viernes, 30 de octubre de 2015

Los Misterios de la Catedral de Chartres


La catedral de Chartres, muy cerca de París, se considera, por su belleza y su importancia arquitectónica, la "acrópolis francesa". El edificio es sobre todo un lugar con un toque alquimista, en el que el cielo y la tierra se unen en una vibración extraordinaria. Se halla sobre una línea geomántica que une la ciudad de Reims con Bretaña.

Debajo del centro del coro, los zahoríes han detectado hasta 14 corrientes de agua subterráneas, que hacen de este lugar un cúmulo de ondas electromagnéticas. Ya desde antaño se reconoce la importancia de esta catedral, cuyas líneas nítidas destacan claramente en el horizonte como una "antena cósmica".

La catedral de Chartres, al igual que otras muchas posteriores, se planeó y construyó con unas dimensiones tan colosales y audaces que hoy en día sigue siendo toda una experiencia inolvidable entrar en esta iglesia obispal, ante cuya grandeza el mundo de los humanos parece reducirse casi a la nada.

Chartres, la primera de estas iglesias, proporcionaba a los fieles una idea de otro mundo. En el Apocalipsis de San Juan, habían oído hablar de "la Jerusalén del Cielo", con sus portales de piedras preciosas y perlas, sus casas y callejuelas de oro puro, transparente como cristal. Pero esta visión sólo se había hecho realidad aparentemente. Su pobreza les recordaba demasiado a su existencia humana en la tierra.

Mucho antes del nacimiento de Jesucristo, según la leyenda, un ángel anunció a un druida, en los alrededores de Chartres, que una virgen daría a luz a un dios. Los bardos itinerantes se ocuparon de propagar el mensaje por toda Galia. A raíz de ello, verdaderas muchedumbres de peregrinos empezaron a acudir al lugar, que en el siglo X se hizo famoso por las curaciones milagrosas que allí se producían. Los enfermos se alojaban en la cripta de la catedral, donde tenían que permanecer durante nueve días en acto de recogimiento, unido a un estricto ayuno.

También la catedral de Notre-Dame de París se halla sobre el cruce de dos ejes magnéticos, cuya interacción energética le confieren una fuerza radiante. Uno no visita la catedral, sino que la vive desde su profundo interior como un lugar de meditación.

De acuerdo con cierta tradición, todas las personas que participaron en la construcción de este monumento acercaron la materia a la luz. De este modo, a los posteriores visitantes les resultaría más fácil alcanzar una forma de conciencia superior. Y efectivamente, cuando se entra en esta catedral se tiene esta impresión, e incluso los historiadores del arte hablan, a la vista de los espacios de la catedral gótica, de "luz edificada".

Por otra parte, el templo ofrece una singularidad y es el hecho de que está orientado al Norte, mientras que la mayor parte de las iglesias se orientaban al Este, es decir, hacia Palestina, la cuna del cristianismo. Esta característica podría explicarse por la necesidad de los constructores de adaptarse a los cimientos del templo romano sobre el que fue construido, pero, se considera, asimismo, que esta orientación –al eje del solsticio de verano–, es la de la mayor parte de las iglesias en las cuales se halla una Virgen Negra, como es el caso de la catedral de Chartres.

Pero además, existen aquí otras particularidades que resultan bien extrañas en el entorno del cristianismo. Es el caso del gran número de símbolos, como peces y rostros extraños que aparecen tallados en las piedras, o incluso los signos del Zodíaco –también en vidrio–, mientras que otros elementos específicos del culto cristiano, no aparecen.

Menos dudas existen sobre un elemento que fue muy sugestivo para los fieles, ya desde finales el siglo IX. Nos referimos a la llamada “Sainte Chemise” (Santa Camisa); prenda considerada como el manto o parte del manto de la Virgen María que ella llevaría puesta durante el nacimiento de Cristo, traída de Palestina por Charles Le Chauve, en 876, quien la donó a la catedral, contribuyendo así al auge de las cuatro fiestas principales dedicadas a María: Anunciación, Natividad, Purificación y Asunción. La leyenda también dice sobre la reliquia que el Obispo Gentelme hizo frente a los ejércitos de Rollon, en 911, con la reliquia extendida y que, a su vista, las fuerzas normandas huyeron abandonando el asedio.

