"Al igual que la gravedad,
el karma es tan básico que a menudo
no nos damos cuenta de él".
(Sakyong Mipham)
Cuántas veces escuchamos “Todo vuelve multiplicado”. Obviamente, lo bueno y lo malo. Eso es karma. Acción-Reacción. Causa-Efecto.
Según varias
religiones dhármicas el karma sería una energía trascendente (invisible e
inmensurable) que se deriva de los actos de las personas.
Según las leyes del
karma cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos
realizados en vidas anteriores. Es una creencia central en las doctrinas del
budismo, hinduismo, jainismo, el ayyavazhi y el espiritismo.
Aunque estas
religiones expresan diferencias en el significado mismo de la palabra karma,
tienen una base común de interpretación. Generalmente el karma se interpreta como
una “ley” cósmica de retribución, o
de causa y efecto. Se refiere al concepto de "acción" o "acto"
entendido como aquello que causa el comienzo del ciclo de causa y efecto.
El karma está en
contraposición con las doctrinas abrahámicas (judaísmo, cristianismo e
islamismo). El karma explica los dramas humanos como la reacción a las acciones
buenas o malas realizadas en el pasado más o menos inmediato. Según el
hinduismo, la reacción correspondiente es generada por el dios Lama, en cambio,
en el budismo y en el jainismo, donde no existe
ningún dios controlador, esa reacción es generada como una ley de la Naturaleza
(como la gravedad, que no tiene ningún dios asociado).
En las creencias
indias, los efectos del karma de todos los hechos son vistos como experiencias
activamente cambiantes en el pasado, presente y futuro.
Según esta doctrina,
las personas tienen la libertad para elegir entre hacer el bien y el mal, pero
tienen que asumir las consecuencias derivadas.
Los tibetanos enseñan
“Fuera de ti no hay refugio”, es
decir, podemos escapar de nosotros mismos. Ya los amos de la tierra decían: “El que la hace, la paga”. Nadie escapa
de sus propios pensamientos, emociones y acciones.
El
karma no es necesariamente de polaridad negativa, suele ser, sí, el que más
impacta. El karma es neutro, puede oscilar de un lado a otro según el grado de
madurez o crecimiento personal que tengamos. Lo cierto es que cada acto genera
una consecuencia; si el acto ha sido noble, servicial, virtuoso, se convierte
en lo que los maestros espirituales llaman Dharma, el buen Karma.
Para
darte cuenta si estás teniendo un karma muy provocador como consecuencia de deméritos
acumulados o por el contrario, muy luminoso como efecto de méritos bien merecidos,
indaga en estas cinco preguntas:
1.-
¿Cómo está tu salud? Según la edad cronológica y biológica que tengas.
¿Estás
más sano que enfermo? ¿Descuidaste la alimentación? ¿Vives con constante
estrés? ¿Estás autodestruyendo tu cuerpo con adicciones o lo amas tanto por
permitirte experimentar esta vida que lo cuida?
2.-
¿Cómo estás en cuanto a abundancia en todas las áreas de tu vida?
¿Estás
carente y necesitado o tienen lo necesario para vivir confortablemente? ¿Te
sobra o te falta?
¿Sientes
que no tienes lo que requerirías para una calidad digna de vida? ¿Sientes que
mereces recibir más? ¿Realizas acciones que te mueven hacia alcanzar tus
objetivos?
3.-
¿Tienes relaciones sanas o enfermas? ¿Tienes tensión con las relaciones más
cercanas o por el contrario son distendidas, cálidas y enriquecedoras? Con la
gente clave de tu vida, ¿estás en armonía o en conflicto?
Una
relación sana es cuando fluyes en estado de tranquilidad y se potencia a ser
mejores personas cada día. Expresan su amor de manera incondicional y procuran
no dañar a otros. La relación enferma está en continuo conflicto, queriendo
sacar provecho de la relación. La persona quiere caprichosamente controlar al
otro como si fuera su posesión y desea que le sirvan sin importar el bien mayor
de ambos, sólo le importa el bienestar propio, el de su ego, Se apega, se
aferra y no quiere soltar porque el otro representa una ilusoria completitud
del vacío interior.
4.-
¿Cómo estás de tus endorfinas?
Las
endorfinas son las hormonas de la felicitad. ¿Cómo generas estas hormonas que
tanto benefician la salud? ¿Realizando actividades que te den placer, que te
eleven en dicha y te hagan sentir que el tiempo se detuvo? ¿El arte te ayuda a
potenciar este estado interno?
Si
no te conectas con el placer de vivir, todo tu sistema te va a expresar su
frustración, desazón y angustia.
¿Estás
haciendo cosas que te dan placer? Leer, cantar, caminar, meditar, hacer yoga,
pintar, etc. ¿Estás riendo mucho y disfrutando o padeciendo tu paso por el
planeta?
