigo mismo y posteriormente con plantas y animales, empezó a probar sus remedios con pacientes, recetándoles remedios atendiendo a su personalidad en lugar de hacerlo sobre sus síntomas. Debido a los sorprendentes resultados que obtuvo, adoptó un nuevo enfoque en su investigación: Para corregir una enfermedad física, es necesario primero corregir los problemas mentales y emocionales del paciente.
A pesar de ser una idea prevaleciente en muchas filosofías y medicinas tradicionales, era completamente novedosa en su práctica y la de sus colegas. El Dr. Bach pensaba que el tratamiento de las emociones y la mente son fundamentales para tratar las enfermedades físicas. En el momento en que se corrigen los problemas emocionales, los problemas físicos pueden resolverse más fácil y rápidamente, y sin riesgo de reaparición. A pesar del énfasis que se la ha dado al sistema floral de Bach para resolver los problemas emocionales, no debe de olvidarse su utilidad para corregir problemas físicos.
Así, logró reunir 38 remedios, con una aplicación específica para cada tipo de personalidad, cada una con problemas mentales o emocionales, cada uno de ellos con unas propiedades curativas para distintos problemas emocionales. De este modo ofreció una nueva visión de la medicina, más sutil al tiempo que eficiente, pero sobre todo relacionada con uno de los campos más descuidados por la medicina tradicional: las emociones. Además, es un sistema holístico, es decir integral, pues reúne la mente y las emociones con el cuerpo del paciente.
De acuerdo a todo esto, la teoría del Dr. Batch se basó en que la mente es la parte más sensible de nuestra personalidad y donde, antes que en ningún otro lugar, aparecen los indicios de desarmonía que, de no ser corregidos, podrían cristalizar en enfermedades físicas o mentales; es decir, las enfermedades tienen un origen emocional y si los conflictos emocionales se mantienen por un período de tiempo prolongado, pueden acabar desembocando en enfermedades y patologías físicas, mentales o emocionales sin embargo, si se restaura el equilibrio emocional, la enfermedad física se resuelve. Fue de esta forma que desarrolló la Terapia de las emociones y por esta razón, los terapeutas utilizan la entrevista personal como fuente más fiable de información verbal y no verbal. La intención del Dr. Bach fue que el hombre tuviera autonomía para encargarse de su curación de forma autónoma. Ayudando a corregir esta tendencia negativa contribuimos a prevenir enfermedades, al tiempo que desarrollamos actitudes positivas como autoconsciencia, empatía, flexibilidad, optimismo, etc.
El efecto de las flores de Bach es, principalmente, la limpieza del organismo y ampliar la consciencia. Constituye una tratamiento energético, vibracional y holístico que ayuda a restablecer la salud, contribuyendo a armonizar las disfunciones en los campos físico, emocional, mental y espiritual de todos los seres vivo, ya sean humanos, animales o vegetales. Por tanto, la terapia floral del Dr. Bach son un sistema natural que permite tratar diversos problemas emocionales y mentales, tales como miedos, fobias, soledad, angustia, estrés, depresión u obsesiones.
Basta con tomar unas gotitas de los remedios florales para que una persona pueda superar miedos, depresión, impaciencia, soledad o traumas del pasado, entre muchos otros problemas emocionales, encaminándola a resolver los problemas físicos asociados con esas emociones. Queda entonces la responsabilidad de sanarnos a nosotros mismos en todos los aspectos de nuestra persona. En ningún caso la terapia floral del Dr. Batch sustituye la labor medica o de cualquier profesional de la salud, sino que se debe considerar como complementaria a las mismas.
No hay que estar enfermo para tomar flores de Batch. Todas las persona tenemos actitudes y sentimientos negativos que generan una determinada energía que actúa en nuestra contra y en la de quienes nos rodean.
La terapia se aplica desde hace más de 70 años y existe mucha experiencia en su uso en casi todos los países del mundo. Cientos de libros y publicaciones en diversos idiomas dan buena prueba de que se trata de un magnífico sistema para tratar los problemas físicos, mentales y emocionales de todos los seres vivos.
La terapia se aplica desde hace más de 70 años y existe mucha experiencia en su uso en casi todos los países del mundo. Cientos de libros y publicaciones en diversos idiomas dan buena prueba de que se trata de un magnífico sistema para tratar los problemas físicos, mentales y emocionales de todos los seres vivos.
