domingo, 7 de octubre de 2012

EcoNat 2012




Os presento EcoNat 2012, la VI Edición del Congreso Internacional de Medicinas Naturales que, desde el grupo Ecotienda Natural, organizamos para todos vosotros.

Hace cuatro años, Ecotienda Natural reeditó este certamen que obtuvo un notable éxito de asistencia y participación. Efectivamente, tras más de una década desde la celebración de la tercera convocatoria, Ecotienda Natural, consciente de la falta en nuestro país de un evento de entidad que aglutinara los planteamientos más destacados y novedosos en materia de Salud Natural, “sacó del cajónEcoNat, con la intención de, con una periodicidad bienal, tomar el pulso a las distintas especialidades de este tipo de medicina, a sus diferentes tipos de diagnóstico, así como a las diversas formas de entender la salud en relación, no ya sólo con el cuerpo físico, sino también con la psique humana.

Con esta intención nos acercanlos más destacados profesionales en Acupuntura, Naturopatía, Homeopatía, Medicina Biológica, Medicina Tradicional China, Psicoterapia,  Aromaterapia, Nutrición y Dietética, y un largo etcétera, para que compartir, de un modo dinámico y participativo, las novedades más punteras en sus respectivos campos, tanto a nivel nacional como internacional.

La cita será en el Palacio de Congresos de Madrid del Paseo de la Castellana, en pleno centro de ocio y negocio de la capital, durante los días 5, 6 y 7 de Octubre de 2012. Durante estos tres días y, paralelamente al congreso, también tendrá lugar una exposición que albergará a las empresas y entidades más representativas del sector, de forma que el visitante podrá, de una manera unificada y global, comprobar “in situ” lo que el ámbito de las Terapias Naturales le ofrece en estos momentos. Igualmente, y fieles la  idea de acercar esta forma de entender la salud a la mayor cantidad de público posible, destinan una zona reservada a diagnósticos en la que, sin coste alguno, el visitante podrá plantear su caso concreto a los distintos terapeutas allí presentes y recibir algunas indicaciones acerca de su tratamiento.

En definitiva, un amplio abanico de conocimientos, opciones y actividades relacionadas con el apasionante mundo de la Salud Natural.

Puedes descargarte la invitación descuento del 50 % en formato pdf en el siguiente enlace:
 


¡Nos vemos en EcoNat!


El Aguador y las Dos Vasijas





Un aguador de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo que él llevaba encima de los hombros.

Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua hasta el final del largo camino desde el arroyo hasta la casa del patrón.

Cuando llegaba el cargador, la vasija rota tenía la mitad del agua.

Durante dos años esto sucedió diariamente.


Desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía infalible para los fines que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su imperfección y se sentía miserable, porque sólo podía hacer la mitad de lo que se suponía era su obligación.

Un día, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: “Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo, porque debido a mis grietas solamente puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir”.

El aguador le dijo compasivamente: “Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”. Así lo hizo la tinaja. Vio muchísimas flores. Pero no dejó de sentirse apenada.



El aguador le dijo entonces: “¿Te diste cuenta que las flores sólo crecen a tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado. Durante dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todos tus defectos, no hubiera sido posible crear tanta belleza”.



Reflexión sobre la Autodependencia


Me acuerdo siempre de esta escena: Mi primo, mucho más pequeño que yo, tenía tres años. Yo tenía unos doce...

Estábamos en el comedor diario de la casa de mi abuela. Mi primito vino corriendo y se llevó la mesa baja por delante. Cayó sentado de culo en el suelo llorando. Se había dado un golpe fuerte y poco después un bultito del tamaño de un hueso de durazno le apareció en la frente.

Mi tía que estaba en la habitación corrió a abrazarlo y mientras me pedía que trajera hielo le decía a mi primo:


- Pobrecito, mala la mesa que te pegó, chas chas a la mesa..., mientras le daba palmadas al mueble invitando a mi pobre primo a que la imitara...

Y yo pensaba: ¿...? ¿Cuál es la enseñanza? La responsabilidad no es tuya que eres un torpe, que tienes tres años y que no miras por dónde caminas; la culpa es de la mesa. La mesa es mala.

