domingo, 6 de mayo de 2012

Carta a Mis Hijos



En el Día de la Madre, deseo dedicar un pequeño apartado a mis hijos con una sencillas pero sinceras palabras y con este video que habla por sí solo y expresa el sentimiento que, como madre que ama intensamente a sus hijos, llevo en mi interior.


Me ha conmovido leer las palabras de la persona que lo publicó, a quien felicito por su capacidad de transmitir amor y esperanza, a quien deseo una larga vida para seguir disfrutando del calor de sus hijos y nietos. Palabras que hago extensibles a mis propios sentimientos y emociones, que me han motivado para seguir su ejemplo, escribiendo una breve carta a mis dos hijos para este día tan especial para quienes hemos ido sintiendo físicamente como nuestro cuerpo se iba transformando a medida que un nuevo ser iba tomando aspecto de ser humano. Dedicar una palabra para ese día, que espero esté aún muy lejano, en que yo ya no esté, les pueda dejar en señal de pequeño recuerdo y tributo a cuanto me brindaron, me quitaron y, en esencia me hicieron evolucionar y crecer conjuntamente con ellos. Poco más cabe añadir que no quede expresado en la emotividad de quién editó este video, sin embargo, sí deseo añadir mis propias palabras para las criaturas que yo engendré, para que tengan unas letras escritas directamente por su madre de manera totalmente espontánea, natural e improvisada, sin embargo, honestas, sinceras y, ante todo, muy afectuosas.


Aunque parezca emotiva, sentimental o caiga en la sensiblera; aunque sea una faceta privada que a nadie pueda interesar... no importa, porque es mi deseo personal dedicar hoy y aquí, un huequito privado y especial a las personitas que nacieron de mí, porque, no sólo por el hecho de ser mis hijos, sino porque les llevo en mi alma, por ser mi principal motivación para continuar hacia adelante, quiero brindárselo y dedicárselo abriéndoles mi corazón y, más allá de mi deseo, porque se lo merecen y les corresponde por derecho propio; por si en alguna ocasión, estando o habiéndome marchado ya, desean entrar a recordar las palabras que un día de sinceridad y sensibilidad extrema, su madre les dedicó, especialmente, este pequeño espacio en el que siempre "abro mi interior", con mayor motivo debían aparecer ellos y tener el suyo propio, las únicas personas que en verdad han llegado a estar realmente en mi interior.


Queridos hijos míos, quiero que sepáis que os amé desde el día que supe que crecíais dentro de mi ser, antes de engendraros, ya os deseaba y amaba profundamente.

A pesar de tratar de ser consciente de decíroslo para que os sintáis queridos y trasmitiros mi afecto, por si por olvido, descuido o dejadez dejo pasar la oportunidad que tengo ahora de manifestároslo, quiero que recordéis siempre lo mucho que os amo y que sepáis que sois lo más preciado y valioso que he tenido en mi vida.

Por si mi marcha me coge desprevenida, sin tiempo de preparar mi despedida y de mi boca ya no pueden salir palabras para expresaros mi amor y lo importantes que sois para mí, quiero que tengáis presente que me hicisteis el mejor y mayor regalo que se puede esperar: me regalasteis la maravilla de vuestra vida y vuestro afecto incondicional día a día; porque a vuestro lado crecí tanto como lo hicisteis vosotros desde que os acurrucaba en mis brazos con una ternura que no cabía en mi pecho; porque mis desvelos por vosotros fueron recompensados con vuestra presencia a mi lado con la ternura que me expresabais en cada uno de vuestros gestos.

Os pido perdón por todos los errores que por ignorancia cometí y si con ellos os pude dañar o herir, sabed que no fue intencionadamente, pues para ambos deseé siempre lo mejor y os di cuanto fui capaz de ofreceros. Sé que pasasteis alguna pequeña privación económica que espero os haya servido para valorar cuanto tengáis en vuestras vidas. Ahora soy consciente de que en algún momento pude haber hecho las cosas de mejor manera de como las hice, pero entonces aún lo desconocía; como muchas veces os repito "dicen que nacemos con un pan debajo del brazo, mas no venimos a este mundo con un manual de instrucciones bajo él que nos explique cómo actuar correctamente como padres". La vida va enseñando a base de errores, de experiencias tristes y dolorosas muchas veces, pero, al final, son recompensadas con el aprendizaje que nos ayuda a reconocer nuestros fallos humanos y a proponernos el esfuerzo de mejorar como personas. Por favor, creedme si os digo que yo lo he intentado, que lo hago cada día, intentando rectificar mis faltas y ofreceros lo mejor de mí.

