domingo, 22 de julio de 2012

El Paradigma Holístico



La "ciencia" (del latín "scientia", "conocimiento") significa un conjunto de informaciones del conocimiento humano adquirido sobre la realidad acumulada, por varias generaciones de investigadores, luego de haber sido debidamente validadas por el método científico. También se designa por ciencia a la investigación metódica de las leyes que rigen los fenómenos. Menos formalmente, la palabra ciencia generalmente comprende cualquier campo sistemático de estudio o, del conocimiento obtenido de este. El objetivo de la ciencia es proporcionar confort, paz y felicidad al ser humano. Carlos Alberto Tinocco dijo:

"La ciencia puede ser definida como una investigación metódica, causal y sistemática de la realidad, objetivando responder cuestiones, solucionar problemas y desarrollar de modo más efectivo los procedimientos para obtener respuestas y soluciones. Uno de los aspectos más importantes de la ciencia, además de su compromiso o subordinación con los imperativos sociales, es su característica de producir leyes y teorías capaces de permitir el dominio o la manipulación de la realidad. Un conocimiento, para ser científico, debe contener en su interior leyes y teorías capaces de permitir la predicción, la explicación y el control sobre los fenómenos abordados".

La ciencia evolucionó poco y desordenadamente hasta mediados del siglo XVI, sin bases bien establecidas tanto de estudio como de investigación, cuando pasó a ser fuertemente influenciada por el pensamiento de los grandes genios de entonces., principalmente Galileo Galilei, maestro de la deducción teórica, Francis Bacon, creador de la investigación empírica, René Descartes, creador de la geometría analítica e Isaac Newton, creador de los principios de la mecánica. Descartes desarrolló el método científico racional deductivo y defendió el dualismo de la naturaleza, esto es, materia (res extensa) y pensamiento (res cogitans); favoreció, asimismo, el dualismo del ser humano (cuerpo y alma, ambas bajo el amparo de Dios, cuya existencia él juzgó haber demostrado a partir del raciocinio lógico). Fue capaz aún de distinguir dos fuentes de conocimiento: la intuición y la deducción. Sin embargo, para él todo conocimiento humano dependería sólo de la razón o del pensamiento y nunca de la sensación o de la imaginación. Consideró que todos los cuerpos materiales, incluyendo el humano, son como máquinas, cuyo funcionamiento obedece a principios mecánicos. Newton consolidó el método racional deductivo de Descartes -y así surgió el paradigma cartesiano-newtoniano, que influenció y prácticamente influencia aún hoy a todos los campos del conocimiento humano. Según José Carlos Köche, la interpretación newtoniana del método científico, característicamente positivista y empirista, generó una ciega confianza en la ciencia, sostenida en la certeza y precisión de los resultados de las teorías obtenidas por procedimientos experimentales juzgados infalibles:

"Era, por lo tanto, un conocimiento que había alcanzado la “objetividad”, es decir, era un espejo fiel de la realidad, fundamentado en los hechos y no en las suposiciones de la subjetividad humana. El experimento de la física, siguiendo la teorización coherente con el paradigma newtoniano, pasó a ser un modelo ideal que debería ser copiado por todas las otras áreas del conocimiento".

Este énfasis en el método analítico se hizo una característica esencial del culto de la ciencia. Fue el que posibilitó llevar el hombre a la Luna en pleno siglo XX, pero su exceso de dominación en los medios científicos también llevó a la fragmentación característica de las especializaciones de los medios académicos, llenos de cientificismo y, en el pensamiento en general.

Los paradigmas, Significados y Objetivos
Un paradigma es un conjunto de teorías, valores, técnicas, modelos y construcciones compartidas por los miembros de una comunidad, y cuyos supuestos no funcionan como hipótesis, sino como creencias estratificadas. La creencia es la insistencia en que la verdad es lo que uno desearía que fuera.

El concepto de paradigma y su relación esencial con el pensamiento científico fue introducido en 1962 por Thomas Kuhn. Para este historiador de la ciencia, un paradigma es un logro intelectual capital que subyace a la ciencia y guía el transcurso de las investigaciones.

Paradigma, término que procede del griego "paradéigma"  que significa “modelo”, “patrón”. Por paradigma se entiende el conjunto de reglas y/ o normas según los cuales el mundo es percibido, condicionando el ser humano en su manera de actuar y de responder a las diversas situaciones que la vida le ofrece.

Según María José Estéves de Vasconcello, el término paradigma ha sido ampliamente usado para referirse a la forma en que el ser humano percibe y actúa en el mundo. Estas son sus palabras al respecto:

"Definimos los paradigmas como conjuntos de reglas y normativas que, además de que establezcan límites ― como lo hacen en general los patrones de comportamiento ―, esas reglas y esas normativas van a decirnos cómo tener éxito en la solución de situaciones / problemas, dentro de esos límites".

La palabra paradigma significa modelo o patrón a ser seguido hacia el estudio de los fenómenos y de la realidad. Representa un sistema de "aprender" a aprender y determina normas para el desarrollo del conocimiento futuro. O sea, un paradigma significa algo que sirve como parámetro de referencia para una ciencia, como un faro o estructura considerada ideal y digna de ser seguida. Se puede decir que un paradigma es la percepción general y común -no necesariamente la mejor- de verse determinada cosa, sea un objeto, sea un fenómeno, sea un conjunto de ideas. Al mismo tiempo, al ser aceptado, un paradigma sirve como criterio de verdad y de validación, y reconocimiento en los medios donde es adoptado. Está conectado a un conjunto de creencias que acaban haciéndose el punto de referencia para una conducta en determinada área, que acaban haciéndose un método de direccionamiento. Tal vez la manera más fuerte de definir el concepto de paradigma sea decir que representa los contenidos de una visión del mundo. Eso significa que las personas que actúan de acuerdo con los axiomas de un paradigma están unidas, identificadas o simplemente en consenso sobre una manera de entender, de percibir, de actuar acerca del mundo. Por ejemplo, la ciencia ya fue dominada por el pensamiento geocéntrico, que estableció toda una producción intelectual coherente con la visión de mundo de este paradigma que establecía que la Tierra era el centro del Universo. Por lo tanto, quien afirmara algo como "la Tierra es sólo uno de entre millones de otros planetas, y ni aún es el más significativo de ellos" estaría destinado a ser considerado loco, ignorante o algo parecido.

