¡Sé que estás ahí!
No escondas más tu vil cobardía,
que tu silencio atrona mis oídos.
y tu oculta presencia me invade
ahogando mi respiración.
Distánciate de mí,
ladrona de mi alma,
y preséntate sin vergüenza,
pues tu denso olor te delata,
si ya sé quién eres y cómo vas
siguiendo mis pasos sin prudencia.
Irrumpes como una intrusa
Arrasas mi vitalidad
sin esperarte,
sin buscarte,
Sin desearte…
Egoísta y acaparadora,
tu energía me consume toda
anulas mi voluntad
llevándome a tu oscuro abismo
de tristeza y melancolía.
Allá donde vaya te haces presente
y aniquilas sin piedad,
cuanto anhelo alcanzar.
No te adhieras a mi existencia.
No me atormentes ni avasalles más.
No vengas sin ser llamada,
pues el lugar que pretendes usurpar
lo reservo celosa a su verdadero señor
que no es otro más que…
El Amor.
(AnA Molina)
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