"La perfección de la propia conducta estriba
en mantener cada cual su dignidad sin
perjudicar la libertad ajena."
(Sir Francis Bacon)
La existencia de las sectas es conocida desde hace décadas, sin embargo, con el cambio no sólo de siglo sino de milenio, éstas han proliferado, aprovechando de manera oportunista la captación de adeptos debido a los temores ancestrales que supone el "milenarismo" y, más recientemente con el fenómeno que se ha dado a conocer como "Efecto 2012", según el cual y basándose en el Calendario Maya, prevén el fin del mundo para finales de este año; inculcando en la población un temor irracional hacia hipotéticos hechos apocalípticos y supuestas teorías, incluso prácticas, de las que estos grupos son poseedores para la salvación de sus seguidores. Por ello he creído que era un buen momento para desentrañar todo lo que se esconde tras la negra cortina de las denominadas "sectas destructivas".
REFERENCIAS DE ANÁLISIS PARA SU CLASIFICACIÓN
Debido a la problemática que representan las sectas destructivas, se precisa tener una referencia de análisis y clasificación de las mismas en función también de los métodos que emplean y con qué finalidad. De este modo se puede llevar a cabo una labor de prevención dirigida a la sociedad para el reconocimiento e identificación de esta penosa realidad, al tiempo que impida que, principalmente los medios de comunicación, cataloguen "a la ligera" y sin un conocimiento preciso a cualquier grupo o asociación, provocando la confusión y la desconfianza que lleve a la difamación, el rechazo, la hostilidad y la intolerancia hacia asociaciones que nada tienen que ver con la "filosofía" de las sectas destructivas, como de hecho ha sucedido muy recientemente en un grupo de una red social que ha "difamado" y tachado de "sectas" a grupos y terapias legalmente reconocidos y que incluso se imparten en facultades universitarias, como es el caso de diversos tipos de psicoterapia: terapia cognitivo conductual, Gestalt, PNL (programación neuro-lingüística) que se imparten en la carrera de Psicología y hay multitud de psicólogos clínicos colegiados ejerciendo legítimamente la práctica de estas terapias; ya que, según este supuesto, también podría conceptuarse entonces como "secta" el Psicoanálisis de Freud. Del mismo modo, el mencionado grupo de una red social, ha "estigmatizado" terapias alternativas que están legítimamente reconocidas a nivel médico internacional como es el Reiki y que, de hecho, se emplea ya en multitud de hospitales de reconocimiento internacional y, concretamente, en el caso de España, en hospitales estatales con la autorización y supervisión de las oportunas autoridades competentes.
Este efecto puede ser altamente peligroso en el sector profesional de la Psicología y la Psiquiatría, ya que puede inducir a error entre la sociedad, confundiendo a los profesionales éticos y responsables, con "gurús" manipuladores de la mente con el objeto de adherir a sus pacientes a sectas peligrosas, con las consiguientes repercusiones nefastas para esta profesión y para todas aquellas personas que requieran de una atención profesional cualificada. El hecho de que algunos grupos puedan utilizar de forma abusiva y fraudulenta determinadas técnicas de manipulación psicológica, no implica que todos los psicólogos y psiquiatras lo hagan. Todo lo contrario, los individuos que lideran estos grupos, aunque pueda tratarse de psicólogos y psiquiatras, son personas sin escrúpulos, ni ética profesional, que no suelen estar colegiados, ni registrados en ningún organismo que les acredite como auténticos profesionales y les autorice a ejercer como tales.
Todo esto debe ser especialmente tomado en cuenta, ya que tradicionalmente la palabra "secta" tiene una connotación peyorativa en el sentido de herejía ideológica o heterodoxia doctrinal. Sin embargo, la carga negativa de esta palabra se ha hecho más fuerte a partir de 1978, año en que ocurrió el suicidio colectivo de Jim Jones en Guyana. Desde entonces, la opinión pública mundial comenzó a percibirla como agrupación antisocial, siniestra, de conducta fanática y peligrosa, como en realidad es, pero lo que no implica que otros grupos tengan que serlo necesariamente y se les juzgue sin saber; por lo que también es preciso esclarecer las connotaciones de las sectas destructivas que se contraponen a otros tipos de actividades, técnicas y grupos íntegros, totalmente fiables e "inofensivos".
Hay países islámicos en que las minorías religiosas son en ocasiones catalogadas como sectas. En Rusia, los católicos romanos son llamados así por algunos sectores de la Iglesia Ortodoxa. En Inglaterra, cuya Iglesia oficial es la Anglicana, los Puritanos y los Cuáqueros fueron llamados sectas en siglos pasados. En países budistas e hinduistas las religiones distintas a su religión oficial y mayoritaria, también se llegan a considerar sectas.
En este contexto, el calificar de "secta" a un grupo social conlleva una responsabilidad ética importante, responsabilidad que no se puede descargar pertinentemente sin un marco analítico correcto, ni repitiendo acríticamente los adjetivos y nombres que otros emplean sin entender realmente de lo que se habla. En otras palabras ¿por qué considerar sectarias a unas organizaciones y a otras no? ¿Porque lo dice la mayoría? ¿Porque se mencionó así en la televisión o en la radio? ¿Porque lo dice el cura, el pastor, el intelectual o una u otra asociación que estudia el campo socio-religioso? El periodista, el analista, el académico o el padre de familia que llama secta a un grupo simplemente porque oyó a alguien clasificarlo así, no sólo actúa de forma irresponsable y/ o poco profesional, sino que se convierte en ocasiones en títere de intereses oscuros, en cómplice pasivo, quizás de antagonismos religiosos, cuya profundidad no conoce, o de intentos de grupos mayoritarios por monopolizar las conciencias a través de la descalificación "a priori" de las demás opciones.
Luego, la existencia o no de la explotación, de la falta de ética, la transparencia en el proselitismo, los mecanismos internos de autorregulación y la presencia de técnicas psicofisiológicas de manipulación son las variables que se deben examinar a fondo antes de catalogar como "secta destructiva" a una organización. Los criterios deben ser los más rigurosos posibles y se debe tener en cuenta que un grupo puede ser clasificado como secta desde diferentes perspectivas. Por ejemplo, los Testigos de Jehová son considerados como secta desde el punto de vista teológico por inculcar dogmas no cristianos y sociológicamente por impedir con técnicas coercitivas la transfusión de sangre a sus adeptos, incluidos menores de edad, lo cual genera muertes innecesarias cada año y viola los derechos humanos universales y de los menores de edad.
Por esta razón, seguidamente, se va a tratar de esclarecer su correcta definición, contexto, acciones y métodos empleados por las sectas destructivas, para poder diferenciarlas, con argumentos más sólidos, de todo grupo que no presentan sus características y conservan un carácter totalmente ético y responsable.
Por esta razón, seguidamente, se va a tratar de esclarecer su correcta definición, contexto, acciones y métodos empleados por las sectas destructivas, para poder diferenciarlas, con argumentos más sólidos, de todo grupo que no presentan sus características y conservan un carácter totalmente ético y responsable.
DEFINICIÓN DEL CONCEPTO DE "SECTA DESTRUCTIVA"
Ligüísticamente hablando, según el diccionario de la RAE, una secta es:
"Conjunto de seguidores de una parcialidad religiosa o ideológica".
"Doctrina religiosa o ideológica que se diferencia e independiza de otra".
"Conjunto de creyentes en una doctrina particular o de fieles a una religión que el hablante considera falsa".
Sin embargo, como esta definición resulta de una gran ambigüedad para su aplicación a determinados grupos, es proceden dar otra más precisa y aplicada desde los campos de la Sociología y la Psicología:
"Instrumento útil para prevenir a la sociedad al referirse a grupos con conducta peligrosa o delictiva, que se amparan en creencias pseudo-religiosas para violar las leyes y dañar a otros seres humanos."
Este uso del lenguaje es congruente con la aplicación social de calificativos como "mafia", "crimen organizado", "la delincuencia", "funcionarios corruptos", etc., a determinados sectores para distinguirlos del resto de la sociedad con el fin de alertar a los demás acerca de sus conductas.
Así contextual izado, la aplicación de este término a organizaciones que bajo engaños y usando pretextos de cualesquiera creencias religiosas son comprobablemente nocivas, el uso de la terminología "secta destructiva", es legítimo, necesario y útil, sobre el cual, diversos expertos en el tema han establecido sus propios criterios y definiciones, algunas de las cuales se presenta a continuación:
El doctor en Psicología Clínica, Michael Langone, define el concepto como:
"Secta es un grupo o movimiento, que exhibe una devoción excesiva a una persona, idea o cosa y que emplea técnicas antiéticas de manipulación para persuadir y controlar (a sus adeptos); diseñadas para lograr las metas del líder del grupo; trayendo como consecuencias actuales o posibles, el daño a sus miembros, a los familiares de ellos o a la sociedad en general".
"Dado que la capacidad para explotar a otros seres humanos es universal, cualquier grupo puede llegar a convertirse en una secta. Sin embargo, la mayoría de las organizaciones institucionalizadas y socialmente aceptadas, tienen mecanismos de auto-regulación que restringen el desarrollo de grupúsculos sectarios".
El concepto del doctor Langone considera en particular el daño, potencial o actual que se causa a los individuos al involucrarse en una organización determinada; llevando implícito el concepto "destructiva" que ayuda a diferenciar a aquellos grupos que encuadran en las definiciones teológicas o culturales, pero que no muestran una conducta antisocial o peligrosa, de aquellas organizaciones que sí lo hacen.
Por su parte la Dra. Margaret Singer, psicóloga clínica y profesora de la Universidad de California en Berkley, se aproxima mucho a la definición del Dr. Langone y se basa no sólo en el comportamiento, sino en las creencias de un grupo; analizando la técnicas de persuasión psicofisiológica que utilizan las sectas y añade:
"Una secta la constituye, básicamente, la estructura jerárquica y de poder de la organización, no los adeptos en sí".
El profesor Steve Hassan, profesor en Psicología de la Universidad de Cambridge fue miembro de la secta de los Moonies por mucho tiempo. Actualmente tiene 20 años de experiencia como asesor internacional y consejero sobre el tema de las sectas destructivas. Hassan establece cuatro criterios para determinar la manipulación mental y define como "secta" a:
"Cualquier grupo (religioso o no) que utilice técnicas de control psicológico para suprimir la personalidad e inhibir el juicio crítico y la libertad de decisión."