Posteriormente, observaciones demostraron que esta visión era falsa y fue siendo sustituida -después de intensa y violenta resistencia de los sabios que defendían el antiguo paradigma- por el sistema heliocéntrico de Copérnico. Este modelo, sin embargo, fue percibido como imperfecto por los avances en astronomía y fue perfeccionado por los descubrimientos de la gravitación universal de la física newtoniana; ésta, por su parte fue drásticamente remodelada en el siglo XX por la Mecánica Cuántica y por la Teoría de la Relatividad, no sin una fuerte resistencia de incontables doctores y académicos formados en la cartilla clásica de Newton y seguidores, y su sólida visión mecanicista de la naturaleza. Cada una de esas fases del pensamiento científico fue bien sucedida en determinados períodos de tiempo. Dando nuevas perspectivas para la comprensión de la realidad física, condicionaban la actitud científica y establecían cuáles serían los criterios de investigación, frecuentemente conectados a la manera como se esperaba que el mundo debiera funcionar de acuerdo con el modelo (paradigma) adoptado.

De este modo, queda claro que la ciencia no es un proceso de descubrimiento, en el sentido estricto, de una realidad dada, sin embargo parece ser más un proceso de construcción intelectualmente coherente para explicar ciertos fenómenos. O, en otras palabras, la ciencia se construye encima de algunos fundamentos filosóficos bien definidos, aunque no sean muy conscientes. Así, el modelo que es implícitamente tenido como el único válido inconscientemente, induce una percepción de mundo, de entre varias otras igualmente posibles e igualmente coherentes. La inmersión en un paradigma, especialmente en el paradigma dominante, prepara al científico para hacerse miembro de una comunidad científica a la que se sienta atraído. Él es entrenado para investigar, actuar y hablar dentro de los criterios del paradigma aceptado. Cualquier investigación que parezca ir más allá de los límites establecidos es vista con desconfianza, cuando no totalmente minada y descartada como no-científica. Estas comunidades, adoptando el mismo modelo de ciencia, inducen a sus simpatizantes a que sigan las mismas reglas básicas y patrones comunes de prácticas científicas tenidas por validadas. Según Henri Poincaré:

"La ciencia ya no es que una regla de acción. Somos impotentes para conocer lo que quiera que sea, pero, estamos involucrados, necesitamos actuar y, por la vía de las dudas, fijamos reglas. Es al conjunto de esas reglas que llamamos ciencia"

De igual modo, esta comunidad se inscribe dentro de una comunidad mayor que establece por medio de la financiación y fondos de investigación, la atmósfera general y las referencias más básicas para el florecimiento de un determinado paradigma que se hace dominante y que auxilia, en la aplicación práctica del conocimiento, una determinada clase a alcanzar, mantener, o mejorar el poder económico. Los que dividen de un determinado paradigma aceptan la descripción del mundo que les es ofrecida sin criticar los fundamentos íntimos de tal descripción. Esto significa que la mirada de ellos está estructurado de manera a percibir sólo una determinada constelación de hechos y relaciones entre esos hechos. Cualquier cosa que no sea coherente con tal descripción pasa desapercibida; es vista como elemento marginal o sin importancia.

Normalmente, las personas comunes no dan cuenta de los paradigmas que orientan sus acciones. Las personas de sentido común difícilmente pueden ver las fuerzas que gobiernan su vida. Ya el científico, al menos dentro del restricto espacio de su trabajo disciplinar, debe intentar mantener claro cuáles son las premisas, los valores, los dogmas, los principios que estructuran su mirada sobre el fenómeno que está observando. Esto no significa que él consiga tal proeza en su totalidad, pero que, mientras científica, él sabe que lo que observa es el resultado de conexiones profundas con sistemas de valores que forman parte de una manera particular de ver el mundo. Saber esto no cambiará el resultado de su investigación, sólo lo mantendrá antenado con el abanico de posibilidades que su paradigma le permite percibir y con los límites que éste le impone imperiosamente. Saber esto le permitirá, es decir, lo más importante, saber cuando él está actuando dentro de los límites del paradigma, y cuando y porque razones él podrá o deberá transgredirlos. Finalmente, saber sobre los paradigmas de la ciencia que practica, permite al científico, transitar con libertad entre ellos, criticar unos y asumir otros, combatir unos y defender otros, e inclusive, mezclar, cuando sea necesario, elementos de diversos paradigmas.

De la misma forma, no entender el sentido, la dinámica y las posibilidades de los paradigmas, deja al científico a la merced de la dictadura que cada visión de mundo impone a los que creen en ella. El científico no sabrá realmente porque entrevé esto y no aquello, no entenderá realmente el sentido de las series de hechos, no tendrá condiciones de interpretar coherentemente conjuntos de fenómenos, no tendrá condiciones de afirmar o negar con autoridad ni podrá sostener sus puntos de vista ni sus críticas. De la misma manera, no podrá enfrentar críticas y no tendrá condiciones intelectuales de defender el trabajo. Es decir, válido para cualquier área, tanto de las ciencias naturales como de las ciencias sociales y humanas. Por lo tanto, el principiante en el campo de las ciencias, debe considerar la necesidad de establecer un mapa paradigmático que le permita entender su posición como investigador de una determinada ciencia y la posición de este frente al contexto de todas las ciencias que emergieron en lo que se llama de modernidad.


