domingo, 12 de agosto de 2012

¿Y tú qué Sabes? Dentro de la Madriguera


"¿Y tú qué sabes?" ("What the bleep do we know?") es un documental estrenado en febrero del año 2004 que combina entrevistas, animación por ordenador y una trama de ficción que nos sugiere que la consciencia puede modificar la realidad material y, a partir de ahí, nos aportan unas nociones generales de física cuántica.

Después del éxito cosechado por y tras una gira interminable de conferencias y proyecciones de la película, siempre acompañadas de coloquios maratonianos, los directores de la película se dieron cuenta de que la gente, básicamente, quería más y en 2006 filmaron la versión extendida de 2 horas y media de duración, "¿Y tú qué sabes? Dentro de la madriguera" ("What the bleep? Down the rabbit hole"), en la que sus creadores incluyeron todos los temas que querían aportar desde el principio: 20 minutos de una nueva animación, nuevas entrevistas y nuevos conceptos para añadir más leña al fuego de la física cuántica y sus posibilidades. Si en la primera parte se planteaban las preguntas, con la segunda llegó el momento de darles respuesta.

El film aborda principios de la física cuántica, así como problemas existenciales, argumentando que la física cuántica introduce fenómenos sorprendentes relacionados con la diversidad de los resultados, más precisamente explicados por el Principio de Incertidumbre de Heisenberg, así como principios generales de psicología, psiquiatría y química.

Una de las ideas del documental es cómo la actividad de la consciencia puede incidir en la realidad física y para ello se acompaña de la historia ficticia de Amanda (Marlee Matlin), una fotógrafa sorda que atraviesa diversas dificultades en su vida cotidiana y cómo, a lo largo de la historia, modifica su predisposición psicológica frente al medio que la rodea.

A pesar de las numerosas opiniones vertidas por diferentes científicos en las entrevistas que presenta la película, tras su difusión ha recibido fuertes críticas de la comunidad científica internacional, afirmando que varios principios de la física cuántica se han malinterpretado en el film. Por su parte, la sociedad americana de químicos declara que es una particular teoría acientífica que califica de "pseudociencia", menciona que entre sus "afirmaciones  más desorientadoras" se encuentran aquellas que presuponen que "las personas pueden viajar por el tiempo en sentido contrario" y que "la materia está hecha de pensamientos" y acaba por incluirla dentro de la corriente New Age llamada "Misticismo Cuántico", en la que se afirma que la materia ocupa un lugar determinado en función del deseo del observador. Estas críticas subrayan que la física cuántica expone la imposibilidad de determinar ciertos sucesos basándose en cálculos, pero eso no implica que el trabajo de buscar el conocimiento científico mediante la razón deba ser abandonado. Aquellos que critican la película afirman que ésta tergiversa teorías populares del universo científico y presenta investigaciones que carecen de base científica, como la de Masaru Emoto sobre la sensibilidad del agua.

Otra de las críticas recibidas se debe a que la película fue dirigida por tres integrantes de la Escuela Ramtha de la Iluminación (Ramtha's School of Enlightenment) -al parecer, calificada de secta-  y cuenta con la intervención de Judith Darleen Hampton, en ocasiones llamada Ramtha, presidenta ejecutiva de dicha escuela con sede en Yelm, Washington.




Personajes entrevistados en la película
Amit Goswami
Uno de los pensadores pioneros en ciencia y espiritualidad, se doctoró en Física Teórica Nuclear por la Universidad de Calcuta. Profesor de física cuántica en el Instituto de Ciencia Teórica de la Universidad de Oregon durante más de 30 años e investigador residente en el Instituto de Ciencias Noéticas, además de autor de numerosos libros, se encuentra actualmente retirado y vive con su esposa, Uma Krishnamurthy, entre San Rafael, California, y Bangalore, India.

Amit Goswami ha sido pionero en la utilización del modelo cuántico para apoyar el cambio de paradigma, dejando atrás la visión del mundo materialista y proponiendo un nuevo enfoque basado en la conciencia. Es conocido también por su modelo de integración de la ciencia y la espiritualidad, por su teoría de la supervivencia después de la muerte basada en la reencarnación y por impulsar la integración creativa de la medicina convencional y la alternativa. Es un revolucionario en el creciente grupo de científicos "renegados" que en los últimos años se han aventurado en el mundo espiritual, en un intento, tanto de interpretar los resultados aparentemente inexplicables de sus experimentos, como de validar sus intuiciones acerca de la existencia de una dimensión espiritual de la vida. Sus teorías alcanzaron el gran público gracias a su participación en esta película.

Autor del libro "The Self-Aware Universe: How Consciousness Creates the Material World" ("El Universo Consciente: Cómo la Conciencia Crea el Mundo Material"), aperece en la revista "What is Enlightenment?" ("¿Qué es la iluminación?").

John Hagelin
El Dr. John Hagelin es un físico cuántico de renombre mundial, educador, experto en política pública y un destacado defensor de la paz. Destaca por ser el primero en aplicar el conocimiento científico más avanzado del Campo Unificado para el beneficio práctico de la humanidad.

El Dr. Hagelin recibió su licenciatura Summa Cum Laude en la Universidad de Dartmouth y su master y doctorado en la Universidad de Harvard. Es autor de investigaciones pioneras en el CERN (Centro Europeo de Investigación Nuclear) y en el SLAC (Stanford Linear Accelerator Center). Su contribución científica en los campos de la unificación electro débil, gran unificación, súper simetría y cosmología incluyen algunas de las referencias más citadas en las ciencias físicas. También es responsable del desarrollo de la exitosa Teoría del Campo de la Gran Unificación basada en la Supercuerda. El Dr. Hagelin está por tanto en la cumbre de los logros entre la élite de físicos que han dado plenitud al sueño de Einstein de "una teoría de todo" por sus formulaciones matemáticas del Campo Unificado, el conocimiento científico más avanzado de nuestra época.

Además, el Dr. Hagelin ha sido el primer científico en aplicar este conocimiento avanzado para el beneficio práctico de la humanidad. Ha sido pionero en la utilización de las tecnologías basadas en el Campo Unificado que han demostrado reducir la delincuencia, la violencia, el terrorismo y la guerra, y promover la paz en toda la sociedad; tecnologías restablecidas por Maharishi Mahesh Yogi de la antigua Ciencia Védica de la Consciencia.