Actualmente, muchos médicos, psicólogos clínicos y sociólogos toman los criterios del Dr. Robert Lifton, psiquiatra y sociólogo, como referencia para evaluar si un grupo religioso o de otra índole, induce al "lavado de cerebro" para manipular la conducta de sus adeptos. La utilización de estas técnicas de coerción constituye para muchos médicos de hoy en día el criterio para llamar "secta" a una determinada agrupación. Estos criterios son:
Control de la Atmósfera Social y de la Comunicación Humana. Implica coartar la comunicación entre los seres humanos que se intenta controlar e incluye obstaculizar la comunión del individuo consigo mismo. Por ejemplo, evitar que tenga tiempo libre para la reflexión personal. El frecuentar permanentemente a personas de la misma mentalidad hace que los cultos se conviertan en "islas" en el interior de la sociedad que sólo interrumpen momentáneamente su aislamiento para el reclutamiento de nuevos miembros. El control del entorno está asociado muy estrechamente al proceso que consiste en transformarle, en adaptarle. Un "yo" nacido que existe a la par que el "yo" original. Este período de transición es el más intenso con situaciones muy dolorosas psíquicamente y con el mayor potencial de daños. El neófito vive entonces en un "paraíso" en el que es cortejado como si de un rey se tratase. Se le ofrece la oportunidad de sentirse alguien especial, un ser realizado; logrando que la persona acabe por convencerse de haber hallado amigos verdaderos.
Es sorprendente constatar que los adeptos de las sectas se contentan con las declaraciones del grupo acerca del origen de su creencia y que no sienten la motivación de verificar por sí mismos las razones sólidas y verdaderas, que frecuentemente difieren totalmente de aquello que pretenden los dirigentes del grupo. Esto se manifiesta en que en ambientes de comunidad, círculos de conocimiento, aquellas personas con argumentaciones negativas son separadas para el control de su comportamiento.
Manipulación Mística. Construir premeditadamente atmósferas "espirituales" de apariencia "espontáneas", pero que en realidad están planeadas y estudiadas para producir un efecto concreto. La gente interpreta este efecto como una "experiencia espiritual", al ignorar que fueron situaciones fabricadas. Comienzan con una sub-técnica llamada “unfreezing” (descongelación), en la que se prepara al público haciéndole comprender desde el comienzo que ha sido condicionado, adhiriéndose este condicionamiento a su ego, que sólo es capaz de ver a través de los anteojos reductores de su subjetividad; es, por lo tanto, prácticamente incapaz de reconocer con objetividad que una fuerza sea despertada en ellos que poco a poco va a liberarlo de su propia subjetividad al reconstruir el condicionamiento sufrido y su adhesión a su "yo" interno. Así, la persona desprovista de su seguridad, descubrirá que ha vivido hasta el presente sin ninguna libertad. Expuesta como una marioneta al condicionamiento sumiso por su fijación a su ego, finalmente, no verá otra salida que el recurso del "despertar".
Los principios de culto, construidos sobre una divinidad, serán altamente utilizados como único camino de liberación. Esta visión refuerza la manipulación mística y, a los ojos de los adherentes, justifica la propagación del culto. Las manipulaciones místicas conducen a los adeptos de las sectas a la convicción de que aquellos que no son miembros, ni simpatizantes de su culto son fundamentalmente "malos" y, entonces, es justo engañarlos en función de un fin tan elevado y sagrado.
Redefinición del Lenguaje. Controlar las palabras es útil para manipular el pensamiento de las personas. Se adoctrina con conceptos simplistas y cliches que tienden a desalentar más que a alentar el razonamiento. Por ejemplo con frases como: "nadie puede utilizar su razón para alcanzar la iluminación", "sólo los elegidos pueden entender lo que sucede en el interior de nuestra agrupación".
Cada faceta de la vida, incluso la más complicada o la más cruel, puede ser reducida a un simple manojo de principios y de expresiones que mantiene un acuerdo interior, con las vibraciones y sensaciones perceptibles. El mecanismo de defensa se invierte de tal modo que la nueva identidad sectaria es reforzada en relación a la previa. Con el tiempo esto conduce a bloquear toda información crítica hacia el grupo.
El mecanismo de no pensar, utiliza, con expresiones simples, la reducción de problemas muy complejos y difíciles. Una persona sin disposición es etiquetada y luego arrojada (como a un cajón) en tanto no se produzca la reacción ante su ego. Esto tiene como consecuencia un empobrecimiento absoluto de los sentimientos hacia las personas exteriores al grupo.
El lenguaje sectario tiene un efecto de separación entre los adeptos y los "extraños" de afuera. Perturba a los recién llegados que quieren comprender lo que dicen los fieles y que deben hacer un esfuerzo suplementario para aprender y comprender la “verdad”. De esta confusión nace la fe en la doctrina.
La Doctrina sobre la Persona. No importa lo que una persona esté experimentando en la realidad, es la creencia en el dogma lo que importa. La creencia del grupo rebasa la conciencia individual y la integridad, en cuanto a comprobar resultados. Un ejemplo es cuando algún grupo proclama que su dios ha realizado milagros de sanidad, pero se niega a hacer verificaciones científicas al respecto. Incluso puede ser que una persona esté gravemente enferma y se asegure que no importa lo que se suponga y vea, ya que está sana, por que es más importante sostener el dogma, que el bienestar de las personas y lo que indica la realidad.
Nuestro espíritu tiene necesidad de modelos de referencia para estructurar la realidad. Si uno cambia sus ejemplos referenciales, entonces la información introducida será interpretada de otro modo diferente a como se hacía con anterioridad.
Nuestro espíritu tiene necesidad de modelos de referencia para estructurar la realidad. Si uno cambia sus ejemplos referenciales, entonces la información introducida será interpretada de otro modo diferente a como se hacía con anterioridad.
El modelo inducido por el culto actúa sobre la persona si existe un conflicto entre lo que siente y aprende ella misma, junto con lo que debe sentir o cómo debe actuar de acuerdo a los preceptos de la secta. La doctrina no sirve sólo para filtrar las informaciones que entran sino que reglamenta también las maneras de interpretarlas.
El mensaje introducido con este propósito en tales cultos revela que cada uno debe buscar la verdad de la doctrina y subordinar la experiencia a esta "verdad". Cada uno es invitado a sentir que las dudas son reflejo del ser "malo" que hay en él. Sin embargo, las dudas pueden llegar. Cuando dichos conflictos se vuelven intensos, la gente llega a liberarse del culto con la condición de que los interesados no estén completamente adoctrinados, de otro modo, las emociones que surgen representan obstáculos insuperables tras una temporada prolongada en la secta.
La Ciencia Sagrada. Doctrina del absoluto, científico y moral. El dogma es incuestionable. Al lado del nudo sagrado, la doctrina del culto, debe ser, tanto como sea posible, científica, a fin de ejercer una más fuerte influencia sobre la gente. Una “ciencia sacralizada” ofrece una seguridad apreciable, sobre todo a los jóvenes, especialmente por el hecho de que en gran parte les simplifica el mundo. Existe una necesidad contemporánea por los principios, santos, dogmáticos, presentados como ciencia, que en realidad sirve de telón a la verdad sobre las maneras humanas de actuar y sobre la Psicología.
A este efecto, se hace declarar a supuestos “expertos”, de preferencia médicos, que, a través de experimentos, sostienen y prueban, ficticiamente, que, así, se puede obtener un crecimiento más rápido; demostrando que la doctrina del culto es verídica y efectiva.
El Culto a la Confesión. Manipulación de la confesión pública para romper los límites personales. Restricciones o prohibiciones a la privacidad personal. Por ejemplo, la confesión de faltas o problemas tiene usos y limitaciones bien definidas en el ámbito terapéutico. En este caso se abusa del uso para denigrar y controlar a las personas a través de la información vertida. Se intenta borrar la individualidad para ser controlado en masa.
Procesos de confesión de culpa son llevados a escena por todas las sectas espirituales con estructuras muy diferentes. La confesión de culpa acompaña a un modelo de crítica y autocrítica, ejerce una aceleración muy dinámica de la transformación personal. Esto conduce al hábito de interpretar todas las situaciones de proceso a las que un adepto se encuentra confrontado en el curso de su jornada, como las reacciones a sus propias debilidades.
Ello podría ser parcialmente exacto, pero termina por tener como efecto que absolutamente todo será tolerado si se trata de evitar que el "gurú" omnipotente no tiemble en su pedestal. Incluso si se manifiestan "verdades" absolutas, el adepto así controlado llega a encontrar explicaciones ilógicas para sus incoherencias con las cuales puede continuar viviendo.
Demandas de Pureza Inalcanzables. Estándar inalcanzable de perfección para crear culpabilidad y vergüenza en los adeptos. La gente es castigada y enseñada a autocastigarse por no llegar al ideal que, ya de entrada, es imposible alcanzar.
Se exige una separación radical entre puro e impuro, bueno y malo, en el interior de su entorno, así como en el interior de sí mismos. Estas situaciones serán percibidas bajo una forma simplificada por las vibraciones: el fresco es bueno, el calor es malo... gracias al sistema de percepción absoluta de la verdad. La purificación absoluta termina por ser y es un proceso continuo. Como la mayoría de los movimientos ideológicos, así se guía al individuo entre sentimientos de culpa y de vergüenza, aunque, por ende, diga que uno no debe sentirse culpable. Esto permite explotar sin vergüenza el estado vibratorio del individuo para justificar cada acto, por ejemplo, la separación de los padres biológicos de sus hijos. A menudo, la única culpa relevada en una persona tocada consiste en la falta de humildad y entrega.
Mucho más grave aún es cuando los miembros son invitados a sentir que las debilidades personales y espirituales son la causa de sus problemas de salud y que el líder, evidentemente, no puede resolver esos problemas si los interesados no tienen ni humildad, ni entrega y abandono respecto a su autoridad. La consecuencia es que los miembros apenas osan sentirse enfermos porque ello es considerado e interpretado como una falta personal.
La Dispensación de la Existencia. El grupo decide quién tiene derecho a existir y quién no. No existe ninguna alternativa legítima sino sólo el pertenecer a esa organización en particular. En regímenes gubernamentales totalitarios esto es lo que justifica la ejecución de disidentes políticos. Todos estos mecanismos de influencia tienen efectos bien estudiados, tanto psicológicos como fisiológicos, para crear estados de inhibición del razonamiento y alta sugestión para controlar la conducta de un grupo social.
Al concepto ofrecido por el Dr. Lifton, el Dr. John Hockman, profesor de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en los Ángeles, incorporó que "las sectas son grupos que utilizan métodos de "Reforma del Pensamiento" para reclutar y controlar a sus miembros y utilizan como herramienta una tríada". Esta tríada es imprescindible para considerar a un grupo como "secta":
El Milagro. Pensamiento mágico alrededor del dirigente y/ o actividades del liderazgo.
El Misterio. La ocultación deliberada de la práctica y creencias reales del grupo que sus miembros tienen derecho a conocer para decidir con libertad su pertenencia al grupo, pero, para evitar precisamente esto, se basan en el poder de manipulación de la mente colectiva, deteriorando la percepción de los seguidores adoctrinados a cerca de la realidad y verdadera naturaleza del grupo y los hace vulnerables, de esta manera, la gente no presta su consentimiento con pleno conocimiento, sino que se convierte en víctima de un fraude donde se transforma en sujeto apto para técnicas psicofisiológicas de inhibición de su razonamiento crítico, volviéndola pasiva y susceptible de ser explotada y dañada.
La Autoridad. Un régimen autoritario y absolutista para utilizar a las personas para cubrir las necesidades del grupo.
