martes, 27 de octubre de 2015

Test del Peso del Karma



"Al igual que la gravedad,
el karma es tan básico que a menudo
no nos damos cuenta de él".
(Sakyong Mipham)















Cuántas veces escuchamos “Todo vuelve multiplicado”. Obviamente, lo bueno y lo malo. Eso es karma. Acción-Reacción. Causa-Efecto.
Según varias religiones dhármicas el karma sería una energía trascendente (invisible e inmensurable) que se deriva de los actos de las personas.
Según las leyes del karma cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. Es una creencia central en las doctrinas del budismo, hinduismo, jainismo, el ayyavazhi y el espiritismo.
Aunque estas religiones expresan diferencias en el significado mismo de la palabra karma, tienen una base común de interpretación. Generalmente el karma se interpreta como una “ley” cósmica de retribución, o de causa y efecto. Se refiere al concepto de "acción" o "acto" entendido como aquello que causa el comienzo del ciclo de causa y efecto.
El karma está en contraposición con las doctrinas abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islamismo). El karma explica los dramas humanos como la reacción a las acciones buenas o malas realizadas en el pasado más o menos inmediato. Según el hinduismo, la reacción correspondiente es generada por el dios Lama, en cambio, en el budismo  y en el jainismo, donde no existe ningún dios controlador, esa reacción es generada como una ley de la Naturaleza (como la gravedad, que no tiene ningún dios asociado).
En las creencias indias, los efectos del karma de todos los hechos son vistos como experiencias activamente cambiantes en el pasado, presente y futuro.
Según esta doctrina, las personas tienen la libertad para elegir entre hacer el bien y el mal, pero tienen que asumir las consecuencias derivadas.
Los tibetanos enseñan “Fuera de ti no hay refugio”, es decir, podemos escapar de nosotros mismos. Ya los amos de la tierra decían: “El que la hace, la paga”. Nadie escapa de sus propios pensamientos, emociones y acciones.
El karma no es necesariamente de polaridad negativa, suele ser, sí, el que más impacta. El karma es neutro, puede oscilar de un lado a otro según el grado de madurez o crecimiento personal que tengamos. Lo cierto es que cada acto genera una consecuencia; si el acto ha sido noble, servicial, virtuoso, se convierte en lo que los maestros espirituales llaman Dharma, el buen Karma.
Para darte cuenta si estás teniendo un karma muy provocador como consecuencia de deméritos acumulados o por el contrario, muy luminoso como efecto de méritos bien merecidos, indaga en estas cinco preguntas:
1.- ¿Cómo está tu salud? Según la edad cronológica y biológica que tengas.
¿Estás más sano que enfermo? ¿Descuidaste la alimentación? ¿Vives con constante estrés? ¿Estás autodestruyendo tu cuerpo con adicciones o lo amas tanto por permitirte experimentar esta vida que lo cuida?
2.- ¿Cómo estás en cuanto a abundancia en todas las áreas de tu vida?
¿Estás carente y necesitado o tienen lo necesario para vivir confortablemente? ¿Te sobra o te falta?
¿Sientes que no tienes lo que requerirías para una calidad digna de vida? ¿Sientes que mereces recibir más? ¿Realizas acciones que te mueven hacia alcanzar tus objetivos?
3.- ¿Tienes relaciones sanas o enfermas? ¿Tienes tensión con las relaciones más cercanas o por el contrario son distendidas, cálidas y enriquecedoras? Con la gente clave de tu vida, ¿estás en armonía o en conflicto?
Una relación sana es cuando fluyes en estado de tranquilidad y se potencia a ser mejores personas cada día. Expresan su amor de manera incondicional y procuran no dañar a otros. La relación enferma está en continuo conflicto, queriendo sacar provecho de la relación. La persona quiere caprichosamente controlar al otro como si fuera su posesión y desea que le sirvan sin importar el bien mayor de ambos, sólo le importa el bienestar propio, el de su ego, Se apega, se aferra y no quiere soltar porque el otro representa una ilusoria completitud del vacío interior.
4.- ¿Cómo estás de tus endorfinas?
Las endorfinas son las hormonas de la felicitad. ¿Cómo generas estas hormonas que tanto benefician la salud? ¿Realizando actividades que te den placer, que te eleven en dicha y te hagan sentir que el tiempo se detuvo? ¿El arte te ayuda a potenciar este estado interno?
Si no te conectas con el placer de vivir, todo tu sistema te va a expresar su frustración, desazón y angustia.
¿Estás haciendo cosas que te dan placer? Leer, cantar, caminar, meditar, hacer yoga, pintar, etc. ¿Estás riendo mucho y disfrutando o padeciendo tu paso por el planeta?