Ha publicado investigación vanguardista que ha abierto horizontes estableciendo la existencia de los "efectos de campo" de largo alcance de la consciencia generados por la meditación colectiva y ha mostrado que grandes grupos de meditadores pueden reducir eficazmente el estrés social agudo y por tanto, prevenir la violencia y los conflictos sociales y proporcionar unos cimientos prácticos para la paz mundial permanente.

En el último cuarto de siglo, el Dr. Hagelin ha efectuado una investigación internacional en la naturaleza y el origen de la consciencia, incluyendo estados superiores de la consciencia humana. En su libro, "Manual para un Gobierno Perfecto", el Dr. Hagelin muestra como, por medio de programas educativos que desarrollan la consciencia humana, y por medio de políticas y programas que utilizan con eficacia las leyes de la naturaleza, es posible resolver y prevenir problemas sociales agudos y aumentar en gran medida los logros gubernamentales.

En reconocimiento por sus notables logros, al Dr. Hagelin se le concedió el prestigioso Premio Kilby, que reconoce a los científicos que han hecho "grandes contribuciones a la sociedad por su investigación aplicada en el campo de la ciencia y la tecnología". El Dr. Hagelin es reconocido como "un científico en la tradición de Einstein, Jeans, Bohr y Eddington".

Stuart Hameroff
Stuart Hameroff  nació en 1947 en Buffalo, Nueva York. Es anestesista, profesor y director asociado del "Center for Consciousness Studies" ("Centro de Estudios sobre la Consciencia") de la Universidad de Arizona, conocido por promover el estudio científico de la conciencia y sus especulaciones sobre la teoría de los mecanismos que la gobiernan.

Hameroff recibió la graduación BS por la Universidad de Pittsburgh y su graduación como Doctor en medicina proviene del Hospital Universitario Hahnemann (actualmente integrado en el Colegio Universitario de Medicina Drexel). Se trasladó al Centro Médico de Tucson en 1973. A partir de 1975se graduó en la Universidad de Arizona y comenzando a desarrollar su labor como profesor en el departamento de anestesiología y psicología y como director asociado en el Centro de Estudios de la Conciencia en 1999, finalizando como profesor emérito en anestesiología y psicología en 2003.

En el comienzo de su carrera, mientras estaba en Hahneman, los trabajos de investigación relacionados con el cáncer, dieron lugar a que su interés cambiase al papel que juegan los microtúbulos en la división celular y a especular sobre cómo podrían ser simulados dentro del mundo de la computación. También le sugirieron que parte de la solución del problema de conciencia podría consistir en la comprensión de las operaciones de microtúbulos en las células del cerebro, operaciones en los niveles moleculares y supramoleculares.

Las operaciones microtubulares son extraordinariamente complejas y su papel en las operaciones celulares es omnipresente, considerando también aspectos como la velocidad a través de la cual se mueve la información en el cerebro, que brinda un acercamiento al efecto de superposición de la física cuántica, efecto que ocurre cuando un objeto "posee simultáneamente" dos o más valores de una cantidad; estos hechos dieron lugar a la especulación de que los procesos que permiten emerger a la conciencia, de alguna manera podrían estar ocurriendo allí. Estas ideas son discutidas en el primer libro de Hameroff "Ultimate Computing". En esencia, este libro aborda las posibilidades de procesamiento de la información en el tejido biológico y sobre todo en microtúbulos y otras partes del citoesqueleto. Hameroff sostiene que los componentes del citoesqueleto podrían ser las unidades básicas de procesamiento en lugar de las neuronas. El libro se centra fundamentalmente en el procesamiento de la información, siendo la conciencia un elemento secundario que emerge de esta etapa.

Hameroff inició el contacto con Roger Penrose, cuando leyó su libro sobre la consciencia La Nueva Mente del Emperador" ("The Emperor's New Mind"), compartiendo el conocimiento adquirido por sus años como anestesiólogo, Hameroff expuso cómo interactuaba la anestesia y cómo era posible que la conciencia tomase forma en ese estado, pudiendo aislar objetivos específicos mediante mediciones relacionadas con los microtúbulos neuronales. Los dos se reunieron en 1992 y Hameroff sugirió que los microtúbulos son buenos candidatos como mecanismos cuánticos en el cerebro. Penrose se interesó por la matemática características del entramado en malla que forman los microtúbulos y durante los dos años siguientes ambos colaboraron en la formulación del modelo de conciencia denominado como la Reducción del Objetivo Orquestado (Orch-OR). Como consecuencia de esta colaboración, Penrose publicó su segundo libro sobre la consciencia, "Sombras de la Mente"("Shadows of the Mind").

Judith Darlene Hampton
Judy Zebra Knight (nacida como Judith Darlene Hampton el 16 de marzo de 1946, en Roswell, Nuevo Mexico) es una maestra espiritual mística. Directora ejecutiva de JZK, Inc., compañía colaboradora de la Escuela de la Iluminación de Ramtha (Ramtha's School of Enlightenment).

Knight asevera que el 7 de febrero de 1977 un espíritu al que ella llama Ramtha, El Iluminado, se apareció ante ella y su esposo en la cocina de su casa móvil en Tacoma, Washington y afirma que, desde entonces, ha sido capaz de comunicarse con Ramtha,  a través de viajes astrales en los que ha adquirido su enseñanza.

Knight apareció en "The Merv Griffin Show" en 1985 y después escribió su autobiografía, "Un Estado de la Mente" ("A State of Mind"), en 1987. Al mismo tiempo, la revista Time la calificó como "probablemente la más celebrada de todos los canalizadores actuales".

La Escuela de la Iluminación de Ramtha dice que desde 1988, a través de la Fundación de Humanidades de JZK, Knight ha donado 1.181.068 de dólares a 200 graduados de preparatoria "que seguirían sus propósitos de educación".

Knight vive ahora en una mansión estilo francés ("chateau") próxima a Yelm en el estado de Washington, donde enseña cursos nacional e internacionalmente y lleva la dirección de la Escuela de la Iluminación de Ramtha.

J.Z. Knight se ha estado involucrada en diferentes problemas judiciales, como el de su divorcio de Jeff Knight, quien alegó haber perdido años de su vida al posponer modernos tratamientos de medicina para su infección de VIH, debido al aviso de su esposa de que Ramtha podía curarlo; falleció antes de poder apelar contra la decisión judicial contra él. En Austria, denunció a una mujer berlinesa que también se atribuía ser la canalizadora de Ramhta; la Corte Suprema austriaca decidió que J.Z. Knight era la única persona con licencia y derechos de autor del nombre Ramtha, y sus enseñanzas incluidas. En otra ocasión, se debió a la difusión de material conteniendo el Ramtha bajo derechos de autor.

