martes, 15 de mayo de 2012

Megabrain: Tecnología para el desarrollo cerebral


No es la conciencia la que determina la vida,
sino la vida la que determina la conciencia.
(Karl Marx)










El cerebro procesa la información sensorial, controla y coordina el movimiento, el comportamiento y las funciones corporales homeostáticas, como los latidos del corazón, la presión sanguínea, el balance de fluidos y temperatura corporal. También es responsable de la cognición, las emociones, la creatividad, la memoria y el aprendizaje. La capacidad de procesamiento y almacenamiento de un cerebro humano estándar supera aun a los mejores ordenadores hoy en día.

Nuestro cerebro se encuentra dividido en dos estructuras localizadas en la parte más grande del encéfalo. Ambas estructuras, los hemisferios cerebrales, son inversos entre sí, pero no inversamente simétricos, son asimétricos, como los dos lados de la cara del individuo. Una cisura sagital profunda en la línea media (la cisura inter-hemisférica o longitudinal cerebral) los divide en hemisferio derecho y hemisferio izquierdo. Esta cisura contiene un pliegue de la duramadre y las arterias cerebrales anteriores. En lo más hondo de la cisura, el cuerpo calloso (una comisura formada por un conglomerado de fibras nerviosas blancas), conecta ambos hemisferios cruzando la línea media y transfiriendo información de un lado al otro.


Las diferencias funcionales entre ambos hemisferios son mínimas y sólo en algunas pocas áreas se han podido encontrar diferencias en cuanto al funcionamiento y éstas no están en todas las personas. La diferencia de competencias entre los dos hemisferios cerebrales parece ser exclusiva del ser humano. Se ha dicho que nuestros cerebros se han especializado de este modo, porque el lenguaje y la lógica necesitan procesos de pensamiento más ordenados y sofisticados que los que necesita, por ejemplo, la orientación espacial. Se trata simplemente de que las dos mitades del cerebro son complementarias. En la mayoría de los adultos, los centros del habla están situados en el lado izquierdo. No obstante, alrededor de un 15 % de los zurdos y un 2 % de los diestros tienen centros del habla en ambas partes del cerebro. De todos modos, algunos zurdos desarrollan el habla en el hemisferio izquierdo únicamente; menos de la mitad la tienen en la parte derecha. Aun cuando el lado derecho del cerebro controla principalmente el lado izquierdo del cuerpo, y el lado izquierdo del cerebro controla, en gran parte, el lado derecho del cuerpo, el hecho de ser ambidextro indica que las dos mitades del cerebro no han llegado a estar tan completamente especializadas como lo están en los individuos diestros.

Hay muchas teorías sobre cómo cada hemisferio afecta a cómo piensa una persona. Una de las teorías existentes divide a los pensadores en dos campos: "simultáneos visuales" y "secuenciales lineales". De acuerdo con esta hipótesis, la mayoría de personas diestras, las que usan más su hemisferio izquierdo, procesan la información de manera "secuencial lineal" en el que un esquema debe completar su procesamiento antes de que se pueda comenzar con el siguiente. En cambio, los individuos cuyo hemisferio derecho es dominante, preferentemente zurdos, procesan la información con "simultaneidad visual", modo en el que varios esquemas se procesan simultáneamente.


Encuentra la cabeza entre los granos de café


Un ejemplo para entenderlo es imaginar que hay mil palomitas de maíz, una de las cuales está coloreada de rosa. Un individuo "secuencial lineal" mirará una por una las piezas hasta encontrar la coloreada de rosa, mientras que un individuo con "simultaneidad visual" extenderá todas, mirará visualmente al conjunto de palomitas y verá que una es rosa.

Un efecto lateral de estos modos de procesar la información es que los individuos de lateralidad cerebral izquierda necesitan completar una tarea antes de empezar la siguiente. A los individuos de lateralidad cerebral derecha, en contraste, les conforta cruzar varias tareas, para lo que tienen mayor habilidad. Esto les hace aparecer a la mayoría lateral cerebral izquierda como si no terminasen nada. Alternativamente, los individuos de "simultaneidad visual" tienen una excelente habilidad multitarea, lo que quizá esté en el origen de las anécdotas que sugieren que son más creativos.

La mayoría de personas procesan la información usando el "análisis", que es el método de resolver un problema descomponiéndolo en piezas y analizando éstas una por una. En contraste, los individuos de "simultaneidad visual" procesan la información empleando la "síntesis", en donde se resuelve un problema como un todo, intentando usar un método de relaciones para resolver el problema.

El hemisferio izquierdo, dominante en casi todas las personas, codifica la información en forma verbal y utiliza un tratamiento lógico y analítico para llegar a una conclusión razonable. El hemisferio derecho, dominante en un porcentaje de personas mucho más limitado que en el caso del izquierdo, realiza una síntesis holística a través de la intuición, sin utilizar el razonamiento deductivo  Pero el hemisferio dominante controla el pensamiento casi todo el tiempo. Finalmente, no es un "todo o nada". El estilo de procesamiento opera como un continuo donde algunas personas son más "visualmente simultáneas" y otras son más "lineales secuenciales".

Esto puede explicarse mejor con la informática. Un procesador de computadora sólo puede procesar una pieza de información por vez, independientemente de cuántas tareas esté realizando. Pero un ordenador con varios procesadores haciendo lo mismo a la misma velocidad es más rápido, lo que sería la metáfora del caso del individuo con dominancia por el hemisferio lateral derecho.

