Hola.
Sé que estás ahí. No te ocultes.
No hace falta que escondas tu vil cobardía,
Bien sé quién eres y cómo vas,
Siguiendo mis pasos, con burda arrogancia.
Te reconozco en la distancia.
Tu atronador silencio, martillea mis oídos.
Tu densa presencia me quebranta la garganta
E impide el paso de aire limpio que respirar.
Apártate unos pasos de mí,
Los suficientes para no percibir tu negra presencia.
Me molesta que invadas mi espacio íntimo y personal,
Que mis pasos vayas siguiendo sin prudencia.
Presentándote sin vergüenza, con el descaro que te caracteriza.
Y dime ¿Qué vienes a buscar aquí?
¿Qué quieres de mí si yo no te llamé?
Me invades toda.
Sin mi beneplácito,
Puesto que no te busqué
No te quiero junto a mí,
Por tanto, por donde viniste, márchate.
Eres egoísta y usurpadora.
Me deseas entera para ti,
Tu energía negativa me asfixia, me atenaza.
¿Por qué allá donde voy, tienes que hacerte presente,
Ser la protagonista de todos mis actos,
En contra de mis más profundos deseos?
Aniquilas sin piedad cuando deseo alcanzar.
Tú lo esquilmas todo sin un ápice de piedad.
No te adhieras a mi existencia,
No te pertenece, aún no te he vendido mi alma.
No vengas a cobrar lo que no es tuyo.
No vengas sin ser llamada,
Pues el lugar en el que pretendes arraigar,
Ese lugar que anhelas habitar, no te pertenece.
No te corresponde en propiedad.
Ese valioso espacio aguarda a alguien que no eres tú.
Ese trocito de alma no está reservado para ti.
Sino para quien traiga en sus manos a su verdadero dueño:
EL AMOR
(AnA Molina)
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