Con todo, no es, ni mucho menos, el menor de los atractivos de la Catedral de Chartres, su ornamentación, y más especialmente, sus luminosas vidrieras –de las que hay 176, ocupando 2.600 metros cuadrados de superficie– que, desde el interior, ofrecen una belleza artística acorde con su aspecto exterior, delicado y poderoso a la vez, con sus nueve portadas magníficamente labradas, así como sus vidrieras y rosetones.

Aunque quedan muchos elementos artísticos, en vidrio o piedra; constructivos, históricos y otras muchas curiosidades que destacar en este gran templo, parece interesante recordar, por el momento, que –de acuerdo con la teoría de Louis Charpentier, en “Les Mystères de la Cathédrale de Chartres”-, en el norte de Francia hay un grupo de catedrales de los siglos XII y XIII, como la de Chartres, todas ellas dedicadas a Nuestra Señora, cuya disposición concuerda con la de las estrellas de la Constelación de Virgo, tal como debía aparecer en la época del nacimiento de Jesús.

Buena parte de lo que se sabe de la Catedral de Chartres, especialmente, en sus orígenes, aparece mezclado con la leyenda. Si bien, la primera catedral se data a finales del siglo IV, la leyenda atribuye ya construcciones a siglos anteriores. Se decía en el siglo X, que S. Saviniano y S. Potenciano evangelizaron la zona de Chartres durante el siglo II y que el magistrado romano Quirino fue quien ordenó las primeras ejecuciones de cristianos, entre ellos, la de su propia hija, Modeste, cuyos cuerpos serían depositados en el pozo de la cripta, llamada de los Saints-Forts (Santos Fuertes).

En la “Antigua Crónica”, de 1389 dice que dicha Iglesia se fundó antes del nacimiento de Cristo, en honor de la Virgen, que debía ser su madre,Virgini Pariturae, aunque estaba administrada por sacerdotes idólatras. Cuando San Altin y San Edoaldo fueron enviados desde Sens por San Saviniano y San Potenciano, hacia el año 67, a evangelizar Chartres, reconocieron que la mujer así honrada era María y levantaron en el mismo lugar una iglesia cristiana en su honor. Hasta el siglo XVI no se empezó a hablar de una gruta druídica.

Tras un incendio accidental en el año 1020, la construcción del siglo IX fue inmediatamente reconstruida por el Obispo Fulbert, sobre un plano que envolvía el edificio anterior. Su cripta, la más grande de Francia, estaba casi terminada en el año 1024 y Fulbert murió en 1028, por lo que la dedicación del templo fue celebrada por su sucesor, Thierry, el 17 de octubre de 1037.

En 1134, un incendio en la ciudad, permitió reanudar, sobre el espacio que quedó libre ante la catedral romana, la construcción de dos torres y del Pórtico Real.. La Torre Sur sería cubierta con una flecha en 1180, pero otro incendio, producido el 10 de junio de 1194, sólo dejó en pie la fachada, las torres y la cripta, a partir de las cuales, se puede datar la construcción de la actual catedral gótica.

Desde el momento en que se declaró el incendio, los clérigos se refugiaron bajo el coro, en la cripta de Saint–Lubin, llevando consigo la Sainte Chemise. Tras dos o tres días de desescombro, se hallaron todos indemnes, junto con la reliquia. El Obispo y los canónigos cedieron parte de sus bienes a favor de los obreros que tan bien conocían su trabajo y la reconstrucción fue emprendida con gran entusiasmo, quedando la obra prácticamente terminada a finales de 1220.

Una vez colocadas las vidrieras, sólo faltaba tallar las últimas esculturas de los porches; se celebró la dedicación en octubre de 1260, y empezó a pasar el tiempo en espera de levantar las nueve torres proyectadas.

Un nuevo incendio en 1836 destruyó la techumbre, denominada el bosque, que fue sustituida por carpintería metálica recubierta de cobre.