El hemisferio izquierdo, es la parte motriz capaz de reconocer grupos de letras formando palabras y grupos de palabras formando frases, tanto en lo que se refiere al habla, la escritura, la numeración, las matemáticas y la lógica, como a las facultades necesarias para transformar un conjunto de informaciones en palabras, gestos y pensamientos. John Hughlings Jackson, neurólogo británico, ya en 1878 describió el hemisferio izquierdo como "el centro de la facultad de expresión". Dependiendo de su severidad, una embolia que afecte a esta estructura puede producir pérdidas funcionales y afectar destrezas motoras en el lado derecho del cuerpo. Según la teoría psicolingüística el proceso de construcción de una frase está regido por un cierto número de ideas relacionadas entre sí, pero el mecanismo que permite a la mente agrupar palabras para formar frases gramaticales no está totalmente descifrado. El hemisferio almacena conceptos que luego traduce a palabras (amor, amour, amore, love, liebe) más bien que una memoria textual. Es decir, el cerebro comprende las ideas, los conceptos, y los almacena en un lenguaje no verbal, que luego traduce a un lenguaje o idioma aprendido por el individuo mediante la cultura. Los tests de inteligencia que investigan el vocabulario, la comprensión verbal, la memoria y el cálculo aritmético mental, detectan el origen de la actividad en el hemisferio izquierdo.

El hemisferio izquierdo se especializa en el lenguaje articulado, control motor del aparato fono-articulador, manejo de información lógica, pensamiento proporcional, procesamiento de información en series de uno en uno, manejo de información matemática, memoria verbal, aspectos lógicos gramaticales del lenguaje, organización de la sintaxis, discriminación fonética, atención focalizada, control del tiempo, planificación, ejecución y toma de decisiones y memoria a largo plazo. Los tests de inteligencia miden sobre todo la actividad de este hemisferio. Muchas de las actividades atribuidas al consciente le son propias. Gobierna principalmente la parte derecha del cuerpo. Procesa la información usando el análisis, que es el método de resolver un problema descomponiéndolo en piezas y examinando éstas una por una.

El hemisferio derecho gobierna tantas funciones especializadas como el izquierdo, pero su forma de elaborar y procesar la información es distinta. No utiliza los mecanismos convencionales para el análisis de los pensamientos que utiliza el hemisferio izquierdo. Es el hemisferio integrador, centro de las facultades viso-espaciales no verbales, especializado en sensaciones, sentimientos, prosodia y habilidades especiales; como visuales y sonoras no del lenguaje, como las artísticas y musicales. Concibe las situaciones y las estrategias del pensamiento de una forma total. Integra varios tipos de información (sonidos, imágenes, olores, sensaciones) y los transmite como un todo.

El método de elaboración utilizado por el hemisferio derecho se ajusta al tipo de respuesta inmediata que se requiere en los procesos visuales y de orientación espacial. El lóbulo frontal derecho y el lóbulo temporal derecho son los encargados de ejercer las actividades especializadas no verbales del hemisferio derecho. Esto se corresponde, en muchos aspectos, con las funciones de control del habla que ejercen el lóbulo frontal y el lóbulo temporal del hemisferio izquierdo. Los otros dos lóbulos del hemisferio derecho, el parietal y el lóbulo occipital, tienen al parecer menos funciones. Sin embargo, como resultado del estudio de pacientes con el cerebro dividido (seccionado), o con pacientes que padecen lesiones en el hemisferio izquierdo, se ha detectado un pequeño grado de comprensión verbal en el lóbulo parietal derecho, que tiene la capacidad de comprender una selección de nombres y verbos simples. Y, recíprocamente, el lóbulo parietal izquierdo parece que tiene ciertas funciones espaciales limitadas. Por lo tanto, aunque el hemisferio derecho está, sin duda, especializado, en las funciones no verbales, concretamente en las viso-espaciales, no resulta fácil discernir las diferencias entre los dos hemisferios.

De cualquier modo, el hemisferio derecho está considerado como el receptor e identificador de la orientación espacial, el responsable de nuestra percepción del mundo en términos de color, forma y lugar. John Huglings Jackson informó que un paciente con un tumor en el lado derecho del cerebro no reconocía objetos, lugares ni personas. Utilizando sus facultades somos capaces de situarnos y orientarnos; podemos saber por qué calle estamos caminando mirando simplemente la arquitectura de los edificios que hay a uno y otro lado de ella, esto es, la forma y aspecto de las fachadas, de los tejados y de las puertas de entrada. Si vamos caminando por la calle y reconocemos un rostro, la identificación de dicho rostro también corre a cargo de la memoria visual del hemisferio derecho. En cambio, el nombre que corresponde a la persona que posee dicho rostro conocido lo proporciona el hemisferio izquierdo. Muchas de las actividades atribuidas al inconsciente le son propias. Procesa la información mayoritariamente usando el método de síntesis, componiendo o formando la información a partir de sus elementos, a un conjunto. Controla, además, el lado izquierdo del cuerpo humano. En este caso, una embolia puede producir pérdida funcional o afectar las destrezas motoras del lado izquierdo del cuerpo. También puede causar alteración de la atención normal a la parte izquierda del cuerpo.