David Albert
David Albert es profesor  de Filosofía y director del Programa de Maestría en los Fundamentos Filosóficos de Ffísica en la Universidad de Columbia, Nueva York. Recibió el doctorado en Física por  la Universidad de Columbia en 1976 y su doctorado en Física Teórica por la Universidad Rockefeller en 1981 con el profesor Nicola Khuri.

Según un artículo científico, David Albert quedó "exasperado con el resultado final" de sus palabras en este documental, puesto que los productores le realizaron una entrevista sobre física cuántica sin conexión alguna con la consciencia humana y la espiritualidad, pero finalmente fue editada a favor de la tesis expuesta en la película de tal forma que no reflejó su punto de vista real, por lo que Albert sintió que manipularon su visión.

Joe Dispenza
El neurocientífico, quiropráctico, conferenciante y autor Joe Dispenza estudió bioquímica en la Universidad de Rutgers en New Brunswick, NJ. También es licenciado en Neurociencias. El Dr. Dispenza también recibió su título de Doctor en Quiropráctica en la Life University en Atlanta, Georgia, donde se graduó Magna Cum Laude.

Su formación continua y de postgrado la ha desarrollado en neurología, neurociencia,  función cerebral y química, biología celular, formación de la memoria y el envejecimiento y la longevidad. Figura en el "Quién es Quién" en los Estados Unidos. Es miembro honorario de la Junta Nacional de Examinadores de Quiropráctica.
Durante la última década, el Dr. Dispenza ha dado conferencias en 24 países de seis continentes formando a la gente sobre el papel y la función del cerebro humano. Ha enseñado a miles de personas la forma de re-programar su pensamiento a través funciones fisiológicas y neuro-principios científicamente comprobados. Como resultado de ello, esta información ha enseñado a muchas personas a alcanzar sus metas y visiones mediante la eliminación de hábitos autodestructivos. Su enfoque se enseña en un método muy sencillo, crea un puente entre el verdadero potencial humano y las últimas teorías científicas de la neuroplasticidad. Explica cómo pensar de manera diferente y sobre el cambio de creencias, por decirlo de un modo coloquial "recoloca el cerebro". La premisa de su trabajo se basa en su convicción total de que cada persona en este planeta tiene en su interior el potencial latente de grandeza y capacidades ilimitadas verdaderos.

Como autor de varios artículos científicos sobre la estrecha relación entre el cerebro y el cuerpo, el Dr. Dispenza vincula la información en conjunto para explicar las funciones que estos desempeñan funciones en la salud física y la enfermedad.

En su investigación sobre las remisiones espontáneas, el Dr. Dispenza ha encontrado similitudes en personas que han experimentado las llamadas curaciones milagrosas, que demuestran que al cambiar la manera de pensar, también mejora el estado de salud. Una vez que la gente entiende cómo funciona el cerebro, el cambio le resulta más fácil.

El Dr. Joe desmitifica el entendimiento antiguo y llena el vacío entre la ciencia y la espiritualidad. Cuando no está viajando y escribiendo, el Dr. Dispenza está ocupado viendo pacientes en su clínica de quiropráctica cerca de Olympia, Washington.

Ficha técnica de la película
Título Original
What the bleep? Down the rabbit hole

Año
2006

Duración
148 min.

País
Estados Unidos

Género
Documental

Dirección
William Arntz
Betsy Chasse
Mark Vicente

Guion
William Arntz
Betsy Chasse
Matthew Hoffman

Música
Christopher Franke

Fotografía
Mark Vicente

Reparto
Marlee Matlin
Elaine Hendrix
Robert Bailey Jr.
John Ross Bowie
Armin Shimerman
Barry Newman

Vestuario
Ron Leamon

Productora
Lord of the Wind Films

Distribuidora
Captured Light Distribution

Película completa
A continuación, puedes visualizar la película completa y sacar tus propias conclusiones.


FUENTES:
¿Y tú qué sabes? Dentro de la Madriguera
¿Y tú qué sabes? Versión extendida
Acerca del Dr. Hagelin
Stuart Hameroff
Judy Zebra Knight
David Albert... Entrevista
David Albert, el científico estafado en "What the bleep do we know?"
Sobre el Dr. Joe Dispenza


sábado, 11 de agosto de 2012

Una Brizna de Hierba de Walt Whitman



Para mí, una brizna de hierba 
no vale menos que la

tarea diurna de las estrellas,

e igualmente perfecta es la hormiga, 
como un grano de arena 
y el huevo del jilguero;

y la rana arbórea es una obra maestra, 
digna de egregias personas,

y la mora pudiera adornar los aposentos del cielo,

y en mi mano la articulación más menuda se ríe

de todas las máquinas,

y la vaca, rumiando con inclinada testuz, 
es más bella que cualquier escultura;

y un ratón es un milagro capaz
de asombrar a millones de infieles.
(Walt Whitman)


Amarse a sí Mismo

Amarse a sí mismo es el comienzo
de una aventura que dura toda la vida.
(Oscar Wilde)

En una charla que el psicólogo Walter Riso dio en el Club Faro, la periodista María García de Televigo,  en Vigo, charlo con él sobre cómo amarnos a nosotros mismos sin ser egoístas ni ególatras y en ella expuso puntos tan interesantes como el siguiente:

"Nunca se nos ha dicho ámate, sino ama a tu prójimo como a ti mismo. La sociedad donde vivimos nos ha enseñado a predicar el amor hacia los demás y condena el amor propio, olvidando que el requisito para querer a otra persona es querernos nosotros primero. Y amarse a sí mismo es poner un muro a enfermedades, un dique de contención contra el sufrimiento mental ".


También reivindicó la autoestima, pero no una que implique falta de humildad. "Al contrario –señaló–, a más autoestima, más humildad. Nada tiene que ver, por supuesto, con el narcisismo porque éste es precisamente la presencia de los tres egos que no debemos tener: la egolatría, el egocentrismo y el egoísmo".


Riso, que publicó "Enamórate de ti", tiene una tesis central: quererse a sí mismo es quizás el hecho más importante que garantiza nuestra supervivencia en un mundo complejo y cada vez más difícil de sobrellevar. "Curiosamente, –sostiene– nuestra cultura y educación se orientan a sancionar el quererse demasiado". Y el psicólogo hace una sugerencia central: que todos reforcemos nuestra propia estima porque "el amor a uno mismo es un dique de contención contra el sufrimiento mental".

