martes, 5 de noviembre de 2013

Poema a la Clase Media


 
Clase media,
medio rica,
medio culta.
Entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande.
Desde el medio mira medio mal
a los negritos,
a los ricos,
a los sabios,
a los locos,
a los pobres.
Si escucha a un Hitler,
medio le gusta.
Y si habla un Che,
medio también.
En el medio de la nada
medio duda.Como todo le atrae (a medias)
analiza hasta la mitad
todos los hechos
y (medio confundida) sale a la calle con media cacerola,
entonces, medio llega a importar
a los que mandan (medio en las sombras).
A veces, sólo a veces, se da cuenta (medio tarde)
que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en reina.
Así, medio rabiosa,
se lamenta (a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza a entender
ni medio.
 
(Mario Benedetti).
 


¿Quién Eres Tú? ... De Verdad







Cualquier pensamiento que hayas tenido sobre ti mismo, ya sea humillante o ampuloso, no es quien tú eres, es simplemente un pensamiento. La verdad de quien tú eres no puede ser un pensamiento, porque es la fuente de todos los pensamientos. La verdad de quien tú eres no puede ser nombrada o definida. Palabras como alma, luz, dios, verdad, ser, consciencia, inteligencia universal o divinidad, aunque son capaces de evocar la dicha de la verdad, son extremadamente inadecuadas como descripción de la inmensidad de quien de verdad tú eres. Como quiera que te identifiques a ti mismo: como un niño, un adolescente, una madre, un padre, una persona mayor, una persona sana, una persona enferma, una persona que sufre o una persona iluminada, siempre detrás de todo eso, se encuentra la verdad sobre ti mismo. No es ajeno a ti. Se encuentra tan cerca de ti que no puedes creer que seas tú. La verdad de quien tú eres se encuentra intacta por cualquier concepto de quien eres tú, ya sea ignorante o iluminado, sin ningún valor o espléndido. La verdad sobre quien eres tú se encuentra libre de todo eso. Tú ya eres libre y todo lo que bloquea la comprensión de esa libertad es tu propio apego a algún pensamiento de quien eres. Este pensamiento no evita que seas la verdad de quien tú eres. Tú ya eres eso. Te distancia de la comprensión de quien tú eres.
 
Te invito a que dejes que tu atención se sumerja en lo que siempre ha estado aquí, esperando abiertamente a su propia auto-comprensión. ¿Quién eres tú, de verdad? ¿Eres alguna imagen que aparece en tu mente? ¿Eres alguna sensación que aparece en tu cuerpo? ¿Eres alguna emoción que pasa por tu mente y tu cuerpo? ¿Eres algo que alguien ha dicho que tú eres? o ¿eres el rechazo contra algo que alguien te ha dicho que tú eres? Estos son algunos de los muchos caminos de la identificación errónea. Todas estas definiciones vienen y van, nacen y luego mueren. La verdad de quien tú eres no viene y va. Se encuentra presente antes de nacer, a lo largo de la vida y tras la muerte. Descubrir la verdad de quien eres tú no sólo es posible, es tu derecho de nacimiento. Cualquier pensamiento que tengas de que este descubrimiento no es para ti, que ahora no es el momento, que no te lo mereces, que no estás preparado, que ya sabes quién eres tú, son sólo trucos de la mente. Es el momento de investigar este pensamiento del yo y ver que validez tiene de verdad.
 
En este examen, existe una oportunidad para que la inteligencia consciente que tú eres finalmente se reconozca a sí misma. La pregunta más importante que nuca te podrás hacer es: ¿quién soy yo? en cierto modo, ésta ha sido la pregunta implícita que te has hecho a lo largo de cada fase de tu vida. Cualquier actividad, ya sea individual o colectiva, está motivada en su origen por la búsqueda de auto-definición. Como de costumbre, buscas una respuesta positiva a esta pregunta y huyes de una respuesta negativa. Una vez que esta pregunta se hace explícita, el impulso y el poder de la pregunta dirigen la búsqueda de la respuesta verdadera, que es abierta, viva y llena, con una perspicacia cada vez más profunda. Has experimentado tanto el éxito como el fracaso. Tras una cierta fase, pronto o tarde, te das cuenta de que, quien tú eres, como quiera que eso se defina, no es satisfactorio. A no ser que esta pregunta se responda de verdad, no respondida de manera convencional, aún tendrás hambre de saber. Porque, no importa cómo te hayan definido los demás, con buena o con mala intención, y no importa cómo te hayas definido tú mismo, ninguna definición puede traer una certeza duradera. El momento de reconocer que ninguna respuesta ha satisfecho esta pregunta es decisivo. Con frecuencia es denominado como el momento de maduración espiritual, el momento de madurez espiritual. En este punto, puedes investigar conscientemente quién eres tú de verdad. En su poder y su simplicidad, la pregunta “¿quién soy yo?” lleva a la mente de vuelta a  la raíz de la identificación personal, la suposición básica: yo soy alguien.
 