Los científicos se preguntaron sobre cuál sería el resultado de utilizar los dos hemisferios cerebrales de forma simultanea, respuesta que halló la neurología cuando comprobó que las personas habituadas a practicar la meditación, entran en un estado de extraordinaria claridad mental acompañada de una profunda relajación, es entonces cuando ambos hemisferios cerebrales funcionan de forma síncrona y armónica. Este parece ser uno de los beneficiosos efectos de la meditación: facilitar el uso simultáneo de ambos hemisferios, por ello, las personas que practican la meditación de forma habitual pueden reproducir este estado a voluntad.

Durante la mayor parte de nuestra actividad el hemisferio cerebral izquierdo es el que predomina, permaneciendo el derecho prácticamente inactivo. Constituye un hecho ampliamente reconocido que utilizamos una mínima parte del cerebro (del 10 % al 15 %). Mediante la estimulación óptico acústica se activan partes de nuestras redes neuronales que normalmente permanecen inactivas. Nuestro cerebro es entrenado en la consecución de un estado de sincronía en que ambos hemisferios trabajan al unísono. El resultado es un estado superior del pensamiento, las situaciones y problemas son observados desde una perspectiva más enriquecida. Todas las funciones intelectuales se ven favorecidas: memoria, agilidad mental, lucidez, expresión oral, etc.

Al descubrir que los hemisferios cerebrales operan de forma independiente, los científicos comprobaron que sólo utilizamos una parte del cerebro, fluctuando de un hemisferio a otro según la actividad que realicemos. Cada hemisferio recoge la misma información sensorial, pero la maneja de diferente modo, como si se utilizaran dos programas de ordenador diferentes. Sin embargo, hasta no hace muchos años, se pensaba que el cerebro tenía zonas exclusivas de funcionamiento, hasta que, por medio del diagnóstico por imagen, se pudo determinar que cuando se realiza una función, el cerebro actúa de manera semejante a una orquesta sinfónica en la que interactúan varias áreas. Además, se pudo establecer que cuando un área cerebral no especializada es dañada, otro área cerebral puede reemplazar sus funciones, lo que significa que nuestro cerebro es modificable.

Durante años los científicos mantuvieron que el tamaño del cerebro (peso, espesor de la corteza y número de neuronas) era hereditario y no cambiante. Recientes descubrimientos han demostrado que ciertas estimulaciones del cerebro procedentes del exterior causan un aumento en su tamaño, incluyendo el de las neuronas y las células de soporte del tejido nervioso. Por otra parte, se ha comprobado que mediante una estimulación apropiada del cerebro éste no sólo no pierde neuronas como cabría esperar con el paso del tiempo, sino que continúa creciendo, produciendo un aumento de inteligencia y un mejor funcionamiento.

Dos psicólogos de la Universidad de California realizaron un experimento con dos grupos de ratas y luego compararon los resultados. El primer grupo era mantenido en un entorno pobre en estímulos exteriores. Al segundo se le proporcionaba cierta cantidad de estímulos: compañeras de juego, laberintos, cilindros. Como era de esperar, el segundo grupo obtenía mejores resultados en los tests de inteligencia. Pero lo más sorprendente fue cuando los investigadores midieron y pesaron los cerebros de las ratas: los cerebros del segundo grupo, la ratas más listas, habían crecido y ganado peso. Se habían creado nuevas sinapsis, las conexiones entre las neuronas se habían multiplicado. Este estudio echa por tierra la conocida hipótesis según la cual nuestras neuronas mueren una tras otra y nuestro cerebro envejece irremediablemente.

Otro importante estudio tiene relación con las máquinas de la mente y fue realizado por los profesores de técnicas de aprendizaje Ferenc Sipos y Cary Howard. El estudio se realizó con 42 alumnos que se ofrecieron voluntarios y se basaba en la premisa de que lar reducción del estrés mejora la capacidad de aprendizaje. Incluía la utilización del S/E, el primer prototipo del que deriva toda la generación más moderna de los aparatos Megabrain. Estudios preliminares habían sugerido ya que el S/E, mejoraba el aprendizaje, al sincronizar e integrar los hemisferios. La experiencia resultó un éxito con los participantes, y muchos de ellos comentaron con entusiasmo como el aparato había mejorado su memoria y su capacidad de relajación.

La actividad de los órganos sensoriales se traduce en un estímulo eléctrico que llega al cerebro en zonas concretas de su corteza. Allí, cada neurona responde a los estímulos que le llegan. El conjunto global de neuronas produce un “ruido eléctrico” con un potencial de hasta 500 micro-voltios, cuya frecuencia viene determinada por el tipo y cantidad de estímulos recibidos. Cuando el cerebro recibe ciertos tipos de estimulación, sólo un “bip”, literalmente así de corto, hace que los circuitos nerviosos se activen y las neuronas creen nuevas conexiones entre ellas (dendritas). Los científicos han podido comprobar que cada estado mental (miedo, tristeza, amor, agresividad, etc.) está asociado a una específica actividad eléctrica y química del cerebro.