La Catedral de Chartres salió prácticamente indemne de las Guerras de Religión y del período revolucionario. En 1918 los vitrales fueron desmontados y depositados en lugar seguro, al igual que en 1939, por lo que no sufrieron daños en ninguna de las dos grandes guerras.

Hoy, a pesar de los permanentes cuidados de restauración, se puede admirar en su práctica integridad esta construcción que, por sí misma, constituye una enciclopedia casi exhaustiva del arte cristiano y su evolución. En 1979 fue inscrita por la Unesco en la lista del Patrimonio de la Humanidad.

La catedral mide 130,20 m. de largo construido y sus bóvedas descienden hasta 37 m. por debajo del suelo. El ancho de la nave principal es de 16,40 m. en su eje; pero alcanza 32,80 m. con la obra exterior, que a ambos lados del coro alcanza los 46 m. Contando con los porches y el transepto mide 76,80 m. Finalmente, los campanarios; nuevo y viejo, miden respectivamente 103 y 112 m.

Enigmas de La catedral de Chartres
Es un templo que, junto a su emplazamiento, esconde multitud de enigmas. La misma ubicación de la catedral no parece casual, ya que antes de erigirse este templo en el lugar existían unos dólmenes junto a un pozo sagrado de unos 33 metros de profundidad. 

Desde el año 360 varios templos se fueron construyendo en el lugar, hasta que a principios del siglo XIII se iniciaron las obras del actual templo gótico, terminando su construcción en el año 1260 y conservando del templo anterior románico la cripta en la cual se encuentra enclavado el antiguo pozo sagrado, además de la fachada oeste con el Pórtico Real.

Fue este un curioso período en la historia de Francia, ya que a finales del siglo XII con la construcción de la Basílica de Saint-Denis en París, se inició el sorprendente arte gótico, que hacía que los templos ganasen en esbeltez además de llenar de luz el interior de estas catedrales, luz procedente de las hermosas vidrieras. El simbolismo es una parte importante de las catedrales góticas y más concretamente de un conjunto de ellas, a la cual pertenece la catedral de Chartres, ya que en el condado de Champagne se erigieron un conjunto de catedrales cuya disposición sobre el mapa recrea la forma del rombo central de la constelación de Virgo. ¿Casualidad?, desde luego que no, ya que la Catedral de Chartres correspondería a la estrella Spica; la de Reims, a la estrella Zeta Virginis; la de Amiens, a la estrella Delta Virginis; la de Bayeaux, a la estrella Gamma Virginis y la de Evreux a la estrella Teta Virginis.

Una característica única de esta catedral son sus dos torres de la fachada principal, diferentes en altura y en estilo. Una de ellas mide 106 metros y es de estilo románico, y la otra mide 115 metros y es de estilo gótico.

La catedral de Chartres por sus proporciones, orientación, y simbolismos parece haber sido construida con la secreta intención de iluminar y elevar el alma humana. La ley del Número de Oro o Número Áureo, de la geometría sagrada, rige las proporciones y todas las distancias entre los pilares y longitudes de la nave de la catedral, y los cruceros son múltiplos de este misterioso número algebraico (1,6180...).

En la portada central de la fachada sur el escultor creo una escena general que inspira compasión divina, ya que Cristo es representado en el tímpano con rasgos amables, siendo conocida esta figura como el “Beau Dieu” (Hermoso Dios).

En la fachada norte el pórtico central muestra la imagen de la Virgen con figuras de santos, además de estar rodeados de ángeles y de una arquería que simboliza el palacio celeste. En la fachada sur, al igual que en las otras fachadas de la catedral, luce un hermoso rosetón, símbolo característico de la arquitectura gótica, que representa por un lado al sol y por otro a la rosa.

Los rosetones de las catedrales góticas son diagramas que representan simbólicamente el microcosmos y el macrocosmos.

Las vidrieras de la catedral de Chartres iluminan y llenan de color el interior, además, el número de figuras o de formas abstractas representadas en ellas es simbólico, ya que los cuadrados simbolizan al mundo terrenal o a los cuatro elementos, y los círculos representan la vida eterna.