Cuando esta tríada se encuentra presente en un grupo sus componentes ejercen un efecto sinérgico, es decir, cada elemento refuerza al otro en forma recíproca para crear un ambiente extremadamente peligroso que puede desembocar en daños a los procesos de funcionamiento en la mente de las personas, con sus consecuentes efectos en la salud en general.
La insuflación de temores existenciales representa la fuerza que impide a los adeptos de la secta abandonarla libremente. Las fobias son reacciones intensas del miedo frente a alguien o algo. Pueden producir efectos físicos, palpitaciones del corazón, boca seca, contracturas musculares.
Las fobias impiden a la persona hacer lo que verdaderamente quiere. Los sujetos se vuelven incapaces de liberarse de la situación. La característica principal es la “creencia en la pérdida de la existencia”. Si alguien cree haber tenido una visión absoluta de la verdad, entonces para él, todos aquellos que "no han visto la luz", no están anclados en la "verdad". Están, por así decirlo, en la oscuridad, “no están realizados”; están ligados al "mal" y no tienen en el fondo el derecho de existir. El pánico es el slogan de la mayor parte de los cultos destructivos.
Los miembros saben que si no hacen suficientes esfuerzos en ese sentido, serán expulsados y destruidos. Por el contrario, si uno es aceptado, se congratula de ser parte de esta élite que cree salvar al mundo. Ésta es una actividad que se puede encontrar en todos los cultos religiosos.
Un líder de culto omnipotente se convierte en la personalidad que decide sobre la existencia o la no existencia de los adeptos. Esta tendencia totalitaria que consiste en trazar una línea entre los que tienen derecho a vivir y aquellos que no lo tienen, puede conducir a la tentación fatal de resolver problemas humanos fundamentales. Sucede que las personas afectadas por problemas psíquicos no sean aceptadas o a que sean rechazadas muy rápidamente.
Los cultos producen fobias de géneros muy diversos, muy ricas en la forma en que se disfrazan, que son implantadas en la gente, de tal manera que no son conscientes de padecerlas. Los adeptos que han fracasado en desembarazarse de los condicionamientos anteriores serán recondicionados para renegar de su verdadero “yo” que, paradojicamente, quieren encontrar, pero no llegan ni siquiera a tomar conciencia de su deseo de salir de la secta. Las fobias de los cultos suprimen en el hombre la posibilidad de plantear elecciones. Los adeptos creen verdaderamente que si abandonan la seguridad del grupo y pierden la protección del "gurú" en toda su potencia, serán destruidos; de este modo, con todo su arte, imprimen, profundamente, imágenes en el inconsciente, lo que puede tener efectos como infartos mortales, cáncer, etc.
Expresado todo esto de una manera más llana, las sectas son grupo que usan técnicas de manipulación psicológica, normalmente con un supuesto sentido religioso, que se basan en el engaño disfrazándose de grupos de autoayuda, filosóficos o espirituales, espacios educativos o seminarios sobre formas de vida alternativas. Son grupos con un único pensamiento cerrado, con una estructura teocrática, vertical y totalitaria, donde la palabra del dirigente, su líder, es dogma de fe, lo único que cuenta y a quién hay que obedecer servil y obligatoriamente; personajes carismáticos y mesiánicos, que en muchas ocasiones son auténticos psicópatas. Entre sus actividades habituales se encuentran las charlas y conversaciones de concienciación a los adeptos para su total manipulación, rituales en los que se pueden llegar a producir sacrificios, incluso de seres humanos, o bien torturas, mutilaciones, extracción de órganos que pueden acabar en la muerte de las víctimas de sus rituales; utilizan a sus sectarios con fines sexuales, principalmente si se trata de menores de edad, y para la procreación con el objeto de la venta ilegal de los bebés.
Emplean el control del espíritu y reforma de los pensamientos, que no es sino un sistema de influencia que perturba la identidad de un individuo (creencia, comportamiento, mentalidad y emociones), reemplazándola por una nueva identidad. En la mayor parte de los casos, la nueva identidad es modificada hasta tal punto que, si se hubiera conocido con anterioridad las consecuencias de este control, el individuo habría preservado férreamente su identidad original y no habría llegado a constituir parte del grupo sectario.
El desconocimiento existente sobre la interioridad de estos grupos es tan grande que únicamente se pueden llegar a conocer a través de la información obtenida de quienes han logrado salir de ellas, por lo que resulta difícil detectar e identificar las técnicas del control mental que son utilizadas para este propósito.
No se trata de doctrinas específicas de los grupos en cuestión; en este asunto cada uno debe tomar su decisión según sus preferencias en la medida, precisamente, en que se trate de una decisión libre. Pero, cuanto más influenciada se encuentra la libre decisión del individuo por medio de manipulaciones manifiestas, más evidente se hace que está teniendo que ver con un “culto destructivo”.
Intentan influenciar al menos uno de los tres componentes de nuestra identidad: comportamiento, pensamiento y emociones. Estos tres componentes se ubican en el hombre en una muy fuerte relación de interdependencia. Una persona no puede soportar más que un cierto grado de falta de armonía entre sus propios pensamientos, sentimientos y acciones, de cuya suma se construye su identidad propia. Si uno modifica un componente, los otros se adaptan debido a esa circunstancia. Si se llegan a modificar los tres aspectos, la persona será totalmente transformada en otro individuo totalmente diferente.
Se muestran como algo en apariencia inofensivo, cuando en realidad resultan muy dañinas. Suelen acaban en abusos fraudulentos, intentos de alteración del juicio, impedimento de contacto con personas ajenas a la secta. Emplean tácticas de despersonalización y obediencia ciega a un "gurú", en principio bondadoso y amable que termina utilizando vilmente a sus adeptos, es decir, a sus víctimas. Son expertos en crear una relación idílica con el nuevo adepto y saben equilibrar las fortalezas y debilidades del mismo rápidamente. La subordinación y sumisión que deben al líder y al grupo suele llegar hasta la prohibición de dejar el grupo bajo amenazas de persecución y muerte.
Las razones fundamentales que las sostienen son el control sobre los adeptos con intención de manipularlos hasta lograr su total despersonalización para obtener de ellos voluntariamente los objetivos del líder; enriquecimiento económico a costa de la explotación de los adeptos que provoca en éstos, una total dependencia al grupo; los dañan psicológicamente anulándoles o disminuyéndoles su voluntad y raciocinio.
Son grupos que, bajo presión y manipulación psicológica del adepto, consiguen que éste acabe entregando, aparentemente de forma voluntaria, gran parte o la totalidad de su patrimonio económico (ahorros, sueldo, casas, bienes inmuebles, joyas, etc.); les obligan también a romper, parcial o totalmente, con su entorno social, familiar, sexual, de pareja, de ocio, de amistad, de trabajo, etc., y en muchísimos casos se dan auténticos abusos y agresiones físicas en todas sus modalidades.
Otro medio que suelen emplear para la obtención de ingresos económicos es la impartición de cursillos, charlas, conferencias, supuesta resolución de problemas personales, ayuda a marginados, fabricación y venta de productos elaborados dentro de la propia secta, mediante la explotación laboral de sus adeptos, etc.
La diversidad de actos delictivos imputables a la mayoría de las sectas destructivas es enorme; prácticamente abarcan todo el espectro delictivo de cualquier código penal. Delitos como tráfico de armas y personas (bebés, fundamentalmente), evasión de divisas, asesinato, narcotráfico, proselitismo, proxenetismo, chantaje y amenazas, envenenamiento, estafa, contrabando, agresiones, robo, abusos y violaciones sexuales, secuestro, etc., así como un problema de salud pública y seguridad ciudadana.
La Autoridad. Un régimen autoritario y absolutista para utilizar a las personas para cubrir las necesidades del grupo.
Cuando esta tríada se encuentra presente en un grupo sus componentes ejercen un efecto sinérgico, es decir, cada elemento refuerza al otro en forma recíproca para crear un ambiente extremadamente peligroso que puede desembocar en daños a los procesos de funcionamiento en la mente de las personas, con sus consecuentes efectos en la salud en general.
La insuflación de temores existenciales representa la fuerza que impide a los adeptos de la secta abandonarla libremente. Las fobias son reacciones intensas del miedo frente a alguien o algo. Pueden producir efectos físicos, palpitaciones del corazón, boca seca, contracturas musculares.
Las fobias impiden a la persona hacer lo que verdaderamente quiere. Los sujetos se vuelven incapaces de liberarse de la situación. La característica principal es la “creencia en la pérdida de la existencia”. Si alguien cree haber tenido una visión absoluta de la verdad, entonces para él, todos aquellos que "no han visto la luz", no están anclados en la "verdad". Están, por así decirlo, en la oscuridad, “no están realizados”; están ligados al "mal" y no tienen en el fondo el derecho de existir. El pánico es el slogan de la mayor parte de los cultos destructivos.
Los miembros saben que si no hacen suficientes esfuerzos en ese sentido, serán expulsados y destruidos. Por el contrario, si uno es aceptado, se congratula de ser parte de esta élite que cree salvar al mundo. Ésta es una actividad que se puede encontrar en todos los cultos religiosos.
Un líder de culto omnipotente se convierte en la personalidad que decide sobre la existencia o la no existencia de los adeptos. Esta tendencia totalitaria que consiste en trazar una línea entre los que tienen derecho a vivir y aquellos que no lo tienen, puede conducir a la tentación fatal de resolver problemas humanos fundamentales. Sucede que las personas afectadas por problemas psíquicos no sean aceptadas o a que sean rechazadas muy rápidamente.
Los cultos producen fobias de géneros muy diversos, muy ricas en la forma en que se disfrazan, que son implantadas en la gente, de tal manera que no son conscientes de padecerlas. Los adeptos que han fracasado en desembarazarse de los condicionamientos anteriores serán recondicionados para renegar de su verdadero “yo” que, paradojicamente, quieren encontrar, pero no llegan ni siquiera a tomar conciencia de su deseo de salir de la secta. Las fobias de los cultos suprimen en el hombre la posibilidad de plantear elecciones. Los adeptos creen verdaderamente que si abandonan la seguridad del grupo y pierden la protección del "gurú" en toda su potencia, serán destruidos; de este modo, con todo su arte, imprimen, profundamente, imágenes en el inconsciente, lo que puede tener efectos como infartos mortales, cáncer, etc.
Expresado todo esto de una manera más llana, las sectas son grupo que usan técnicas de manipulación psicológica, normalmente con un supuesto sentido religioso, que se basan en el engaño disfrazándose de grupos de autoayuda, filosóficos o espirituales, espacios educativos o seminarios sobre formas de vida alternativas. Son grupos con un único pensamiento cerrado, con una estructura teocrática, vertical y totalitaria, donde la palabra del dirigente, su líder, es dogma de fe, lo único que cuenta y a quién hay que obedecer servil y obligatoriamente; personajes carismáticos y mesiánicos, que en muchas ocasiones son auténticos psicópatas. Entre sus actividades habituales se encuentran las charlas y conversaciones de concienciación a los adeptos para su total manipulación, rituales en los que se pueden llegar a producir sacrificios, incluso de seres humanos, o bien torturas, mutilaciones, extracción de órganos que pueden acabar en la muerte de las víctimas de sus rituales; utilizan a sus sectarios con fines sexuales, principalmente si se trata de menores de edad, y para la procreación con el objeto de la venta ilegal de los bebés.