La consciencia se define como la percepción sensorial de las escenas, sonidos y olores que están cerca de nosotros. Pero nuestra consciencia incluye muchas más percepciones. Cualquier persona a través de la introspección será capaz de percibir en primer lugar gran cantidad de sensaciones corporales como la temperatura, el tacto, los diferentes puntos de presión en su cuerpo, tensiones acumuladas, el ritmo de su respiración o los propios latidos de su corazón, la saliva, la textura de su ropa, picores, dolores, etc. Además de estas diferentes percepciones físicas, a través de una concentración aún más profunda se volverá consciente de su estado mental y emocional, percibirá la variedad incesante de pensamientos y los diversos estados emocionales que estos generan, desde la alegría provocada por un espontáneo recuerdo de momentos felices de la infancia, hasta la súbita tristeza ante el pensamiento sobre un hecho trágico. Se volverá consciente de emociones vagas como la irritación, el entusiasmo o el aburrimiento. La persona puede alcanzar una percepción aún más abstracta siendo consciente del paso del tiempo, la propia mortalidad o la continuidad de su consciencia y la individualidad de su yo consciente.

Esta percepción personal de la propia vivencia interna se hace especialmente patente en los momentos de mayor intensidad emocional, sin embargo, hasta cierto punto está siempre presente en los momentos corrientes e incluso aburridos de nuestras vidas.

Un nivel de la consciencia es el pensamiento consciente, siempre estamos pensando, aun en los momentos de aparente inactividad; las ideas, aunque triviales, pasan continuamente por la consciencia. La mayor parte de los pensamientos están acompañado por reacciones en el comportamiento y pequeños movimientos involuntarios.

Cuando no estamos pensando activamente probablemente estamos soñando. según Signer, una persona tiene a lo largo del día hasta 200 sueños diurnos. Por consiguiente la consciencia es la suma de todas las diferentes percepciones.

Los estados de consciencia más usuales son los de vigilia y sueño, sin embargo, en ambos se distinguen cambios que expresan un estado psicocerebral variable de acuerdo a las sensaciones conscientes o subconscientes de cada persona. Estos cambios están directamente relacionados con la actividad eléctrica del cerebro. Esta actividad puede ser medida por el número de oscilaciones por segundo (hertzios).


Los estados de consciencia del cerebro varían con el sonido y el color. Nuestro cerebro sólo percibe unas gamas determinadas, casi imprescindibles, para funcionar con soltura en este medio tridimensional. A saber, de 20 vibraciones por segundo hasta 20.000 son perceptibles por nuestros oídos. Del rojo al violeta son los colores percibidos por nuestros ojos, aunque se extiendan mucho más. Todos los posibles olores y sabores también son vibraciones, como lo es el sinfín de texturas que podemos distinguir con nuestra piel. Pero el cerebro no sólo es receptor de vibraciones sino además es emisor. Gracias al electroencefalograma, está comprobado que el cerebro emite unas ondas de intensidad y frecuencia variable dependiendo del estado mental de la persona en observación.

En el océano sobre en el que se asienta nuestra consciencia se alzan cuatro tipos de ondas, que se distinguen según su margen de frecuencia. Estas ondas se clasifican en:


ONDAS DELTA: Tienen una frecuencia de 1 a 3 Hz. Se corresponden con el estado hipnótico, con el hemisferio cerebral derecho en plena actividad, sueño profundo y meditación y muy raras veces se pueden experimentar en estado de vigilia. Sus estados psíquicos correspondientes son el dormir sin sueños, el trance y la hipnosis profunda. Las ondas delta resultan de gran importancia en los procesos curativos y en el fortalecimiento del sistema inmunitario.

ONDAS THETA: Tienen una frecuencia de 4 a 7 Hz. Se producen durante el sueño (o en meditación profunda, entrenamiento autógeno, yoga...), mientras actúan las formaciones del subconsciente, con el equilibrio entre los dos hemisferios cerebrales en plenitud y armonía. Las características de este estado son: memoria plástica, mayor capacidad de aprendizaje, fantasía, imaginación e inspiración creativa.

ONDAS ALFA: Tienen una frecuencia de 8 a 12 Hz., se corresponden con estados de relajación, tranquilidad y creatividad, con el inicio de la actividad plena del hemisferio izquierdo y con la desconexión del hemisferio derecho. Se registran especialmente momentos antes de dormirse. Sus efectos característicos son: relajación agradable, pensamientos tranquilos y despreocupados, optimismo y un sentimiento de integración de cuerpo y mente.

ONDAS BETHA: Originan un campo electromagnético con una frecuencia comprendida entre 13 y 30 Hz. (vibraciones por segundo). Se registran cuando la persona se encuentra despierta y en plena actividad mental, correspondiéndose con estado de alerta máxima, vigilancia y miedo. Los sentidos se hallan volcados hacia el exterior, de manera que la irritación, la inquietud y los temores repentinos pueden acompañar este estado, es decir, se producen en situaciones normales, cuando estamos despiertos, conduciendo o trabajando, o lo que es lo mismo, en momentos de alto estado de alerta y/ o ansiedad.

ONDAS RAM-ALTA: Tienen una frecuencia de más de 28 Hz. y se manifiestan en momentos de alto estado de estrés y confusión.

Se sabe que el cerebro tiende a seguir los estímulos rítmicos y que se sintoniza con ellos. Por lo tanto, si hacemos que una persona oiga un ritmo de frecuencia 10 Hz. conseguiremos en un lapso de tiempo relativamente corte que alcance un estado de relajación inducido artificialmente, clasificado dentro de los estados alfa.