El paradigma Newtoniano-Cartesiano
Hasta el siglo XVI el Universo era considerado vivo y espiritual. La ciencia se encontraba vuelta hacia la comprensión y el significado de las cosas, sin la tentativa de controlar y dominar la naturaleza. Francisco di Biase afirma que Fritjof Capra realizó una síntesis entre el pensamiento científico occidental y el pensamiento místico oriental. El autor describe que:






"Capra demostró la analogía existente entre la moderna física subatómica, los actuales conceptos sistemáticos (holísticos) de la medicina, de la biología, de la psicología y de la sociología y las tradiciones místicas orientales. Tanto el método racional subjetivo y experimental del hombre occidental, cuanto el método intuitivo, subjetivo y experimental, de las tradiciones orientales, son diferentes vías capaces de alcanzar la misma realidad última: el Campo Unificado de la Física en la Ciencia, el Campo Universal de Brahman en el Hinduismo, la Morada del Padre en la Tradición Judaico-Cristiana y Mahometana, el Dharmakaya en el Budismo, el Proceso Orgánico del Tao en el Taoísmo. Las tradiciones místicas orientales no son religiones en el sentido occidental, o sea, un medio para alcanzar alguna divinidad por encima del hombre. En las religiones orientales, sus métodos constituyen en alcanzar la autoliberación, por la integración de la mente la una Conciencia Universal".

Desde que el filósofo y matemático René Descartes cristalizó de modo definitivo la idea de la división de la ciencia en humanas y exactas, se ha visto toda una vasta gama de actitudes y comportamientos compatibles con la idea dominante del Universo como un sistema mecánico. El método cartesiano, referente a Descartes, instaló una nueva forma de pensar y de considerar al Universo, según lo cual el mundo natural es una maquina carente de espiritualidad y, por lo tanto, debe ser dominada por la inteligencia humana y ser colocada a su servicio.

Por intermedio de Isaac Newton, brillante físico, astrónomo, místico y matemático inglés, surgió la física matemática, y el mundo pasó a ser visto como una máquina, no existiendo nada de vida o espiritualidad en la materia. Para él, tiempo y espacio eran absolutos e independientes del mundo material. El tiempo era considerado lineal, y el espacio, tridimensional, absoluto y constante. Descartes y Newton no negaban la existencia de Dios, por el contrario. Pero para ellos materia era materia, independientemente del observador. En la visión mecanicista, el énfasis pasó a ser lo concreto, lo material, lo palpable y lo mensurable, descalificando e invirtiendo los puntos de abordaje anteriores. En esta visión de realidad y del hombre, por lo tanto, sólo es verdad, sólo tiene existencia concreta en lo real, los fenómenos percibidos por los órganos sensoriales del cuerpo o lo que es medido por instrumentos tecnológicos precisos.

Todo aquello que no puede ser medido, cuantificado y experimentado, no es real. El paradigma mecanicista agrupa todos los paradigmas que aceptaron la visión de mundo de René Descartes. El paradigma newtoniano-cartesiano, así se conoció porque sus líneas maestras fueron concebidas y, en su mayor parte, consolidadas por los trabajos notables de René Descartes e Isaac Newton. En el paradigma newtoniano-cartesiano el pensamiento dominante es lo de la creencia fundamental de que todo está separado de todo, olvidando las características propias de un conjunto. Este paradigma, simplificadamente, parte de la presuposición de que, para conocer el todo, es preciso fragmentarlo en sus componentes y estudiar cada uno de ellos separadamente. El todo sería el resultado de la unión y ligazón de esas partes menores. Por ejemplo, para conocer el funcionamiento de una máquina, es preciso desmontarla en sus partes. Es decir, dividir para conocer.

Este paradigma se caracteriza por idealizar una realidad, o mejor, una concepción / visión del mundo mecánica, determinista, material y compuesta, o sea, parte de la presuposición de que el Universo es una máquina compuesta por "piezas" menores que se conectan de modo preciso. Se toma el reloj como metáfora del mundo, y se pasa a tratar las personas como máquinas. De esa forma, hasta el momento actual, el paradigma newtoniano-cartesiano dominó en la ciencia y en las otras áreas del conocimiento, científico o no. Esa concepción de mundo tuvo un gran impacto en todas las ciencias modernas que hoy se considera clásicas: física, química, biología, psicología, sociología, medicina, entre otras, y todas las consecuencias tecnológicas que de ahí resultaron. Paralelamente, los métodos de tratamiento en diversas áreas siguieron ese rumbo.

Con respecto a la salud, especialmente a la medicina, el paradigma vigente ha ejercido también una notable influencia. La extrema fragmentación de las especializaciones tiene su fundamentación filosófica en una pretendida visión científica de un Universo mecanicista. El énfasis académico de la especialización casi ha hecho desaparecer la figura del clínico general y llevado a la fragmentación extrema de las áreas médicas en superespecializaciones. En los últimos trescientos años, en la cultura, se adoptó la concepción de cuerpo humano como una máquina, a ser analizado en términos de sus partes, siendo el papel del médico semejante a lo de un mecánico (visión cartesiana) y un profundo e irracional desprecio por los aspectos psicológicos de la enfermedad. La mente y el cuerpo están separados, la enfermedad es vista como un mal funcionamiento de mecanismos biológicos, y la salud es definida como la ausencia de enfermedad. El profesor de filosofía, de la Universidad de California - EUA, Paul Churchland comenta:

"Si existe realmente una división entre mente y cuerpo, parece que Descartes no llegó a identificar con precisión su línea divisoria".

La ideología del paradigma newtoniano-cartesiano encontró todo el apoyo financiero para mantenerse, en la medida en que las investigaciones más acordes con sus presuposiciones recibieron y reciben recursos varios mientras las investigaciones menos técnicas (según sus parámetros), más ecológicas y/ o humanistas parecen ser desmerecidas o rechazadas, recibiendo poca o ninguna atención de los poderes económicos. Y es tal el enraizamiento de este paradigma que queda incluso difícil de creer o aceptar que otras formas de ver y comprender el mundo tengan alguna validez intrínseca y/ o sean tanto o más perfectas que esta visión cientificista.

Macy y Brown denuncian que la ciencia clásica se desvió de la visión orgánica y ecológica del mundo. Las autoras proponen un cambio holístico en la convivencia, capaz de contraponerse a la visión analítica y mecánica predominante en la sociedad. En sus palabras:

"El cambio holístico en la convivencia no significaría, pero sí exigiría, un carácter único de cada parte y de su punto de vista. Comenzaría, de modo casi imperceptible, con un sentido de destino común y la intención compartida de encontrarlo en conjunto. Comenzaría a emerger en comportamientos inesperados, con individuos en incontables lugares encontrándose para hablar y reflejar sobre lo que está aconteciendo en sus vidas, en su mundo. Se manifestaría en una imprevisible gama de acciones espontáneas, con las personas saliendo de su confort particular, donando tiempo y asumiendo riesgos en nombre de la Tierra y de sus hermanos y hermanas".

