lunes, 25 de noviembre de 2013

Silenciando el Dolor Día a Día


 
25 DE NOVIEMBRE:
 
DÍA INTERNACIONAL DE
LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
 
 
De acuerdo con un estudio desarrollado en 2013
por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
 
El 35% de las mujeres de todo el mundo han sido víctimas de violencia física y/o sexual.
 



 
700 mujeres asesinadas en España en la última década por violencia machista y más de 600.000 mujeres maltratadas cada año.

¡Menos de la cuarta parte decide contarlo!
 




 
¡PON FIN AL MALTRATO

...

 QUÉ TÚ VALES MÁS QUE LA ALHAMBRA!





¿Sabes lo que te digo?
¡Qué ahora mismo me das la mano
 y salimos los dos de este cuarto lleno de recuerdos!

¿Sabes lo que te digo?
¡Qué se acabó!
¡Qué nos vamos por ahí, por los bares,
por las calles, a donde sea!
¡Qué vamos a encender el motor del olvido
y vamos a cerrar para siempre
 esa caja llena de cristales
que te hieren el alma!

¿Sabes lo que te digo?
¡Qué se acabó!
 ¡Qué se acabó todo esto!
 ¡Qué aquí tienes un colega!
¡Qué aquí tienes un amigo!

Ahora que ese idiota ya se fue.
Ahora que termina la mentira.
Ahora es el momento de escapar de tu lamento
y de dar la bienvenida a tu vida.

Y volver a vivir mirando "pa'ti",
volver a sentirte "to'guapa",
hacer lo que quieras,
entrar o salir sin nadie colgado a tu espalda,
quien quiera quererte, tendrá que saber
que tú vales más que la Alhambra,
que ya se acabó el vivir para nadie,
que nada merece tus lágrimas.

Sacúdete el dolor,
mira "pa'lante",
detrás tan sólo quedan telarañas,
tú eres una diosa,
tú eres poderosa
y ahora es infinita tu mirada.

Qué ahora que se idiota ya se fue,
abre las ventanas que entre el aire,
ya se acabó el no puedo,
con tu voz parecen ruegos,
volverás a ser princesa de los mares.

Y volver a vivir mirando "pa'ti",
volver a sentirte "to'guapa",
hacer lo que quieras,
entrar o salir sin nadie colgado a tu espalda,
quien quiera quererte, tendrá que saber
que tú vales más que la Alhambra,
que ya se acabó el vivir para nadie,
que nada merece tus lágrimas.

Tu vida es ahora un lienzo blanco,
dibújale el paisaje que tú quieras,
no vuelvas la mirada,
detrás no queda nada,
en tu mundo se acabaron las fronteras.

Y volver a vivir mirando "pa'ti",
volver a sentirte "to'guapa",
hacer lo que quieras,
entrar o salir sin nadie colgado a tu espalda,
quien quiera quererte, tendrá que saber
que tú vales más que la Alhambra,
que ya se acabó el vivir para nadie,
que nada merece tus lágrimas.


¡NO ESPERES A QUE SEA DEMASIADO TARDE!

 
 
 






domingo, 24 de noviembre de 2013

Sensaciones vs. Tiempo

 
 
 
 
 
"El tiempo no es sino el espacio
entre nuestros recuerdos"
(Henri Frederic Amiel)
 
 
Que poderosa es la mente al producirnos involuntarios pensamientos que se trasladan, espontáneamente, en forma de sensaciones a nuestro vientre. Ambos se confabulan para que de ellas se impregne el corazón. Y así, los tres, en cruel o dulce comunión, nos trasladan, como volando en alas de un sueño, a otros mundos, a otra realidad ideal, soñada, sí, pero sentida hasta erizarnos el vello o producirnos escalofríos.
 