Emplean el control del espíritu y reforma de los pensamientos, que no es sino un sistema de influencia que perturba la identidad de un individuo (creencia, comportamiento, mentalidad y emociones), reemplazándola por una nueva identidad. En la mayor parte de los casos, la nueva identidad es modificada hasta tal punto que, si se hubiera conocido con anterioridad las consecuencias de este control, el individuo habría preservado férreamente su identidad original y no habría llegado a constituir parte del grupo sectario.
El desconocimiento existente sobre la interioridad de estos grupos es tan grande que únicamente se pueden llegar a conocer a través de la información obtenida de quienes han logrado salir de ellas, por lo que resulta difícil detectar e identificar las técnicas del control mental que son utilizadas para este propósito.
No se trata de doctrinas específicas de los grupos en cuestión; en este asunto cada uno debe tomar su decisión según sus preferencias en la medida, precisamente, en que se trate de una decisión libre. Pero, cuanto más influenciada se encuentra la libre decisión del individuo por medio de manipulaciones manifiestas, más evidente se hace que está teniendo que ver con un “culto destructivo”.
Intentan influenciar al menos uno de los tres componentes de nuestra identidad: comportamiento, pensamiento y emociones. Estos tres componentes se ubican en el hombre en una muy fuerte relación de interdependencia. Una persona no puede soportar más que un cierto grado de falta de armonía entre sus propios pensamientos, sentimientos y acciones, de cuya suma se construye su identidad propia. Si uno modifica un componente, los otros se adaptan debido a esa circunstancia. Si se llegan a modificar los tres aspectos, la persona será totalmente transformada en otro individuo totalmente diferente.
Se muestran como algo en apariencia inofensivo, cuando en realidad resultan muy dañinas. Suelen acaban en abusos fraudulentos, intentos de alteración del juicio, impedimento de contacto con personas ajenas a la secta. Emplean tácticas de despersonalización y obediencia ciega a un "gurú", en principio bondadoso y amable que termina utilizando vilmente a sus adeptos, es decir, a sus víctimas. Son expertos en crear una relación idílica con el nuevo adepto y saben equilibrar las fortalezas y debilidades del mismo rápidamente. La subordinación y sumisión que deben al líder y al grupo suele llegar hasta la prohibición de dejar el grupo bajo amenazas de persecución y muerte.
Las razones fundamentales que las sostienen son el control sobre los adeptos con intención de manipularlos hasta lograr su total despersonalización para obtener de ellos voluntariamente los objetivos del líder; enriquecimiento económico a costa de la explotación de los adeptos que provoca en éstos, una total dependencia al grupo; los dañan psicológicamente anulándoles o disminuyéndoles su voluntad y raciocinio.
Son grupos que, bajo presión y manipulación psicológica del adepto, consiguen que éste acabe entregando, aparentemente de forma voluntaria, gran parte o la totalidad de su patrimonio económico (ahorros, sueldo, casas, bienes inmuebles, joyas, etc.); les obligan también a romper, parcial o totalmente, con su entorno social, familiar, sexual, de pareja, de ocio, de amistad, de trabajo, etc., y en muchísimos casos se dan auténticos abusos y agresiones físicas en todas sus modalidades.
Otro medio que suelen emplear para la obtención de ingresos económicos es la impartición de cursillos, charlas, conferencias, supuesta resolución de problemas personales, ayuda a marginados, fabricación y venta de productos elaborados dentro de la propia secta, mediante la explotación laboral de sus adeptos, etc.
La diversidad de actos delictivos imputables a la mayoría de las sectas destructivas es enorme; prácticamente abarcan todo el espectro delictivo de cualquier código penal. Delitos como tráfico de armas y personas (bebés, fundamentalmente), evasión de divisas, asesinato, narcotráfico, proselitismo, proxenetismo, chantaje y amenazas, envenenamiento, estafa, contrabando, agresiones, robo, abusos y violaciones sexuales, secuestro, etc., así como un problema de salud pública y seguridad ciudadana.
CARACTERÍSTICAS DE LAS SECTAS DESTRUCTIVAS
Existe una serie de características comunes que definen y diferencian a una secta destructiva de cualquier otro grupo social que, por su ideología, funcionamiento o estructura, no tiene absolutamente nada que ver con éstas.
Como ya se ha ido viendo, de manera resumida, se puede decir que, entre otras, las principales características que perfectamente definen a una secta destructiva son:
- Proselitismo
- Sincretismo
- Daño psícológico a los adeptos mediante la modificación de su pensamiento.
- "Enmascaramiento" de una filosofía concreta para la captación de adeptos.
- Supresión de libertades y el derecho a la intimidad de los adeptos.
- Reducción absoluta de la voluntad y el razonamiento de sus seguidores.
- Manipulan y alteran por completo las emociones de los sectarios.
- Mantenimiento de una estructura teocrática, vertical y totalitaria.
- Obediencia ciega e incondicional al líder.
- Grupos dirigidos por líderes carismáticos y "mesiánicos".
- Los líderes pueden llegar a ser auténticos psicópatas.
- Manipulación de la sexualidad de los adeptos, por exceso o por defecto.
- Sentimiento de rechazo hacia la sociedad y las instituciones.
- Se valen de la sociedad para la obtención de sus fines.
- Exigencia al adepto de una entrega y dedicación incondicional al grupo.
- Ocasionar a sus adeptos trastornos físicos y psicológicos.
- Finalidad económica.
- Obtención de dinero de múltiples maneras
- Convivencia en comunidades cerradas en total dependencia de la misma.
- Perseguir la ruptura del adepto con sus vínculos personales.
CLASIFICACIÓN DE LAS SECTAS DESTRUCTIVAS SEGÚN SU GRADO DE PELIGROSIDAD
Respecto a su grado de peligrosidad, se pueden establecer tres grandes categorías en función del daño que pueden producir la sociedad en general y al adepto en particular (psicológico, económico y físico):
Grado A. Aquellas que no dañan ni psíquica, ni física, ni económicamente a sus adeptos. Son la minoría.
Grado B. Aquellas que ocasionan daños económicos, físicos y psíquicos a sus miembros y, además, muchas de ellas, utilizan dietas alimenticias y tratamientos específicos desaconsejables.
Grado C. Aquellas que, aparte de tener las características del grado B, añaden otras relacionadas con violencia física, proxenetismo, fabricación y venta de armas y tráfico de personas (bebé, principalmente).
Grado D. Todas aquellas que, además de tener características de los grados B y C, pueden llegar a abarcar el extremo máximo de violencia, degradación y daño. Éstas, a su vez, se pueden subdividir en otros dos grupos:
- Sectas Satánicas: Por su posible implicación con ritos diabólicos, satánicos y sacrificios humanos.
- Sectas Violentas: Pueden utilizar la violencia al máximo, llegando incluso al asesinato.
CLASIFICACIÓN DE LAS SECTAS DESTRUCTIVAS
Las sectas destructivas se pueden clasificar en cuatro grandes grupos:
Sectas Destructivas. Es el concepto genérico que se emplea para definir a todos aquellos grupos que utilizan diferentes tácticas de manipulación psicológica para atraer y retener adeptos, con independencia de las tácticas que empleen y el fin que pretendan obtener. En ellas se englobarían los tres siguientes grupos, con la matización de que en los otros sí existe un fin específico que se encuadra en un contexto concreto. Abarcaría a las sectas más importantes, peligrosas, numerosas en cantidad de adeptos y muchas de ellas con varias décadas de existencia. Las más peligrosas, destructivas y nocivas para la salud tanto física como psíquica de un adepto son aquellas que están dirigidas por un profesional de la salud, fundamentalmente psicólogo o psiquiatra.
Sectas Satánicas. Incluyen, exclusivamente, a aquellas que, como su propio nombre indica, realizan ritos satánicos o cultos al diablo, en los que se realizan rituales de sacrificio, inclusive de personas.
Sectas Destructivas Evangélicas. En este grupo se engloban aquellas que muestran una connotación fuertemente evangélica y que son conocidas como sectas fundamentalistas (mayormente en América Latina), telepredicadores o iglesia electrónica.
Sectas de Psicoterapia. Aquí estarían incluidos, exclusivamente, aquellos grupos sectarios, donde se utilizan de forma abusiva y fraudulenta determinadas técnicas o métodos psicológicos de manipulación, persuasión, control mental y alteración de las emociones. Muchos de estos grupos están liderados por profesionales de la salud, fundamentalmente psicólogos y psiquiatras, sin ningún tipo de escrúpulos, ni ética profesional. Otra gran cantidad de estas sectas están dirigidas por individuos sin ninguna cualificación profesional, pero con una gran habilidad para manejar las emociones de las personas.
Los niños que viven o se desarrollan en una secta destructiva, que nacen dentro de la misma, debido a que sus padres son sectarios, por lo general, no suelen tener el tratamiento, protección, atención y educación necesarios, tal y como suele ocurrir en una sociedad libre. Suelen pasar por procesos de adoctrinamiento tan rígidos y severos como los adultos. No obstante, habría que añadir que las consecuencias negativas varían según la edad, el período de tiempo transcurrido o vivido dentro del grupo, la influencia y presión que hayan ejercido sobre él los padres, el líder y el grupo en general.
Por otro lado, hay que considerar que en muchas de ellas no se lleva un registro de natalidad y mortalidad infantil, lo cual, por otro lado, dificulta llevar estadísticas y realizar estudios y seguimiento de estos niños.
Las figuras paterna y materna, algo fundamental en los primeros años de crecimiento del niño, son diluidos y cambiados. Los padres biológicos no son más que simples instrumentos que, en un principio fueron usados para tener hijos, pero después no tienen ningún grado de implicación afectiva y emocional con ellos. La única figura paterna suele ser la del líder y la única materna o familiar muchas veces es la del grupo en sí mismo. De hecho, algunas llegan a afirmar que no ven a los niños como hijos de sus legítimos padres, sino como hijos de la organización. Esto se lleva a cabo con el objeto de "adoctrinar" a los menores lo más rápidamente posible en las creencias de la secta, de modo que la influencia de los auténticos padres es prácticamente inexistente, ya que, para evitar la creación de vínculos afectivos entre padres e hijos, los separan drásticamente. Estos aspectos, sin duda alguna, pasan a fijar en la personalidad del niño una notable y continua dependencia futura hacia la secta.
El niño pasa por un proceso educativo que le dejará huellas difícilmente superables si no es con el largo y necesario proceso de ayuda profesional y humana, pues su niñez queda marcada por grandes carencias afectivas, de aprendizaje y de socialización con el entorno exterior. Se puede afirmar categóricamente que los niños suelen ser los sujetos más perjudicados a todos los efectos, principalmente en el plano psicológico. Los efectos en los niños a tener en consideración son:
- Alejamiento de sus padres biológicos.
Por otro lado, hay que considerar que en muchas de ellas no se lleva un registro de natalidad y mortalidad infantil, lo cual, por otro lado, dificulta llevar estadísticas y realizar estudios y seguimiento de estos niños.