Se trata de una propuesta que remite al concepto de una Tierra viva en contraste a una Tierra con vida. Dar crédito al viejo paradigma newtoniano-cartesiano durante cuatro siglos endureció el lado más trascendente del ser, pero por otro lado, posibilitó grandes avances en diversas áreas. Lo correcto es que el paradigma mecanicista transformó el mundo medieval en el mundo moderno que hoy se vive. De hecho, la crisis que se vive hoy en todas las áreas, desde la ecológica, pasando por la social hasta la individual y espiritual, es responsabilidad del paradigma cartesiano. El filósofo Thomas Kuhn define:

"Todas las crisis inician con el oscurecimiento de un paradigma y el consecuente relajamiento de las reglas que orientan la investigación normal. Las crisis pueden terminar de tres maneras. Algunas veces la ciencia normal acaba revelándose capaz de tratar del problema que provoca la crisis, en otras ocasiones el problema resiste incluso la nuevos abordajes aparentemente radicales  o, finalmente, una crisis puede terminar con la emergencia de un nuevo candidato a paradigma y con una consiguiente batalla por su aceptación".

Las escuelas médicas cartesianas enfatizan la enfermedad en detrimento del enfermo; no llevan en cuenta que la enfermedad representa sólo una manifestación exteriorizada de problemas interiores del ser. Da énfasis en la parte y negligencia en el todo. La tecnología moderna investiga bien la enfermedad, pero es fría, impersonal, insensible e incapaz de adentrar en el alma del paciente.

Para Thomas Kuhn la novedad generalmente aparece solamente para aquellos que, conociendo con precisión lo que deberían esperar, están en condiciones de reconocer que algo está errado. La anomalía aparece en contraste con el plan de fondo suministrado por el paradigma vigente. Mientras más preciso y mayor que sea el alcance de este paradigma, más sensible será el indicador que él suministrará de la anomalía y, por eso aún, la oportunidad para un cambio. La resistencia la cambios es una garantía para una aceptación posterior, pues prueba que fue cercada de todas las precauciones metodológicas. Con eso, la ciencia “normal” es, al mismo tiempo, un obstáculo y una garantía de seriedad para el nuevo paradigma emergente.

Las dificultades en aceptar el nuevo paradigma, según Maria José Estéves de Vasconcellos, se debe al hecho de que, además de influir sobre nuestros pensamientos y percepciones, nuestros paradigmas también influencian nuestras acciones. En sus palabras:

"Hecho el ultrapasaje, o sea, el cambio de paradigma, el científico sistemático amplía el foco, rescata e integra la ciencia tradicional, porque él propio ya no es el mismo, volvió a ver sus presuposiciones, tiene un nuevo modo de estar en el mundo. Este sí, el científico, y no la ciencia, pasó por una metamorfosis y ahora vivirá sus acoplamientos estructurales a partir de esa su nueva estructura".

El Paradigma Holístico
Con la llegada del siglo XX, el desagrado de que el cuadro científico es como una ventana que deja ver sólo una parte ínfima de la realidad, ha estimulado una notable tentativa de construir una visión más holística, humana, orgánica y ecológica de la realidad. Fritjof Capra  describe en sus palabras:



"En las décadas más recientes, se concluyó que todas esas ideas y esos valores están seriamente limitados y necesitan de una revisión radical".

Este descontento con el modelo mecanicista y de su consecuente visión del mundo fue expresado de manera clara por varios grandes científicos, como Max Planck, Niels Bohr y tantos otros. El marco inicial, que fue concepto de "quantum" (del latín, "en singular") de Max Planck. Por medio de Albert Einstein, gran científico y matemático de esa era, la manera de ver el Universo se modificó una vez más. De cierta forma, ella retornó a la percepción de mundo del siglo XIII, es decir, a un prisma más integral. Es esa búsqueda la de una visión de conjunto, una visión del "todo" - que posee características propias independientes de las características de sus partes constituyentes, que recibe el nombre de holismo. Los sabios de la antigua Grecia ya usaban el término holismo, Heráclito afirmaba que “el Todo está contenido en el Uno”, o que “las partes están en el todo y el todo en las partes”. O sea, cada uno al mejorarse, mejora el mundo todo.

La palabra holismo posee el prefijo griego "holos" que posee el significado de entero, completo, total, integral. "Holística" es un término usado con el significado de totalidad, para decir que los fenómenos del Universo acontecen de modo simultáneo y interdependiente.

A partir de Albert Einstein, se creó el paradigma einsteiniano (E=mc²) que predica:

“Energía y materia son dos manifestaciones diferentes de la misma sustancia universal. Esa sustancia universal es la energía o vibración básica de la cual todos nosotros estamos constituidos”.

En 1905 Einstein desarrolló la Teoría Especial de la Relatividad que predica “el continuum espacio-tiempo”, donde el espacio no es tridimensional y el tiempo no es una entidad separada, sino que están íntimamente conectados entre sí, formando un continuo tetradimensional (cuarta dimensión).

El abordaje "bootstrap", en la física de partículas, creada por Geoffrey Chew en 1959, en la Universidad de Berkeley, en Estados Unidos de América, se basa en la idea según la cual la naturaleza no puede ser reducida a entidades fundamentales, como bloques de construcción de base hechos de materia, pero debe ser enteramente comprendida a través de su autoconsistencia.

El extremo sentimiento de malestar que muchas personas sienten delante de los complejos y trágicos problemas de la actualidad han llevado a la búsqueda de un diálogo entre los varios núcleos del saber y de la actividad humana. Por ejemplo, se tiene a la ONU y la UNESCO como grandes organizaciones internacionales que recogen de manera conjunta soluciones para muchos de los actuales problemas humanos, sin hablar de los movimientos de encuentro interdisciplinarios y la búsqueda por la acción cooperativa en todos los ámbitos.