Nos recreamos en ilusiones y fantasías que quizás nunca lleguen a formar parte del pasado vivido más allá de nuestras ensoñaciones, donde permanecerán ocultas, incluso olvidadas. Añorantes, reproducimos recuerdos con tal intensidad que los cinco sentidos reaccionan armónicamente. Entra por los poros el tacto de otra piel; por el olfato, un olor penetrante que se percibe con deseo; un sabor que vuelve más húmeda la boca y ¿por qué no? también otras zonas del cuerpo que, por pudor, vergüenza o respeto, no se suelen mencionar; una melodía que marcó un momento de nuestra vida resuena en nuestros oídos y hace latir con fuerza a nuestro corazón, así como un sonido que invita a trasladarnos a un verde y fresco prado o a la orilla del mar; una imagen, una  escena, un rostro, una mirada, no sé...  todo aquello que nos regala nuestra memoria fotográfica o la imaginación.
 
Sensaciones efímeras que pasan de largo, como circula el agua sobre el lecho de un río, cuando, como un ladrón, irrumpe el tiempo llevándose al país de Nunca Jamás, sensaciones y recuerdos propios,  quizá, de los niños perdidos amigos y compañeros de juego de Peter Pan.
 
El tiempo no perdona y cobra su factura por otorgarnos unos instantes para bucear en nuestro interior en busca de la motivación y la satisfacción ausentes, tal vez, en la simplicidad de nuestra realidad; por la fugacidad de un momento de recreo ante el tesoro que se oculta en íntimos deseos que nos aproximan al bienestar; aquel que pretendemos disfrutar si algún día alcanzamos ese punto de equilibrio casi perfecto entre nuestro entorno, circunstancias, sentimientos, impulsos, vivencias y nuestra identidad. Concordancia que nos dirija, a través de nuestra conciencia, a la plenitud, a la ecuanimidad, -¿a la libertad personal?-, permitiéndonos así, sentirnos más cerca de la felicidad (sólo más cerca, pues si la alcanzásemos por completo implicaría perfección y la perfección, ya se sabe, es utopía).
 
Es entonces cuando pagamos el precio que nos exige el tiempo, al imponernos recuperar la cordura que nos reconduce a la cotidianeidad, evitando  permanecer en un estado de pseudo-embriaguez que llegue incluso a bloquear nuestra atención ante otros asuntos reales y que con razón o sin ella consideramos vitales. Como inconsciente mecanismo de defensa nos aplicamos afirmaciones como puede ser que, si no se piensa no se conservan recuerdos, emociones ni sensaciones, si no se conservan no se sienten y si no se sienten no queda el vacío al retomar la realidad: la soledad, la decepción, la insatisfacción, el peso de las experiencias ingratas, la madurez, la carga de responsabilidad, las obligaciones... todo aquello que pesa sobre nuestras espaldas. De esta manera, casi sin saber cuándo, sin comprender el por qué, restablecemos férreas posiciones que nos ayudan a mantener la seguridad que nos ofrece estabilidad, un teórico equilibrio emocional, y que, según se mire, también son positivos sin duda alguna, pero que nos separa de nuestro “YO” más íntimo donde residen subyugados gran parte de nuestros impulsos naturales, deseos y necesidades existenciales descartados, en algún momento de nuestro pasado, por infantiles, utópicos, impracticables o vaya usted a saber qué justificación les condenó al ostracismo. La misma justificación que nos deja mutilados si no levantamos la condena al exilio de nuestros anhelos, a los que, consciente o inconsciente, voluntaria o involuntariamente impusimos en injusto castigo que los relegó al olvido.
 
Pero también hay que ser cautelosos, pues si la fuerza innata de esos deseos (ya frustrados e insatisfechos) es tan grande que les hace rebelarse manifestándose a través de sensaciones que invaden los sentidos físicos, desconectando de manera prolongada del de la realidad, su voz representará una señal de alarma para abandonar el edificio interior que habitamos y que hemos construido a lo largo de nuestra vida, pues corre el peligro de hundimiento si no se restaura con prontitud, sustituyendo muros por puertas y ventanas por donde entren luz y aire fresco en nuestra existencia cotidiana. En este caso, y únicamente cuando seamos capaces de escucharla con atención y detenimiento, tomaremos conciencia de la necesidad de salvar nuestra naturaleza personal de la anemia que sufre por falta de vitalidad.
 
