A veces tenemos tan próximo lo bueno que pasa desapercibido. En otras ocasiones lo reconocemos, sentimos y disfrutamos.
Siempre podemos girar nuestro destino con acciones que nos dirijan a la felicidad deseada.
Cada cual debe saber qué, cómo, cuándo y con quién emprender el camino. El resto es dejarse fluir.
El tiempo y el espacio forman parte del deseo por materializar lo que buscamos... de ahí la necesidad de hacer canino con poco equipaje.
Livianos en el trayecto podremos llenarlo de lo verdaderamente importante.
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