"Sólo sé que no sé nada"
(Sócrates)
Hace mucho tiempo ya, navegando por Internet, encontré este pequeño texto cuyo autor desconozco y que, pese a su sencillez, me dejó un motivo de reflexión: cuánto había aprendido en mi vida y que, a pesar de mis muchas experiencias acumuladas a lo largo de los años, aún desconocía todo, lo más básico y lo más sencillo a la vez, aquello que suele pasarnos desapercibidos por creernos muy conocedores de nosotros mismos aunque en realidad desconozcamos a la persona que se oculta tras nuestro reflejo en el espejo; cargamos en nuestras espaldas mochilas de vivencias alegres y gratificantes, pero también tristes y dolorosas, aunque todas enriquecedoras con la perspectiva del tiempo; piedras que se nos pusieron en el camino como enseñanza de vida, como lecciones que más nos vale haber aprendido si no queremos que la vida nos enfrente a ellas de nuevo una y otra vez, y cada vez con más dureza hasta que las hayamos asimilado e interiorizado. Aun así, la vida está en constante cambio y evolución, y nosotros con ella, no podemos detener este proceso aunque lo pretendamos, aunque nuestros miedos intenten paralizarnos, pues así, además de vivir anclados en un pasado ya caduco, limitaremos nuestras posibilidades de seguir percibiendo nuevas sensaciones, emociones, de sentir, de avanzar con el curso natural de nuestra vida, de perseguir nuestra plenitud, bienestar y satisfacción, en resumen, nuestra propia felicidad. Por eso, hoy, al caer casualmente en mis manos este texto, he querido compartirlo con mis lectores, en un momento existencial propio que me hace ser más consciente que nunca del valor de estas sencillas, pero profundas palabras. Confío en que mi vivencia y mi motivación sirva también a cuantos seguís mis publicaciones.
Gracias a todos.
AnA Molina (Administrador del blog)
- Al primer
año de nacido aprendí lo importante que es un juguete, sobre todo si
sabe rico.
- A los 2 años
aprendí que caerse duele.
- A los 3 años
aprendí que duele más una palabra que un golpe.
- A los 4 años
aprendí lo interesante que puede ser un rompecabezas.
- A los 5 años
aprendí que a los pececitos dorados no les gusta la gelatina.
- A los 6 años
aprendí que bañar a las tortugas con agua caliente las mata aunque
huelan mal.
- A los 7 años
aprendí lo confortante que se siente un abrazo de papá o mamá cuando me
daba miedo o simplemente cuando sentía que necesitaba sentirme amado.
- A los 8 años
aprendí que no todo se puede arreglar con un berrinche.
- A los 9 años
aprendí que mi profesora sólo me preguntaba cuando yo no sabía la
respuesta.
- A los 10
años aprendí que era posible estar enamorado de cuatro chicas al mismo
tiempo.
- A los 12
años aprendí que, si tenía problemas en la escuela, los tenía más
grandes en casa.
- A los 13
años aprendí que, cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi
madre me mandaba a ordenarlo.
- A los 15
años aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano,
porque mi padre tenía frustraciones mayores... y la mano más pesada.
- A los 16
años aprendí que mi hermana no era mi mayor enemiga y que podía ser mi
mejor confidente.
- A los 17
años aprendí que emborracharte no siempre es el mejor sentimiento (menos
al día siguiente) y que no es la mejor forma de solucionar los
problemas.
- A los 18
años aprendí que no valía la pena discutir con mi madre.
- A los 19
años aprendí lo que duele dejar a alguien que amas.
- A los 20
años aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños.
- A los 21
años aprendí que un libro puede llegar a ser una buena compañía.
- A los 22
años aprendí que si encuentras a la mujer adecuada te puede enseñar a
amar.
- A los 23
años aprendí lo que es extrañar a alguien y lo grato que es volverlo a
encontrar.