Ana Molina (Administrador del blog)


viernes, 15 de noviembre de 2013

Autoestima: Eres una Obra Maestra



Sólo porque un grupo de personas no te acepta como tú eres no es necesario que elimines tu originalidad. Piensa cosas buenas de ti mismo, ya que el mundo te ve basado en cuanto tú te estimas. Nunca te subestimes sólo por ganar reconocimiento. Nunca pierdas tu verdadero Ser, para conseguir una relación. En el largo plazo lamentarás haber negociado tu mayor Gloria- tu singularidad, por cierta aceptación momentánea.

Inclusive a Gandhi lo rechazaron muchas personas. El grupo que no te acepta como Tú, no es tu mundo. Hay un mundo para cada uno, donde reinas simplemente siendo tú mismo. Encuentra ese mundo; de hecho, ese mundo te encontrará a ti.

Lo que puede hacer el agua, la gasolina no lo puede hacer. Y lo que puede hacer el cobre, el oro no puede. La fragilidad de la hormiga le permite moverse y la rigidez del árbol le permite mantenerse firmemente enraizado.

Todo y cada uno ha sido diseñado con cierta proporción de singularidad para cumplir un propósito que podemos realizar sólo siendo el Ser único que somos.

Sólo siendo tú mismo puedes cumplir tu propósito y yo sólo como yo puedo servir mi propósito. Estás aquí para ser tú; sólo TÚ.

Hubo una época en este mundo cuando se necesitó un Krishna entonces él fue enviado. Hubo una época cuando se necesitó un Cristo y él fue enviado. En otra época se necesitó un Mahatma y él fue enviado; una época cuando se necesitó un J.R.D Tata y él fue enviado. Hubo una época en la que tú fuiste requerido en este planeta y así, tú fuiste enviado. Seamos lo mejor que podemos ser.

En la historia del universo, no ha habido nadie como tú y no lo habrá en el tiempo infinito por venir; nunca habrá alguien como tú.

La existencia debe de haberte amado tanto que después de crearte rompió el molde con el que te creó; por lo que nunca más habrá alguien como tú.

Eres original. Eres excepcional. Eres único. Eres una maravilla. Eres una obra de arte, una obra maestra. Celebra que eres único.

Tú eres tú, tu propio ser, no cambies por otros, ya que este no es ni siquiera su mundo.
(Sri Sri Ravi Shankar)
 
 
 


 


Conjuro Sioux


Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que, una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu....

 Nos amamos. -empezó el joven-.

 Y nos vamos a casar. -dijo ella-.

Nos queremos tanto que tenemos miedo. Queremos un hechizo, un conjuro o un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.

Por favor. -repitieron-.


¿Hay algo que podamos hacer?

El viejo brujo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados y tan anhelantes, esperando su palabra.

Hay algo. -dijo el viejo- Pero no sé, es una tarea muy difícil y sacrificada...

Nube Azul. -dijo el brujo- ¿Ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos. Deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena. ¿Comprendiste?


Y tú, Toro Bravo, -siguió el brujo- deberás escalar la montaña del trueno. Cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas y, solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí viva el mismo día en que vendrá Nube Azul. ¡Salid ahora!

Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada. Ella hacia el norte y él hacia el sur.

El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas.

El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Eran verdaderamente unos hermosos ejemplares.

Y ahora qué haremos. -preguntó el joven- ¿Los mataremos y beberemos el honor de su sangre?

No. -dijo el viejo-.

¿Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne? -propuso la joven-.

No. -repitió el viejo- Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero. Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.