En 1983 la OMS (Organización Mundial de la Salud) publicó un estudio dirigido a las administraciones sanitarias de sus estados miembros, en el cual se menciona explícitamente la terapia del Dr. Batch ("Medecine Traditionelle et Couverture des soins de Sante"). Actualmente existen trabajos científicos que avalan los efectos de las flores de Bach.
Los 38 remedios están compuestos por 34 flores silvestres, 3 flores de cultivo y agua de manantial. Estos son:
Flor
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Aplicaciones
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Agrimonia
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- Ocultar emociones tortuosas, problemas graves y angustia inconsciente tras una máscara de alegría y despreocupación permanente.
- Evitar discusiones y buscar armonía.
- Tendencia a las adicciones, tabaco, drogas, alcohol, juego, trabajo, , comida y compras, riesgos, como mecanismo de escape al tormento mental.
- Buscar la aceptación.
- Bromear respecto a la enfermedad.
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Álamo temblón
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- Miedo a lo sobrenatural, a situaciones imprecisas que se interpretan como amenazas.
- Miedo a la muerte.
- Presagios.
- Temor vago e inexplicable.
- Agorafobia, claustrofobia.
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Haya
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- Tendencia a la intolerancia y a la crítica.
- Juzgar sin sensibilidad ni comprensión.
- Arrinconar a otras personas por sus actitudes o ideas.
- No soportar las ideas y costumbres ajenas.
- Arrogancia.
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Centáurea
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- Incapacidad para decir "No".
- Reaccionar exageradamente a los deseos de los demás, buscando complacerlos.
- Sacrificar las propias necesidades para quedar bien.
- Predisposición a servir a pesar de la explotación.
- Prestarse al dominio y el abuso de otros.
- Voluntad débil.
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Ceratostigma
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- Búsqueda de aprobación y consejo de otros.
- Desconfianza o inseguridad ante las decisiones y opiniones propias, así como en el propio juicio e intuición.
- Falta de firmeza en las convicciones propias.
- Cambiar de opinión con excesiva facilidad.
- Indecisión.
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Cerasífera
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- Miedo a perder el control de los propios actos o a cometer acciones terribles y a enloquecer.
- Pensamientos irracionales persistentes.
- Arrebatos incontrolables.
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Brote de castaño
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- Repetición de errores, por falta de reflexión sobre las experiencias adquiridas.
- Reincidencia.
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Achicoria
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- Sobreprotección de seres queridos y dominio de ellos mediante una excesiva manipulación.
- Considerarse superior a los seres dependientes.
- Personalidad posesiva y egoísta.
- Inmiscuirse continuamente en asuntos ajenos.
- Esperar la devoción de aquellos a los que se sobreprotege.
- Victimismo.
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Clemátide
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- Evasión de la realidad mediante ensoñaciones.
- Dificultad para centrarse en el aquí y el ahora.
- Distracción y falta de atención a los sucesos.
- Vivir en un mundo de fantasía, como un mecanismo de escape a la infelicidad.
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Manzano silvestre
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- Flor de la limpieza para quién tiene la sensación de estar sucio y ser impuro y temor a contaminarse.
- Baja autoestima.
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Olmo
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- Sentirse abrumado por las responsabilidades. Pensar que no se es capaz de cumplir con ellas.
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Genciana de campo
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- Pesimismo.
- Depresión por causas conocidas.
- Escepticismo.
- Control débil ante la frustración.
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Aulaga
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- Desesperación.
- Falta absoluta de esperanza.
- Pensar que nada tiene sentido.
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Brezo
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- Ensimismamiento.
- Estar excesivamente centrado en uno mismo.
- Necesidad de tener un público que escuche.
- Hablar excesivamente sin escuchar a los demás.
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Acebo
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- Celos, desconfianza, envidia, odio y rencor.
- Ausencia de compasión.
- Para quienes necesitan amor.
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Madreselva
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- No vivir el presente.
- Nostalgia, añoranza del pasado y los buenos tiempos.
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Hojarazo o Carpe
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- Agotamiento mental por hastío.
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Impaciencia
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- Sentimiento de soledad.
- Impaciencia.
- Irritabilidad.
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Alerce
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- Sentimiento de inferioridad.
- Esperar fracasar.
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Mímulo
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- Miedo a lo conocido, a situaciones concretas y definibles.
- Timidez.
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Mostaza
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- Depresión y tristezas por causas desconocidas, que aparecen y desaparecen sin motivo.
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Roble
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- Luchar desesperadamente contra la corriente y sin descanso.
- Dedicación obsesiva al trabajo.
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Olivo
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- Agotamiento total, físico y/ o mental.