Matiza que "promulgamos el amor al prójimo, repudiamos la agresión y el maltrato a otros, pero incluso está bien visto que regateemos, economicemos y midamos las autoexpresiones de afecto. ¿Por qué ser miserables con nosotros mismos? Si nos amamos sin trabas, seremos capaces de amar y valorar a las personas y cosas bellas que nos rodean".

La edad de los 60

Según una encuesta citada por Riso y realizada en 36 países, el 30 % de la población afirma no tener una buena autoestima, pero un 50 % cree que podría ser mejor. "La edad en que mayor es la autoestima –afirmó– gira alrededor de los 60 años según este estudio, quizás porque a esa edad ocurre ese estado del "me importa un rábano".

Riso basó en cuatro pilares la configuración de la autoestima y dio una explicación de cada una entre incontables anécdotas con las que nutrió la conferencia: el autoconcepto (qué piensas de ti mismo), la autoimagen (qué opinión tienes de tu aspecto), el autorrefuerzo (en qué medida te premias y te gratificas) y la autoeficacia (cuánta confianza tienes en ti mismo). "La autoeficacia –dijo– es la capacidad de tener confianza en uno mismo, de sentirse capaz de llevar a cabo nuestra meta. En las situaciones límites los que sobreviven son los que persisten y persisten mejor quienes confían en sí mismos".

También afirmó que "bien estructurados, serán los cuatro soportes de un yo sólido y saludable; si fallas en alguno de ellos, tu autoestima se mostrará coja e inestable. Y yo diría que hay un principio fundamental: merezco todo aquello que me haga crecer como persona y ser feliz, sin que haga mal a los demás".

Durante nuestra infancia nos enseñan una serie de conductas de cuidado de nuestro cuerpo, sin embargo, perdemos de vista los aspectos psicológicos. Y lo cierto es que la construcción del autoestima "es un aprendizaje como cualquier otro. Es importante enseñar a un niño a que no se autocastigue". Prestar atención a la educación emocional de un niño, mejorará según este experto las posibilidades de un crecimiento mental sano.

"La gente que tiene una buena autoestima es la mejor superviviente ante una situación de crisis, porque las personas que se quieren a sí mismas desarrollan mejores estrategias para afrontarla", remacha Riso. "Por el contrario, muchas veces nos regodeamos en el dolor. La cultura nos ha enseñado a llevar un garrote invisible, pero doloroso, con el que nos golpeamos cada vez que equivocamos el rumbo o no alcanzamos las metas personales".

"Amarse a uno mismo es la capacidad genuina de reconocer, sin vergüenza ni temor, las fortalezas y virtudes que poseemos, integrarlas al desarrollo de nuestra vida y volcarlas en los demás de manera efectiva y compasiva", explica.

"¿Cuántos Brad Pitt y Jolies veis por las calles?"


¿Cómo enfrentarse a un mundo en el que la imagen tiene una enorme importancia si nuestro físico no encaja en los patrones estereotipados? Según Riso, "hay que inventar códigos estéticos propios". Debemos tratar de ser menos críticos con nuestro físico, valorarnos en conjunto y dejar de ser "hiperobservadores". El autor preguntó, riendo, al público: "¿cuántos Brad Pitt y Angelina Jolie veis por la calle? ¿Cuántos hay aquí entre nosotros?". Y respondió: "la mayoría somos normales". Hay que saber valorar a las personas más allá del físico. "Hay que aprender a llevar el cuerpo –dijo– , somos un poco más que piel y huesos: humor, simpatía, arrojo... Caer en la obsesión por el aspecto pude conllevar graves problemas psicológicos".

Los Autoesquemas

En resumen, lo que dice Riso es que lo que piensas y sientes acerca de ti mismo es aprendido y almacenado en forma de teorías llamadas "autoesquemas". Hay autoesquemas positivos y negativos. Los primeros te llevarán a estimarte, los segundos a odiarte. "Nadie contempla y cuida a una persona que odia. De manera similar, si la visión que tienes de ti es negativa, no te expresarás afecto, pues no creerás merecerlo. Si tu autoesquema es positivo y no lo alimentas, se desvanecerá. Algunas personas, en lugar de felicitarse, disimulan su alegría con un parco y flemático: "No es nada" o "era mi deber"...".

Riso, apoyado en estudios de psicología experimental, afirma que la visión que se tiene de uno mismo es un factor determinante para generar vulnerabilidad o inmunidad a una serie de trastornos psicológicos.

FUENTE:
Walter Riso: "Amarse a sí mismo es poner un dique de contención al sufrimiento"




En ocasiones, nuestra autoestima, nuestro amor propio, pasa por baches que nos hacen sentir un poco inseguros. Igual que hay veces en las que las relaciones interpersonales no marchan a las mil maravillas y la soledad no deseada hace su presencia y nos causa pesadumbre. Para esos momentos, he preparado este video, con la intención de sacarles el mejor provecho, intentar desdramatizarlos y tratar de reírnos sanamente un poquito de nosotros mismos. Porque, con buen sentido del humor, incluso con un cierto toque de ironía, los males son menores y podemos llevarlos con el espíritu más alto. Así entiendo esta canción de Ismael Serrano de su disco "La Memoria de los Peces".

AnA Molina (Administrador del blog)

 



martes, 7 de agosto de 2012

Hasta Siempre, Chavela

"Las Mujeres con pasado y los hombres con futuro son las personas más interesantes".

(Chavela Vargas)




Descanse en paz Chavela Vargas,
una gran mujer que puso la poesía en su canción.


domingo, 5 de agosto de 2012

La Emocionalidad Aumenta Nuestra Inteligencia




Kathinka Evers, experta en neuroética, lleva las cejas pintadas a lo Groucho Marx, lo que da a su mirada una profundidad inusual mientras me habla, muy despacio, de bioética. Para esta investigadora el cerebro es dinámico y variable y su arquitectura está sujeta al impacto social. Otros, como Gazzaniga, padre de la neurociencia cognitiva, afirman que nuestro cerebro se rige por leyes físicas y que son estas las que dominan nuestra conducta. Evers ha sido investigadora en Oxford y en el departamento de Filosofía y Derechos Humanos de la Universidad de Essex. Tiene varios libros publicados. En Neuroética, cuando la materia se despierta (Kats) habla sobre cerebro y moralidad, y sobre eso ha dado una conferencia en el CCCB.

¿El cerebro es moral?
Si hablamos de un cerebro adulto y sano, sí.