¿Las
horas de tu trabajo son un deleite o todo lo contrario? Si la respuesta es no,
te pregunto ¿Qué es lo que te hubiera gustado hacer hasta ahora que no te
atreviste? Genera ideas que te animen. Cambia el ámbito. ¿Qué talento aún no te
animaste a explorar? ¿Qué es lo que te tiene frustrado por no estar
desarrollándolo hasta ahora?
5.-
¿Cómo estás de tu conexión espiritual? Es decir, ¿Te interesa captar las
grandes preguntas de la vida? ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?
¿Cuánto me va a durar el cuerpo? Y ¿soy sólo cuerpo o mucho más?, por ejemplo.
Cuando
este cuerpo se enferme o esté en el último tiempo de vida corporal, ¿me siento
fuerte de enfrentar ese momento? ¿Confío en que soy más que lo que creí que
era? ¿Conozco mi alma, mi esencia, aquello que no cambia?
El
cuerpo cambia, todo pasa pero lo que nunca muere es nuestra esencia fundamental
que es eterna y siempre completa. ¿Estás amando lo suficiente o estás pidiendo
a gritos que te amen, mendigando afuera lo que aún no te animaste a generar internamente?
Para
que el despertar surja tiene que surgir la noche oscura del alma, que es
momento en que el mundo exterior ya no nos satisface más y necesitamos llenar
el vacío que nada nunca pudo completarlo. Todo lo que antes te deslumbraba:
reuniones, vacaciones, relaciones de pareja, salidas, ya no te llena, ahí
sucede el despertar. La búsqueda de un sentido profundo trascendente de la
vida. Generalmente cuando nos enfrentamos a la muerte, recibimos ese cachetazo
divino para que volvamos a vivir con sentido una vida que se llame vida de
verdad.
Finalmente
se comprende que nunca, nada ni nadie va a llenar tu vida hasta que te
aparezcas en tu vida. ¿Esperas que el mundo te complete o ya sabes quién eres?
¿Te importa más lo que tu conciencia capta de ti mismo, no vives pendiente de
la mirada ajena para sentirte bien? La
conciencia te va a acompañar toda tu vida. El ego muere y es tan efímero como
las nubes.
Una
vez que hayas respondido a las cinco peguntas, logra un equilibrio en las áreas
más bajas.
El
único momento en que puedes modificar tu karma es aquí y ahora, en el presente.
Genera nuevos esquemas y patrones de conducta. Cambia las acciones que te
enfermaron. Si tu salud no está muy bien, haz modificaciones en cuanto a la
alimentación, movimiento del cuerpo o ejercicios físicos. Si no hay demasiada
abundancia, cree en ti, sé humilde, agradecido, sé simple y precipita lo que
realmente mereces.
Para
reforzar las endorfinas, anota en un papel lo que amas hacer, tus hobbies y
aquello que cada vez que lo haces, sientes que el tiempo no existe. Vive
relaciones sanas, libérate de los apegos que te lastiman.
Indaga
en tu Ser Interior, en tu verdadera esencia.
No
hay maestro que no retiene los prodigios de una vida dhármica, una vida a favor
de la vida, mientras que si la acción, como suele ser la mayoría de las
causadas por la ignorancia y el adormecimiento, son perjudiciales hasta
cualquier forma de vida, el karma que regresa como un boomerang, sobre quien
emanó la energía, es sabiamente duro, causando dolor, desde ya multiplicado en
proporción a la acción causada.
Aun
ese karma negativo, según las enseñanzas espirituales, se considera bienvenido
y perfecto, porque nos proporciona una situación vertiginosa, de acceder a un
nuevo nivel de experiencia e información y habiendo entendido la lección, dejar
de repetir ese tipo de conducta.
El karma nos condiciona a todos, y si no lo sabemos reconocer vamos cargandonos de una carga de la que podriamos tardar toda la eternidad en deshacernos de ella.
ResponderEliminarMuy intetesante tu blog. Lo mirare de cusndo en cuando , cuando necesite respuestas a mis dilemas.
José. Luis Molina.
Gracias, Jose.
EliminarA medida que avanzamos, vamos quemando karma, pero al mismo tiempo vamos creando más. Aprender a crear menos Karma para lograr llegar en algún punto de la eternidad el Dharma es lo más complejo, pero una tarea en la que deberíamos poner nuestros cinco (o seis) sentidos.
Dilemas los tenemos todos y me sentiría orgullosa si aquí encontraras respuestas a alguno de los tuyos, pero la primera que tiene que resolver los suyos soy yo.
Gracias por tu valoración del blog.
Un afectuoso saludo.
Gracias es un sincrodestino y una grata causalidad. Namasté ������
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana.
EliminarNamasté ॐ
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