Yo intentaba entender, más o menos sorprendido, el mensaje oculto de la mala intencionalidad de los objetos. Y mi tía insistía para que mi primo le pegara a la mesa...

Me parece gracioso como símbolo, pero como aprendizaje me parece siniestro: tú nunca eres responsable de lo que hiciste, la culpa siempre la tiene el otro, la culpa es del afuera, tú no, es el otro el que tiene que dejar de estar en tu camino para que no te golpees...

Tuve que recorrer un largo trecho para apartarme de los mensajes de las tías del mundo. Es mi responsabilidad apartarme de lo que me daña. Es mi responsabilidad defenderme de los que me hacen daño. Es mi responsabilidad hacerme cargo de lo que me pasa y saber mi cuota de participación en los hechos.

Tengo que darme cuenta de la influencia que tiene cada cosa que hago. Para que las cosas que me pasan me pasen, yo tengo que hacer lo que hago. Y no digo que puedo manejar todo lo que me pasa sino que soy responsable de lo que me pasa porque en algo, aunque sea pequeño, he colaborado para que suceda. Yo no puedo controlar la actitud de todos a mi alrededor pero puedo controlar la mía. Puedo actuar libremente con lo que hago. Tendré que decidir qué hago. Con mis limitaciones, con mis miserias, con mis ignorancias, con todo lo que sé y aprendí, con todo eso, tendré que decidir cuál es la mejor manera de actuar. Y tendré que actuar de esa mejor manera. Tendré que conocerme más para saber cuáles son mis recursos. Tendré que quererme tanto como para privilegiarme y saber que esta es mi decisión. Y tendré, entonces, algo que viene con la autonomía y que es la otra cara de la libertad: el coraje.

Tendré el coraje de actuar como mi conciencia me dicta y de pagar el precio. Tendré que ser libre aunque a ti no te guste. Y si no vas a quererme así como soy; y si te vas a ir de mi lado, así como soy; y si en la noche más larga y más fría del invierno me vas a dejar solo y te vas a ir... cierra la puerta, ¿viste? porque entra viento. Cierra la puerta. Si esa es tu decisión, cierra la puerta. No voy a pedirte que te quedes un minuto más de lo que tú quieras. Te digo: cierra la puerta porque yo me quedo y hace frío. Y esta va a ser mi decisión. Esto me transforma en una especie de ser inmanejable. Porque los autodependientes son inmanejables.


Porque a un autodependiente solamente lo manejas si él quiere.

Esto significa un paso muy adelante en tu historia y en tu desarrollo, una manera diferente de vivir el mundo y probablemente signifique empezar a conocer un poco más a quien está a tu lado.

Si eres autodependiente, de verdad, es probable que algunas personas de las que están a tu lado se vayan... Quizás algunos no quieran quedarse. Bueno, habrá que pagar ese precio también. Habrá que pagar el precio de soportar las partidas de algunos a mi alrededor y prepararse para festejar la llegada de otros (Quizás...).

Por: Jorge Bucay ("El Camino de la Autodependencia")



Canción de Otoño




Zumba ¡oh viento! zumba y ruge
dispersando la simiente;
que la crútula reviente
a la furia de tu empuje.

La hojarasca cruje, y cruje
el ramaje tristemente;
que tu garra prepotente
los retuerza y los estruje.

Resonando las serojas
se estremecen al chasquido
que crepita en las panojas,

y es canción en la espesura,
en las ruinas alarido
y en los nervios crispatura.



Bajo el oro fulgurante
del espacio, la llanada
se enrojece caldeada
por el sol reverberante;

y en la milpa, centelleante
por la escarcha de la helada,
blonda virgen cobijada
con un velo de diamante.

Oro y grana las campiñas
que el divino cielo cubre,
son sembrados y son viñas;

y a los soplos otoñales,
los viñedos seca Octubre
y Noviembre los maizales.

Ancho río, cauce angosto,
ya no se oye vuestro acento;
hoy seguís en curso lento,
resecados por Agosto.

Por el zumo del remosto
cuando corre, pasa el viento
preludiando tremulento
la anacreóntica del mosto...

Alza a ti la creatura
un acento soberano,
pues le ofrece tu ternura.

¡Oh, invisible Pan divino!
tu substancia, que es el grano,
y tu sangre, que es el vino.

(Manuel José Othon)