Hoy, para la Organización Mundial de la Salud, el ser humano es un ser biopsicosocial; salud se sobreentiende como un perfecto equilibrio entre los tres componentes y no simplemente ausencia de síntomas.

Las enfermedades pueden ser consideradas, por lo menos las adquiridas, un resultado de desequilibrio en uno o más componentes del individuo. En otras palabras, significan una exteriorización de disturbios íntimos de la esfera física, psíquica y/ o social de la persona. Una perturbación en uno de los componentes va, ineludiblemente, a reflejar en los otros dos, por que están interrelacionados e indisociables (en el individuo), generando entonces una secuencia de eventos que, en último análisis, se manifestarán como síntomas y señales de una enfermedad. La percepción del ser humano en su totalidad adopta este sistema de síntesis o agregación de los componentes del ser, al contrario del método cartesiano analítico, reducionista, fragmentario o disociativo. Procura juntar para conocer. Enfatiza el físico, pero íntimamente interrelacionado con la mente, la conciencia, el espíritu y con las energías del Universo. Considera la enfermedad adquirida no como causa, pero como consecuencia del disturbio interior del ser y admite que el tratamiento limitado a ella, la enfermedad, es muchas veces insuficiente para alcanzar la cura definitiva. Las enfermedades tendrían, necesariamente, un fundamento mucho más allá de la percepción actual y, con certeza, pasarían por las diferentes dimensiones del ser hasta que se manifiesten en el cuerpo, etapa más evidente de ese proceso. Muchas escuelas, como la Gestalt, por ejemplo, en psicología y en otras áreas en las que se ha intentado - enfrentando la tesis mecanicista, vigente en los medios académicos - construir una visión más integrativa del ser humano. Es la propia ciencia, en aquello que el paradigma newtoniano-cartesiano no consigue explicar que se permita el surgimiento de nuevas concepciones y de nuevas visiones de la realidad, como en el caso, también, de la psicología transpersonal. Pierre Weil describe:

"La psicología transpersonal es un ramo de la psicología especializada en el estudio de los estados de conciencia; ella lidia más especialmente con la "experiencia cósmica" o los estados dichos "superiores" o "ampliados" de la conciencia".

Los estudios de la física cuántica abordan diversos temas conectados a la energía y han despertado un nuevo conocimiento, interés y postura por parte de varios profesionales en el mundo. El nuevo paradigma introduce, con la física de Einstein, parámetros de mundo que permiten pensar la naturaleza, la sociedad y la psique humana de manera enteramente diferente de la descripción mecánica. El nuevo paradigma es la apertura para La visión holística, donde tiempo y espacio son relativos, interdependientes e interrelacionados. El espacio es considerado cuadridimensional, y el tiempo no es lineal. El Universo, bajo la óptica de la física moderna, es uno todo dinámico, indivisible, y sus partes están interrelacionadas.

Aquí el hombre no es sólo percibido individualmente, más que como un ser interrelacionado, interconectado consigo mismo y con sus aspectos socioeconómicos, familiares y espirituales. Por lo tanto, en el nuevo paradigma, lo abstracto es valorado, así como el lado vivo y espiritual. Busca ser un modelo científico basado en la interrelación de los fenómenos, donde todo tiene que ver con todo, no sólo en el ser humano, sino en todo Universo, en una ligazón que une todo a todo. Este paradigma considera cada elemento de un campo como un evento que refleja y contiene todas las dimensiones de un campo. Es una visión en la cual el todo y cada una de sus sinergias están estrechamente conectados en interacciones constantes y paradojales. Son características del nuevo paradigma las paradojas; las tendencias a existir y a ocurrir, no más la certeza y el determinismo; hasta algo que parecía ser tan determinista como la física, pasa a ser probabilística.

En la medicina occidental, el médico que goza de la más alta reputación es el especialista, con un conocimiento detallado sobre una parte específica del cuerpo. En la medicina china, el médico ideal es un sabio, que entiende que todos los modelos del universo funcionan en conjunto. La buena práctica médica actual exige, por lo tanto, que se entienda el enfermo para explicar su enfermedad. Esta nueva realidad forma parte del nuevo paradigma, el holístico, que, se cree, deberá suplementar al antiguo paradigma cartesiano-newtoniano y agrandar el conocimiento del todo. Bajo este nuevo paradigma, se espera que el médico se vuelva más al ser humano entero, utilizando medios existentes –o aún por existir– que verdaderamente puedan favorecer su equilibrio global. La influencia del método en el campo de la psicología se refleja, por ejemplo, en creerse que la conciencia y los procesos mentales nada más son que productos del cerebro, de las conexiones y sinapsis entre las neuronas, de las modulaciones bioquímicas, finalmente, se restringe el pensamiento y toda actividad mental a la actividad neuronal. La Psicología se encaminó por teorías y técnicas en que la persona era vista como fragmentada, teniendo partes aisladas y sin posibilidad de integración dentro de sí misma. Pierre Weil describe:

"El ser humano busca aún la fuente de la felicidad fuera de sí, ya no percibe que es víctima de una ilusión óptica, de una fantasía fundamental; esta fantasía constituye la fuente de esta búsqueda compulsiva y repetitiva de este paraíso que en el fondo jamás perdió, pero que sólo está velado. Este velo es la fantasía de la separatividad".

La idea de universo como un gigantesco holograma fue propuesta por el físico David Bohm y por el neurologista Karl Pribam. Esta idea sugiere la existencia de un nivel de realidad más vasto y fundamental, responsable por la generación de todos los objetos y manifestaciones del mundo material. David Bohm fue detector de un pensamiento revolucionario sobre la naturaleza y el funcionamiento del universo. Una cosmología esencialmente filosófica propone la existencia de un nivel "subcuántico" aún desconocido científicamente, por él llamado de “orden implícito”.