El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros- El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso. Unos minutos después, irritadas por su incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.

Este es el conjuro -dijo el brujo-. Jamás olviden lo que han visto. Vosotros sois como un águila y un halcón. Si os atáis el uno al otro, aunque lo hagáis por amor, no sólo viviréis arrastrándoos, sino que además, tarde o temprano, empezareis a lastimaros el uno al otro. Si queréis que el amor entre vosotros perdure...
 

 
¡Volad juntos, pero jamás atados!
 



miércoles, 6 de noviembre de 2013

La Boda de los Ratones




¿Qué es lo más fuerte del mundo? Piénsalo y después lee este cuento tradicional japonés. ¡Te sorprenderá!


Érase una vez dos ratoncitos que se querían mucho. Tanto él como ella estaba muy enamorados, pero tenían un grave problema: el padre de la ratita, que estaba obsesionado con la fuerza, quería casarla con el Sol porque decía que era el más fuerte del mundo.

Los dos ratoncitos no sabían qué hacer. Se amaban mucho pero sabían que el padre de la ratita jamás permitiría que se casara con un simple ratón.

Así estaban los dos ratoncitos lamentándose de su suerte, cuando una rata ya anciana pasó por su lado. Al verlos tan tristes se acercó y les preguntó que qué les pasaba. Así, la ratita le dijo:

“Mi padre es muy bueno, pero un poco terco y quiere casarme con el más fuerte del mundo, que es el Sol. ¡Pero yo no amo al Sol! Yo quiero casarme con mi novio porque es a él a quién amo”.

La anciana rata les miró seriamente y luego sonrió. Se levantó y muy solemne dijo:

“Voy a conversar con tu padre”.

 Al cabo de caminar un rato, se encontró con el padre de la ratita y se le acercó.

- Buenos días, Sr. Ratón.

- Buenos días, Sra. Rata. ¡Cuánto tiempo! -Dijo el ratón.

 
- Me he enterado que quiere casar a su hija con el Sol, pero ¿de veras el sol es el más fuerte del mundo? Lo digo porque el sol se oculta tras las nubes.

-¡Es verdad! ¡Entonces tengo que casar a mi hija con una nube!

- Sí, pero las nubes se las lleva el viento…

- Entonces, ¿es el viento es el más fuerte del mundo? -Preguntó el padre.

- No. Ni siquiera un viento fuerte puede pasar una pared de la forma en que nosotros la horadamos.

 El sr. Ratón se quedó un momento pensativo y exclamó:

- Entonces, ¡nosotros somos los más fuertes del mundo! ¡Tengo que casar a mi hija con el ratón más fuerte entre todos los jóvenes!

Así, el padre decidió que su hija se tenía que casar con el ratón más fuerte del país y empezó una competición de fuerza entre todos los jóvenes.


El joven ratón sentía que al menos tenía una oportunidad de casarse con su amada y se enfrentó al más fuerte de los ratones. Era imposible que él pudiera ganar, pero no quería renunciar al amor de la ratita. En el combate, aunque él era el más débil, cada vez que caía se volvía a levantar. Finalmente, el adversario, admirado por su fuerza de voluntad dijo:
 
- No puedo vencer a su fuerza de voluntad. Es increíble.

De modo que el padre de la ratita dijo al enamorado de su hija:

- ¡Cásate con mi hija! ¡Una resolución firme es lo más fuerte del mundo!

Y los dos ratoncitos, fueron felices por siempre jamás.