Cuando una persona se duerme, en un período de entre 5 y 10 minutos, se desplaza de un estado de relajación, caracterizado por la producción de ondas cerebrales alfa y acompañado por un lento movimiento de ojos, hasta la desaparición de las ondas alfa y su sustitución por ondas theta.

Las culturas y pueblos más antiguos utilizaban en sus rituales señales acústicas procedentes de sus instrumentos musicales junto a impulsos visuales originados por danzas con fuego para inducir estados alterados de consciencia. En los templos budistas se enseña a sus discípulos a sincronizar el cerebro con colocándolos entre dos campanillas que resuenan rítmicamente y simultáneamente dirigen a sus ojos rayos luminosos de sol mediante un sistema de espejos. Un efecto similar tenían los rituales con tambores: el ritmo llenaba el aire con ondas acústicas de una frecuencia determinada, y el chamán bailaba hasta que su consciencia llegaba a ser una con los tambores y caía en trance.

De la síntesis de estos descubrimientos aplicando la tecnología más vanguardista en estimulación óptico-acústica surgió la tecnología Megabrain ("mega-cerebro") ya que potenciaba éste como si se tratara de un músculo al practicar deporte.

Con la ayuda de las nuevas máquinas para el cerebro es posible mantenerse en este estado sin ningún esfuerzo. Recreando el "estado crepuscular"  (estado intermedio entre la conciencia vigil y onírica) mediante la ayuda del Megabrain, los psicólogos están logrando importantes resultados en la preparación de gente a aceptar afirmaciones e inducciones para un cambio positivo de conducta.

Cuando nos tendemos en la cama, durante un breve periodo de tiempo en el que no estamos ni despiertos ni totalmente dormidos, atravesamos una "zona crepuscular" que Arthur Koestler describió como "Estado de ensueño". Mucha gente asocia este estado somnoliento con imágenes incluso más fugaces y deshilvanadas que en los sueños y lo compara con un pase rápido de diapositivas (imágenes hipnagógicas). Gran cantidad de artistas y científicos han atribuido sus creaciones y descubrimientos a estas imágenes visualizadas en el estado crepuscular.

Koestler describe así el proceso: “Cuando temporalmente se abandonan los controles conscientes, la mente se libera de las represiones... Al mismo tiempo también entran en actividad otro tipo de imágenes, pertenecientes a niveles más primitivos de la organización mental”.

Investigaciones realizadas en  Europa, anteriores al desarrollo de estas máquinas, demuestran que el estado crepuscular  puede ser utilizado como herramienta en el aprendizaje. Por ejemplo, el método de tutorías ruso conocido como "hipnopedia" utiliza la repetición de material durante días ó semanas. Mientras el  estudiante está despierto, se le prepara mentalmente para que absorba el material durante el sueño. En el estado de sueño ligero se produce mayor aprendizaje que en los estados de sueño profundo: cuando el sueño se profundiza, el procesamiento cerebral cambia y dificulta la asimilación de material verbal complejo.

En Bulgaria, el científico Lozanov utiliza la "sugestopedia" con sus estudiantes. Hace que estos se relajen en sillas confortables y que focalicen su atención en música clásica. La información que debe ser aprendida es presentada por un instructor que modula su voz de acuerdo con el ritmo y compás de la música. Se les dice a los estudiantes que se concentren en la música, no en su voz, Lozanov ha demostrado que este tipo de aprendizaje es cualitativa y cuantitativamente diferente del que se produce en estado anormal despierto. El aprendizaje "surgestopédico" es más intuitivo y holístico, y la información se retiene durante más tiempo que bajo las condiciones normales del estado despierto.

En EE.UU., Elizabeth Philipos, de la Pepperdine University, ha adoptado la técnica de Lozanov para enseñar lenguas extranjeras. En 120 horas de entrenamiento los estudiantes de búlgaro asimilaron 1.800 nuevas palabras y fueron capaces de utilizarlas en el lenguaje hablado y escrito. Un estudio comparativo de este método con el tradicional mostró que los estudiantes "sugestopédicos" obtenían mayor provecho empleando sólo una tercera parte del tiempo normal de estudio.

La tecnología Megabrain desarrolló aparatos electrónicos que pueden dirigir estos estímulos hacia áreas concretas del cerebro y producir estados mentales específicos tales como: euforia,  recuerdos de experiencias alejadas en el tiempo, concentración profunda o creatividad intensa, facilitar el estudio, inducir la relajación y la reducción del estrés o aliviar el insomnio facilitando el sueño reparador. Lo que el Megabrain hace es poner en armonía toda las partes del cerebro, no sólo el intuitivo hemisferio derecho o el sobre-estimulado y analítico izquierdo. El resultado es claridad mental, mayor eficacia y un estado de bienestar. El aparato combina frecuencias de sonido y luz, mediante luces intermitentes y sonidos pulsantes. Interpreta un ritmo de ondas para el cerebro y este responde al estímulo creando un espectáculo de luces y sonido.