Se está comenzando a prever y a construir un modelo científico que se basa en el concepto de relación, que es mucho más amplio que el de análisis, como el usado por la ciencia normal. Ya no son solamente las partes constituyentes de un cuerpo o de un objeto que son de fundamental importancia para la comprensión de la naturaleza de ese objeto, sino el modo como se expresa todo ese objeto, y como él se inserta en su medio. Las partes que constituyen un sistema tienen un notable conjunto de características que se ven en el ámbito de las partes, pero el sistema entero, el todo –el holos–, frecuentemente posee una característica que sobresale por sobre la mera suma de las características de sus partes. Por ejemplo, se sabe que tanto el hidrógeno como el oxígeno son constituyentes fundamentales en el proceso de combustión. Pero se juntan esos elementos y se forma el agua, que se usa para combatir la combustión. El Todo no elimina las características de las partes, pero estas, cuando en relaciones íntimas, dan el sustrato a una nueva forma, cuyas características trascienden a las de las partes constituyentes.

La ecología es la ciencia moderna que mejor puede demostrar esta relación parte/ todo en íntima simbiosis. De la misma forma, se puede decir que las piezas de un rompecabezas, cuando separadas, nos dicen muy poco o nada de lo que sea el rompecabezas. Solamente cuando se ve las piezas en su conjunto, y, de cierto modo, desde un nivel en que ellas dejan de ser vistas como piezas, es que se puede comprender el mensaje del rompecabezas. Así también, se piensa que el mecanicismo reducionista y fragmentador del paradigma newtoniano-cartesiano ya dio lo que tenía que dar. Se cree que después de tres siglos de énfasis en el análisis, esta es la hora de comenzar a construir un modelo que también estimule la síntesis. Mientras el mecanicismo científico ve el Universo como una inmensa máquina determinista, el holismo, sin negar las características mecánicas que se presentan en la naturaleza, percibe el Universo más como una red de interrelaciones dinámicas holográficas.

A partir del momento en que algo pueda ser al mismo tiempo una partícula —es decir, una entidad confinada a un volumen extremadamente pequeño— y una onda que se esparce por una extensa región del espacio, formando pues una paradoja, se creó la formulación de la teoría cuántica. Su desarrollo tuvo inicio a partir del descubrimiento de que la energía de la radiación térmica no era emitida continuamente, pero aparecía bajo la forma de paquetes “de energía”. Según Fritjof Capra:

"Einstein denominó esos paquetes de cuantos, reconociendo en ellos un aspecto fundamental de la naturaleza. Einstein fue suficientemente valiente como para postular que la luz y todas las demasiadas formas de radiación electromagnética pueden aparecer no sólo como ondas electromagnéticas, sino igualmente, bajo la forma de esos cuantos. Los cuantos de luz, que dieron a la teoría cuántica su nombre, han sido aceptados desde entonces como partículas genuinas, que son actualmente llamadas fotones. Son partículas de un tipo especial, desprovistas de masa y que siempre se desplazan a la velocidad de la luz".

Existe una interrelación entre el observador humano y las propiedades de cualquier objeto atómico. Amit Goswami resalta en sus palabras:

"En la interpretación de la mecánica cuántica basada en la conciencia, se reconoce que la conciencia es tanto necesaria cuanto suficiente para realizar la tarea de colapsar la onda de probabilidad. La suficiencia es fácil de percibir: siempre que observamos algo, vemos realidad, no posibilidad. Consecuentemente, la observación conciente debe ser suficiente para colapsar la posibilidad en realidad".

Ellas sólo pueden ser comprendidas cuando hay una interacción del objeto con el observador. Ken Wilber comenta:

"Se suponía que era real lo que podía ser objetivamente observado y medido: sin embargo, esas “realidades finales” no podían ser totalmente observadas ni medidas, en ninguna circunstancia, y esto, para decirlo de algún modo, es una forma escurridiza de Realidad. Todas las veces que intentamos mensurar esas realidades finales ellas se mueven, sería lo mismo, prácticamente, que llamar verdad absoluta a una manzana y, enseguida intentar morderla".

De entre las varias culturas terapéuticas en el mundo, la medicina china tiene una visión importante dentro del contexto del holismo. Es interesante resaltar el concepto de yin y yang en la medicina tradicional china como base fundamental de las tradiciones teóricas asiáticas. Fritjof Capra comenta:

"Los conceptos de yin y yang son centrales. El universo entero, natural y social, se encuentra en estado de equilibrio dinámico, con todos sus componentes oscilando entre los dos polos arquetípicos[...] el individuo saludable y la sociedad saludable son partes integrantes de una gran orden patronizada, y la enfermedad es la desarmonía en el nivel individual o social".

La visión holística enfatiza la importancia de la evolución de las partes para alcanzar la armonía en la totalidad. Valora el respeto a la naturaleza y a sus formas de vida, a los valores culturales e incentiva el desarrollo en todas las áreas. Cuando el hombre se considere integrante del Universo, tendrá inicio la transformación para la paz. En este sentido se hicieron y aún se hacen miles de descubrimientos en varios dominios: física, neurología, psicofisiología, parapsicología y biología molecular entre otros. El dualismo partícula/ onda quedó comprobado. Werner Heisenberg mostró, en su “principio de incertidumbre” , que ninguna partícula puede tener valores bien definidos para posición y velocidad al mismo tiempo. Todos esos cambios ya reflejan un poco la emergencia del nuevo paradigma, el paradigma holístico.

Stanley Krippner, director del Centro de Estudios de la Conciencia, definió así los cuatro principios básicos del paradigma holístico:
1) La conciencia ordinaria comprende sólo una parte pequeña de la actividad total del espíritu humano;

2) La mente humana se extiende en el tiempo y espacio, existiendo en unidad con el mundo que ella observa;

3) El potencial de creatividad e intuición es más vasto que el que ordinariamente se asume;

4) La trascendencia es valiosa e importante y necesita ser comprendida en la comunidad orientada por el conocimiento.