La moral se aprende
Casi todo el cerebro es aprendido. Los humanos, a diferencia del resto de los mamíferos, nacemos con un cerebro no acabado y utilizamos gran parte de nuestra vida para desarrollarlo.

Unos más y otros menos
El hombre de neandertal utilizaba más de la mitad de su vida para desarrollar su cerebro. La evolución ha favorecido el dominio de un animal cuyo cerebro responde al aprendizaje. La educación influye en el cerebro, y este descubrimiento ha sido crucial.

¿Qué más sabemos?
Que las distintas capacidades utilizan distintas zonas del cerebro; las capacidades morales se desarrollan sobre todo en el lóbulo frontal, y este se desarrolla con la edad.

¿Cuando nacemos, el lóbulo frontal está en pañales?
Sí, y eso significa que los niños y adolescentes no tienen capacidad para entender algún tipo de pensamiento moral y nociones de riesgo. Por tanto, en la educación debemos tener en cuenta su nivel de desarrollo.

Y procurar no dañar esa zona
Cierto, porque la persona que a raíz de un accidente tiene dañado el lóbulo frontal puede convertirse en moralmente incapaz: no es que no quiera, sino que no puede: biológicamente, ha perdido la base del comportamiento moral.

¿La sociedad es el resultado del tipo de cerebro que tenemos o viceversa?
Las sociedades están creadas por cerebros, pero a la vez el tipo de cerebro que tenemos es el resultado de nuestra sociedad. Hay una gran cantidad de influencias que van en contra de la arquitectura cerebral, y ese es un descubrimiento reciente muy importante y que tendrá un gran impacto en la sociedad y los seres humanos del futuro.

¿Cómo influye la ilusión en la construcción del cerebro?
Las ilusiones existenciales son necesarias. Por ejemplo, no queremos ver el sufrimiento que nos rodea, ser plenamente consciente de él lastraría en exceso nuestra vida.

¿Nuestro cerebro necesita la trascendencia?
Sí, somos animales dominados por el miedo, queremos trascender y eso es una ilusión, porque somos seres biológicos pero seguimos disociándonos de la naturaleza.

¿Es cultural o cerebral?
Es el resultado de ambas. La neuroteología dice que hay diferencias en el cerebro entre las personas religiosas y no religiosas.

Somos menos lógicos de lo que creemos
Y perdemos la lógica con la edad. Los niños son más lógicos que los adultos, por eso debería estudiarse lógica en la infancia. Dígame: si creamos un robot extremadamente sofisticado, ¿se convertirá en una persona?

Según Philip K. Dick, autor de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, no
Exacto. Durante el siglo XX se ha analizado al ser humano como un robot intelectual. Hoy sabemos que la emocionalidad aumenta nuestra inteligencia y nuestra capacidad para comportarnos de manera compleja.

No podía ser sólo cosa de niñas
Los androides de Dick no podían prever las acciones humanas porque no tenían emociones para entender cómo nos comportamos. Pero si conseguimos que las aprendan, tendrán autoconciencia.

¿Los otros animales también tienen emociones?
No se dónde está el límite, supongo que es un tema de complejidad del sistema nervioso. Pero yo no como mamíferos porque tienen inteligencia y emociones.

¿Por qué el 99% de nuestra comunicación es inconsciente?
Tiene que ser así porque la conciencia es algo muy lento y no sobreviviríamos. De hecho, comunicamos menos de lo que creemos. La mayoría de las veces nos comunicamos únicamente con nosotros mismos.

¿Y los otros?
Cada cual interpreta las cosas de manera distinta, por eso es ridículo intentar identificar comportamientos de grandes grupos; decir por ejemplo "los hombres son así o las mujeres asá" no es correcto, las diferencias individuales son mayores que las de sexo.

¿Cómo se aplica la neuroética a temas concretos como el coma?
Hay estudios recientes sobre las funciones cerebrales realizados con personas que están en coma o en estado vegetativo. En algunos casos se ha visto que tienen capacidad de pensamiento, de comunicación y de autoconciencia, y esto nos pone frente a cuestiones éticas muy difíciles.

Pin van Lommel, cardiólogo, nos contó que muchas personas, al despertar de un coma, recuerdan lo acontecido.
Es cierto. En Suecia se dio el caso de una persona que dijo al despertar: "Me poníais una música horrible". En Bélgica, Steven Laureys ha intentado establecer comunicación con personas en coma utilizando la neurotecnología, midiendo la actividad cerebral que se genera en cada pensamiento.

¿Pueden preguntarles cosas?
Sí. Los resultados son muy interesantes porque se puede establecer comunicación sin hablar y sin comportamiento externo. Las mismas investigaciones realizadas con personas sanas demuestran que podemos llegar a leer la mente, aunque los resultados hasta ahora son limitados.

FUENTE:


¿Contra Quién Luchamos?



Un viejo anacoreta se quejaba muchas veces sobre cuánto tenía que hacer. La gente le preguntó cómo era posible que en la soledad tuviera con tanto trabajo. El ermitaño respondió:

"Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león".

"No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Dónde están todos estos animales?" Volvieron a preguntarle. Entonces el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron, porque estos animales los tenemos todos:

"Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo que domarlos para que sólo se lancen sobre una presa buena. Son mis ojos.

Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo que entrenarlas para que sólo se pongan al servicio y ayuden sin herir. Son mis dos manos.

Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosas difíciles. Tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta. Son mis dos pies.

Lo más difícil es vigilar la serpiente aunque se encuentra encerrada en una jaula de treinta y dos varillas. Siempre está lista por morder y envenenar a los que la rodean apenas se abre la jaula, si no la vigilo de cerca, hace daño. Es mi lengua.

El burro es muy obstinado, no quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día. Es mi cuerpo.

Finalmente necesito domar al león. Quiere ser el rey, quiere ser  siempre el primero, es vanidoso y orgulloso. Es mi corazón."

(Autor Desconocido)


jueves, 2 de agosto de 2012

Jabón, Sal y un Poco de Gasolina por Matar un Elefante




Los traficantes internacionales de marfil hacen un gran negocio con los colmillos de los elefantes y ni tan siquiera se exponen al peligro cuando los matan. Les pagan a los pigmeos jabón, sal y un poco de gasolina por hacerlo. La ONU lucha por evitarlo.


"Siempre me han fascinado los animales salvajes locales, pero antes me había sentido impotente para protegerlos".

Ahora, el Dr. Joseph Okouji no tiene nada de impotente. Libra una peligrosa batalla contra una red criminal de cazadores furtivos para proteger los animales que le han apasionado toda su vida.