La actividad cerebral puede ser alterada y controlada mediante estímulos externos, incluyendo sonidos, luces, campos electromagnéticos y movimientos físicos. Así, ciertas ondas sonoras producen una respuesta de igual frecuencia que las ondas cerebrales, de manera que, a través de una señal audible, el cerebro responde a ellas reproduciendo los estados mentales producidos por él de forma natural y éste se sincroniza con dichas ondas. A este efecto se le conoce como Frecuency Following Response (FFR) o "Respuesta de Seguimiento a una Frecuencia" y es la base empleada por el Dr. Robert Monroe para la aplicación de sonidos neurológicos y sincronización de los hemisferios cerebrales mediante sonidos (método Hemysinc, o "Sincronización de los hemisferios cerebrales mediante sonidos"). Al igual que una copa de cristal resuena cuando se emite un tono puro, nuestro cerebro resuena cuando recibe ciertas frecuencias de ondas sincronizándose con ellas.

Como ya hemos visto, a cada tipo de onda cerebral le corresponde un estado psicológico y fisiológico. Si pudiéramos controlar conscientemente nuestra emisión de ondas cerebrales alcanzaríamos un completo auto-control sobre nuestras vidas. Podríamos pasar a voluntad de un estado de tensión, nerviosismo (ondas beta-alto) a un estado de paz, tranquilidad y relajación (ondas alpha). Nos sería posible inducir el sueño a voluntad generando ondas delta o aumentar nuestra concentración cuando fuera necesario incrementando nuestras ondas beta. Seriamos capaces de sintonizar nuestra mente en el estado óptimo para obtener el resultado necesario. Pero, desgraciadamente, la actividad eléctrica del cerebro pertenece al sistema neurovegetativo y no podemos tener un control voluntario sobre él, al menos en teoría. Los equipos Megabrain nos permiten modificar esta situación, a través de los leds incorporados en las gafas y de los auriculares estéreos, emiten frecuencias cíclicas de luz y sonido que, a través de los nervios ópticos y acústicos, llegan a la corteza cerebral. Se produce entonces el fenómeno que los neurofisiólogos denominan FFR. Nuestro cerebro se sintoniza con las frecuencias que están siendo emitidas por el equipo Megabrain. Así funciona un Megabrain, condicionando la actividad cerebral, externamente, mediante programas de luz y sonido especialmente diseñados para llevarnos al estado de consciencia elegido.

El Dr. Grey Walter observó que enviando "flashes" de luz rítmicos a los ojos y a ciertas frecuencias, el parpadeo de la luz, alteraba la actividad eléctrica del cerebro. La experiencia que vivieron las personas que recibieron estos estímulos relataban haber vivido experiencias fantásticas, decían haber vividos sus sueños como si fueran realidad, recordaban situaciones olvidadas de, incluso, su más lejana infancia, su respiración y su encefalograma era muy parecido al de personas que llevaban largo tiempo practicando técnicas de relajación sofisticadas. Grey Walter descubrió que ciertos estímulos visuales a determinadas frecuencias podían hacer que el cerebro respondiera ajustándose rápidamente a la misma frecuencia del estímulo que estaba recibiendo y la actividad eléctrica de las neuronas aumentaba hasta en un 280 %. Estas células cerebrales desarrollaban nuevas conexiones para poder procesar esa nueva y rica información, el cerebro estaba creciendo, gracias al ejercicio eléctrico que le estaba proporcionando a través de la estimulación luminosa.

De acuerdo con el Dr. Román Churuky, médico del North Jersey Developemental Center, y el Dr. Thomas Budzynski, del Behavioral Medicine Associates Clinic en Denver, incluso las personas extraordinariamente ansiosas y tensas puede relajarse profundamente con la máquina: actúa durante tres o cuatro días como tranquilizante. A través de la viva calidad de las imágenes producidas, Budzynski observó que la gente experimentaba una gran cantidad de “flashes" visuales correspondientes a la infancia, haciendo este tipo de aparatos muy útiles para acceder a recuerdos tempranos y olvidados, y una herramienta única para la psicoterapia y otras formas de autoexploración. También hay evidencias de otros psiquiatras que emplean los sincronizadores de ondas cerebrales Megabrain, que este sistema constituye un avance en la mejora de calidad de vida y en el desarrollo de las posibilidades del ser humano, así estos equipos ayudan a:

- Mejorar la memoria.
- Estimular la concentración.
- Mejorar la capacidad de aprendizaje.
- Aumentar la creatividad y la imaginación.
- Elevar el coeficiente de inteligencia.
- Ayudar a romper el  hábito de consumo de sustancias nocivas (tabaco, alcohol, drogas).
- Inducir el sueño aliviando el insomnio.
- Eliminar desordenes alimenticios.
- Reducir la ansiedad y el estrés.
- Ayudar a superar miedos y fobias.
- Alcanzar un comportamiento más equilibrado.
- Controlar estados emocionales.
- Regular el nivel energético.
- Conseguir estados de relajación profunda.
- Alcanzar estados de meditación similares a los conseguidos por los practicantes de yoga o zen mediante técnicas de relajación natural.
- Fortalecer el sistema inmunitario.
- Acelerar la curación.

Los beneficios del Megabrain sólo tienen una analogía reservada exclusivamente a los practicantes de la meditación, yoga y otras técnicas de interiorización. Monjes Zen en la universidad de Tokio, y anteriormente  yoghis en la India, mostraron que durante la meditación aparecía una predominancia de ondas alfa y theta en sus encefalogramas. Durante el estado de relajación y meditación, las ondas cerebrales de ambos hemisferios, generalmente no vinculadas entre sí, cambiaban y se movían con un único y sincrónico ritmo caracterizado por su alta coherencia.