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Pino
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- Desesperación por sentimiento de culpa y auto-reproche.
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Castaño rojo
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- Preocupación excesiva por los seres queridos y miedo a que les suceda algún mal.
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Heliantemo o Jarilla
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- Pánico y terror paralizante.
- Estados de angustia agudos.
- Pesadillas.
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Agua de manantial
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- Perfeccionismo.
- Severidad.
- Rigidez con uno mismo.
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Scleranthus
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- Indecisión entre dos extremos opuestos.
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Leche de gallina
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- Secuelas de traumatismos físicos y mentales.
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Castaño dulce
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- Desesperación profunda.
- Sentimiento de haber llegado al límite del sufrimiento.
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Verbena
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- Fanatismo.
- No compartir la carga.
- Fortaleza.
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Vid
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- Avidez por el poder.
- Dominación.
- Tiranía.
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Nogal
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- Indecisión para iniciar etapas nuevas o manejar situaciones difíciles.
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Violeta de agua
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- Soledad de los orgullosos.
- Distanciamiento por sentimiento de superioridad.
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Castaño de Indias
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- Pensamientos obsesivos.
- Diálogos internos negativos.
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Avena silvestre
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- Falta de metas.
- Descontento e incertidumbre por desconocer la misión en la vida.
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Rosa silvestre o Escaramujo
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- Desinterés, apatía, resignación, capitulación.
- Falta de motivación.
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Sauce
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- Sentirse víctima del destino.
- Resentimientos.
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Elegir la flor adecuada supone estar en condiciones de actuar sobre uno mismo y sobre los demás para ayudarles a crecer espiritualmente. Significa asumir que, de este modo, se empieza a tomar conciencia de la propia vida para actuar y aprender a reconocer cuáles son los propios desequilibrios. Significa, por último permitir que las flores se relacionen con nosotros, equilibrándonos y a la vez sugiriéndonos una nueva forma de afrontar la vida cotidiana y las relaciones con quienes nos rodean.
Para lograrlo, debemos primero ser capaces de trabajar con constancia sobre nosotros mismos, para aprender a reconocer nuestros estados de ánimo, incluso el más profundo, y por consiguiente activar el proceso de curación.
Cualquier persona puede aprender a elegir los concentrados florales de Bach adecuados. Esto es válido, con muy pocas excepciones, para los casos de autotratamiento y de preparación de mezclas florales para personas de nuestro entorno familiar y circulo de amistades, y para estados agudos, como por ejemplo, problemas escolares, discusiones familiares o dificultades en el lugar de trabajo. Sin embargo, es preferible acudir a un buen terapeuta especializado, como tampoco es aconsejable recomendar tratamientos específicos a personas extrañas o desconocidas.
Para que la terapia del Dr. Bach surta efecto es importante que el terapeuta tenga una formación especializada. Debe contar también con una capacidad de observación, comprensión, distanciamiento crítico, además de mucha experiencia y una sólida técnica para el diálogo. Ni siquiera los profesionales poseen todas esas cualidades en la medida suficiente, de ahí que haya que ser también muy crítico al elegir el terapeuta adecuado.
La dosis normal es de cuatro gotas, cuatro veces al día. Conviene no mezclarlas con alimentos, ya que éstos influyen en el efecto de las llores de Bach, por ello deben tomarse 10 minutos antes o después de las comidas, aunque se pueden tomar diluidas en un vaso de agua.
Cada persona debe de elegir el momento en que pueda tomarlas, pero es recomendable que las dosis sean espaciadas y siempre a la misma hora. Dos momentos en los que son particularmente efectivas es justo al despertarse e inmediatamente antes de ir a dormir.
Al no tratarse de fármacos químicos o que contengan sustancias activas, las flores de Bach pueden ser tomadas por todo el mundo, incluso bebés, mujeres embarazadas o ancianos. Carecen de efectos adversos o secundarios y no hay posibilidad de sobre dosificación. Son totalmente compatibles con cualquier otro tratamiento o terapia, tanto complementario como de medicina convencional. Tampoco se han descrito hasta el momento interacciones con otros fármacos. Los remedios de Bach son benignos en su acción; casi nunca pueden producir una reacción desagradable. En consecuencia, pueden administrarse con seguridad, de manera independiente o combinada con cualquier otro medicamento y no presentan el menor riesgo de producir efectos nocivos o entren en conflicto con otros medicamento.
Aunque contienen alcohol, la cantidad es tan pequeña que por cada toma, representaría el equivalente a una gota de brandy, lo cual es insignificante desde el punto de vista químico.