Las figuras paterna y materna, algo fundamental en los primeros años de crecimiento del niño, son diluidos y cambiados. Los padres biológicos no son más que simples instrumentos que, en un principio fueron usados para tener hijos, pero después no tienen ningún grado de implicación afectiva y emocional con ellos. La única figura paterna suele ser la del líder y la única materna o familiar muchas veces es la del grupo en sí mismo. De hecho, algunas llegan a afirmar que no ven a los niños como hijos de sus legítimos padres, sino como hijos de la organización. Esto se lleva a cabo con el objeto de "adoctrinar" a los menores lo más rápidamente posible en las creencias de la secta, de modo que la influencia de los auténticos padres es prácticamente inexistente, ya que, para evitar la creación de vínculos afectivos entre padres e hijos, los separan drásticamente. Estos aspectos, sin duda alguna, pasan a fijar en la personalidad del niño una notable y continua dependencia futura hacia la secta.
El niño pasa por un proceso educativo que le dejará huellas difícilmente superables si no es con el largo y necesario proceso de ayuda profesional y humana, pues su niñez queda marcada por grandes carencias afectivas, de aprendizaje y de socialización con el entorno exterior. Se puede afirmar categóricamente que los niños suelen ser los sujetos más perjudicados a todos los efectos, principalmente en el plano psicológico. Los efectos en los niños a tener en consideración son:
- Alejamiento de sus padres biológicos.
- Adoctrinamiento precoz en las creencias de la secta.
- Desarrollo de la niñez de una manera antinatural.
- Carencia, prácticamente total, de libertad de expresión y emocional.
- Prohibición de exteriorizar emociones básicas para su desarrollo psicológico.
- Freno a su desarrollo personal.
- Dificultad de discernimiento de lo correcto frente a lo incorrecto.
- Falta de habilidades básicas para sobrevivir en el mundo de los adultos.
- Conversión en "objeto de propiedad" del líder.
- Sufrimiento de malos tratos, castigos, palizas y abusos sexuales.
- Manipulación y alteración de su sexualidad.
- Crecimiento psicológico nulo o muy limitado.
- Privación cognitiva de experiencias vitales que estimulen su mente.
- Estancamiento emocional y educacional.
A estos problemas, dado que en muchas ocasiones los niños no son escolarizados en colegios ajenos a la secta, se añade:
- Carencia de educación, formación y cultura.
A estos problemas, dado que en muchas ocasiones los niños no son escolarizados en colegios ajenos a la secta, se añade:
- Carencia de educación, formación y cultura.
- Dificultades de comunicación.
- Carencia de habilidades sociales.
- Falta de afrontamiento de situaciones cotidianas.
- Desconocimiento del mundo que les rodea en el exterior de la secta.
Las principales consecuencias psicológicas graves que suelen producirse en la mayoría de los niños que han permanecido en sectas destructivas son:
- Sentimientos de culpabilidad.
Las principales consecuencias psicológicas graves que suelen producirse en la mayoría de los niños que han permanecido en sectas destructivas son:
- Sentimientos de culpabilidad.
- Pérdida de autoestima.
- Ansiedad y estrés.
- Insomnio.
- Alteraciones nerviosas.
- Revivir experiencias y recuerdos traumáticos.
- Depresión.
- Inseguridad.
- Falta de asertividad.
- Miedos irracionales.
- Incapacidad para disfrutar.
- Alteraciones emocionales (cambio de carácter, agresividad, etc.).
- Dificultad de pensamiento y abstracción.
Como en el caso de los niños, en los adultos, también se produce una serie de trastornos físicos y psicológicos. La gravedad de éstos depende de tres factores:
- Peligrosidad de la secta según su clasificación por grados.
- Tiempo de permanencia en la comunidad sectaria.
- Resistencia física y psíquica de la persona a la modificación del pensamiento.
Los trastornos más significativos que se producen son:
Explotación económica. Detrás de las sectas destructivas siempre existe un fraude y una estafa, ya que su fin último es el enriquecimiento económico rápido, para lo cual, a través de la manipulación psicológica de las personas, lo que persiguen es que éstas "donen" todo su patrimonio, haciendo ver que lo hacen de forma voluntaria y altruista por la causa de la secta. A parte, les exigen la realización de trabajos por los que no reciben ninguna compensación económica.
Cambio de personalidad. Es uno de los primeros efectos que familiares y amigos notan en el sectario. Este cambio de personalidad abarca actitudes, aptitudes, conocimientos y conductas. A medida que se introduce en la dinámica, estructura y dogma del grupo sectario, mayor va siendo su cambio de personalidad. Además, se le enseña a responder y comportarse conforme a las normas internas establecidas, determinando así su nuevo comportamiento con su círculo exterior al cual tiende a acabar rechazando.
Fuerte dependencia del grupo. Esta dependencia se hace progresivamente mayor a medida que su permanencia se prolonga. Es por ello que, cuando un adepto se libera de la secta, durante los primeros meses (incluso años), vive con la constante referencia al grupo al que perteneció. Debido a la dependencia que se le creó, se encuentra vacío.
Miedo irracional a todo cuanto sea ajeno al grupo. Debido a la constante modificación de pensamiento, a la manipulación y alteración de emociones, sentimientos y pensamientos, se le "programa" inconsciente y gradualmente toda clase de miedos irracionales y sin fundamento: a personas ajenas a la secta, a no hacer las cosas correctamente en el grupo, a los castigos, al "más allá", al líder, a su dios...
Anulación de su intimidad y privacidad. Esto lleva a la persona a depresiones graves y fuertes frustraciones, a una profunda despersonalización como consecuencia del control absoluto de su vida en la cerrada comunidad de la que es miembro.
Regresión infantil. Debido a la presión psicológica coercitiva constante en el tiempo, a la influencia continua de supuestas "terapias" a las que se le somete, además de otras tácticas, el razonamiento y la mentalidad del adepto sufren no solamente un detenimiento significativo, sino que éste acaba teniendo un razonamiento propio de un niño o adolescente.
Incapacidad para la toma de decisiones. Dado que se le despoja de todo tipo de responsabilidad, salvo la correspondiente a la obediencia absoluta al líder, acaba incapacitado para su propia autonomía personal.
Escaso nivel razonamiento. Ante la prohibición de tener criterios opuestos al líder, se le priva de la capacidad de pensamiento individual, se eleva su nivel de autocrítica negativa y se modifica su aspecto emocional.
Incapacidad para la creación pensamientos coherentes. A causa de la presión psicológica, del estrés y la tensión continua, a la escasa y deficiente alimentación, al aislamiento parcial o total con el mundo exterior, a la adquisición de un nuevo "lenguaje" dentro del grupo, al cansancio físico, a la incapacidad de tomar decisiones y a la manipulación emocional y de pensamiento, le resulta cada vez más difícil establecer pensamientos ordenados y coherentes.
Falta de concentración y atención. Como consecuencia de la carencia sensitiva, de la ruptura con lazos exteriores, de la escasa y mala alimentación, de las lecturas inservibles y contraproducentes que se ve forzado a leer en el grupo, paulatinamente pierde capacidad de concentración y atención, así como pérdida de memoria. Es por ello que, cuando un adepto sale de una secta, una de las primeras cuestiones que un profesional ha de tratarle, es que vaya recuperando la capacidad no solamente de crítica y razonamiento, sino también de concentración y atención.
Debilitación física del organismo. Para facilitar la modificación del pensamiento propician que tenga las defensas físicas, psíquicas y anímicas lo más bajas posible. Así el sujeto se siente incapaz, no solamente de razonar o darse cuenta de lo que le ocurre, sino de impedir lo que le está sucediendo. La debilitación física del organismo, no solamente es a base de un dieta vegetariana estricta y escasa, sino que, además, se ve forzado a tener que realizar largas y duras jornadas de trabajo, toda vez que las horas de sueño y descanso se limitan el máximo posible, unidas a continuas interrupciones del sueño para la realización de sesiones de "meditación", cánticos y rezos, normalmente en posturas incómodas que provocan más cansancio físico. Como consecuencia de esto, es frecuente que las mujeres de edad fértil sufran trastornos hormonales como la amenorrea (falta de menstruación).
Incomunicación con el mundo exterior. Mantener incomunicada y gradualmente a la persona del mundo ajeno a la secta, transmitirle únicamente la información que se genera dentro del propio grupo e inculcarle la dedicación absoluta al grupo, da como resultado una reducción de sus facultades sensitivas.
Ruptura de lazos afectivos, sociales y laborales. A través de la modificación gradual del pensamiento le enfrentan con su entorno anterior (familiar, de pareja, laboral...), alejándole de él mientras le hacen creer que es contraproducente para él. La razón básica es no recibir información exterior que le permita comparar y valorar por sí mismo el perjuicio que le causa formar parte de la secta; por otro lado, aislar por completo al individuo para que no conserve relaciones que le hagan dudar de su permanencia en el grupo ante el temor a la soledad.
Manipulación sexual. Controlando su sexualidad se acaba controlando otras facetas de su personalidad. En muchas sectas los adeptos son emparejados en función de los intereses del líder y es éste quien dice cuándo y con quién han de mantenerse relaciones sexuales, cuándo una mujer ha de quedarse embarazada, exigencia de complacer las propias necesidades sexuales del líder cuando él considera oportuno, entre otros muchos comportamientos sexuales impuestos.
Ansiedad. La produce la propia comunidad a través de la modificación de sus pensamientos, emociones y sentimientos, toda vez que se le genera grandes dosis de inseguridad personal que le llevan a estar permanentemente en estado de tensión física y psicológica.
Inseguridad. Va íntimamente ligada a la ansiedad que va desarrollando durante su estancia, convirtiéndole en una persona incapaz de valerse por sí mismo y poder tomar decisiones autónomamente.
Pérdida de autoestima. Al crearse inseguridad, dependencia y estrés, se reduce sustancialmente la autoestima, primer objetivo del líder para facilitar la manipulación de la persona, consiguiendo así una obediencia ciega. La disminución de la autoestima se realiza con gran rapidez cuando permanentemente se le manipula para hacerle ver que no solamente su entorno personal anterior es el causante de sus problemas, sino que él mismo es directamente responsable de cuanto negativo le ha sucedido con anterioridad a su ingreso en la comunidad. Es por ello, que cuando los adeptos tienen que contar públicamente su vida pasada a los demás miembros, se aplauden y refuerzan exclusivamente las experiencias negativas, ignorando las positivas.
Trastornos del sueño. Es bastante frecuente en los ex-adeptos sufrir insomnio y pesadillas. Se suelen desarrollan durante los primeros meses tras el abandono de la secta, aunque hay casos que los arrastran durante años. Si en los adultos es un serio problema, en los niños lo es aún más, fundamentalmente cuando les viene a la mente el "infierno" sectario en el que vivieron agresiones, palizas y todo tipo de abusos y vejaciones.
Depresión. Toda la sintomatología mencionada anteriormente, suele desembocar en depresiones profundas, con el agravante de que durante su permanencia en el grupo destructivo, carecen de todo tipo de ayuda y tratamiento profesional, ya que esto iría en contra de los objetivos del líder, en caso contrario, no propiciaría su desencadenamiento inicial.