En lugar de automáticamente tomar esta suposición como la verdad, puedes investigar más profundamente. No es difícil ver que el pensamiento inicial de, “yo soy alguien”, conduce a todo tipo de estrategias: para ser un mejor alguien, un alguien más protegido, un alguien con más placer, más comodidad, más logro. Pero cuando este pensamiento tan básico se cuestiona, la mente encuentra el yo que se supone que se encontraba separado de lo que estaba buscando. A esto se le llama auto-indagación. Esta pregunta tan básica: ¿quién soy yo?, es la que más se pasa por alto. Pasamos la mayoría de nuestros días diciéndonos a nosotros mismo o a los demás que somos alguien importante, alguien sin importancia, alguien grande, alguien pequeño, alguien joven, alguien viejo, sin cuestionar verdaderamente la suposición más básica: ¿Quién eres tú, de verdad? ¿Cómo sabes: eso es quien tú eres? ¿Es esto cierto? ¿De verdad? Cuando vuelves tu atención hacia la pregunta: ¿quién soy yo? quizás veas a una entidad que tiene tu cara y tu cuerpo. Pero ¿quién es consciente de esa entidad? ¿Eres tú el objeto, o eres la consciencia del objeto? el objeto viene y va. El padre, el hijo, el amante, el abandonado, el iluminado, el victorioso, el derrotado. Todas estas identificaciones vienen y van. La consciencia de estas identificaciones siempre está presente. La identificación errónea de ti mismo como un objeto en la consciencia te conduce al placer extremo o al dolor extremo y a ciclos eternos de sufrimiento. Cuando deseas detener la identificación errónea y descubrir directa y completamente que tú eres la propia consciencia y no estas definiciones impermanentes, la búsqueda de ti mismo en el pensamiento finaliza. Cuando la pregunta ¿quién? se sigue de manera inocente, pura, hasta su origen, se produce una comprensión enorme, increíble: ¡no hay ninguna entidad en absoluto! existe sólo el indefinible, ilimitado reconocimiento de ti mismo como inseparable de cualquier otra cosa. Eres libre. Eres completo. Eres infinito. No existe un fondo de ti, ni un límite de ti. Cualquier idea sobre ti mismo aparece en ti y desaparecerá de nuevo en ti. Tú eres conciencia, y conciencia es consciencia. Deja que todas las auto-definiciones mueran en este momento. Deja que se vayan y mira lo que queda. Mira lo que nunca nace y nunca muere. Siente el alivio de la liberación de la carga de definirte a ti mismo. Experimenta la real no-realidad de la carga. Experimenta la alegría que se encuentra aquí. Descansa en la paz sin fin de tu verdadera naturaleza antes de que aparezca ningún pensamiento de yo.
 
Traducción: Eduardo Zarzosa (Colaborador del blog)
Extraido de: "El Diamante en tu Bolsillo. Descubre tu Verdadero Resplandor" (Garganji)


Amo


 
AMO...
Porque amar me llena de satisfacción, de gozo y hace cantar de alegría mi corazón.
 
AMO...
Porque amar es una brisa que refresca y conforta mi alma.
 
AMO ...
Porque amar hace que mis ojos tengan un brillo especial que atrae a mis semejantes.
AMO...
Porque amar me hace feliz y compasivo.
AMO...
Porque dar amor hace que el amor vuelva a mí multiplicado.
 
AMO...
Porque amar es lo único verdaderamente importante en esta vida.
 
AMO...
Porque el ser humano que no ama permanece incompleto.
 
AMO...
Porque amar es hacer brillar una luz cálida que ilumina mi espíritu, independientemente de que tú me ames, me correspondas o lo aprecies.
 
AMO...
Por mí y para mí.
Doy amor porque estoy lleno de él.
No necesito razones para amar,
sencillamente...
 