¿Las horas de tu trabajo son un deleite o todo lo contrario? Si la respuesta es no, te pregunto ¿Qué es lo que te hubiera gustado hacer hasta ahora que no te atreviste? Genera ideas que te animen. Cambia el ámbito. ¿Qué talento aún no te animaste a explorar? ¿Qué es lo que te tiene frustrado por no estar desarrollándolo hasta ahora?
5.- ¿Cómo estás de tu conexión espiritual? Es decir, ¿Te interesa captar las grandes preguntas de la vida? ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuánto me va a durar el cuerpo? Y ¿soy sólo cuerpo o mucho más?, por ejemplo.
Cuando este cuerpo se enferme o esté en el último tiempo de vida corporal, ¿me siento fuerte de enfrentar ese momento? ¿Confío en que soy más que lo que creí que era? ¿Conozco mi alma, mi esencia, aquello que no cambia?
El cuerpo cambia, todo pasa pero lo que nunca muere es nuestra esencia fundamental que es eterna y siempre completa. ¿Estás amando lo suficiente o estás pidiendo a gritos que te amen, mendigando afuera lo que aún no te animaste a generar internamente?
Para que el despertar surja tiene que surgir la noche oscura del alma, que es momento en que el mundo exterior ya no nos satisface más y necesitamos llenar el vacío que nada nunca pudo completarlo. Todo lo que antes te deslumbraba: reuniones, vacaciones, relaciones de pareja, salidas, ya no te llena, ahí sucede el despertar. La búsqueda de un sentido profundo trascendente de la vida. Generalmente cuando nos enfrentamos a la muerte, recibimos ese cachetazo divino para que volvamos a vivir con sentido una vida que se llame vida de verdad.
Finalmente se comprende que nunca, nada ni nadie va a llenar tu vida hasta que te aparezcas en tu vida. ¿Esperas que el mundo te complete o ya sabes quién eres? ¿Te importa más lo que tu conciencia capta de ti mismo, no vives pendiente de la mirada ajena para sentirte bien?  La conciencia te va a acompañar toda tu vida. El ego muere y es tan efímero como las nubes.
Una vez que hayas respondido a las cinco peguntas, logra un equilibrio en las áreas más bajas.
El único momento en que puedes modificar tu karma es aquí y ahora, en el presente. Genera nuevos esquemas y patrones de conducta. Cambia las acciones que te enfermaron. Si tu salud no está muy bien, haz modificaciones en cuanto a la alimentación, movimiento del cuerpo o ejercicios físicos. Si no hay demasiada abundancia, cree en ti, sé humilde, agradecido, sé simple y precipita lo que realmente mereces.
Para reforzar las endorfinas, anota en un papel lo que amas hacer, tus hobbies y aquello que cada vez que lo haces, sientes que el tiempo no existe. Vive relaciones sanas, libérate de los apegos que te lastiman.
Indaga en tu Ser Interior, en tu verdadera esencia.
No hay maestro que no retiene los prodigios de una vida dhármica, una vida a favor de la vida, mientras que si la acción, como suele ser la mayoría de las causadas por la ignorancia y el adormecimiento, son perjudiciales hasta cualquier forma de vida, el karma que regresa como un boomerang, sobre quien emanó la energía, es sabiamente duro, causando dolor, desde ya multiplicado en proporción a la acción causada.
Aun ese karma negativo, según las enseñanzas espirituales, se considera bienvenido y perfecto, porque nos proporciona una situación vertiginosa, de acceder a un nuevo nivel de experiencia e información y habiendo entendido la lección, dejar de repetir ese tipo de conducta.


5 comentarios:

  1. El karma nos condiciona a todos, y si no lo sabemos reconocer vamos cargandonos de una carga de la que podriamos tardar toda la eternidad en deshacernos de ella.
    Muy intetesante tu blog. Lo mirare de cusndo en cuando , cuando necesite respuestas a mis dilemas.
    José. Luis Molina.

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    1. Gracias, Jose.

      A medida que avanzamos, vamos quemando karma, pero al mismo tiempo vamos creando más. Aprender a crear menos Karma para lograr llegar en algún punto de la eternidad el Dharma es lo más complejo, pero una tarea en la que deberíamos poner nuestros cinco (o seis) sentidos.

      Dilemas los tenemos todos y me sentiría orgullosa si aquí encontraras respuestas a alguno de los tuyos, pero la primera que tiene que resolver los suyos soy yo.

      Gracias por tu valoración del blog.

      Un afectuoso saludo.

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  2. Gracias es un sincrodestino y una grata causalidad. Namasté ������

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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