miércoles, 25 de abril de 2012

Camino


Camino mis días,

desde esta vulnerabilidad sin asideros,

desde esta carne,

alma habitada,

sangre vibrante que canta a la tierra.



Camino en la sonriente calma,

que da la lágrima a tiempo,

que da el desierto a tiempo,

que da el tiempo mismo

con su danza redonda.



No hay nada que proteger,

pues esta debilidad

es fuerza que ordena universos

teje historia,

acuna mares.



Esta fragilidad es matriz,

comprensión infinita

y paso rítmico,

es cicatriz sabia,

parto diario

entre cenizas muertas.



Esta soy yo.

Este amasijo de vida,

que se reinventa,

renace,

se realinea

y respira con todo lo que respira.



(Ó Luzía Molina)


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