Disfunciones sexuales. Como consecuencia de la manipulación de su sexualidad, desarrollan trastornos sexuales como represión e inhibición de sus impulsos sexuales, sentimientos de culpa, miedos, amenorrea, anorgasmia, tendencias sado-masoquistas, impotencia, disfunción eréctil, eyaculación precoz, fobia o evitación sexual.
Explotación económica. Detrás de las sectas destructivas siempre existe un fraude y una estafa, ya que su fin último es el enriquecimiento económico rápido, para lo cual, a través de la manipulación psicológica de las personas, lo que persiguen es que éstas "donen" todo su patrimonio, haciendo ver que lo hacen de forma voluntaria y altruista por la causa de la secta. A parte, les exigen la realización de trabajos por los que no reciben ninguna compensación económica.
Cambio de personalidad. Es uno de los primeros efectos que familiares y amigos notan en el sectario. Este cambio de personalidad abarca actitudes, aptitudes, conocimientos y conductas. A medida que se introduce en la dinámica, estructura y dogma del grupo sectario, mayor va siendo su cambio de personalidad. Además, se le enseña a responder y comportarse conforme a las normas internas establecidas, determinando así su nuevo comportamiento con su círculo exterior al cual tiende a acabar rechazando.
Fuerte dependencia del grupo. Esta dependencia se hace progresivamente mayor a medida que su permanencia se prolonga. Es por ello que, cuando un adepto se libera de la secta, durante los primeros meses (incluso años), vive con la constante referencia al grupo al que perteneció. Debido a la dependencia que se le creó, se encuentra vacío.
Miedo irracional a todo cuanto sea ajeno al grupo. Debido a la constante modificación de pensamiento, a la manipulación y alteración de emociones, sentimientos y pensamientos, se le "programa" inconsciente y gradualmente toda clase de miedos irracionales y sin fundamento: a personas ajenas a la secta, a no hacer las cosas correctamente en el grupo, a los castigos, al "más allá", al líder, a su dios...
Anulación de su intimidad y privacidad. Esto lleva a la persona a depresiones graves y fuertes frustraciones, a una profunda despersonalización como consecuencia del control absoluto de su vida en la cerrada comunidad de la que es miembro.
Regresión infantil. Debido a la presión psicológica coercitiva constante en el tiempo, a la influencia continua de supuestas "terapias" a las que se le somete, además de otras tácticas, el razonamiento y la mentalidad del adepto sufren no solamente un detenimiento significativo, sino que éste acaba teniendo un razonamiento propio de un niño o adolescente.
Incapacidad para la toma de decisiones. Dado que se le despoja de todo tipo de responsabilidad, salvo la correspondiente a la obediencia absoluta al líder, acaba incapacitado para su propia autonomía personal.
Escaso nivel razonamiento. Ante la prohibición de tener criterios opuestos al líder, se le priva de la capacidad de pensamiento individual, se eleva su nivel de autocrítica negativa y se modifica su aspecto emocional.
Incapacidad para la creación pensamientos coherentes. A causa de la presión psicológica, del estrés y la tensión continua, a la escasa y deficiente alimentación, al aislamiento parcial o total con el mundo exterior, a la adquisición de un nuevo "lenguaje" dentro del grupo, al cansancio físico, a la incapacidad de tomar decisiones y a la manipulación emocional y de pensamiento, le resulta cada vez más difícil establecer pensamientos ordenados y coherentes.
Falta de concentración y atención. Como consecuencia de la carencia sensitiva, de la ruptura con lazos exteriores, de la escasa y mala alimentación, de las lecturas inservibles y contraproducentes que se ve forzado a leer en el grupo, paulatinamente pierde capacidad de concentración y atención, así como pérdida de memoria. Es por ello que, cuando un adepto sale de una secta, una de las primeras cuestiones que un profesional ha de tratarle, es que vaya recuperando la capacidad no solamente de crítica y razonamiento, sino también de concentración y atención.
Debilitación física del organismo. Para facilitar la modificación del pensamiento propician que tenga las defensas físicas, psíquicas y anímicas lo más bajas posible. Así el sujeto se siente incapaz, no solamente de razonar o darse cuenta de lo que le ocurre, sino de impedir lo que le está sucediendo. La debilitación física del organismo, no solamente es a base de un dieta vegetariana estricta y escasa, sino que, además, se ve forzado a tener que realizar largas y duras jornadas de trabajo, toda vez que las horas de sueño y descanso se limitan el máximo posible, unidas a continuas interrupciones del sueño para la realización de sesiones de "meditación", cánticos y rezos, normalmente en posturas incómodas que provocan más cansancio físico. Como consecuencia de esto, es frecuente que las mujeres de edad fértil sufran trastornos hormonales como la amenorrea (falta de menstruación).
Incomunicación con el mundo exterior. Mantener incomunicada y gradualmente a la persona del mundo ajeno a la secta, transmitirle únicamente la información que se genera dentro del propio grupo e inculcarle la dedicación absoluta al grupo, da como resultado una reducción de sus facultades sensitivas.
Ruptura de lazos afectivos, sociales y laborales. A través de la modificación gradual del pensamiento le enfrentan con su entorno anterior (familiar, de pareja, laboral...), alejándole de él mientras le hacen creer que es contraproducente para él. La razón básica es no recibir información exterior que le permita comparar y valorar por sí mismo el perjuicio que le causa formar parte de la secta; por otro lado, aislar por completo al individuo para que no conserve relaciones que le hagan dudar de su permanencia en el grupo ante el temor a la soledad.
Manipulación sexual. Controlando su sexualidad se acaba controlando otras facetas de su personalidad. En muchas sectas los adeptos son emparejados en función de los intereses del líder y es éste quien dice cuándo y con quién han de mantenerse relaciones sexuales, cuándo una mujer ha de quedarse embarazada, exigencia de complacer las propias necesidades sexuales del líder cuando él considera oportuno, entre otros muchos comportamientos sexuales impuestos.
Ansiedad. La produce la propia comunidad a través de la modificación de sus pensamientos, emociones y sentimientos, toda vez que se le genera grandes dosis de inseguridad personal que le llevan a estar permanentemente en estado de tensión física y psicológica.
Inseguridad. Va íntimamente ligada a la ansiedad que va desarrollando durante su estancia, convirtiéndole en una persona incapaz de valerse por sí mismo y poder tomar decisiones autónomamente.
Pérdida de autoestima. Al crearse inseguridad, dependencia y estrés, se reduce sustancialmente la autoestima, primer objetivo del líder para facilitar la manipulación de la persona, consiguiendo así una obediencia ciega. La disminución de la autoestima se realiza con gran rapidez cuando permanentemente se le manipula para hacerle ver que no solamente su entorno personal anterior es el causante de sus problemas, sino que él mismo es directamente responsable de cuanto negativo le ha sucedido con anterioridad a su ingreso en la comunidad. Es por ello, que cuando los adeptos tienen que contar públicamente su vida pasada a los demás miembros, se aplauden y refuerzan exclusivamente las experiencias negativas, ignorando las positivas.
Trastornos del sueño. Es bastante frecuente en los ex-adeptos sufrir insomnio y pesadillas. Se suelen desarrollan durante los primeros meses tras el abandono de la secta, aunque hay casos que los arrastran durante años. Si en los adultos es un serio problema, en los niños lo es aún más, fundamentalmente cuando les viene a la mente el "infierno" sectario en el que vivieron agresiones, palizas y todo tipo de abusos y vejaciones.
Depresión. Toda la sintomatología mencionada anteriormente, suele desembocar en depresiones profundas, con el agravante de que durante su permanencia en el grupo destructivo, carecen de todo tipo de ayuda y tratamiento profesional, ya que esto iría en contra de los objetivos del líder, en caso contrario, no propiciaría su desencadenamiento inicial.
Disfunciones sexuales. Como consecuencia de la manipulación de su sexualidad, desarrollan trastornos sexuales como represión e inhibición de sus impulsos sexuales, sentimientos de culpa, miedos, amenorrea, anorgasmia, tendencias sado-masoquistas, impotencia, disfunción eréctil, eyaculación precoz, fobia o evitación sexual.
ESTADO DE LOS ADEPTOS TRAS EL ABANDONO DE LAS SECTAS DESTRUCTIVAS
Los trastornos que pueden presentar dependerán, en primera instancia, del tiempo de permanencia en la secta, del estado físico y psicológico en el que se encuentre, así como su grado de resistencia, capacidad de afrontamiento de la situación para superar la experiencia alienante y traumática que ha vivido con la sana intención de llevar a cabo un nuevo cambio radical de conducta.
Pueden arrastrar secuelas psicológicas irreversible y en los casos más graves pueden llegar, incluso, al suicidio. Ente otras, cabría destacar:
Sentimiento de soledad. Suele ser el primer síntoma que manifiestan, ya que, cuando entraron en la secta, rompieron con su entorno familiar y social anterior, el ex-adepto se siente fuertemente desarraigado de toda vinculación humana, además de verse incentivado por el abandono de sus antiguos "amigos" miembros del grupo. Obviamente, ante una situación de esta envergadura, sienten una profunda soledad y sentimiento de vacío que, por evitarlo, en muchas ocasiones, les hace reincorporarse a la secta destructiva.
Perdida de habilidades sociales. Habiendo permanecido aislado viviendo en un mundo irreal, le cuesta readaptarse socialmente, así como aceptar y comprender las normas de convivencia externas, máxime si se tiene en cuenta la posible pérdida de sus anteriores vínculos personales que le hacen sentir con fuerza el sentimiento de soledad y le incapacitan para establecer nuevas relaciones saludables. Para su pronto restablecimiento es básico que un profesional atienda de inmediato este problema con el objeto de facilitarle una reintegración social que le impida volver a ingresar en el grupo cerrado del que procede.
Autovaloración negativa. Debido a la manipulación psicológica sufrida, el sentimiento de culpabilidad que les crearon, a la perdida de su autoestima, cuando abandonan el grupo salen con una idea totalmente negativa de sí mismos que debe ser tratada de inmediato por un profesional cualificado.
Sentimiento de culpabilidad. Aquel que le provocaron en su estancia en la secta, se mantiene una vez abandonada ésta.
Depresión. Toda la sintomatología anterior, acaba desembocando en una depresión, siendo muy frecuente que ya viniera arrastrándose con anterioridad a su reincorporación al mundo ajeno a la secta. La mayoría de las personas que las abandonan o que son sacados de ellas contra su voluntad, durante los primeros meses de su alejamiento suelen tener depresiones de mayor o menor gravedad e intensidad en función de su tiempo de permanencia en el grupo sectario. Una persona que sale de un grupo totalitario, se encuentra de regreso a la sociedad de la que fue "arrancada" con una nueva mentalidad que le hace percibirla como algo nuevo, distinto y potencialmente peligroso, ya que entran en conflicto los valores que le han inculcado durante su estancia en la secta, con los que tenía con anterioridad a su ingreso en ella. Esa confrontación suele ser enormemente fuerte para muchos ex-adeptos que les lleva a desarrollar depresión y otras psicopatologías.
