sábado, 15 de septiembre de 2012

Mis Viejos Zapatos



Retornan a casa mis viejos zapatos.
Marchan lentamente por el río abajo
sumergidos en humedad de regatos,
sin vereda, ni desconocido atajo.

Silenciosas, las piedras del camino,
con sangre y dolor en sus oquedades,
acompañan a los trotamundos,
cansados, desgastados caminantes,
soporte de flacas extremidades.

Rebeldes e impetuosos fueron.
Ahora descansan plácidos, serenos,
de tantas jornadas como recorrieron,
a la sombra del árbol del viajero.

Secas tierras, verdes prados,
sucios, resbaladizos barros
y piedras de riachuelo pisaron.
Primaveras y otoños
de lluvias y aguaceros
o cielos claros y despejados
dejaron huella tras de sí.

Descubrieron en la noche mil luceros.
Recrearon su vista en hermoso paisaje,

al recorrer anónimos senderos,

libres de molesto y desabrido equipaje.

Sonámbulos y noctámbulos
vagan libres en la negra oscuridad,
sin anhelar la mañana de mañana,
conscientes del venir de la claridad
en el momento que retornen a su hogar.

Aunque quede en el pasado
nuestro rastro vencido
no es un camino perdido
sólo es paso transformado.


AnA Molina - Administrador del blog)


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