El paradigma mecanicista privilegia la individualidad, la lucha, la competición. El paradigma holístico prefiere el colectivo, lo cooperativo, lo complementario. Si uno ve homogeneidad, el otro ve heterogeneidad. Si aquel propone autoridad, este afirma la libertad. Donde uno se propone reducir, el otro se permite complejizar. Donde uno ve separación, otro ve redes. Si los primeros observan absolutos, los segundo abogan por la relatividad. Donde unos ven orden, otros ven caos. Adónde unos ven desorden, otros ven dinamismo. El pensamiento científico en física, biología y psicología está conduciendo a una visión de la realidad que se aproxima mucho a la visión de los místicos y de numerosas culturas tradicionales en que el conocimiento de la mente, del cuerpo humano y la práctica de métodos de cura son partes integrantes de la filosofía natural y de la disciplina espiritual. Diversos científicos en todos los campos están explicitando sus adhesiones al nuevo paradigma.

En la biología, por ejemplo, Humberto Maturana, ve los fenómenos bióticos en el mismo sentido que Einstein veía los fenómenos físicos. Prigogine en la química, Jung en la psicología, Luhman en la sociología, Morin en la epistemología, etc. Las nuevas tecnologías telemáticas y los más diversos aplicativos tecnológicos operan en el mismo sentido: conectividad, interactividad, red, complementariedad, interacción, multiplicidad. El filósofo existencialista y psiquiatra alemán Karl Jaspers, discurriendo sobre la necesidad de emprender reflexiones sobre como obtenerse el mejor método en investigación científica, afirmaba que en la práctica del conocimiento se necesita de varios métodos simultáneamente, y enfatizaba tres grupos:

a) incautación de los hechos particulares que implica en las observaciones y descripción (análisis) fenomenológica;

b) investigación de las relaciones, donde explicar se refiere al conocimiento de las conexiones casuales objetivas, vistas del exterior, mientras comprender habla respecto a la intuición interior;

c) percepción de las totalidades, para no caerse en el gravísimo error de olvidarse del todo, en lo cuál y por lo cual la parte subsiste.

Por lo tanto, el abordaje holístico no es ni analítico ni tampoco puramente sintético; este se caracteriza por el uso simultáneo de esos dos métodos, que son complementarios. La explicación de la naturaleza y de todo el Universo no puede ser más puramente mecánica, pues está cada vez más patente que existe un proceso de síntesis y de complejidad evolutiva que lleva a la creación de sistemas altamente dinámicos, como los sistemas biológicos - inmediatamente, muy lejos de que sean máquinas. Vale citar el texto de Carlos Guimaraes, acerca del filósofo Leonardo Boff, publicado en la Hoja de São Paulo en mayo de 1996:

"La ecología integral busca acostumbrar al ser humano con esta visión global y holística. El holismo no significa la suma de las partes, sino la captación de la totalidad orgánica, una y diversa en sus partes, pero siempre articuladas entre sí dentro de la totalidad y constituyendo esta totalidad. Esta cosmovisión despierta en el ser humano la conciencia de su funcionalidad dentro de esta inmensa totalidad. Él es un ser que puede captar todas estas dimensiones, alegrarse con ellas, loar y agradecer aquella Inteligencia que todo lo ordena y aquel Amor que todo lo mueve, sentirse un ser ético, responsable por la parte del universo que le cabe habitar, la Tierra. Ella, la Tierra, es, según notables científicos, un superorganismo vivo, denominado Gaia, con calibraciones refinadísimas de elementos físico-químicos y auto-organizacionales que solamente un ser vivo puede tener. Nosotros, seres humanos, podemos ser el satán de la Tierra, como podemos ser su ángel de la guardia bueno. Esta visión exige una nueva civilización y un nuevo tipo de religión, capaz de reconectar a Dios y mundo, mundo y ser humano, ser humano y la espiritualidad del Cosmos".

Para Abraham Maslow se reitera aquí la creencia transpersonal en la concepción según la cual, el ser humano es básicamente uno con El Cosmos, y no en situación de extrañeza con él. El físico norteamericano Brian Swimme hizo una síntesis de algunos principios fundamentales del holismo, o del paradigma holístico:


a) si la naturaleza del átomo (aquí el encadenamiento lógico adviene de las características atómicas) no es dada o es puesta a la comprensión exclusivamente por él, de forma aislada, pero por su interacción y su comportamiento en relación a todo su Universo envolvente, entonces la realidad física consiste principalmente de relaciones, como la música que se compone de relaciones de sonidos y ritmos - y no de notas aisladas, lo que implica en superposiciones de complejidad creciente o en la creación de sistemas dinámicos siempre más amplios. O sea, nada puede existir sin que imponga y reciba características fuera de su ambiente total (Gestalt);

b) la ciencia y la interpretación sobre lo que sea el mundo son resultantes de la propia acción y relación con el mundo que nos rodea y con las creencias e ideas que se adoptan. El ideal de la neutralidad y de la objetividad científica es más ficción que realidad;

c) además del análisis que separa, la síntesis que une es de fundamental importancia en la comprensión del mundo: conocer algo implica en saber su origen y finalidad. El universo parece poseer un sentido evolutivo;

d) la materia no es algo muerto, pasivo o inerte, ya que está dotada de energía y parece evolucionar según un plan creativo global; los elementos inanimados parecen organizarse según complejos sistemas de interacción. Así, el Universo está más para una red de relaciones, una realidad auto-organizante.

Declaración de Venecia
En 1986 se reunieron en Venecia 19 celebridades en las diversas áreas del conocimiento humano, incluyendo ganadores de Premio Nobel, además del presidente del Comité Nobel de Estocolmo, oriundos de 16 países, entre ellos Brasil, aquí representado por el Prof. Ubiratan D'Ambrosio, de la UNICAMP, para que, bajo la organización de la UNESCO, discutan el futuro de la ciencia en el mundo. Al final, divulgaron las conclusiones de los trabajos en un informe que quedó conocido como Declaración de Venecia, cuyo contenido reproduzco abajo, por juzgar pertinente al asunto en pauta:

Comunicado final del Coloquio
La Ciencia Delante de las Fronteras del Conocimiento, Venecia, 7 de marzo de 1986. Los participantes del coloquio "La Ciencia Delante de las Fronteras del Conocimiento", organizado por la UNESCO, con la colaboración de la Fundación Giorgio Cini (Venecia, 3-7 de marzo de 1986), animados por un espíritu de apertura y de cuestionamiento sobre los valores de nuestro tiempo, han quedado de acuerdo sobre los siguientes puntos:

1.- Somos testigos de una revolución muy importante en el dominio de la ciencia, provocada por la ciencia fundamental (en particular la física y la biología), debido a transformación que ella trae a la lógica, a la epistemología y también, a través de las aplicaciones tecnológicas, a la vida de todos los días. Pero, constatamos, al mismo tiempo, la existencia de un importante desfase entre la nueva visión del mundo que emerge del estudio de los sistemas naturales y los valores que aún predominan en la filosofía, en las ciencias del hombre y en la vida de la sociedad moderna. Pues estos valores se basan en gran medida en el determinismo mecanicista, en el positivismo o en el nihilismo. Sentimos este desfase como fuertemente nocivo y portador de grandes amenazas de destrucción de nuestra especie.