Tened claro que, citando la secuencia de la película "Gladiator" en la que Marco Aurelio le dice a su hijo Cómodo antes de se asesinado por él, "Vuestros defectos como hijos, son mi fracaso como madre".

Si en algún momento pude ser o pareceros egoísta, no fue conscientemente, porque vosotros dos siempre habéis sido lo primero para mí, lo mejor y más importante que me ha ocurrido en la vida.

Os expreso mi gratitud por vuestra comprensión, vuestra paciencia, vuestra tolerancia ante mis fallos y debilidades, por vuestra capacidad de olvidar y perdonar, entregándoos con todo el cariño que me habéis brindado desde el primer momento que os tuve junto a mí.

Gracias por todo lo que me habéis otorgado aun sin merecerlo y, en el fondo, sin pedirme nada a cambio.

Gracias por haberme escogido como madre y haberme brindado el inmenso privilegio de poder decir con satisfacción al mundo entero que sois mis hijos, unas criaturas únicas que habéis compartido un tiempo junto a mí. A pesar de vuestras exigencias por inmadurez y por necesidad de autoafirmación en un mundo cada vez más difícil de comprender, cuando era mi responsabilidad y mi deseo facilitaros su entendimiento, el entrenamiento para incorporaros a él con el mejor de los aprendizajes y fomentar  vuestras habilidades personales, intelectuales y sociales... por encima de todo los valores humanos fundamentales y el respeto hacia vuestra dignidad personal y a hacia nuestros semejantes.

Por si ese día, cuando me tenga que marchar, a mi cuerpo no le quedan fuerzas para estrecharos entre mis brazos, como cuando erais bebés, con un inmenso abrazo de amor eterno, de amor incondicional, un lazo que ni el tiempo ni el espacio romperá; sentidlo en vuestro corazón como si lo estuvieseis recibiendo directamente sobre vuestra piel.

Por si entonces mi boca está seca y no os puede recompensar con un humilde último beso antes de deciros "Adiós"; recibidlo a través de la cercanía y el contacto humano que quiero dejaros con estas palabras, pues ellas son el beso más sincero, profundo y duradero que os podría dar.

Quiero que sepáis que no os debe apenar mi marcha, porque yo sé que estaré en paz; porque para vosotros sólo deseo la dicha y que nunca brote una lágrima de vuestros preciosos ojos, sino sonrisas de vuestros labios, que la alegría y serenidad se refleje en vuestra mirada; porque me ofrecisteis la gran satisfacción de teneros junto a mí mientras crecíais sanos, manifestando toda vuestra energía y vitalidad jugando y alborotando; viendo como, con el esfuerzo compartido por todos, os formabais como personas integras a pesar de las dificultades. Espero haber tenido la capacidad de contribuir a vuestra dicha y bienestar personal; porque sois mi orgullo.

Y, allá donde quiera que yo vaya, conmigo estaréis y me convertiré en vuestro espíritu guardián para volver junto a vosotros para alejaros de la desdicha, besaros en la frente y acariciar vuestras mejillas, aunque no me podáis ver... porque sé que nos volveremos a encontrar, cuando yo salga a vuestro encuentro y daros de nuevo, la bienvenida a mi regazo; estoy plenamente convencida de ello.

Y cuando llegue el momento de mi último aliento, me iré satisfecha de haber vivido, de haberme sorprendido con vosotros hasta mi último día, con la satisfacción de ser vuestra madre y haber compartido con vosotros un instante de la eternidad.

Os deseo una vida plena de éxitos de todo tipo, principalmente humanos y afectivos, pues los materiales, aunque en este mundo que os toca vivir son importantes, nunca alcanzarán a tener el valor de cuanto llevamos en nuestro interior y compartimos con nuestros semejantes: el amor.

Gracias, hijos míos. Sois mi cariño y os quiero más que a esta vida efímera que se escapa a cada paso, suspiro y pensamiento.

Vuestra madre, esté donde sea que me tenga que encontrar, pero siempre junto a vosotros.

Ó AnA Molina (Vuestra madre y administrador del blog)