Disminución del razonamiento y de la atención. Dado que sus capacidades de razonamiento y de atención se han visto sumamente mermadas durante su estancia en la secta, a su salida, continúa acarreando la misma problemática y, al principio, hasta que se va reintegrando, suele aferrarse a las ideas y esquemas mentales preconcebidos que le fueron enseñados en el grupo destructivo, no atendiendo a otros razonamientos, ni a su sentido lógico, ni pudiendo realizar espontáneamente comparaciones, de ahí que, al principio, tengan un pensamiento rígido e inflexible.
Estados alterados de conciencia. Es otra dificultad con la que el ex-adepto ha de aprender a enfrentarse. Dudan entre sus personalidades presectaria y sectaria. Aquellos que practicaron cánticos, "hablar en lenguas extrañas", sesiones de crítica, de hipnosis y "meditaciones espirituales", experimenta a menudo los llamados episodios de "flotación". Este fenómeno ocurre porque la mente ha sido entrenada y condicionada para "separarse" durante estas prácticas, lo que se conoce como "disociación" y bajo ciertas condiciones una persona puede caer involuntariamente en un estado disociado. Dependiendo de las prácticas realizadas, los episodios disociativos pueden llegar a incluir alucinaciones desagradables o extrañas, así como causar una considerable ansiedad.
Rechazo o desenmascaramiento de la secta. Una persona que ha perdido los mejores años de su vida dentro de una secta destructiva, que le han engañado, mentido, que se siente totalmente estafado, que le han robado y destrozado su futuro, es totalmente lógico y normal que intente denunciar ante la sociedad lo negativo y contraproducente para la salud física y psíquica, del grupo en el cual estuvo "preso", para que otros no caigan en él y no soporten el infierno que él pudo haber padecido.
Temor a la secta. Cuando un adepto abandona la secta, muchas comunidades sectarias comienzan a acosarle, con llamadas, persecuciones, amenazas, chantajes y toda clase de métodos para lograr que vuelva al grupo, lo cual es lógico que produzca miedo a la persona y tema por su seguridad. Estas amenazas y persecuciones se deben a que a los líderes de las sectas no les conviene que se hagan públicas sus tácticas, intenciones y los delitos que comenten, para evitar ser condenados por la justicia y por la crítica social que les limite seguir captando más acólitos; además, al perder un adepto, los ingresos económicos de la secta disminuyen y su negocio queda mermado. Por último, para evitar que esto suceda, intentan volver a captarme con estas argucias para su "reinserción" a la secta destructiva por temor a sus represalias.
Dificultad de justificación. Cuando un adepto abandona una secta destructiva es incapaz de justificar porqué se adentró en ese "submundo" sectario. Lo que demuestra claramente que su pertenencia a ella no fue algo voluntario, sino inducido por la "reprogramación" física y mental de la que fue objeto inconscientemente por parte de sus miembros y líderes, lo cual, de algún modo también le provoca vergüenza.
ÁMBITO DE LAS SECTAS DESTRUCTIVAS
El ámbito de las sectas destructivas no es un fenómeno que abarque solamente un lugar geográfico determinado, sino que es extensible a la práctica totalidad de los países del mundo. Hay que destacar, por su importancia y gravedad, que una de las zonas geográficas mundiales donde mayor es la penetración, asentamiento y crecimiento de las sectas destructivas es América Latina, siendo México, Brasil, Venezuela, Guatemala, Argentina y Uruguay los países que más están sufriendo este fenómeno totalmente negativo.
Se estima que sólo en América del Norte existen más de 3.000 grupos considerados sectas destructivas, lo cual no significa que todas tengan la capacidad o intención de provocar actos terroristas o suicidios/ asesinatos masivos; sus objetivos principales van orientados hacia el abuso sexual principalmente de menores y al enriquecimiento económico soportado con el patrimonio de sus adeptos.
La penetración de las sectas destructivas en las capas sociales de un país es prácticamente total, destacando su discreción de introducción y su incremento constante.
Precisamente, por su comportamiento y dinámica delictiva, muchas de estas sectas destructivas han sido expulsadas de bastantes países o bien prohibida su entrada en otros tantos.
El peligro de las sectas destructivas no es algo ficticio o imaginario, sino que, desgraciadamente, es algo real que, salvo contadas excepciones, sucede ante la pasividad, ignorancia e incompetencia de los poderes estatales y locales correspondientes.
La aportación médica del Dr. John Hockman redunda en el sentido de que las sectas destructivas presentan un problema de salud pública por el impacto social que tienen. La definición de Hockman sobre lo que constituye una secta, trasciende aún el ámbito médico para enriquecer la ética jurídica. Esto se puede extrapolar de su frase "consentimiento con pleno conocimiento" y se llega a la conclusión de que el espíritu mismo de este concepto es el que, al ser violado, da lugar a la tipificación del delito de fraude en nuestra sociedad.
La sociedad debe comenzar a pedir cuentas y exigir que todas las instituciones sean transparentes en sus fines y métodos de trabajo. Las organizaciones religiosas no están exentas de rendir cuentas claras al igual que cualquier otra institución.
Las clasificaciones médicas, sociológicas y de Psicología clínica ofrecen parámetros bien definidos para hacer clasificaciones y analizar este tema con bases científicas sólidas.
Estas definiciones y las metodologías de análisis que las acompañan, también se complementan, y a su vez posibilitan el implementar estrategias educativas para prevenir a la sociedad acerca de la creciente patología social de las sectas destructivas; además de ayudar a establecer tratamientos adecuados para las personas afectadas. También aportan conocimientos al ámbito legislativo a fin de perfeccionar leyes para que se proteja a la sociedad de organizaciones criminales, religiosas y de otra índole. La resolución del Parlamento Europeo en 1984 para proteger a los ciudadanos de dichos países de las sectas destructivas es un buen ejemplo.
Por su parte se tienen que establecer medios educacionales que posibiliten su conocimiento, de cara a la prevención de que las personas sean objeto de tácticas proselitistas poco éticas o fraudulentas y para proteger con todo derecho, los valores de sus preferencias.
INFORMES REALIZADOS SOBRE LAS SECTAS DESTRUCTIVAS
A comienzos de la década de los años ochenta, debido a la gravedad del fenómeno de las sectas destructivas, los gobiernos y parlamentos de diferentes países comenzaron a ver la necesidad urgente de intervenir, intervención que se materializó en numerosas investigaciones y en la realización de informes relativos al alcance y peligrosidad de las sectas destructivas, no solamente para el individuo que captan, sino también para la sociedad. Entre todos ellos cabe destacar los siguientes:
1980.- República Federal Alemana. Señaló como generadores de serios daños psíquicos en buena parte de sus adeptos, a diferentes sectas religiosas destructivas.
1984.- Informe Cotrell. El eurodiputado británico Richard Cottrell presentó un exhaustivo informe con trabajos previos sobre la peligrosidad de determinados grupos sectarios. Durante más de un año se estudió dicho informe y el 22 de Mayo de 1984 el Parlamento Europeo, por 98 votos a favor, 28 en contra y 27 abstenciones, aprobó una importantísima resolución en la cual se tomaban medidas para proteger a los ciudadanos de la peligrosidad de las sectas destructivas, también llamadas "Nuevos Movimientos Religiosos".
1989.- La Comisión del Parlamento Español creó una comisión de estudio, no de investigación. Ninguna de las conclusiones propuestas por la Comisión Parlamentaria se ha llevado a la práctica.
1995.- Asamblea Nacional Francesa. El diputado J. Guyard desarrolló uno de los mejores informes (comisión de investigación), más fuerte y profundo hecho hasta el momento presente sobre el fenómeno sectario, en el que denunció a gran cantidad de grupos como sectas destructivas.
También se pueden añadir los grupos sectarios investigados profundamente por la Comisión Interministerial de Israel como causantes de una forma de dependencia, cautividad, autoesclavitud, pérdida de la propiedad, promover la separación entre sus miembros y la sociedad, que puede afectar significativamente el juicio individual, la autonomía y la habilidad de tomar una decisión.
RELACIÓN DE SECTAS DESTRUCTIVAS
Entre los estudios e informes mencionados anteriormente, se desveló la siguiente relación que incluye a más de 30 grupos considerados como "sectas destructivas":
- Anancla Marga.
- Anthropos (Ágora).
- Asociación L.J. Engelmajet (El Patriarca).
- Bhagwan Rajneesh.
- Bhagwan Shree Rajneesh.
- Brahma Kumaris (Universidad Espiritual Internacional).
- Emin.
- EST.
- Fraternidad Blanca Universal.
- Hare Krishna.
- Iglesia de la Cienciología (Dianóstico, Narconón, Drogranón, Criminón).
- Iglesia de la Unificación (Moon).
- Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD).
- La Nueva Era.
- Longo Mai.
- Meditación Trascendental.
- Método Sylva de control mental.
- Misión de la Luz Divina (Elan Vital, Maharaj Ji).
- Movimiento Humanista.
- Niños de Dios (Familia del Amor, La Familia, Misioneros Cristianos, Mo).
- Nueva Acrópolis.
- Sahaja Yoga.
- Soka Gakkaí.
- Testigos de Jehová.
- TFP (Tradición, Familia, Propiedad).
- The Finger of God.
- The Way International.
- Thetapeda.
- Trois Saints Coeurs.
- Tvind (Humana France).
El 8 de noviembre de 1978, el mundo fue testigo del suicidio en masa más importante de la historia. James Warren Jones, más conocido como Jim Jones, líder de la secta de El Templo del Pueblo. Ese mismo día, antes de la masacre, miembros de la comunidad asesinaron a 5 personas, entre ellas al congresista de Estados Unidos Leo Ryan. Jones fue encontrado muerto entre otros dos cuerpos. La muerte fue causada por una herida de bala en la cabeza infligida por él mismo. Muchos de los miembros de El Templo del Pueblo creían que Jonestown, como Jones prometió, sería un paraíso, en cambio, todos los miembros (incluyendo a los niños) terminaron criando animales y comida para el Proyecto Agrícola del Templo del Pueblo seis días a la semana, desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, cuando era común que la temperatura superase los 38º C.
Según algunos testimonios, las comidas consistían en nada más que arroz y legumbres, mientras que Jones comía carne y otros alimentos refrigerados separado de los miembros del grupo. Problemas médicos tales como diarrea severa y fiebres altas fueron padecidas por la mitad de la comunidad en febrero de 1978. A los miembros indisciplinados se los encerraba en una caja de madera de medidas 2,5 x 1 m. Los que intentaban escapar eran drogados al punto de la incapacitación. Guardias armados patrullaban el pueblo día y noche para asegurarse de que las órdenes de Jones fuesen seguidas. Los niños, entregados al cuidado comunal, se referían a Jones como "Papá" y sólo se les permitía ver a sus padres brevemente durante la noche. Jones también era llamado "Padre" por los adultos. La gente de los alrededores, incluyendo un oficial de policía, relataron historias de horror sobre duras palizas y un "hoyo de tortura", un pozo en donde Jones hacía que tiraran a los niños que no se comportaban bien, en mitad de la noche. Jones asustaba a los niños haciéndoles creer que había un monstruo habitando el fondo del pozo, cuando en realidad se trataba de un hombre, contratado por Jones, quien estiraba y doblaba las piernas de los niños mientras ellos descendían al pozo. Se dice que los niños mayores eran amarrados desnudos y que eran electrocutados en los genitales.
