sábado, 22 de octubre de 2011

¡Lo que hay que aguantar!



Estoy hasta los "mismísimos" de jefes y "¿responsables?" arbitrarios, amiguismos y favoritismos, chupópteros, alpinistas laborales, trepas zancadilleros y medalleros, acosadores y elementos estresantes indeseables varios, chulitos prepotentes e insolentes, niñatos que se quieren comer el mundo fagocitando al mismo tiempo a sus compañeros y colaboradores a quienes tras haber digerido arrojaran al inodoro sin ningún remordimiento, listillos engreídos, pelotas correveidiles, chismosos susurrantes de corrillos en público, envidiosos, embusteros, cínicos e hipócritas con doble cara tan falsas como una falsa moneda con dos caras iguales, de los que no saben lo que es el respeto y la valoración por y del trabajo ajeno, de aquellos que ignoran por completo lo que es el compañerismo y el trabajo en equipo, de los que no saben hacer un trabajo de calidad retrasando y dificultando así el trabajo de sus "supuestos" colegas a quienes luego culpan de su propia incompetencia con tal de salvar su trasero y ascender a su costa, de egoístas que según sus propias palabras "se la suda" las circunstancias personales del que tienen a su lado durante toda la jornada laboral y a quien tan inconscientemente se atreven a calificar de "compañero", de los que van de Masters del Universo cuando al final lo único que demuestran a los "currantes" de verdad es que no saben hacer la O con un canuto y que no tienen un ápice de ética profesional y dignidad humana.

Tengo la fortuna de pertenecer a la cada vez más limitada clase trabajadora de este país y si lo hago, como el 99,99 % de los "curritos", no es por placer, sino por la necesidad de ganar un sueldo cada día más limitado a cambio de echar horas por un tubo, cada vez con mayor carga de trabajo y con menos derechos. Pero en mi sueldo, en mis funciones, en mi responsabilidad, en mi currículum y en mi contrato laboral no consta por ningún lado la necesidad de tener que sufrir y aguantar diariamente a todas estas tribus simultáneamente, de tener que estar batallando constantemente con todas estas especies de personajes funestos que, en lugar de estar en vías de extinción, cada día proliferan más en nuestras empresas llevándonos a la ruina entre tanto politicastro, necio e incompetente laboral, que abocan a la más absoluta desmotivación y dificultan la realización satisfactoria de un trabajo de calidad, lo que a su vez conlleva la pérdida de productividad, beneficios y prestigio para las empresas, que repercute gratuita e innecesariamente de forma negativa sobre mi promoción y evaluación profesional y, lo que es peor aún, repercute en la pérdida de mi autoestima y mi desestabilización psicológica.

Por todo ello... SE RUEGA NO TOCAR LOS HUEVOS... y dejar al vecino que haga su trabajo en paz y sin jugar con el único medio que tiene o sabe para ganarse su pan y el de sus hijos, aunque "se la sude" que tengan que comer cada día.


Ó AnA Molina (Administrador del blog)


 
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