La incidencia de reacciones adversas o efectos secundarios de las flores de Bach es muy infrecuente e infinitamente menor que las de cualquier otro medicamento químico, sin embargo, no se puede afirmar rotundamente que no puedan presentarlos, aunque siempre serán más leves que los que pueden ocasionar los fármacos convencionales y pueden ser tanto de tipo físico, como mental o emocional.
Los efectos secundarios suelen manifestarse, al igual que muchos otros fenómenos de la naturaleza en los cuales antes de un cambio de estado hacia otro, mediante un período de inestabilidad que acentúa el estado anterior al comienzo del tratamiento, es decir, pueden producir un efecto catártico de purificación o limpieza de diversas formas (P.Ej.: diarrea o vómito) que sirven para eliminar toxinas. Aun así, esta catarsis no se debe entender como un efecto secundario nocivo, sino al contrario, como un efecto conveniente aunque pueda llegar a resultar molesto o desagradable durante un breve espacio de tiempo.
Entre los efectos que se pueden apreciar cabe mencionar a efectos mentales o emocionales ligero incremento del problema a tratar al inicio de la terapia; este es el efecto más frecuente, pero pasa rápidamente y como máximo dura unos días. Otros efectos emocionales pueden ser llanto incontrolable sin causa aparente, risa, euforia, ansiedad, sueño e insomnio. También puede aparecer un deseo de estar en un ambiente tranquilo o solitario para dedicarse a la introspección. A veces puede haber una repulsión por ciertas cosas o situaciones. Físicamente pueden provocar cansancio físico, falta de energía, pérdida de apetito, dolor de cabeza, diarrea, erupciones en la piel o sudoración nocturna.
En el caso de aparición de efectos secundarios, la mayoría de los terapeutas recomiendan no suspender o disminuir la dosis, pues la reacción que se observa es señal de que las flores están actuando, y es necesaria para el proceso de sanación.
- Eliminar la última dosis antes de dormir.
- Reducir el número de tomas diarias.
- Tomar "Rescue Remedy" por un tiempo. Normalmente basta con tomarlo durante 2 semanas para adaptarse a la energía de las flores y hacer el proceso de limpieza más sutil.- Cambiar la fórmula que se esté tomando. Puede cambiarse el preparado que se esté tomando por otro más ligero o, si se está usando una combinación, reducir el número de flores.
Tomar las flores de Bach durante un tiempo prolongado, no crea habito ni adicción, ya que tanto por sus características como por su forma de actuar, se diferencian básicamente de los medicamentos convencionales y ninguna conlleva riesgo de adicción. Los concentrados florales actúan en un plano superior, contribuyendo a estabilizar una situación anímica que se ha desequilibrado. Tan pronto se ha restablecido el equilibrio, los remedios no tienen ningún efecto posterior y la experiencia demuestra que la persona pierde el interés por las gotas. Hasta el momento no se ha producido ningún caso de habito. Así pues no debe temerse la adicción; al contrario, las flores de Bach nos ayudan a seguir desarrollando nuestra personalidad y a descubrir poco a poco nuestras capacidades interiores. Los viejos modelos anímicos negativos, como por ejemplo el convencimiento de tener que aceptar las propias debilidades anímicas, se reconocen de manera consciente y se transforman con la ayuda de la energía de las flores, de manera que puede producirse un proceso de creciente independencia, autonomía y liberación.
El período de tratamiento depende de cada caso particular y del estado en el que se encuentra la persona. La evolución que experimente cada individuo estará condicionada por la estructura de su personalidad. Según la experiencia, las personas que por temperamento tienen tendencia a la lentitud, el efecto de las flores de Batch también será más lento, mientras que otras aprecian el efecto desde la primera toma.
La experiencia práctica de más de 70 años con la terapia de las flores de Bach ha permitido reunir un gran número de interesantes observaciones en lo que se refiere a las reacciones que se producen al tomar las flores de Bach. Algunas personas ya sienten un efecto inmediato, la primera vez que las toman; puede ser, por ejemplo, una sensación de calor o de frío, o una agradable sensación electrizante. A veces se produce una clara sensación de desahogo, un suspiro de alivio o se tiene la impresión de que el entorno ha adquirido repentinamente una mayor claridad y grandeza.
Este tipo de reacciones demuestran que, quizás después de mucho tiempo, se ha podido recuperar el contacto con el propio Yo Superior; pero esas reacciones no se advierten necesariamente en todos los casos.
Fuente:
Flores de Bach
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