2.- El conocimiento científico, debido a su propio movimiento interno, llegó a los límites donde puede comenzar el diálogo con otras formas de conocimiento. En este sentido, reconociendo las diferencias fundamentales entre la ciencia y la tradición, constatamos no su oposición, sino su complementariedad. El encuentro inesperado y enriquecedor entre la ciencia y las diferentes tradiciones del mundo permiten pensar en la aparición de una nueva visión de la humanidad, incluso en un nuevo racionalismo, que podría llevar la una nueva perspectiva metafísica.

3.- Rechazando cualquier proyecto globalizante, cualquier sistema cerrado de pensamiento, cualquier nueva utopía, reconocemos al mismo tiempo la urgencia de una busca verdaderamente transdisciplinar, de un cambio dinámico entre las ciencias "exactas", las ciencias "humanas", el arte y la tradición. Se puede decir que este enfoque transdisciplinar está inscrito en nuestro propio cerebro, por la interacción dinámica entre sus dos hemisferios. El estudio conjunto de la naturaleza y del imaginario, del universo y del hombre, podría así aproximarnos más a lo real y en permitir enfrentar mejor los diferentes desafíos de nuestra época.

4.- La enseñanza convencional de la ciencia, por una presentación lineal de los conocimientos, disimula la ruptura entre la ciencia contemporánea y las visiones anteriores del mundo. Reconocemos la urgencia de la búsqueda de nuevos métodos de educación que lleven en cuenta los avances de la ciencia, que ahora se armonizan con las grandes tradiciones culturales, cuya preservación y estudio profundizado parecen fundamentales. La UNESCO sería la organización apropiada para promover tales ideas.

5.- Los desafíos de nuestra época: el desafío de la autodestrucción de nuestra especie, el desafío de la informática, el desafío de la genética, etc. muestran de una manera nueva, la responsabilidad social de los científicos en lo que concierne a la iniciativa y a la aplicación de la investigación. Si los científicos no pueden decidir sobre la aplicación de la investigación, si no pueden decidir sobre la aplicación de sus propios descubrimientos, ellos no deben asistir pasivamente a la aplicación ciega de estos descubrimientos. En nuestra opinión, la amplitud de los desafíos contemporáneos exige, por un lado, la información rigurosa y permanente de la opinión pública y, por otro lado, la creación de organismos de orientación y hasta de decisión de naturaleza pluri y transdisciplinar.

6.- Expresamos la esperanza de que la UNESCO dé proseguimiento a esta iniciativa, estimulando una reflexión dirigida para la universalidad y la transdisciplinariedad.

Agradecemos la UNESCO que tomó la iniciativa de organizar este encuentro, de acuerdo con su vocación de universalidad.

Agradecemos también la Fundación Giorgio Cini por haber ofrecido este local privilegiado para la realización de este fórum.

Firmantes
- Profesor D. A. Akyeampong (Ghana), físico-matemático, Universidad de Ghana.
- Profesor Ubiratan D'Ambrosio (Brasil), matemático, coordinador general de los Institutos, Universidad Provincial de Campinas.
- Profesor René Berger (Suiza), profesor honorario, Universidad de Lausanne.
- Profesor Nicolo Dallaporta (Italia), profesor honorario de la Escuela Internacional de los Altos Estudios en Trieste.
- Profesor Jean Dausset (Francia), Premio Nobel de Fisiología y de Medicina (1980), Presidente del Movimiento Universal de la Responsabilidad Científica (MURS Francia).
- Señora Maîtraye Debí (India), poeta-escritora.
- Profesor Gilbert Durand (Francia), filósofo, fundador del Centro de Investigación sobre el Imaginario.
- Dr. Santiago Genovès (México), investigador en el Instituto de Investigación Antropológica, académico titular de la Academia Nacional de Medicina.
- Dr. Susantha Goonatilake (Sri Lanka), investigador, antropología cultural.
- Prof. Avishai Margalit (Israel), filósofo, Universidad Hebraica de Jerusalén.
- Prof. Yujiro Nakamura (Japón), filósofo-escritor, profesor en la Universidad de Meiji.
- Dr. Basarab Nicolescu (Francia), físico, C.N.R.S.
- Prof. David Ottoson (Suecia), Presidente del Comité Nobel por la Fisiología o Medicina, profesor y director del Departamento de Fisiología, Instituto Karolinska.
- Sr. Michel Random (Francia), filósofo, escritor.
- Sr. Facques G. Richardson (Francia - Estados Unidos), escritor científico.
- Prof. Abdus Salam (Pakistán), Premio Nobel de Física (1979), director del Centro Internacional de Física Teórica, Trieste, Italia, representado por el Dr. L.K. Shayo (Nigeria), profesor de matemáticas.
- Dr. Rupert Sheldrake (Reino Unido), Ph.D. en bioquímica, Universidad de Cambridge.
- Prof. Henry Stapp (Estados Unidos de América), físico, Laboratorio Lawrence Berkeley, Universidad de California Berkeley.
- Dr. David Suzuki (Canadá), geneticista, Universidad de British Columbia.

Así, la explicación de la naturaleza y de todo el universo no puede ser más puramente mecánica, muy lejos de que sean máquinas sujetas a la Segunda Ley de la Termodinámica clásica.
Por: Johnny De´ Carli (Ponencia en I Congreso Nacional de Reiki Mayo 2009)


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