No siempre ser el más grande, el más poderoso o el más fuerte, implica tener el gran valor de enfrentarse a quienes se considera superior e invencible por amor. La grandeza no está en el tamaño y fortaleza físicos, sino en el tamaño de los buenos sentimientos y de la fuerza de voluntad.


martes, 5 de noviembre de 2013

Poema a la Clase Media


 
Clase media,
medio rica,
medio culta.
Entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande.
Desde el medio mira medio mal
a los negritos,
a los ricos,
a los sabios,
a los locos,
a los pobres.
Si escucha a un Hitler,
medio le gusta.
Y si habla un Che,
medio también.
En el medio de la nada
medio duda.Como todo le atrae (a medias)
analiza hasta la mitad
todos los hechos
y (medio confundida) sale a la calle con media cacerola,
entonces, medio llega a importar
a los que mandan (medio en las sombras).
A veces, sólo a veces, se da cuenta (medio tarde)
que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en reina.
Así, medio rabiosa,
se lamenta (a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza a entender
ni medio.
 
(Mario Benedetti).
 


¿Quién Eres Tú? ... De Verdad







Cualquier pensamiento que hayas tenido sobre ti mismo, ya sea humillante o ampuloso, no es quien tú eres, es simplemente un pensamiento. La verdad de quien tú eres no puede ser un pensamiento, porque es la fuente de todos los pensamientos. La verdad de quien tú eres no puede ser nombrada o definida. Palabras como alma, luz, dios, verdad, ser, consciencia, inteligencia universal o divinidad, aunque son capaces de evocar la dicha de la verdad, son extremadamente inadecuadas como descripción de la inmensidad de quien de verdad tú eres. Como quiera que te identifiques a ti mismo: como un niño, un adolescente, una madre, un padre, una persona mayor, una persona sana, una persona enferma, una persona que sufre o una persona iluminada, siempre detrás de todo eso, se encuentra la verdad sobre ti mismo. No es ajeno a ti. Se encuentra tan cerca de ti que no puedes creer que seas tú. La verdad de quien tú eres se encuentra intacta por cualquier concepto de quien eres tú, ya sea ignorante o iluminado, sin ningún valor o espléndido. La verdad sobre quien eres tú se encuentra libre de todo eso. Tú ya eres libre y todo lo que bloquea la comprensión de esa libertad es tu propio apego a algún pensamiento de quien eres. Este pensamiento no evita que seas la verdad de quien tú eres. Tú ya eres eso. Te distancia de la comprensión de quien tú eres.
 
Te invito a que dejes que tu atención se sumerja en lo que siempre ha estado aquí, esperando abiertamente a su propia auto-comprensión. ¿Quién eres tú, de verdad? ¿Eres alguna imagen que aparece en tu mente? ¿Eres alguna sensación que aparece en tu cuerpo? ¿Eres alguna emoción que pasa por tu mente y tu cuerpo? ¿Eres algo que alguien ha dicho que tú eres? o ¿eres el rechazo contra algo que alguien te ha dicho que tú eres? Estos son algunos de los muchos caminos de la identificación errónea. Todas estas definiciones vienen y van, nacen y luego mueren. La verdad de quien tú eres no viene y va. Se encuentra presente antes de nacer, a lo largo de la vida y tras la muerte. Descubrir la verdad de quien eres tú no sólo es posible, es tu derecho de nacimiento. Cualquier pensamiento que tengas de que este descubrimiento no es para ti, que ahora no es el momento, que no te lo mereces, que no estás preparado, que ya sabes quién eres tú, son sólo trucos de la mente. Es el momento de investigar este pensamiento del yo y ver que validez tiene de verdad.
 