¡AMO!
 
(Autor: Eduardo Zarzosa - Colaborador del Blog)


Canción de Ho'Oponopono en Castellano

 
Ho’Oponopono ofrece una forma de liberar la energía de pensamientos dolorosos o errores causantes de desequilibrio y enfermedades. Según los antiguos hawaianos, estos errores y pensamientos dolorosos provienen del pasado

Ho’oponopono significa simplemente “aceptar el paso” o “corregir el error”. En su desarrollo, Morrnah fue orientada a incluir las tres partes del yo, que son la llave para la auto-identidad. Esas tres partes, presentes en cada molécula de la realidad, son llamadas "Unihipili" (niño/subconsciente), "Uhane" (madre/consciente) y "Aumakua" (padre/supraconsciente). Cuando esta “familia interna” se encuentra alineada y la persona está en sintonía con la Divinidad, llega el equilibrio y la vida comienza a fluir. Así, Ho’oponopono auxilia en la restauración del equilibrio, primero en el individuo y después en toda la creación.

El aspecto principal es que estamos aprendiendo a relacionarnos con nuestra mente subconsciente, conocida en la tradición hawaiana como el "Unihipilli". Él es responsable de las memorias, él las recibe y almacena, repitiéndolas conforme su programación. Es a él al que debemos aprender a amar, pidiendo perdón por la falta de consideración y comunicación.

Entenderá por qué el intelecto no dispone de los recursos para resolver problemas, él solo puede manejarlos. Y manejar no soluciona los problemas. Al hacer el Ho’Oponopono se pide a Dios, a la Divinidad, que limpie y purifique el origen de estos problemas, que son los recuerdos, las memorias. Así se neutraliza la energía que asociamos a determinada persona, lugar o cosa.

En el proceso, esta energía es liberada y transmutada en pura luz por la Divinidad. Y dentro de nosotros el espacio vaciado es ocupado por la luz de la Divinidad. Por lo que, en Ho’Oponopono no existe la culpa, no es necesario revivir ningún sufrimiento, no importa saber el porqué del problema, de quién es la culpa, ni su origen.
 

¡Mientras mantengamos sano nuestro interior,
mantendremos sano el mundo que nos rodea!







La Verdad y la Consciencia

 
La verdad de quien tú eres es CONSCIENCIA: no eres tu nombre, no eres tu cuerpo, no eres tus emociones y no eres tus pensamientos. Éstos son sólo envoltorios que vienen y van. Tienen un nacimiento, una existencia en el tiempo y una muerte. La consciencia no viene y va. Está aquí ahora. No conoce ningún otro tiempo.
 
La consciencia es libre. No se encuentra sujeta por ningún nombre o concepto. No está limitada por nociones de tiempo o espacio. No se ve afectada por las emociones o la enfermedad. Tú eres pura consciencia. Tú siempre has sido libre, porque tú siempre has sido consciencia. Tú te has experimentado a ti mismo como un punto en la consciencia y, desde ahí, te has imaginado a ti mismo estar limitado a un cuerpo.
 
La verdad de quien tú eres es totalmente simple. Se encuentra más cerca que tus pensamientos, más cerca que el latido de tu corazón, más cerca que tu pensamiento. Si crees que tus pensamientos son reales, si sigues a tus pensamientos como base de la realidad, continuamente pasarás por alto lo que se encuentra más cerca, lo que te has estado llamando a través del tiempo, diciendo: “¡Tú estás aquí! ¡Ya estás en casa! Entra. Quédate en casa”. Estar en casa es simplemente ESTAR AQUÍ. Posponer el simplemente estar aquí es involucrarse en infinitas complejidades de auto-definición y de identificación errónea.
 
Ahora mismo tienes la oportunidad de detenerte y decir la verdad sobre la llama de la consciencia que es la esencia de tu ser. Elegir negarlo es sufrir. Elegir rendirse a ella es el final de todo sufrimiento innecesario. Cuando te encuentras a ti mismo, cuando te amas a ti mismo, cuando reconoces que esta llama de verdad que tú amas ES tú mismo, no necesitas buscar amor o intentar obtener amos. Tú ya eres completo.
 
Fuente: "Un Diamante en tu Bolsillo: Descubre tu Verdadero Resplandor"
Por: Eduardo Zarzosa (Colaborador del Blog)