Pero no se trata de un milagro, simplemente se trata de un sistema que sitúa al cerebro y al cuerpo en el estado óptimo para que la persona pueda funcionar con todo su potencial en armonía.

Las unidades Megabrain han sido sometidas a pruebas exhaustivas y minuciosas por lo que se garantiza que las unidades sincronizadoras han pasado con resultado satisfactorio el severo control de calidad al que son sometidas, por lo que están preparadas para trabajar en todos los tipos de ondas descritas anteriormente.

Para potenciar su efecto, las máquinas para el cerebro utilizan un material específico cuidadosamente preparado y grabado en CD's que incluyen programas verbales específicos con afirmaciones positivas, visualizaciones, sugestiones e inducciones, destinadas a cubrir un amplio espectro de necesidades: prosperidad, salud, abandono del abuso de sustancias, optimismo, etc. Con frecuencia se utilizan también CD's que contienen música para la relajación o sonidos sintéticos especiales. Estos sonidos estéreo conducen al cerebro hacia diferentes estados como la relajación y el sueño.

Es sencillo, mediante unos auriculares estéreo se envían separadamente señales sonoras a cada oído: señales de 400 y 404  Hz., por ejemplo, con un oído se escucha sólo la señal de 400 Hz. y con el otro se escucha la de 404 Hz., pero dado que los sonidos se combinan dentro del cerebro. éste escucha una tercera señal de 4 Hz. que corresponde a la diferencia entre los dos impulsó sonoros recibidos por separado. Esta tercera señal no es un sonido audible, sino una señal eléctrica que sólo puede ser creada por los hemisferios cerebrales actuando al unísono y puede pasar inadvertida. El resultado es que ambos hemisferios se focalizan simultáneamente en el mismo estado de consciencia, aumentando el poder cerebral.

 



Un equipo Megabrain combina frecuencias de sonido y luz, mediante luces intermitentes y sonidos pulsantes. Interpreta un ritmo de ondas para el cerebro y este responde al estímulo creando un espectáculo de luces y sonido. Para obtener esta combinación de luz y sonido suele constar de los siguientes elementos:


- Unidad de Control para monitorizar y regular los estímulos visuales y auditivos, consistente en una pequeña consola compacta y portátil que permite controlar manualmente el volumen y la intensidad de luz, así como selector de programa (relajación, estudio, creatividad, etc.), adaptadores para auriculares, gafas y toma de red, etc., incluso pueden incorporar un conector adaptable a equipos de música o PC.

- Gafas con cristales especiales para sentir una profunda oscuridad  con un led en cada cristal, regulables en intensidad, que, a través de "flashes" visuales, producen efectos y representaciones de luces de colores brillantes, imágenes estroboscópicas y caleidoscopios de colores.

- Auriculares estereofónicos a través de los que se reciben sonidos en las diferentes frecuencias mencionadas anteriormente y que se perciben como leves sonidos similares a un "bip-bip". Existen equipos en los que pueden ser sustituidos los programas auditivos por música relajante que acompaña a las luces emitidas por los leds de las gafas, ya que la música melodiosa y relajante produce el estado alfa que incita al cerebro a la tranquilidad y al relax facilitando así relajación y la serenidad.

Además, dependiendo del tipo de equipo, pueden incorporar un software para conexión al PC y CD's con programas específicos (relajación, estudio, creatividad, autohipnosis, etc.). En función del programa seleccionado, la sesión durará entre 30 y 60 minutos.

El sistema Megabrain no reemplaza, ni puede sustituir  la función de un médico ni el tratamiento por él prescrito, por el contrario lo complementa, puesto que es el médico quien realiza el diagnóstico final y el correcto tratamiento a seguir, que puede ser reforzado siempre con la técnica Megabrain que es un método no invasivo, totalmente inocuo, sin efectos secundarios y compatible con cualquier tratamiento médico.

Además de no crear dependencias, sus efectos son evolutivos y acumulativos. Se ha comprobado que tras un entrenamiento intensivo durante un tiempo, uno mismo puede provocar a voluntad los diferentes estados de consciencia, por ello se recomienda su uso continuado. Puede ser empleado tantas veces como se desee, pues cuanto más se utiliza más duraderos son sus efectos.

Únicamente existe una excepción: las personas que sufren epilepsia fotosensible, no deben utilizar los equipos Megabrain sin antes consultar con su médico especialista.

Aunque al principio requiera de una pequeña dosis de adaptación al encontrarnos rodeados de mandos y de los cables de consola, gafas y auriculares, su funcionamiento es muy sencillo. Uno puede colocarse los auriculares y las gafas, girar un botón selector de frecuencia, e instantáneamente evocar recuerdos vividos o un estado de alerta y concentración. Combinando sonido y luz rítmicamente, el doctor Georges vio que el efecto se potenciaba, produciendo una sincronización cerebral más rápida. Basta con seleccionar el volumen de sonido, la intensidad de la luz y el programa con el que queremos trabajar, sentarnos o tumbarnos en un lugar cómodo y silencioso, cerrar los ojos para que las luces no afecten a nuestra vista, relajarnos, respirar suave y pausadamente, olvidar las preocupaciones del día y disfrutar de los colores y del sonido, dejándonos llevar por las sensaciones que nos produce el conjunto audiovisual. Cuando finalice la sesión te sentirás más relajado, más lúcido y con un nivel de atención o alerta más alto y, con el uso continuado, tu memoria, tu capacidad para resolver problemas, tu respuesta creativa habrán mejorado, porque tus neuronas habrán desarrollado más dendritas y más sinapsis o conexiones entre ellas.