Con sus facultades mentales deterioradas, Jones empezó entonces a arengar sobre "traidores", enemigos lejanos que querían destruir su sueño y amenazas de invasión desde "el exterior". Al borde de la paranoia, una o dos veces por mes impulsaba a sus adeptos a realizar, como "pruebas de lealtad", simulacros de suicidios masivos, que incluían la ingesta de falsas pociones de veneno. Jones llamaba "noches blancas" a esos ensayos. En una declaración jurada, Deborah Layton (superviviente de la masacre) escribió que "durante una de esas noches, se le dijo a la gente que morirían, forzándolos a tomar jarabe sin endulzar que pensaban tenía veneno. Los pocos que vacilaron en tomarse el líquido fueron obligados a tomárselo". Los oficiales de Guyana habían intentado investigar esta declaraciones pero se les prohibió entrar en la comunidad.
Según el documental "Índice de Maldad" realizado por Discovery Channel, Tim Carter (superviviente de la masacre) asegura que "no fue un suicidio, sino un homicidio masivo, ya que fue Jim Jones quien obligó a su pueblo a beber e inyectar cianuro, empezando por los ancianos y los niños (quienes no cometieran suicidio, sino que se les dio el cianuro mezclado con alguna bebida, mientras que algunos bebés fueron arrancados de los brazos de su madre para ser inyectados)". Jones decía que "la muerte sólo era el tránsito a otro nivel" y "esto no es un suicidio, sino un acto revolucionario".
Según algunos testimonios, las comidas consistían en nada más que arroz y legumbres, mientras que Jones comía carne y otros alimentos refrigerados separado de los miembros del grupo. Problemas médicos tales como diarrea severa y fiebres altas fueron padecidas por la mitad de la comunidad en febrero de 1978. A los miembros indisciplinados se los encerraba en una caja de madera de medidas 2,5 x 1 m. Los que intentaban escapar eran drogados al punto de la incapacitación. Guardias armados patrullaban el pueblo día y noche para asegurarse de que las órdenes de Jones fuesen seguidas. Los niños, entregados al cuidado comunal, se referían a Jones como "Papá" y sólo se les permitía ver a sus padres brevemente durante la noche. Jones también era llamado "Padre" por los adultos. La gente de los alrededores, incluyendo un oficial de policía, relataron historias de horror sobre duras palizas y un "hoyo de tortura", un pozo en donde Jones hacía que tiraran a los niños que no se comportaban bien, en mitad de la noche. Jones asustaba a los niños haciéndoles creer que había un monstruo habitando el fondo del pozo, cuando en realidad se trataba de un hombre, contratado por Jones, quien estiraba y doblaba las piernas de los niños mientras ellos descendían al pozo. Se dice que los niños mayores eran amarrados desnudos y que eran electrocutados en los genitales.
Con sus facultades mentales deterioradas, Jones empezó entonces a arengar sobre "traidores", enemigos lejanos que querían destruir su sueño y amenazas de invasión desde "el exterior". Al borde de la paranoia, una o dos veces por mes impulsaba a sus adeptos a realizar, como "pruebas de lealtad", simulacros de suicidios masivos, que incluían la ingesta de falsas pociones de veneno. Jones llamaba "noches blancas" a esos ensayos. En una declaración jurada, Deborah Layton (superviviente de la masacre) escribió que "durante una de esas noches, se le dijo a la gente que morirían, forzándolos a tomar jarabe sin endulzar que pensaban tenía veneno. Los pocos que vacilaron en tomarse el líquido fueron obligados a tomárselo". Los oficiales de Guyana habían intentado investigar esta declaraciones pero se les prohibió entrar en la comunidad.
Según el documental "Índice de Maldad" realizado por Discovery Channel, Tim Carter (superviviente de la masacre) asegura que "no fue un suicidio, sino un homicidio masivo, ya que fue Jim Jones quien obligó a su pueblo a beber e inyectar cianuro, empezando por los ancianos y los niños (quienes no cometieran suicidio, sino que se les dio el cianuro mezclado con alguna bebida, mientras que algunos bebés fueron arrancados de los brazos de su madre para ser inyectados)". Jones decía que "la muerte sólo era el tránsito a otro nivel" y "esto no es un suicidio, sino un acto revolucionario".
Un rancho próximo a la localidad de Waco (Texas), llamado Monte Carmelo, el 19 de abril de 1993, pasó a ser noticia de otro suceso dantesco, convirtiéndose en noticia con motivo del asedio y destrucción de sus paredes cercadas por David Koresh y sus seguidores Davinianos de quienes se había proclamado líder espiritual. El predicador apocalíptico estadounidense aterrorizaba a sus seguidores con toda clase de calamidades individuales y colectivas a no ser se unieran a él para salvarse. Koresh efectuó compras de armas por valor de más de 250.000 dólares para estar preparados llegado el momento del "acoso del mal".
En vísperas de la tragedia, y en el que sería su último refugio, Koresh había reunido junto a él a numerosos adultos pero también a un buen número de niños, y con unos y otros, se dispuso a convertir en un fortín inexpugnable el rancho Monte Carmelo. El primer encontronazo había tenido lugar el 28 de febrero, cuando las autoridades, tardíamente preocupadas por el cariz que tomaba el asunto, decidieron pasar a la acción, acusando a los Davidianos de tenencia masiva de armas y de abusos sexuales con los niños que mantenían a su lado. Recibidos a tiros, los agentes contestaron de igual manera, produciéndose entonces un primer balance de cuatro agentes muertos y una decena de sectarios abatidos. La cuenta atrás empezaría a ponerse en marcha desde aquel día premonitorio.
Las túnicas anaranjadas que vestían sus seguidores serían, durante los siguientes 51 días, blancos perfectos para los prismáticos de quienes los cercaban y aguardaban para efectuar los primeros disparos, que al final acabarían siendo continuos y respondidos por los asediados utilizando el arsenal que guardaban entre aquellas paredes. Durante esos largos días, murieron miembros de los federales y también de los Davidianos. El día de la tragedia, los tanques del FBI atacaron definitivamente. Cuando los asaltantes lograron abrirse camino entre las llamas que ya consumían el edificio del rancho, ante su vista aparecieron confundidos y mezclados los cuerpos carbonizados de la mayoría de los seguidores de Koresh, incluido él mismo presentando un disparo en la frente.
El balance final de muertos dentro de Monte Carmelo fue de 69 adultos y 17 menores, todos calcinados. La versión oficial de la policía hablaría de que fueron los mismos Davidianos los que provocaron el incendio en un aquelarre de suicidio colectivo. Otras fuentes se refirieron, por el contrario, a vuelcos de los tanques federales que habrían provocado la inflamación del queroseno trasladando las llamas al interior del rancho.
En vísperas de la tragedia, y en el que sería su último refugio, Koresh había reunido junto a él a numerosos adultos pero también a un buen número de niños, y con unos y otros, se dispuso a convertir en un fortín inexpugnable el rancho Monte Carmelo. El primer encontronazo había tenido lugar el 28 de febrero, cuando las autoridades, tardíamente preocupadas por el cariz que tomaba el asunto, decidieron pasar a la acción, acusando a los Davidianos de tenencia masiva de armas y de abusos sexuales con los niños que mantenían a su lado. Recibidos a tiros, los agentes contestaron de igual manera, produciéndose entonces un primer balance de cuatro agentes muertos y una decena de sectarios abatidos. La cuenta atrás empezaría a ponerse en marcha desde aquel día premonitorio.
Las túnicas anaranjadas que vestían sus seguidores serían, durante los siguientes 51 días, blancos perfectos para los prismáticos de quienes los cercaban y aguardaban para efectuar los primeros disparos, que al final acabarían siendo continuos y respondidos por los asediados utilizando el arsenal que guardaban entre aquellas paredes. Durante esos largos días, murieron miembros de los federales y también de los Davidianos. El día de la tragedia, los tanques del FBI atacaron definitivamente. Cuando los asaltantes lograron abrirse camino entre las llamas que ya consumían el edificio del rancho, ante su vista aparecieron confundidos y mezclados los cuerpos carbonizados de la mayoría de los seguidores de Koresh, incluido él mismo presentando un disparo en la frente.
El balance final de muertos dentro de Monte Carmelo fue de 69 adultos y 17 menores, todos calcinados. La versión oficial de la policía hablaría de que fueron los mismos Davidianos los que provocaron el incendio en un aquelarre de suicidio colectivo. Otras fuentes se refirieron, por el contrario, a vuelcos de los tanques federales que habrían provocado la inflamación del queroseno trasladando las llamas al interior del rancho.
"La Orden del Templo Solar"
También en 1994, el grupo esotérico, La Orden del Templo Solar sorprendió a los analistas socio-religiosos cuando efectuaron suicidios diferidos en Suiza y Francia. Todos eran seguidores del Dr. Luc Jouret. Murieron 48 personas en el primero y más en los sucesivos.
"La Fraternidad Blanca"
En el mes de noviembre del mismo año las autoridades de Ucrania impidieron el suicidio colectivo de los seguidores de Marina Tsvygun quien afirmaba ser la reencarnación de Cristo. En Kiev fueron arrestadas 779 personas pertenecientes a esta secta, La Fraternidad Blanca. El culto tiene actualmente 150.000 seguidores en la antigua Unión Soviética.
El 20 de marzo de 1995 en Tokyo, Japón, Shoko Asahara ordenó a sus seguidores de la secta La Verdad Suprema colocar bombas con gas sarín neurotóxico en el sistema de transporte del metro. El resultado fueron más de 5.000 intoxicados y 12 personas muertas. Seis semanas más tarde, los mismos adeptos de La Verdad Suprema (Aum Shinrikyo) efectuaron un nuevo acto terrorista en otra estación. Afortunadamente hubo un retraso en el mecanismo de la bomba y pudo ser desactivada a tiempo. De no haber sucedido esto, la mezcla de cianuro e hidrógeno que contenía el artefacto explosivo hubiera privado de la vida en minutos a 20.000 usuarios del tren subterráneo.
Los ejemplos anteriores sólo representan la punta del iceberg del riesgo que suponen las sectas destructivas, por lo que hay que tener mucha precaución y ser muy conscientes del alto riesgo que entraña adentrarse sin conocimiento en grupos sin la garantía de no estar adentrándonos en "el aterrador submundo de las sectas destructivas".
Los ejemplos anteriores sólo representan la punta del iceberg del riesgo que suponen las sectas destructivas, por lo que hay que tener mucha precaución y ser muy conscientes del alto riesgo que entraña adentrarse sin conocimiento en grupos sin la garantía de no estar adentrándonos en "el aterrador submundo de las sectas destructivas".
Fuentes:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar aquí tus comentarios.