Como responsable de la Vigilancia del Parque Nacional Ivindo de Gabón, un área de más de 3.100 kilómetros cuadrados de denso bosque tropical, Joseph lucha por salvar elefantes del bosque en extremo peligro de extinción. Sus valiosos colmillos de marfil les cuestan la vida porque esas defensas son más grandes, en proporción a su peso, que la mayoría de las otras especies africanas.

"Esta región es famosa porque existe lo que se conoce como “los grandes portadores”. ¡Elefantes cuyos colmillos tocan el suelo!".

Tom de Meulenaer es el Coordinador del Programa de Naciones Unidas que sigue de cerca la matanza ilegal de elefantes.

"El furtivismo está devastando los bosques del África Central. De ahí viene la mayoría del marfil, el marfil ilegal".

Los colmillos salen de Gabón a través de una vasta red internacional de contrabandistas. Destinado en gran parte a Asia, el marfil se utiliza en productos decorativos y de otra índole. Con el aumento del comercio ilegal de productos de marfil a niveles sin precedentes en 2011, se teme que hasta 12.000 elefantes africanos puedan ser sacrificados cada año para obtener sus colmillos.

"Estamos perdiendo la batalla de los elefantes en África Central".

Joseph reconoce que muchos cazadores furtivos se dedican a eso simplemente para sobrevivir. Cree que una de las razones principales que contribuyen a la oferta de colmillos en Gabón es la miseria. Por ejemplo, los pigmeos pobres de la región, renombrados por su habilidad como cazadores, son especialmente vulnerables a la explotación de los traficantes.

"No tienen trabajo ni cualificación profesional, pero sí necesidades como todos los demás. Así que el elefante, por el valor de su marfil, es una tentación enorme".

"¿Tienes otros medios de ganarte la vida además de matar elefantes?".

"Pues…" (Se desvanece sonido).

Cuando llegamos a la oficina de Joseph en el pueblo Afan, un pigmeo Baka de la zona, acababa de ser detenido junto con otro sujeto,. Joseph le pregunta por qué mató al elefante.

"Porque me daban un poco de jabón, sal y gasolina, que no tengo . Por eso lo maté".


Afan recibió en pago el equivalente a 40 dólares, una fortuna para él, una miseria para las ganancias del intermediario que, vende los colmillos a los traficantes por 25 veces esa cantidad.

Ahora, Afan afronta una multa muy por encima de sus posibilidades, y una sentencia de 3 a 6 meses de prisión.

Aunque se han aumentado los esfuerzos para frenar la caza ilegal en todo el país, Joseph dice que es importante no sólo acabar con la oferta, sino también con la demanda internacional de marfil.

"Creo que para que la justicia sea severa debe aplicarse a la gente que compre el marfil para colocarlo en el mercado internacional, en lugar de a estas gentes jóvenes que sólo buscan un medio de alimentar a sus familias".

"Se necesita hacer mucho para que la conservación se convierta en una realidad. La comunidad internacional debería apoyar a un país como Gabón, que realmente está tratando de resolver este problema".



FUENTE:
Este reportaje fue producido por Gill Fickling para las Naciones Unidas.


Ponle Corazón a "La magia de la solidaridad"

Spot Publicitario  ganador del Festival de  Piblicidad de Cannes Lions 2005, de "Ponle Corazón",  Perú.
Realmente es conmovedor. Te invito a que lo presencies y luego reflexiones un poquito sobre él. Es un mensje aminoso, solitadario y afectuoso que transmite sentimiento.

¡A ver cómo te quedas y sientes después de verlo!


A mí, personalmente, se me quedó el corazón en un puño...




miércoles, 1 de agosto de 2012

La Mala Educación


"Educad a los niños y no será
necesario castigar a los hombres."
(Pitágoras)










Aunque el título del artículo coincida con el de la película de Almodóvar, no voy a referirme a ella; tampoco al grado de formación que reciben los niños y jóvenes en nuestras escuelas y universidades, ni tampoco voy a dar lecciones de paternidad. Simplemente pretendo poner de manifiesto una serie de detalles cotidianos que denotan precisamente eso: la mala educación de las personas que se cruzan en nuestro camino de una u otra manera.

Esto no es un reclamo de caballerosidad o cortesía hacia las mujeres. No hablo en defensa de una diferencia entre sexos que, admitiendo pertenecer al mal denominado "sexo débil", no acepto tal diferencia, ni apelativo. No es un alegato sobre el uso de comportamientos trasnochados, cursis y decimonónicos. Sólo pretendo instar al mantenimiento del derecho al respeto y del civismo en nuestra sociedad, sin distinción de género, o cualquier tipo de condición, antes de terminar por convertirse en algo decadente.

Cuando vamos al volante e indicamos con el intermitente nuestra intención de cambiar de carril no falta el conductor que yendo tras nosotros aprovecha para incorporarse brusca y repentinamente, quedándonos retenidos mientras él continúa su marcha tan ricamente. Como los que parecen estar jugando con nosotros al "pilla-pilla" cuando aceleran si intuyen nuestra intención de adelantarles y frenan cuando desistimos, para volver a repetir la jugada tantas veces como intentemos rebasarles. También están aquellos que aprovechan para acelerar y pegarse al coche delantero con la intención de impedirnos el acceso al carril que ocupan como si tuvieran un título de propiedad que les otorgase el derecho a vedar el paso al resto de vehículos.

Parados en un semáforo en rojo aparece el "prisillas" de turno que, simultáneamente a encenderse la luz verde, sin conceder siquiera un instante para poner la primera marcha, les asalta su impaciencia y empiezan a presionar la bocina y gesticular con las manos, para indicar que el "lentorro" se dé "brillito" para acelerar.

Al entrar en un ascensor aparece alguien que se abre paso entre los demás para entrar el primero, como si por ello se fuera a teletransportar "ipso facto" a su planta. Si nos encontramos "aplastados" al fondo y tenemos que salir, casi hay que suplicar que nos cedan el paso hacia la salida y no suele faltar aquel que nos mira mal encarado por la grandísima molestia que le ocasiona apartarse para dejar salir. Finalmente, cuando logramos aproximarnos a la salida, otra persona, desde el exterior, vuelve a obstaculizarnos la salida, para entrar avasallando a quien se cruce en su camino sin recordar el apartado del "manual de buenos modales" que dice "Antes de entrar dejen salir" y tenemos que esquivarle como si estuviésemos defendiendo el balón en un partido de fútbol.