El estado crepuscular abre una vía directa hacia el inconsciente, la parte no racional de nuestro cerebro, que generalmente ignoramos. Si aprendemos a abrir esta vía de conexión voluntariamente o con la ayuda de máquinas y no por casualidad, quizá podamos resolver algunos conflictos de la mente consciente e inconsciente, conflictos que crean problemas en muchas áreas de nuestra vida. La dificultad reside en que la mayoría de la gente no permanece mucho tiempo en esta zona de transición. Así, la combinación de los descubrimientos neurológicos con la tecnología de vanguardia, representa un nuevo campo de exploración con posibilidades insospechadas para el desarrollo del potencial humano y la consciencia.

 


FUENTES:
Máquinas para Desarrollar el Cerebro
Equipos Megabrain


¿Cuál es tu Hemisferio Cerebral Dominante?


Como ya se ha explicado en el artículo sobre Megabrain, nuestro cerebro está dividido en dos hemisferios. De manera muy simplificada, se puede decir que ambos elaboran y procesan la información de forma diferente; mientras que el izquierdo procesa la información lógica y racional, el derecho es el responsable de la percepción y de la intuición. El hemisferio derecho controla la parte izquierda del cuerpo y, a la inversa, el izquierdo controla la parte derecha. Por lo general, en las personas diestras, el hemisferio dominante es el izquierdo, por el contrario, en el caso de personas zurdas, el dominante es el derecho y el hecho de ser ambidextro indica que las dos mitades del cerebro no han llegado a estar tan completamente especializadas como sucede en los individuos diestros y zurdos.

La imagen anterior, además de ser una mera curiosidad, puede servir de orientación para determinar cuál de los hemisferios cerebrales es el dominante en una persona. Para ello, observa la dirección en que gira la bailarina. Si la imagen se muestra estática, pulsa sobre ella para obtener una nueva pantalla donde aparecerá en movimiento.

Si ves a la bailarina girar en el sentido contrario de las agujas del reloj, significa que estás usando el hemisferio cerebral izquierdo, mientras que si la ves girar en el sentido de las agujas del reloj, estarás usando el hemisferio derecho. Si logras ver a la bailarina girar en ambos sentidos, significa que eres capaz de usar ambos hemisferios de manera alternativa.

Ahora que ya sabes cuál es el hemisferio que estás usando, puedes determinar si, efectivamente, el resultado obtenido en el test anterior se adapta a tu perfil consultando las tablas comparativas de las principales características de cada hemisferio cerebral.

Comparación entre las características de ambos hemisferios
Hemisferio Izquierdo
Hemisferio Derecho
Verbal: Usa palabras para nombrar, describir, definir.
No verbal: Es consciente de las cosas, pero le cuesta relacionarlas con palabras.
Analítico: Estudia las cosas paso a paso y parte a parte.
Sintético: Agrupa las cosas para formar conjuntos.
Simbólico: Emplea un símbolo en representación de algo. Por ejemplo, el símbolo anteror significa “ojo”; el signo + representa el proceso de adición.
Concreto: Capta las cosas tal como son, en el momento presente.
Abstracto: Toma un pequeño fragmento de información y lo emplea para representar el todo.
Analógico: Ve las semejanzas entre las cosas; comprende las relaciones metafóricas.
Temporal: Sigue el paso del tiempo, ordena las cosas en secuencias: empieza por el principio, etc.
Atemporal: Sin sentido del tiempo.
Racional: Saca conclusiones basadas en la razón y los datos.
No racional: No necesita una base de razón, ni se basa en los hechos, tiende a posponer los juicios.
Digital: Usa números, como al contar.
Espacial: Ve donde están las cosas en relación con otras cosas, y como se combinan las partes para formar un todo.
Lógico: Sus conclusiones se basan en la lógica: una cosa sigue a otra en un orden lógico. Por ejemplo, un teorema matemático o un argumento razonado.
Intuitivo: Tiene inspiraciones repentinas, a veces basadas en patrones incompletos, pistas, corazonadas o imágenes visuales.
Lineal: Piensa en términos de ideas encadenadas, un pensamiento sigue a otro, llegando a menudo a una conclusión convergente.
Holístico: Ve las cosas completas, de una vez; percibe los patrones y estructuras generales, llegando a menudo a conclusiones divergentes.


Principales Características de ambos hemisferios
Hemisferio Izquierdo
Hemisferio Derecho
Lógico, analítico y explicativo, detallista
Holístico e intuitivo y descriptivo, global
Abstracto, teórico
Concreto, operativo
Secuencial
Global, múltiple, creativo
Lineal, racional
Aleatorio
Realista, formal
Fantástico, lúdico
Verbal
No verbal
Temporal, diferencial
Atemporal, existencial
Literal
Simbólico
Cuantitativo
Cualitativo
Lógico
Analógico, metafórico
Objetivo
Subjetivo
Intelectual
Sentimental
Deduce
Imagina
Explícito
Implícito, tácito.
Convergente, contínuo
Divergente, discontínuo
Pensamiento vertical
Pensamiento horizontal
Sucesivo
Simultáneo
Intelecto
Intuición
Secuencial
Múltiple