lunes, 3 de diciembre de 2012

Poseer o Compartir: Una Breve Reflexión sobre “La Experiencia del Amor”








“El que puede prescindir del ser amado
puede prescindir de todo”.
(André Maurois)

 







No me considero propietaria de nada más que de aquello que puedo cuantificar. Los afectos no son cuantificables - ni comparables-, por tanto, únicamente puedo disfrutarlos y compartirlos.


Si pienso que no me pertenezco ni a mí misma, mucho menos puedo pensarlo respecto del resto de las personas, aunque por exigencias de nuestro lenguaje las deba calificar como “mi pareja”, “mi hijo”, “mi amigo”, inclusive “mi enemigo”. No puedo hablar de “mis zapatos” del mismo modo que lo hago sobre “mis sentimientos” o sobre “mí misma”.

No creo en lo eterno, todo es temporal. Creo en el presente y en la labor diaria que hay que realizar de manera voluntaria para seguir compartiendo sentimientos sinceros, en libertad, con respeto y deseo tan emocional como físico. Opino que sólo así se logrará su continuidad sin caer en el hastío, el engaño, la dependencia o la frustración. Si falta alguno de los factores anteriores, las denominaré de cualquier otra forma, pero nunca podré considerarla como “la experiencia del Amor”.

El amor es el regalo compartido de una frágil semilla que debe cuidarse con esmero para que crezca fuerte y saludable si queremos disfrutar del sabor de sus frutos. Aunque su dulzor en nuestro paladar sea efímero,  no lo será su recuerdo.

AnA Molina (Administrador del blog).


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