Tal vez recibí una mala educación, pero de chiquitita mis padres me enseñaron a dar los "Buenos días" al llegar a un lugar, y a decir "Adiós" al abandonarlo. Sin embargo, es frecuente encontrarme en mi trabajo con clones de Mudito -el enanito de Blancanieves que no podía hablar- o pareciese que les fuera la vida en ofrecer un cordial saludo que no conduce a nada, ya que no entraña un deseo explícito hacia el día que se espera tenga ese individuo aparentemente desconocido que se sienta diariamente durante ocho o más horas en la mesa de al lado. Otros no saben responder cuando los recién llegados son quienes les saludan y por toda respuesta obtienen un silencio "sepulcral". Tampoco me sorprende ya encontrarme a última hora de la tarde en mi puesto de trabajo y descubrir que estoy "más sola que la una" sin saber cuándo se marcharon los ocupantes de los puestos cercanos al mío, porque, o bien me he quedado sorda sin saberlo, o no entran en su vocabulario palabras como "Adiós" y frases coloquiales como "Hasta luego", "Hasta mañana", "Hasta el lunes", "Buen fin de semana"... ¿Será que se han quedado afónicos y no les conviene hablar? No sé, en el fondo, lo mismo da la razón, pero me desagrada rodearme a diario con personas que no muestran ningún pequeño rasgo de cordialidad.

Tal vez lo lleven implícito ciertos cargos profesionales, pero tampoco me sorprenden los modos groseros, prepotentes, altivos y despectivos que se "gastan" muchos jefes con sus subordinados, como si, el hecho de ser "inferiores" en la jerarquía laboral, implicase que lo fueran también en rango personal, aunque los subordinados demuestren tener más calidad personal y humana que sus superiores, aunque también existe una "raza" de empleados que, creyéndose los "reyes del mambo", gozan sacando a relucir repetidas veces sus triunfos, a la vez que gritan constantemente los continuos errores de todos los demás.

Mis educadores también me enseñaron la lección de respetar a los demás sin cuchichear, más aún delante de personas ajenas a los chismorreos, pues podían sentirse incómodas ante la situación, inclusive llegar a molestarse o sentirse ofendidas creyéndose objeto de los "susurros". Pero estos individuos no se "cortan un pelo" y con todo el descaro del mundo, pasan por el "confesionario" para "cacarear" en voz baja los "pecados" ajenos a los múltiples "jueces" y "sacerdotes" concentrados a su alrededor para devorar con avidez la última noticia que "Radio Macuto" está divulgando y que causará sensación, al tiempo que les permitirá hacer uso de sus lenguas viperinas, condenar imprudentemente a un semejante y sentirse el centro del universo por unos momentos. No les importa en absoluto "despellejar vivo" a alguien que puede estar oyendo sus palabras, viendo sus gestos y miradas descaradas, sabiendo que el o ella es el centro de la diana de estos dardos envenenados. No es necesario señalar con el dedo, se sabe porque su lenguaje verbal y no verbal les delatan. Entonces, la víctima de este feo y vulgar "comadreo", haciendo uso de las cualidades que estos "charlatanes impenitentes" carecen y que se denominan respeto y educación,  tenderá a intentar ignorar y desoír tanta sucia palabrería, de lo contrario, les estará ofreciendo en bandeja un argumento más para que proliferen las alcahueterías de los "susurradores".

Los asientos reservados en transportes públicos para ancianos, minusválidos y mujeres embarazas, suelen estar ocupados por jóvenes en plenas facultades cuyas posaderas indiferentes calientan, mientras la mujer con un bebé en brazos, la señora cargada de bolsas o el anciano con bastón practican el equilibrismo con el vaivén del vehículo.
Hay personas tan interesadas en cultivarse y en estar informados de la actualidad nacional e internacional que en el autobús o en la sala de espera del médico no llevan consigo un libro o periódico, pero no dejan de ojear el de la persona que tienen al lado y que, a juzgar por el grado de interés que parece suponerles su contenido, habrán "adivinado" el contenido de las 217 páginas del libro que su dueño llevará leídas de antemano.

Al responder llamadas telefónicas, me he encontrado con una inquisitiva voz desconocida que me preguntaba quién era yo sin haberse presentado previamente. Perdón, pero es a mí a quién han telefoneado, luego, sería oportuno que esa "voz del más allá" sea la que se presente primero y no a la inversa.

Y, hablando de teléfonos, no me olvido de otros hábitos adquiridos por quienes van con el móvil hasta al cuarto de baño y no comprenden que un mensaje de texto se puede escribir tras finalizar la corta conversación que están manteniendo en persona con alguien ajeno a su tecleo incesante. Como también me resulta desagradable ser interrumpida por alguien que me habla en persona, mientras mantengo una conversación telefónica, ya sea de índole profesional o privada, y finalmente me obliga a mostrar firmeza para que me permita finalizar, aunque tampoco sería la primera ocasión que me he visto obligada a tener que terminarla bruscamente debido a la impertinencia y falta de discreción.

No es preciso conversar telefónicamente para sufrir intervenciones imprevista. Basta con estar manteniendo una charla personal para que pueda surgir "de la nada" alguien alguien que se inmiscuya en ella sin saber cómo, ni quién le ha dado "vela en ese entierro".

Quién no ha tenido un vecino que, imaginando tener su vivienda insonorizada como si de un estudio de grabación se tratase, se ha permitido poner el volumen de su música -normalmente de bastante mal gusto musical, por cierto- a prueba de sonómetros que no detectarían los decibelios producidos por una explosión nuclear y se ha dejado los nudillos, el palo de la escoba o las tapas de los tacones golpeando contra su pared, el suelo o el techo a las tres de la madrugada en señal de suplica por el respeto hacia el descanso de aquellos que tienen la mala costumbre de madrugar para acudir a su trabajo.

El concepto de "espacio personal" debería incluirse en los temarios escolares de "Educación para la Ciudadanía" para que desde pequeñitos aprendamos que no se puede rebasar a discreción el del prójimo, sin percatarse de la incomodidad que produce en él al sentirse invadido y asediado. La costumbre de algunas personas de estar continuamente tocando o dando ligeros golpecitos a otros y aproximarse en exceso sin tener la confianza necesaria o sin mantener lazos afectivos, son formas de invadir el espacio personal ajeno, las cuales suelen resultar tremendamente molestas para quien teme acabar desgastado por el efecto de la erosión de tanto tocamiento -aparentemente inofensivo-, saber del estado digestivo de su interlocutor a través de su aliento, o sentir deseos de utilizar paraguas para evitar sus salpicaduras salivales.

