jueves, 22 de octubre de 2015

Lo Verdaderamente Importante



A veces tenemos tan próximo lo bueno que pasa desapercibido. En otras ocasiones lo reconocemos, sentimos y disfrutamos.

Siempre podemos girar nuestro destino con acciones que nos dirijan a la felicidad deseada.

Cada cual debe saber qué, cómo, cuándo y con quién emprender el camino. El resto es dejarse fluir.

El tiempo y el espacio forman parte del deseo por materializar lo que buscamos... de ahí la necesidad de hacer canino con poco equipaje.

Livianos en el trayecto podremos llenarlo de lo verdaderamente importante.


Ser Mujer





En homenaje a todas las mujeres con cáncer.


Ser mujer es ser princesa a los 15, bella a los 25, pasional a los 35, inolvidable a los 45... dama a los 60, especial a los 75 y hermosa toda la vida... Ser mujer es llorar callada los dolores de la vida y dar sonrisas en muchos instantes... Es tropezar, caer y volver a caminar... Ser mujer es ser elegida para traer vida al mundo.


La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior... Sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida y al lado del corazón para ser amada.


Que tu ojo sea simple y considérate completa, perfecta y hecha a Mi imagen y semejanza.

Nunca te subestimes ni pienses lo peor de ti misma.

Eleva tu pensamiento y sé muy positiva respecto a ti misma.

Si has cometido errores, aprende a perdonarte y, a continuación, avanza hacia adelante y hacia lo alto.

No necesito que te flageles, ni que vayas por ahí auto-compadeciéndote.

¿No te das cuenta de que al hacer eso te cierras a Mí y no puedo usarte?

Mantente abierta; aprende de tus errores.

Olvida el yo completamente en el amor y el servicio a tus semejantes. En cuanto te pones a pensar en otros, el yo queda olvidado.

El servicio es un gran sanador, un enorme renovador de equilibrio y estabilidad.

Así pues, averigua qué es lo mejor de ti, qué es lo mejor de ti, qué es lo que sabes hacer bien; cuando sepas de qué se trata, ve adelante y ofrécelo de todo corazón.

¡¡CONTINÚA ADELANTE Y NUNCA RETROCEDAS!!



La Plena Consciencia

La mayoría de la gente, cuando se inicia en la práctica de la plena consciencia, comete el error de hacerse una imagen falsa de esta práctica. Creen que ser conscientes significa no sentir miedo, permanecer constantemente en calma y en paz.


Para mí, vivir en plena consciencia significa que puedo vivir en paz en la no paz, que puedo aceptar la realidad de la no calma.

Si puedo mirar profundamente en mi propia naturaleza y tocar mi sufrimiento, puedo aprender a vivir con mi miedo, mis dudas, mi inseguridad, mi confusión, mi ira. Mi tarea es permanecer en estos lugares como agua en calma


("At hell's gate" - Claude AnShin Tomas)


Las Hojas no se Caen, se Sueltan


Siempre me ha parecido espectacular la caída de una hoja.

Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja "se cae", sino que llegado el escenario del otoño inicia la danza maravillosa de soltarse.

Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición al desprendimiento.

Las hojas no caen, se desprende en un gesto supremo de generosidad y profundo de sabiduría: la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del aire sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento y en actitud de renovación.

La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío dejado por ella es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja.

La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose a la sinfonía del viento traza un indecible canto de libertad y supone una interpretación constante y contundente para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros.

Cada hoja al aire que me está susurrando al oído del alma ¡suéltate!, ¡entrégate!, ¡abandónate! y ¡confía!

Cada hoja que se desata queda unida invisible y sutilmente a la brisa de su propia entrega y libertad.

Con este gesto la hoja realiza su más impresionante movimiento de creatividad ya que con él está gestionando el irrumpir de una próxima primavera.

Reconozco y confieso públicamente, ante este público de hojas moviéndose al compás del aire de la mañana, que soy un árbol al que le cuesta soltar muchas de sus hojas.

Tengo miedo ante la incertidumbre del nuevo brote.

Me siento tan cómodo y seguro con estas hojas predecibles, con estos hábitos perennes, con estas conductas fijadas, con estos pensamientos arraigados, con  este entorno ya conocido...

Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge en un auténtico espacio de fe, confianza, esplendidez y donación.
Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia consciencia y libertad, el desprenderse de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso.

Sólo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio, tendrán que ser arrancadas por un viento mucho más agresivo e impetuoso y caerán al suelo por el peso de su propio dolor.

Las hojas no caen, se sueltan.


("La Sabiduría de Vivir" - José María Toro)


Mul Mantra