La nave central de la Catedral es una de las obras maestras del gótico, ya que se suprimen por primera vez las tribunas y se articula el muro en tres niveles, correspondiendo el inferior a las arcadas que separan las naves, el central al triforio y el superior a la galería de ventanas, donde la vidriera sustituye al muro para dar mayor luminosidad y ligereza al edificio.

Algo realmente sorprendente ocurre todos los años en la catedral de Chartres, más concretamente el 21 de Junio, primer día del solsticio de verano. A las 12.00 en punto de este día, el primer rayo de sol del mediodía atraviesa un pequeño orificio circular practicado en el vitral de San Apolinar iluminando una baldosa del enlosado diferente al resto, dando en una pequeña marca que se encuentra en uno de los laterales de dicha losa, un prodigioso y mágico espectáculo de luz del que fue testigo el escritor Louis Charpentier y que le sirvió para escribir su magnífico libro "El Enigma de la Catedral de Chartres".

Otro elemento simbólico que caracteriza a la catedral de Chartres es su laberinto, una composición de dieciséis metros de diámetro y 264 metros de recorrido a través de once círculos concéntricos grabado en el suelo, similar al que había en otras catedrales de la época como en Amines y Reims, quedando en la actualidad muy pocos ejemplos, como son los laberintos de las catedral de Bayeux y Mirepoix. Una de sus múltiples curiosidades es la circunferencia del laberinto de 131 pies, casi exactamente el mismo tamaño que el de la vidriera del lado Oeste. La función del laberinto simboliza la búsqueda interior, que nos llevará al mismo centro, lugar donde se encuentra la esencia divina.

La catedral de Chartres como muchas otras catedrales góticas nos puede servir como vehículo al templo interior simbólico de cada uno, ese templo interior donde como escribía Louis Gillet, "El hombre se olvida por vez primera, se arranca de sí mismo, lo abandona todo para seguir sus voces, confundirse con la ola inmensa que la arrastra. Se pierde y encuentra el Universo".

En la obra de Louis Carpentier, “El Enigma de la Catedral de Chartres“, publicado en España en 1969, se comenta la curiosa disposición arquitectónica de la catedral, coincidente en ciertos aspectos con el desaparecido templo de Salomón y con las grandes construcciones egipcias. Todos estos conocimientos se habrían aprendido al encontrar durante la excavación los libros de Toth, que desvelaban secretos ancestrales de los egipcios. Por otra parte, en el interior de la gran pirámide concretamente en la cámara del rey, se puede ver hoy en día un sarcófago de granito del cual los historiadores dudan mucho que fuese el recipiente de la momia del faraón Keops, pero que sí, sorprendentemente tiene las medidas interiores exactas a las del Arca de la Alianza, que Yavhé mandó construir a Moisés, quien sin duda había sido formado en la corte de los faraones, y participe de las ciencias y secretos más ocultos de esta antigua y enigmática civilización. Ya que según las sagradas escrituras fue educado como hijo de faraones. Por otro lado, Louis Carpentier, continúa diciendo que en Chartres hay una losa rectangular, cuya blancura resalta sobre el color grisáceo del enlosado, y que está marcada por una espiga de metal brillante, ligeramente dorado. Pues bien, nos dice que cada año, el 21 de Junio, un rayo de sol cae exactamente sobre la blanca piedra, para algunos esta piedra podría esconder el arca.