- A los 24
años aprendí que con el tiempo las cosas se miran de una forma
diferente.
- A los 25
años aprendí que aunque me quería comer el mundo aún me faltaba mucha
experiencia.
- A los 26
años aprendí que no importa lo lejos que viajes cuando quieras huir de
algo, tus problemas siempre te acompañaran a lo largo de toda la
travesía.
- A los 27
años aprendí que el título obtenido no era la meta soñada.
- A los 28
años aprendí que se puede hacer, en un instante, algo que te va a hacer
doler la cabeza la vida entera.
- A los 30
años aprendí que se necesita mucho amor, paciencia e inteligencia para
vivir con alguien.
- A los 31
años aprendí lo que es ser padre y me empecé a dar cuenta de lo que eso
significa.
- A los 32
años me di cuenta lo que me falto hablar, convivir con mi padre y lo
mucho que me faltó aprender de él.
- A los 33
años aprendí que a las mujeres les gusta recibir flores, especialmente
sin ningún motivo.
- A los 34
años aprendí que no se cometen muchos errores con la boca cerrada.
- A los 35
años aprendí que puedes deprimirte como cuando tenías 17 y eso no está
mal. sólo significa que estás empezando a pensar en ti mismo.
- A los 36
años entendí que mi madre no va cambiar y sigue siendo inútil discutir
con ella.
- A los 37
años comprendí lo lejos que estaba de saber quién era.
- A los 38
años aprendí que a veces la vida se repite y duele igual que la primera
vez.
- A los 39
años aprendí que ser buen amigo no se trata sólo de recibir.
- A los 40
años aprendí que, si estás llevando una vida sin fracasos, no estas
corriendo los suficientes riesgos.
Luego, al pasar de los años aprendí
- … Que
puedes hacer a alguien disfrutar el día con sólo con un pequeño detalle
que casi siempre no cuesta nada.
- … Que niños
y abuelos son aliados naturales.
- … Que ver
una buena película puede darme una tarde agradable.
- … Que
aprender a aceptarme como soy me puede ayudar a no sentirme tan solo.
- … Que es
absolutamente imposible tomar vacaciones sin engordar cinco kilos.
- … Que no
puedo cambiar lo que pasó pero puedo dejarlo atrás.
- … Que las
cosas que te pasan y que te duelen siempre te dejan una enseñanza y está
en ti aprender de ella.
- … Que nunca
es tarde para decir lo siento y perdón, que puede doler pero sé que
después me voy a sentir mejor.
- … Que nunca
es tarde para decir la verdad (por más dura que ésta sea) y que tampoco
es tarde para enfrentar a quien le hice daño, si aquélla persona te
quiere, te sabrá entender y perdonar.
- … Que pedir
ayuda puede dar mucha vergüenza y miedo, pero que a veces es necesario y
hay que sacar fuerzas y valor para hacerlo.
- … Que la
mayoría de las cosas por las cuales me he preocupado nunca suceden.
- … Que
esperar a los hijos despierto, cuando salen de noche, no va a hacer que
lleguen más temprano.
- … Que si
esperas a jubilarte para disfrutar de la vida esperaste demasiado
tiempo.
- … Que nunca
se debe ir a la cama sin resolver una pelea.
- … Que me
hubiera gustado tener la experiencia que tengo ahora cuando era más
joven, seguramente no habría dejado pasar muchas oportunidades.
- … Que ahora
entiendo que eso es imposible y que sólo me queda aplicar mis
experiencias y no perder la oportunidad de encontrar a un amigo.
- … Que si las
cosas van mal, yo no tengo por qué ir con ellas.
- …. Aprendí
que envejecer es importante.
- … Aprendí
que amé menos de lo que hubiera debido.
Y hoy... me doy cuenta que todavía…
¡Tengo
mucho por aprender, que no importa la edad que tenga, que aún estoy a tiempo
de cambiar las cosas y ser feliz!
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