En este examen, existe una oportunidad para que la inteligencia consciente que tú eres finalmente se reconozca a sí misma. La pregunta más importante que nuca te podrás hacer es: ¿quién soy yo? en cierto modo, ésta ha sido la pregunta implícita que te has hecho a lo largo de cada fase de tu vida. Cualquier actividad, ya sea individual o colectiva, está motivada en su origen por la búsqueda de auto-definición. Como de costumbre, buscas una respuesta positiva a esta pregunta y huyes de una respuesta negativa. Una vez que esta pregunta se hace explícita, el impulso y el poder de la pregunta dirigen la búsqueda de la respuesta verdadera, que es abierta, viva y llena, con una perspicacia cada vez más profunda. Has experimentado tanto el éxito como el fracaso. Tras una cierta fase, pronto o tarde, te das cuenta de que, quien tú eres, como quiera que eso se defina, no es satisfactorio. A no ser que esta pregunta se responda de verdad, no respondida de manera convencional, aún tendrás hambre de saber. Porque, no importa cómo te hayan definido los demás, con buena o con mala intención, y no importa cómo te hayas definido tú mismo, ninguna definición puede traer una certeza duradera. El momento de reconocer que ninguna respuesta ha satisfecho esta pregunta es decisivo. Con frecuencia es denominado como el momento de maduración espiritual, el momento de madurez espiritual. En este punto, puedes investigar conscientemente quién eres tú de verdad. En su poder y su simplicidad, la pregunta “¿quién soy yo?” lleva a la mente de vuelta a  la raíz de la identificación personal, la suposición básica: yo soy alguien.
 
En lugar de automáticamente tomar esta suposición como la verdad, puedes investigar más profundamente. No es difícil ver que el pensamiento inicial de, “yo soy alguien”, conduce a todo tipo de estrategias: para ser un mejor alguien, un alguien más protegido, un alguien con más placer, más comodidad, más logro. Pero cuando este pensamiento tan básico se cuestiona, la mente encuentra el yo que se supone que se encontraba separado de lo que estaba buscando. A esto se le llama auto-indagación. Esta pregunta tan básica: ¿quién soy yo?, es la que más se pasa por alto. Pasamos la mayoría de nuestros días diciéndonos a nosotros mismo o a los demás que somos alguien importante, alguien sin importancia, alguien grande, alguien pequeño, alguien joven, alguien viejo, sin cuestionar verdaderamente la suposición más básica: ¿Quién eres tú, de verdad? ¿Cómo sabes: eso es quien tú eres? ¿Es esto cierto? ¿De verdad? Cuando vuelves tu atención hacia la pregunta: ¿quién soy yo? quizás veas a una entidad que tiene tu cara y tu cuerpo. Pero ¿quién es consciente de esa entidad? ¿Eres tú el objeto, o eres la consciencia del objeto? el objeto viene y va. El padre, el hijo, el amante, el abandonado, el iluminado, el victorioso, el derrotado. Todas estas identificaciones vienen y van. La consciencia de estas identificaciones siempre está presente. La identificación errónea de ti mismo como un objeto en la consciencia te conduce al placer extremo o al dolor extremo y a ciclos eternos de sufrimiento. Cuando deseas detener la identificación errónea y descubrir directa y completamente que tú eres la propia consciencia y no estas definiciones impermanentes, la búsqueda de ti mismo en el pensamiento finaliza. Cuando la pregunta ¿quién? se sigue de manera inocente, pura, hasta su origen, se produce una comprensión enorme, increíble: ¡no hay ninguna entidad en absoluto! existe sólo el indefinible, ilimitado reconocimiento de ti mismo como inseparable de cualquier otra cosa. Eres libre. Eres completo. Eres infinito. No existe un fondo de ti, ni un límite de ti. Cualquier idea sobre ti mismo aparece en ti y desaparecerá de nuevo en ti. Tú eres conciencia, y conciencia es consciencia. Deja que todas las auto-definiciones mueran en este momento. Deja que se vayan y mira lo que queda. Mira lo que nunca nace y nunca muere. Siente el alivio de la liberación de la carga de definirte a ti mismo. Experimenta la real no-realidad de la carga. Experimenta la alegría que se encuentra aquí. Descansa en la paz sin fin de tu verdadera naturaleza antes de que aparezca ningún pensamiento de yo.
 
Traducción: Eduardo Zarzosa (Colaborador del blog)
Extraido de: "El Diamante en tu Bolsillo. Descubre tu Verdadero Resplandor" (Garganji)