El Legado de los Templarios
La magnífica catedral del siglo XII de la ciudad de Chartres, al norte de Francia, es un antiguo enigma. Aún en épocas precristianas, los druidas (sacerdotes celtas de Galia y Britania) fundaron en Chartres una universidad para difundir sus enseñanzas. Obedeciendo a una visión profética, esculpieron en madera la estatua de una virgen y un niño, a la que llamaron la “Vírgen bajo la Tierra”. Descubierta por los cristianos en el siglo III, la veneraron como la “Virgen Negra”, pues se había oscurecido con el tiempo. Se inició así la tradición de erigir en ese lugar sagrado iglesias en honor de Nuestra Señora; la obra maestra gótica que conocemos es la culminación de todas ellas. Abundan las teorías sobre la inspiración de la catedral. Según la leyenda, los caballeros templarios originales obtuvieron en Oriente avanzados conocimientos arquitectónicos, con los que fue posible construir el templo. Persuadidos por Bernardo de Clairvaux, fundador de la orden monástica cisterciense, nueve caballeros franceses abandonaron sus posesiones materiales para ir en busca de los “secretos” supuestamente ocultos en el Sagrado Santuario bajo las ruinas del templo de Salomón, en Jerusalén. Durante su búsqueda de 10 años se sospechó que los caballeros se habían iniciado en el ocultismo. A su vuelta a Francia en 1128, se rumoreó que habían encontrado el arca de la Alianza, cofre que contenía los secretos de la ley divina referentes a números, pesas y medidas, entre ellos el Número Dorado (1,618). La escala 1:1,618, Sección o Proporción Dorada, era considerada de especial valor estético y rigió en gran medida el arte y la arquitectura del Renacimiento, así como las de períodos posteriores. El retorno de los caballeros coincidió con el florecimiento de la arquitectura gótica en Europa, de modo que la construcción de la primera catedral de Chartres comenzó seis años más tarde. En tres décadas, mamposteros, vidrieros, escultores, geómetras, astrónomos y otros artesanos crearon un templo inmenso, cuyas proporciones, orientación, posición y simbolismo han estimulado desde entonces la imaginación de sus visitantes, y confortado su espíritu. El “centro sagrado” de la catedral descansa entre el segundo y el tercer vano del coro. Allí se alzaba originalmente el altar. A unos 37 m. debajo se sitúa el nivel del agua en el pozo de los druidas. El pináculo de la bóveda gótica de la catedral se levanta exactamente a la misma distancia sobre el centro sagrado. A partir del año 1130, en Europa irrumpe el estilo gótico. El gótico no es una evolución del románico, aparece de repente y casi siempre en las abadías cistercienses. Si el románico llega a su plenitud después de múltiples mejoramientos a partir del estilo romano y bizantino, el gótico surge de golpe, completo y total. Aparece después de la primera cruzada y especialmente tras el retorno de los Caballeros Templarios con su secreto. ¿Un secreto concerniente a la utilización sagrada, y por así decirlo mágica, de la arquitectura.

Ya hemos mencionado antes lo que contenían las Piedras de la Ley. La misma clave numérica que fue utilizada en la construcción de la Gran Pirámide y del Templo de Salomón. No hace falta recordar que Moisés vino de Egipto. Toda la cultura egipcia estaba concentrada en los sacerdotes y él era uno de ellos, así que fue instruido en toda la ciencia de los faraones. En la Europa medieval, y durante aproximadamente ciento cincuenta años, la aplicación de este conocimiento arquitectónico va a manifestarse en la construcción de las grandes catedrales. Y es en una de ellas, Chartres, donde encontramos una nueva referencia al Arca de la Alianza. Ni que decir tiene que la catedral de Chartres es de estilo gótico, y de origen evidentemente templario.

En la catedral de Chartres se encuentra una referencia al Arca de la Alianza, de estilo gótico, evidentemente de origen templario con curiosas disposiciones arquitectónicas coincidentes con ciertos aspectos del Templo de Salomón y de la pirámide de Keops. Su pórtico norte se llama “pórtico de los iniciados”. En él se hallan dos columnas esculpidas. En una de ellas se observa un arca transportada por una carreta de bueyes con la leyenda “Archa Cediers” que se traduce como “obraras por el arca” y en la otra un hombre cubre el arca con un velo, rodeado por un montón de cadáveres entre los que se destaca un caballero en cota de malla, con la leyenda “Hic Amititur Archa Cediers”. Las dos columnas, justo debajo de las representaciones, conforman una controvertida leyenda “Hic Amititur Archa cederos”, porque la expresión tal y como está grabada no existe en latín, lo cual es realmente extraño, pero sorprendentemente el único texto plausible, que sería “Hic Amititur Archa foederis”, se traduce como “En este lugar se oculta el arca de la alianza”.


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