1.- Nadie va a darme la felicidad, sólo
yo puedo conseguirla.
En este primer pensamiento, el ser humano toma la
responsabilidad de su vida e inicia una búsqueda y un esfuerzo por encontrar
eso que tanto busca.
2.- Yo soy un ser único en toda la tierra, nadie me comprende mejor que yo y nadie sabe lo que yo necesito mejor que yo.
En este segundo principio
se dan las bases para eliminar cualquier ofensa que las personas reciban de
parte de otras; cualquier comentario que deprima a una persona podrá ser
nulificado bajo este principio, ya que la persona reconoce que nadie puede
opinar acerca de ella, puesto que nadie la conoce mejor que ella misma.
3.- Lo que recibo ahora es lo que sembré ayer y lo que siembre ahora será lo que reciba mañana.
Este tercer principio
permite al ser humano reconocer que los problemas actuales son resultado de
acciones incorrectas del pasado, pero que, por lo mismo, el momento presente es
el indicado para ir sembrando un futuro.
4.- Ni el pasado ni el futuro pueden lastimarme, sólo el presente tiene valor en mi vida.
Entendiendo este cuarto
principio, la persona le dará todo el valor que tiene a su momento presente, le
restará importancia a los hechos pasados que le causan remordimientos y a los
hechos futuros que le causan angustia.
5.- Sólo yo decido lo que debo hacer en este momento.
Es decir, el ser humano
entiende que las influencias ajenas son tan sólo eso, influencias, y él es el
único que puede decidir qué hacer en ese instante.
6.- Sólo en el amor y en la paz interior puedo tomar las decisiones correctas.
Si hemos de actuar en el
tiempo presente, tendremos que hacerlo en paz y con amor, pues de esta manera,
las acciones que tomemos estarán inspiradas en nuestra más alta capacidad tanto
de servicio como de inteligencia.
7.- En mis decisiones tomaré siempre en cuenta el beneficio de los demás.
Tomaré aquellas
decisiones que beneficien a la mayor cantidad de personas; de esta forma, mi
vida se estará encaminando hacia la más alta gloria que es la de recibir la
compensación por el servicio prestado a los demás.
8.- Mi cara es el reflejo de mi estado interior.
Cuidemos siempre el aspecto
de nuestro rostro, adornémoslo siempre con la sonrisa, y que los ojos se
encuentren siempre prestos a mandar una mirada de amor, porque de esta forma
estaremos reflejando la serena armonía de quien ha aprendido a caminar en el
sendero de la felicidad.
9.- Soy una persona al servicio de la humanidad.
Quiere decirse que, todo
lo que yo haga, todo lo que yo diga, todo lo que yo piense o sienta, servirá
para gloria de la humanidad, o bien, para perdición de ella.
10.- Yo tengo una misión en la vida, ser feliz y hacer felices a los demás.
Este último principio da
sentido a nuestra existencia, y, a su vez, orienta nuestros esfuerzos hacia el beneficio
de toda la humanidad.
(Kwan Yin)
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