Las más famosas sopranos y Los Tres Tenores se dedican al "bel canto" pero existen muchos que deben sentirse atraídos por la "brutta canzone" emanada por diferente partes de su geografía corporal que con vehemencia "cantan" La Traviata -no la de Verdi, precisamente-  cuando se aproximan "peligrosamente" a los demás, incluso invadiendo su espacio personal como decía anteriormente, obligándoles a tolerar sus nada sutiles "fragancias y efluvios aromáticos" con estoicismo y disimulo mientras tararean mentalmente una canción que decía "hay una cosa que se llama jabón, que mata los piojos y quita el olor".

El sabio refranero español nos recuerda que "de bien nacidos es el ser agradecidos", sin embargo, la palabra "Gracias", debe ser una de las palabras en vías de extinción del diccionario de la R.A.E., como también lo deben ser "Perdón", "Disculpa" o "Favor", porque son abundantes las personas que las desconocen cuando, por ejemplo, al preguntar en la calle a un desconocido la hora o cómo llegar a una dirección,  no las emplean y hacen sospechar que pertenecen al "Club de ahorradores", pero no de dinero, sino de  palabras que forman frases del estilo "Disculpa. Por favor ¿me podrías decir qué hora es?" para finalizar diciendo "Gracias" a quien se le ha interrumpido de su actividad.

Nos encontramos en un restaurante comiendo tranquilamente, cuando la grata conversación que estábamos manteniendo se ve interrumpida con la sonora entrada de un grupo que, a juzgar por el volumen de sus voces, deben formar parte de la "ONSE" y no es que esté pronunciando con acento andaluz las siglas de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), ni confunda la "C" con la "S", sólo pienso que deben ser miembros de la "organización nacional de sordos españoles", con todos mis respetos por sufren la carencia de este sentido.
Tal vocerío llevan consigo, que no se percatan de las miradas de reprobación que les dirigen los comensales de otras mesas quienes, además, para poder escucharse a sí mismos, necesitarían recurrir a la ayuda de un altavoz, cuando yo, personalmente, lo que desearía sería ponerles una sordina a los escandalosos.

Pensarán que el hecho de levantar la voz para que se les escuche desde La Alcarria hasta Sebastopol, les otorgará la razón o les permitirá convertirse en el centro de atención, lo cual, evidentemente, logran a merced de los numerosos decibelios que acompañan a sus palabras, consiguiendo sobresalir notablemente entre las demás voces. Si, para colmo, no tienen la sana costumbre de respetar el turno de palabra ajeno, escuchándose sólo a sí mismos, sin atender a cuanto se les quiere transmitir, además de ser unos "voceras" se convierten en "cansinos insufribles".

Y como estos ejemplos reales podría continuar con un largo etcétera, etcétera y etcétera... 

Como decía al comienzo, no se trata de emplear una gentileza propia de siglos pasados, ni un estilo "demodé". No hablo de ceder el paso a las damas, ni de retirarles la silla al sentarse o ayudarlas a ponerse el abrigo. No hablo de sexos, ni siquiera entro a valorar aspectos éticos, hablo, simple y llanamente, de educación y respeto hacia nuestros semejantes; unos valores que parecen estar cayendo en el olvido.

No hay que graduarse en la universidad con honores, ser "cum laude" en "Humanidad" o haber sido educado por la mejor de las institutrices, para mantener unas mínimas normas de conducta social que muestren respeto, deferencia y urbanidad.

Sin duda alguna, la familia y el círculo social en el que se habita son la base fundamental sobre la que se soporta la educación de los seres humanos y que conforman una parte de la personalidad, pero el hombre por sí mismo tiene la capacidad de aprendizaje, de adquisición de conocimiento y de elección, para saber discernir qué valores desea desarrollar y, en su caso, modificar y, por ende, sin responsabilizar a nadie de sus actos conscientes, libres y voluntarios.

Hay que tener en cuenta que nuestra conducta impacta siempre en los demás y el mantenimiento de unos buenos modales nos hacen ser más humanos. Si no sabemos mantener una conducta adecuada, esto redundará en el detrimento de las relaciones o en la imposibilidad de crearlas. Todas las personas tenemos derecho a recibir un trato amable; si nos acostumbramos a convivir con la total ausencia de cortesía, se instala en nosotros un sentimiento de desvalorización, cuando una verdadera buena educación ha de ser siempre una muestra de amor y respeto hacia los demás.

Para lograr mantener una buena conducta con los demás, es importante aplicar la empatía, ponerse en la situación del otro, para tener en consideración aquello que a nosotros nos desagrada respecto de los gestos de otros y entender que, en este sentido, no somos únicos, que aquello que nos molesta a nosotros, también puede molestar a los demás, tener el miramiento de obrar sin incomodar y con respeto por la dignidad, tanto propia como ajena.

La buena educación lleva implícito el respeto, esencia de las relaciones humanas que hay que aplicar en todo momento de manera cotidiana y sin el cual, estaríamos en permanente conflicto con todo el mundo. A través de él se crea un ambiente de seguridad y cordialidad que permite la aceptación de las limitaciones ajenas y el reconocimiento de los valores de los demás, de la autonomía de cada ser humano y del derecho a ser diferentes sin considerarse superior a nadie.

El respeto va de la mano de otro valor: la tolerancia. Ninguno podría subsistir sin el otro, mientras la intransigencia conduce a actitudes irrespetuosas y, por tanto, susceptibles de faltas de educación.

Estamos asistiendo a un proceso de "deshumanización", en el que se puede apreciar un progresivo deterioro de los valores humanos, sustituyendo lo ético por meros conceptos estéticos. Hemos construido un sistema en el que prevalecen las actitudes individualistas sin reparar en que nuestro comportamiento impacta directamente sobre los demás, lo que a su vez implica un deterioro de las relaciones sociales.

Ya que vivimos en sociedad y no aislados como eremitas, mostrémonos sociables y dejemos, tanto en éste como en otros aspectos, de comportarnos como borregos que sólo saben balar dejándose guiar por perros pastores. Si realmente somos diferentes de los animales, creo conveniente demostrarlo haciendo uso de una buena educación. No deberíamos olvidar que, lejos de ser una muestra de cursilería, las buenas formas son la expresión de lo mejor que cada uno tiene en su corazón para dar altruistamente a los demás.

  
AnA Molina (Administrador del blog)